mayo 13, 2014

La Leche Materna Nutre el Cerebro del Bebé


 
Actualización : Agosto 16, 2016

Amamantar es una de las mejores formas de asegurar la salud de los recién nacidos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según esta entidad, la lactancia materna salva 1,5 millones de vidas al año.

¿ Qué es la leche materna ?

La leche materna es un alimento vivo y fresco que pasa de madre a hijo, sin ningún intermediario. Se adapta perfectamente a las necesidades del niño: se estimula el desarrollo físico e intelectual y contribuye a la maduración de su sistema digestivo y sistema inmunológico. Cada madre produce la leche adaptada a las necesidades de su hijo.


La leche materna es el mejor alimento para el bebé, porque contiene la cantidad ideal de proteínas, grasas, azúcares, agua, sales minerales y vitaminas, y forma una barrera contra los virus.

Esta leche es capaz de ajustar su propia fórmula en función de las exigencias del bebé y los momentos del día. La leche  de la primera toma de la mañana es mucho más rica en grasas y proteínas.

Rica en anticuerpos al nacimiento del niño, la leche materna ve su composición evolucionar un mes después para adaptarse a sus necesidades. Contiene 200 moléculas de azúcar: vitaminas, inmunoglobulina, oligosacáridos. 

¿ Qué aporta la leche materna ?

Las proteínas aceleran la formación de todos los tejidos del bebé, los azúcares proporcionan energía, pero también facilitan la maduración de la mucosa del intestino. 

Las grasas (como las polinsaturadas de cadena larga) se acumulan en determinados centros del cerebro y favorecen el desarrollo de las células nerviosas, logrando que sean más rápidas y reaccionen mejor a los estímulos.

Las proteínas de la leche humana son mejor aprovechadas por el organismo que las de la leche de vaca, aun cuando esta última contenga más cantidad.

Su consumo previene las infecciones porque contiene anticuerpos.

Aún cuando sus beneficios son difundidos ampliamente, a escala global menos del 40% de los recién nacidos son alimentados exclusivamente con leche materna en sus primeros seis meses.


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Las últimas investigaciones publicadas sobre la lactancia materna han venido a confirmar no sólo las ventajas que ya se conocían, sino también beneficios mucho más específicos y a más largo plazo relacionados tanto con el crecimiento y desarrollo físico y psíquico del bebé, como la prevención de enfermedades tan graves como el asma o las patologías cardiovasculares.

Lactancia e inteligencia

Un estudio realizado por investigadores del Laboratorio de Escaneo Avanzado de Bebés de la Universidad de Brown (EE.UU.) publicado en Neuroimage en junio 2013, muestra nuevas pruebas sobre los beneficios de la lactancia para el desarrollo del cerebro de los niños menores de 4 años.

Según los investigadores, los bebés que se alimentan exclusivamente con leche materna durante los primeros tres meses de vida presentaban un mayor desarrollo en zonas clave del cerebro desde los dos años que los alimentados con leche de fórmula y un desarrollo cognitivo superior, especialmente en el lenguaje, la capacidad motora y la percepción visual.

Además, los beneficios de la lactancia sobre la inteligencia de los niños son mayores cuanto más se prolongue la lactancia.

No es el primer estudio que apunta en esta dirección, pero sí es el primero que utiliza las imágenes de resonancia magnética (IRM) para analizar las diferencias asociadas a la lactancia en el desarrollo cerebral de niños sanos.

Materia blanca. El equipo utilizó máquinas de resonancia magnética específicas para estudiar el cerebro de 133 niños con edades comprendidas entre los diez meses y los cuatro años mientras dormían. Gracias a esta técnica se pudo analizar la micro estructura de la materia blanca del cerebro, el tejido que contiene las fibras nerviosas largas y ayuda a diferentes partes del cerebro a comunicarse entre sí. En concreto, la técnica analiza las cantidades de mielina.

Confirman con imágenes el beneficio cerebral de la leche materna
De izquierda a derecha, el desarrollo de mielina cerebral.

La zona de color, representando la materia blanca, está mucho más desarrollada.


En la imagen, facilitada por la Universidad de Brown, puede verse el incremento de la mielina en bebés alimentados con leche materna.

Agruparon a los niños en tres categorías : los alimentados sólo con leche materna, sólo con fórmula o con una combinación de las dos.

Y examinaron la presencia de mielina, el tejido que protege las terminales nerviosas y acelera los impulsos eléctricos que viajan por el cerebro. La mielina comunica con las distintas zonas cerebrales, por lo que una cantidad saludable de este material graso se asocia a un mejor desempeño neuronal.

Las diferencias entre los tres grupos fueron sustanciales a partir de los dos años de edad: vieron que la cantidad de mielina en los niños de lactancia exclusiva superaba de un 20% a un 30% la de los grupos de lactancia mixta y de leche de fórmula. Los resultados de las imágenes se respaldaron con pruebas cognitivas básicas.

Descubrieron que la diferencia en el desarrollo de la materia blanca es del orden de entre el 20 y el 30% entre los bebés alimentados con leche materna y los niños que no fueron amamantados.

Los niños que habían recibido lactancia mixta también tenían un mayor crecimiento de mielina que los alimentados sólo con leche de fórmula, pero la diferencia no fue tan marcada.

Pruebas cognitivas. Para corroborar sus observaciones, el equipo practicó una serie de pruebas cognitivas básicas en los niños mayores. Así vieron un mayor rendimiento en el lenguaje, en la recepción visual y en el rendimiento de control motor en el grupo alimentado con leche materna.

Lactancia materna prolongada. Los investigadores compararon el crecimiento cerebral en los bebés que fueron amamantados durante más de un año con los amamantados menos de un año. Así vieron que en los primeros había un desarrollo cerebral más significativo, especialmente en las áreas del cerebro que se relacionan con la función motora.


La lactancia ayuda a desarrollar el cerebro de los bebés prematuros

Un estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis y presentado en la Reunión de 2016 de la Pediatric Academic Societies, muestra que la leche materna puede ayudar a promover el desarrollo del cerebro en los bebés prematuros, lo que podría protegerlos de los trastornos neurológicos.


Los órganos, incluido el cerebro, terminan de desarrollarse durante las últimas semanas de embarazo, por lo que el nacimiento prematuro es la principal causa de problemas neurológicos en los niños.

Para el estudio, los investigadores siguieron a un grupo socio-demográficamente diverso de 77 recién nacidos prematuros en la Unidad de Cuidados Intensivos neonatales del Hospital de Niños de San Luis.

Se realizó una resonancia magnética a los bebés mientras dormían o descansaban en la época en la que habrían nacido si no hubieran llegado al mundo antes de tiempo. Estas imágenes se emplearon para evaluar tanto el volumen del cerebro como el área de superficie de la corteza de sus cerebros.

Los bebés que se alimentaron con leche materna (al menos la mitad de su dieta diaria) durante al menos el primer mes de vida, tenían más volumen total de tejido cerebral y el área de superficie cortical era similar a la que debían tener en el momento de su fecha de nacimiento a término.

Los cambios en el volumen cerebral y el área de superficie cortical pueden estar relacionados con la inteligencia, la atención o la regulación emocional más tarde en la vida.


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La leche materna es beneficiosa para el cerebro

El cerebro de los bebés alimentados con leche materna se desarrolla más rápido que aquellos alimentados con leche en polvo. Los niños alimentados con leche materna serían ligeramente más precoces que los otros, para el lenguaje a la edad de 2 años y en el plan de psicomotricidad a los 3 años. La leche materna es muy rica en ácidos grasos esenciales, omega 3 y omega 6, indispensables para el desarrollo del cerebro. Estos ácidos grasos son de buena calidad y muy bien asimilados por el niño. Mientras más prolongada sea la lactancia materna, más beneficiosa.

Según un estudio israelí la leche materna evitaría el desarrollo de hiperactividad en los niños. Los investigadores asumen que este efecto podría ser debido a la composición de la leche materna y al vínculo entre la madre y el niño durante el período de lactancia.

La lactancia y el sistema inmunológico

La leche materna es la primera protección del bebé contra las enfermedades. Provee anticuerpos que protegen al bebé de muchas enfermedades respiratorias e intestinales, y también contiene células inmunes vivas.

La primera leche, el calostro, está cargada de componentes, los cuales aumentan la inmunidad y protegen los intestinos del recién nacido.

La lactancia durante la infancia también provee protección contra el desarrollo de cánceres del sistema inmunológico, tales como el Linfoma, las enfermedades intestinales como la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca y la artritis reumatoide juvenil, todas ellas están relacionadas con las funciones del sistema inmunológico.

Además, los bebés alimentados con leche materna tienen respuestas más efectivas ante las inmunizaciones durante la niñez (las vacunas). En todos esos casos, los beneficios comienzan inmediatamente y se incrementan a medida que la lactancia se prolonga.

Beneficios para la madre

La succión del bebé inmediatamente después del parto libera la hormona oxitocina en la madre, lo cual genera contracciones uterinas que ayudan a prevenir la hemorragia posparto y a regresar el útero más pronto a su estado normal.

Hay también un menor riesgo de anemia luego del embarazo al amamantar al bebé, ya que retrasa el periodo menstrual por varios meses. A largo plazo, disminuye el riesgo de varios tipos de cáncer, como el de seno y ovario, así como la posibilidad de sufrir osteoporosis.

95% de las mujeres son capaces de amamantar. 5% no lo son porque padecen problemas hormonales, no tienen glándulas mamarias o por una enfermedad rara, llamada síndrome de Sheenan. 


La lactancia materna en la vida moderna

Hoy en día una gran cantidad de madres trabajan y a pesar de eso hacen un gran esfuerzo por alimentar exclusivamente con leche materna a sus hijos, combinando exitosamente la lactancia materna y el trabajo.

Para continuar la lactancia materna exclusiva en madres que trabajan deben extraerse la leche cada 3 horas en el trabajo, almacenarla y llevarla a casa.

Conservación de la leche

* Lavarse las manos antes de manipular la leche o extraerla.

* Utilizar recipientes bien lavados y esterilizados.

* Mantener la cadena de frío por el mayor tiempo posible.

* Dar al bebé leche fresca (no congelada) siempre que sea posible.

* Congelar adecuadamente la leche que no vaya a ser utilizada.

* Guardar la leche en pequeñas cantidades (50-100cc) para poder descongelar solo lo que el niño necesite en cada toma.

* Etiquetar los recipientes de leche con la fecha de la extracción de manera de descongelar siempre la leche más antigua.

* Una vez descongelada la leche, removerla para homogenizarla


¿ Cómo transportar la leche ?

Es recomendable tener un bolso térmico con una bolsa con hielo o planchas de hielo. Dentro de ella deben colocarse los envases con la leche materna. Lo ideal es dejar la leche en un refrigerador en el trabajo, pero si no se contara con él, puede dejarse en el bolso térmico.

¿ Cómo descongelar y calentar la leche ?

* Lo más recomendable es descongelar la leche en forma paulatina dentro del refrigerador.

* También es posible ponerla directamente de la congeladora al calentador de biberones.

* Una vez descongelada NUNCA volver a congelar.

* Recordar que la leche sale a la temperatura del cuerpo, no se debe entibiar más allá de eso.


¿ Cuánto dura la leche extraída ?

* Temperatura ambiente, 12 horas.

* Refrigerador (no en la puerta) 72 horas.

* Congelador (dentro del refrigerador) 14 días.

* Congelador (compartimiento independiente) 3 meses.

* Descongelada 4 horas (a temperatura ambiente) 1 día (en el refrigerador)



Es de vital importancia mantener una higiene adecuada en los implementos de alimentación del bebé.

Los procedimientos como extracción, almacenamiento y calentamiento de la leche materna, la cual ya no es tomada directamente del pecho y los utensilios que en ellos se utilizan podrían cambiar una de las principales características benéficas de la leche materna: su esterilidad.

Si no se esterilizan los extractores de leche, pezoneras, biberones, cucharas, vasos y otros implementos que se utilizan en la alimentación del bebé podrían aparecer infecciones gastrointestinales, faringitis, laringitis e incluso afecciones bucales. Estas situaciones pueden causar severos daños en la salud del bebé.


Según la Organización Mundial de la salud « Si todos los niños de 0 a 23 meses estuvieran amamantados de forma óptima, cada año se les podría salvar la vida a más de 800.000 niños de menos de 5 años. La lactancia materna mejora el coeficiente intelectual y la asistencia a la escuela, además de asociarse a mayores ingresos en la vida adulta ».

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