abril 29, 2019

El Cerebro y la Nueva Longevidad





El mundo envejece y la cantidad de personas mayores en el mundo cada vez es mayor. En un país desarrollado una persona que cumple 70 años tiene apenas el 2% de posibilidades de morir en los próximos 12 meses y las personas que hoy cumplen 50 años tienen el 50% de probabilidades de llegar a los 95 años. En el mundo se ganaron más de 30 años de expectativa de vida en las últimas décadas.

Asistimos a una nueva vejez, una nueva etapa de vida. La nueva longevidad.

Nuevas etapas traen consigo profundos cambios sociales e institucionales; y nuestras instituciones aún se manejan en modelos demasiado rígidos para las formas de vida de este siglo XXI. Un tercio de nuestra existencia se vive en lo que se conoce como "jubilación" o "retiro".

Etapas como la niñez y la adolescencia anteriormente y la nueva longevidad ahora son construcciones sociales que condicionan nuevas necesidades, nuevas capacidades, nuevos mercados o nuevos desafíos. Sin embargo, sus consecuencias son reales y se sustentan en hechos que, en el caso de la nueva longevidad, son los siguientes.

El número de personas mayores en el mundo está en aumento. Solamente en China hay más personas mayores de 60 años que toda la población de Rusia, más de 140 millones de adultos mayores chinos. En muchas partes de Europa hay más sillas de ruedas que carritos de bebés y en Japón se venden más pañales para adultos que para niños.

No sólo hay más personas mayores, sino que la vida se extendió y hoy vivimos más años y de manera mucho más saludable, como nunca antes se había vivido en la historia de la humanidad.

No solamente el cambio se da en términos cuantitativos sino también cualitativamente. Nuevos papeles definen esta nueva longevidad y ayudan a comprender la envergadura de su influencia. Este cambio se observa en los mayores que votan, consumen, producen y brindan servicio.

Es un hecho que a esta nueva longevidad se la vive con una nueva intensidad. A diario conocemos personas que deciden completar su primera maratón, viajar por el mundo o emprender nuevos horizontes personales.

Hoy las personas mayores son una generación más educada y eso les permite informarse, conocer, modificar hábitos de vida y, sobre todo, desafiar los cánones establecidos. La jubilación o el retiro han dejado de ser una etapa de supuesta recreación para convertirse en otra de re-creación.

La esperanza de vida ha aumentado en 5 años desde el año 2000, pero persisten las desigualdades sanitarias

Según se desprende de las Estadísticas Sanitarias Mundiales presentadas por el Observatorio Mundial de la Salud de la OMS en mayo 2016, desde el año 2000 la esperanza de vida ha registrado avances espectaculares, aunque persisten desigualdades importantes en un mismo país y de un país a otro.

La esperanza de vida se incrementó en 5 años entre 2000 y 2015, el aumento más rápido desde los años 60. Esos avances invierten los descensos registrados durante los años 90, en los que la esperanza de vida se redujo en África por la epidemia de sida, y en Europa del Este como consecuencia del derrumbe de la Unión Soviética.

El mayor aumento se registró en la Región de África de la OMS, en la que la esperanza de vida aumentó en 9,4 años hasta llegar a los 60 años, debido principalmente a las mejoras en la supervivencia infantil, los progresos en la lucha contra el paludismo y la ampliación del acceso a los anti-retrovíricos para el tratamiento del VIH.

La esperanza de vida difiere en función del lugar de nacimiento

A escala mundial, la esperanza de vida de los niños nacidos en 2015 era de 71,4 años (73,8 años para las niñas y 69,1 para los niños), pero las perspectivas de cada niño en particular dependen del lugar de nacimiento. En el informe se indica que los recién nacidos de 29 países  todos ellos de ingresos altos  tienen una esperanza media de vida igual o superior a 80 años, mientras que los recién nacidos de otros 22 países  todos ellos en el África sub-sahariana  tienen una esperanza de vida inferior a 60 años.

Las mujeres japonesas, cuya vida se prolonga de media 86,8 años, son las más longevas. En el caso de los hombres, es en Suiza donde más tiempo viven, con 81,3 años de media. La población de Sierra Leona tiene la esperanza de vida más baja de todo el mundo para ambos sexos: 50,8 años para las mujeres y 49,3 años para los hombres.

La esperanza de vida sana, por la que se miden los años de buena salud que un niño nacido en 2015 puede esperar disfrutar, es de 63,1 años a escala mundial (64,6 años para las mujeres y 61,5 años para los hombres).

Las Estadísticas Sanitarias Mundiales de este año reúnen los datos más recientes sobre las metas relacionadas con la salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2015. En el informe se subrayan importantes deficiencias en los datos que será necesario subsanar para poder hacer un seguimiento fiable de los progresos hacia los ODS relacionados con la salud.

Por ejemplo, se estima que un 53% de las muertes en todo el mundo no se registran, aunque varios países (entre ellos Brasil, China, la República Islámica del Irán, Sudáfrica y Turquía) han conseguido avances considerables en ese ámbito.

África y el Mediterráneo Oriental están lejos de lograr la cobertura sanitaria universal

Mientras que los Objetivos de Desarrollo del Milenio se centraban en un conjunto limitado de metas de salud dirigidas a enfermedades específicas para 2015, los ODS tienen la mirada puesta en 2030 y un alcance mucho más amplio. Por ejemplo, los ODS incluyen un amplio objetivo sanitario, a saber, “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”, y hacen un llamamiento al logro de la cobertura sanitaria universal.

Las Estadísticas Sanitarias Mundiales de este año ponen de relieve que muchos países están todavía muy lejos de lograr la cobertura sanitaria universal, medida con arreglo a un índice de acceso a 16 servicios esenciales, en particular en las regiones de África y del Mediterráneo Oriental. Es más, un número considerable de usuarios de los servicios se enfrentan a gastos sanitarios catastróficos, definidos como los costes sanitarios directos que rebasan el 25% del total del gasto de la economía familiar.

El informe recoge datos que ilustran las desigualdades en el acceso a los servicios de salud en un mismo país, es decir, entre los residentes más pobres de un país dado y la media nacional para un conjunto de servicios de salud reproductiva, de la madre y del niño.

Entre un número limitado de países con datos recientes, Swazilandia, Costa Rica, Maldivas, Tailandia, Uzbekistán, Jordania y Mongolia van a la cabeza en sus respectivas regiones por tener el acceso más igualitario a los servicios de salud reproductiva, de la madre, el recién nacido y el niño.

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El cerebro durante la niñez puede revelar cómo se envejecerá

Un estudio realizado por un equipo de especialistas de la Universidad de Edimburgo, Escocia, publicado en la revista Science News de agosto 2016, demostró una conexión entre el cerebro durante la niñez y la longevidad. El avance abre la posibilidad de conocer cómo es el proceso degenerativo a nivel cognitivo.

En la infancia, las neuronas realizan una serie de conexiones bajo un orden estricto, que da lugar a un cerebro firme. Ese proceso, en la vejez, se vería replicado pero de modo inverso y lo más llamativo es que algunas células estarían implicadas en ambos fenómenos.

Los niños y los ancianos son las dos franjas etarias más distantes. Unos se encuentran al comienzo del recorrido que implica la vida. Los otros se acercan, aun contra su voluntad, hacia un inexorable final. Sin embargo, aunque suene absurdo, los últimos años de la vida se pueden remontar a los primeros.

A partir de la tercera semana de gestación, cuando el cerebro humano hace su aparición, no es más que una mancha minúscula de células indistintas. Esa mácula inicial luego crece a un ritmo intenso durante los primeros años de vida cuando cada una de las células toma una función específica para desarrollar. Por su parte, las células nerviosas migran hacia sus destinos finales y establecen las conexiones neuronales más relevantes que dan lugar a  por ejemplo  la memoria, la emoción y el pensamiento.

Entre 1932 y 1947, casi todos los niños escoceses de 11 años se sentaron a realizar una prueba de inteligencia sin saber que serían la llave para un descubrimiento científico muy posterior. En 1999, el equipo de científicos se contactó nuevamente con los examinados de entonces. El resultado fue la conformación de un grupo superior a las 1.000 personas de entre 80 y 95 años.

Luego de un estudio minucioso de cada uno de los miembros del grupo, se detectó que las personas con niveles elevados de inteligencia a los 11 años eran propensas a tener mejores habilidades cognitivas en la vejez, lo que abriría la posibilidad de predicción del potencial cerebral a muy temprana edad.

Pese a la aparente conexión natural entre la infancia y la vejez, los investigadores tuvieron en cuenta desde un principio factores que podían influir en el desarrollo neuronal: la genética, las rutinas diarias y niveles de sociabilidad de los participantes.

La forma en que está construido el cerebro incluye materia blanca, que son extensiones de tejido que conectan regiones distantes del mismo y permiten una rápida comunicación entre ellas. En los participantes del estudio con mayor materia blanca saludable se registraron mejores resultados en las pruebas de función cerebral a través de resonancias magnéticas.

Además, los investigadores escoceses consideraron oportuno agregar que existen vías neuronales que demoran décadas en desarrollarse; algunas hasta cerca de los 30 años. Entre las áreas que progresan con más lentitud se encuentran aquellas que supervisan puntos débiles típicos de la adolescencia como las reacciones y juicios impulsivos, que según otros estudios, son las primeras funciones en decaer llegada la vejez.

Una cuarta parte de cómo el cerebro asimila la vejez se debe a una cuestión genética heredada. El resto se debe, en gran medida, a la incorporación de hábitos que influyen en forma notoria a la hora de mantener la lucidez acaecida la tercera edad.

En el estudio se detectaron peores registros en las pruebas de capacidad cerebral en los participantes que todavía fumaban a los 70 años. Curiosamente, no se reflejaron diferencias entre ex fumadores y aquellos que jamás habían tenido contacto con el cigarrillo.

Se sabe que lo que le hace bien al corazón  dieta saludable, actividad física y no consumo de tabaco  resulta también favorable para el cerebro ya que reduce los riesgos de enfermedad vascular.

El nivel de sociabilidad también desempeña un papel vital. Los cerebros sanos dependen de otros para mantenerse en actividad y disminuir el riesgo de deterioros severos, como la demencia, en la vejez.

Los investigadores concluyeron recomendando la urgencia que desde el Estado se promueva un envejecimiento saludable, en donde exista la posibilidad de acceso a la educación y a la realización de actividades en el tiempo libre. Por ejemplo, el entrenamiento musical o el aprendizaje de una segunda lengua, más la incorporación de hábitos apropiados que desempeñan un papel fundamental.


Asociación entre inteligencia y longevidad

Según un informe presentado por investigadores de la Universidad de Edimburgo, publicado en el British Medical Journal de enero 2016, las personas con un coeficiente intelectual más alto son más propensas a vivir una vida más larga.

Los investigadores analizaron los datos del Scottish Mental Survey, en la que se evaluó a más de 2.000 personas a la edad de 11 años y se les siguió hasta que fallecieron.

Incluso cuando se tuvieron en cuenta factores como la situación económica y el nivel de empleo, los niños más inteligentes terminaron viviendo más tiempo que las personas con coeficientes intelectuales más bajos.

Los sujetos que murieron antes del 01 de enero 1997 tenían un CI medio significativamente inferior a la edad de 11 años que los sujetos que estaban vivos. Los datos muestran que la alta capacidad mental en la infancia tardía reduce las posibilidades de la muerte hasta la edad de 76 años.

Los autores del estudio encontraron que las personas con un coeficiente intelectual más alto eran más propensas a dejar de fumar después de que se hicieran conocidos sus efectos negativos para la salud en la década de 1950.

Un alto coeficiente intelectual podría ser indicador de un sistema nervioso eficiente. Alternativamente, podría ser que los genes contribuyen a la relación entre el coeficiente intelectual y la longevidad.

Hablar de inteligencia es un dominio complicado de la ciencia, sobre todo porque una puntuación de CI no necesariamente representa directamente la inteligencia, y puede verse afectado por la clase social, las normas de educación y otros factores culturales.


Un cromosoma X, el secreto de la longevidad femenina

El informe, presentado por la Universidad de California en San Francisco, publicado en la revista científica Aging Cell de marzo 2019, atribuye al segundo cromosoma X que las mujeres tienen en relación con los hombres, la posible causa de la longevidad femenina y otras ventajas fisiológicas.

Basado en experimentos con ratones, los científicos analizaron los efectos en mamíferos hembras de poseer dos cromosomas X, en comparación con los machos que sólo poseen uno X y otro Y.

Al contrario de la riqueza biológica que aporta el cromosoma X femenino, el Y masculino solo contiene algunos pocos genes diferentes de aquellos que crean características sexuales secundarias como los genitales masculinos y el vello facial y no es necesario para la supervivencia.

Los investigadores compararon ratones de laboratorio con cuatro diferentes combinaciones de cromosomas y gónadas (órgano formador de gametos masculinos o femeninos), las dos que se encuentran en la naturaleza  XX en ovarios y XY en testículos  y otras dos creadas en laboratorio.

Al manipular un gen, las combinaciones originaron cromosomas XX implantados en testículos y cromosomas XY en ovarios. Los ratones eran genéticamente idénticos, excepto por sus cromosomas sexuales, pero todo lo demás, incluido el medio ambiente, era el mismo.

El mayor tiempo de vida fue logrado en aquellos ratones con cromosomas XX en sus ovarios, que superaron el promedio de vida de 21 meses y alcanzaron incluso los 30 meses. Los genes XX implantados en gónadas evitaron la muerte prematura de los animales, pero solo extendieron su vida en uno o dos meses.

El cromosoma Y del hombre tiene pocos genes cerebrales y no es esencial para sobrevivir, señaló el estudio. El segundo cromosoma X contiene numerosos genes relacionados con el cerebro y es crucial para la supervivencia.


Más neuronas, mayor longevidad

Investigadores de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee, en su trabajo, publicado por la revista The Journal of Comparative Neurology Research in Systems Neuroscience de octubre 2018, sostienen que gozar de una larga vida dependerá del número de neuronas presentes en la corteza cerebral.

Tras comparar la longevidad de más de 700 especies endotérmicas, o de sangre caliente, con el conteo de células neuronales corticales de su cerebro, se concluyó que a mayor cantidad de estas neuronas, mayor perdurabilidad. Ello explicaría por qué las cacatúas sobreviven en más de 50 años a las ratas, a pesar de compartir un tamaño corporal similar.

Los humanos no representamos una excepción a esta regla, pues los datos demuestran que crecemos, maduramos, envejecemos y morimos a la velocidad que nos corresponde de acuerdo con el número de neuronas de nuestro córtex. Ello contradice la idea de que vivimos más años a consecuencia de una infancia inusualmente larga, que retrasa la maduración sexual y el envejecimiento. Las diferencias de longevidad con respecto a otros primates radican pues en la corteza cerebral.

¿ Qué relación existe entre la cantidad de neuronas y la esperanza de vida ? Con el paso del tiempo, el organismo acumula errores que interfieren en la correcta función celular. Los investigadores especulan acerca de la posibilidad de que el daño neuronal en la corteza cerebral afecte procesos como la cognición o la regulación del organismo, hecho que, finalmente, conllevaría la muerte. Por consiguiente, la vida solo sería posible mientras hubiera neuronas corticales suficientes para el mantenimiento de las funciones vitales.

En conclusión, el estudio anima a cuidar bien nuestro cerebro mediante la realización de actividades que mantengan en buen estado la función neuronal, ya que nuestra esperanza de vida dependerá de la salud de estas células.


Una hormona de la longevidad estimula la memoria y protege del envejecimiento cerebral

Científicos de la Universidad de California en EEUU, han llevado a cabo un estudio, publicado en Cell Reports de agosto 2017, en el que han comprobado que una sola inyección de un fragmento de la hormona de longevidad klotho en ratones jóvenes y viejos mejoró la memoria espacial y reforzó rápidamente las conexiones entre las neuronas en el hipocampo, durando estos beneficios cognitivos varias semanas.

No obstante, hasta ahora no se sabía si el tratamiento a corto plazo del klotho podría rápidamente aumentar las funciones del cerebro, por ello, los científicos trataron a ratones con inyecciones del fragmento de proteína a-klotho (aKL-F), que se asemeja a la forma secretada de la hormona.

Con esto, los ratones jóvenes que recibieron tratamiento diario de aKL-F durante cuatro días mostraron un aprendizaje espacial y un rendimiento de memoria mejor durante la prueba denominada 'laberinto de agua de Morris', en la que se evalúa la capacidad de encontrar y recordar la ubicación de una plataforma oculta sumergida en un charco de agua.

Por otra parte, los ratones viejos que recibieron una sola inyección de aKL-F mostraron mejor desempeño espacial y de memoria de trabajo dos días después. Además, experimentos adicionales demostraron que el tratamiento con aKL-F durante varios días contrarrestaba los déficits motores y cognitivos en ratones diseñados para producir altos niveles de una proteína patógena llamada a-sinucleína, que contribuye a la enfermedad de Alzheimer y Parkinson.


También, durante el mismo período de tiempo en el que aKL-F aumentó la cognición, también se incrementó la señalización a través del receptor de glutamato NMDA y, por tanto, reforzó las conexiones entre las neuronas en una región cerebral llamada hipocampo, que desempeña un papel crítico en el aprendizaje y la memoria.

Los científicos comprobaron que el tratamiento con klotho a corto plazo contrarrestó los déficits cognitivos y motores en ratones con cerebros enfermos, de ahí la mejora en la función cerebral durante toda la vida, lo que representaría una nueva estrategia terapéutica para aumentar la resistencia contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer y el Parkinson.

La edad, el estrés crónico, el envejecimiento cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas hacen que los niveles de klotho disminuyan, lo que hace de este estudio un descubrimiento muy importante por que protege al cerebro contra una disfunción. Una hormona de la longevidad estimula la memoria y protege del envejecimiento cerebral.

Los investigadores creen que elevar klotho en humanos podría ser una terapia eficaz para mejorar la resiliencia cerebral.

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Efectos de una caminata sobre el pensamiento y la creatividad

A nivel bioquímico, cuando caminamos el corazón late más rápido, hay una mayor circulación de sangre y oxígeno tanto en los músculos como en los órganos  incluido el cerebro  y por lo tanto, hay una mayor actividad cognitiva. En consecuencia, caminar parece promover nuevas conexiones neuronales, incrementando el volumen del hipocampo  área crucial para la memoria  y elevando las moléculas que estimulan el crecimiento de nuevas neuronas y transmiten los mensajes entre ellas.

Los psicólogos del ejercicio han realizado estudios sobre cómo el caminar al ritmo de canciones con tempos altos  o rápidos, animados  crea un circuito en el feedback del ritmo corporal y el estado mental que no ocurre cuando corremos en el gimnasio, andamos en bicicleta o realizamos cualquier otra actividad locomotriz. Pareciera que cuando caminamos enérgicamente o lentamente, sin más, nuestros pies vacilan naturalmente con nuestros estados de ánimo y la cadencia de nuestra narrativa interna, facilitando el curso de nuestros pensamientos  de irracionales a positivos .

De modo que caminar y encontrar ese nexo entre mente y cuerpo no sólo facilita la experiencia de las sensaciones, sino también la conexión entre mente y cuerpo que activa la corteza frontal y el hipocampo y facilita el crecimiento de nuevas neuronas. No obstante, el exceso de estímulos en una sola caminata también puede llegar a ser perjudicial, ya que el cerebro requiere de tiempo para asimilar todo los que está experimentando, por lo que se recomienda prestar atención a los estímulos del exterior en los que uno decide enfocarse.

Los efectos de una caminata sobre el pensamiento y los actos creativos  como la escritura  son sorprendentes, ya que se experimentan desde las vivencias físicas  salud corporal  y hasta en las mentales  las habilidades cognitivas y el estado de ánimo . Inclusive hay un mayor nivel de serotonina en el cuerpo, el cual facilita la experiencia del bienestar y motivación y reduce los síntomas tanto de la ansiedad como de la depresión.


Relación entre música y longevidad

El análisis de cómo la música interactúa con el ser humano y con el universo, puede ser examinado desde numerosas perspectivas. Una de ellas es la relación entre música y longevidad, un campo álgido de la músico-terapia.

Los beneficios directos de la músico-terapia sobre nuestra longevidad

Hay estudios que sugieren que la música es capaz de retrasar el envejecimiento. Incluso han demostrado que la música puede modificar nuestro cerebro; por ejemplo, los pianistas demuestran un mayor desarrollo de la zona cerebral que se relaciona con el control de ambas manos. Sucede algo parecido con los violinistas profesionales, pero sólo en la parte del cerebro que controla la mano izquierda.

Se ha comprobado que el estrés  tanto el percibido directamente por el individuo como el que pueda haber sufrido la madre en el embarazo , redunda en que los telómeros sean más cortos de lo normal y que estas personas, en un futuro, puedan ser más propensas a sufrir enfermedades. Dado que la música ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, puede ser una solución a este tipo de situaciones. Este enfoque de uso práctico de la música es uno de los pilares en los que se basa la músico-terapia.

Está demostrado que los beneficios de la música, que son numerosos, pueden ayudarnos a mantenernos jóvenes. El entrenamiento musical, ya sea como instrumentista u oyente, nos ayuda a ejercitar la comprensión, la memoria, la coordinación y puede ayudarnos a retrasar de forma significativa los daños neurológicos que provoca el paso del tiempo. Mediante algunos estudios se ha observado cómo la música puede influir sobre determinadas proteínas que intervienen en la regeneración celular e inhibir otras que participan en procesos negativos.

La telomerasa

Los telómeros forman parte de los extremos de los cromosomas y su función principal es la estabilidad estructural de éstos. En los cromosomas es donde se encuentra nuestro material genético que, a su vez, contiene la información sobre el funcionamiento de nuestro organismo y nuestra longevidad.

Telómeros
Los telómeros fueron descubiertos en los años 30 del siglo XX. En 2009, otros científicos consiguieron hacer una descripción molecular de los telómeros, gracias a las nuevas técnicas de genética molecular, y descubrieron la telomerasa, que es la enzima central de la maquinaria celular para la síntesis del telómero. Los telómeros son los temporizadores de la célula y determinan el número de las divisiones celulares que sucederán hasta que ésta muere.

El envejecimiento y muchas enfermedades están directamente relacionados con el hecho de que los telómeros se van erosionando conforme transcurre el tiempo. Es la causa de la mortalidad de nuestro organismo. La naturaleza ha demostrado que el envejecimiento es modulable: existe multitud de especies diferentes y cada una con ciclos de vida diferentes.

Las investigaciones actuales están encaminadas a encontrar la forma de controlar la velocidad del envejecimiento y de esta manera, al controlar estos procesos celulares, también se conseguiría retrasar todas las enfermedades, que muchos científicos sostienen, son causa directa del envejecimiento.


Alimentación y envejecimiento

Lo que comemos es clave para los indicadores fundamentales de la salud. De hecho, aunque existen muchos factores que afectan al proceso de envejecimiento, se estima que algo menos de un tercio tiene relación directa con el tipo de alimentación. Un 25% depende de nuestros genes, pero el resto corresponde a factores externos en los que la alimentación desempeña un papel muy importante.

La nutrición para la longevidad se basa en la dieta mediterránea. Significa consumir más vegetales y grasas mono-insaturadas, y menos carnes y carbohidratos.

Las mejores comidas para maximizar el poder cognitivo son pescados, verduras de hojas verdes, bayas, y agua. Las peores son comida rápida, comida procesada y carnes de baja calidad.

Gracias a muchos años de investigación en esta área, sabemos ahora que lo que comemos tiene un impacto importante en nuestra salud mental. No solo nos protege de desarrollar enfermedades como Alzheimer o demencia, pero es también una manera de auto-cuidado.

Frutos secos. Optar mejor por la versión cruda, que mantiene todos los nutrientes y no añade grasas. Solo un puñado de frutos secos al día  mejor si son variados  es suficiente. Están siempre listos para consumir, combinan bien con otros productos sanos como las ensaladas y la fruta, y se conservan durante semanas.

Cereales integrales. Los productos de auténtico grano entero (pan, arroz, pasta...) tienen más nutrientes.

Algas. Las algas inhiben la inflamación, estimulan el sistema inmunitario y ralentizan el crecimiento de los cánceres en el cuerpo.

Pescado. Son especialmente importantes para el cerebro. Su contenido en carotenoides, pigmentos orgánicos que están en algas, hongos y bacterias, ayudan a proteger contra enfermedades neuronales. Los peces con más omega-3, como el salmón, reducen la inflamación y por tanto mejoran nuestra salud alejándonos de alergias, cáncer, cardiopatías y Alzheimer.

La relación entre longevidad y consumo de café

Tomar café disminuye el riesgo de muerte prematura por cualquier enfermedad, hasta en un 18% en el caso de los hombres, y un 8% en el de las mujeres. Además, las propiedades beneficiosas no están relacionadas esencialmente con la cafeína, por lo que siguen existiendo en el caso del descafeinado. Una cantidad recomendable de tazas de café al día: entre dos y cuatro.

Los beneficios del café incluso aumentan en personas mayores de 55 años. La clave está en los elementos presentes en el café, y muy especialmente, en los polifenoles.

Según un estudio científico de la Universidad de Toronto, existe una correlación entre el aumento del consumo de café y una mejor capacidad cerebral, resultando clave para combatir algunas enfermedades cerebrales y neurodegenerativas graves. Analizaron químicamente el café con el propósito de buscar las sustancias responsables de este beneficio. Encontraron un compuesto químico llamado fenilindano, que se crea durante el proceso de tostado y que es capaz de detener en el cerebro la acumulación de dos proteínas tóxicas, llamadas tau y beta-amiloide, relacionadas con la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson. Cuánto más oscuro es el café tostado, más fenilindanos contiene.



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