febrero 28, 2022

Eco-ansiedad por el Cambio Climático



Incendios gigantes, lluvias violentas, vientos fuertes, inundaciones, deslizamientos de tierra, sequías: las imágenes están girando en televisores y nuestras redes sociales. La Tierra se está calentando, el cambio climático ya se nota y los pronósticos de los científicos, incluidos los del IPCC: el Panel Internacional de Cambio Climático, son alarmistas.

Para muchas personas, esta noticia provoca ansiedad y ha generado lo que se conoce desde hace varios años, la eco-ansiedad, la nueva “enfermedad del siglo”.

La eco-ansiedad se refiere al miedo al daño ambiental o a un desastre ecológico. Este sentimiento de ansiedad se basa en gran medida en el estado actual y futuro previsto del medio ambiente y el cambio climático inducido por el hombre.

La ansiedad causada por los problemas ambientales puede deberse a la toma de conciencia de un riesgo creciente de fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de medios de subsistencia o vivienda, el temor por las generaciones futuras y los sentimientos de impotencia.

Los investigadores inventaron el término "eco-ansiedad" para describir la ansiedad crónica o severa relacionada con la relación de los seres humanos con el medio ambiente.

En 2017, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) describió la ansiedad ecológica como un miedo crónico al desastre ambiental.

No se trata de una eco-ansiedad sino de eco-ansiedades. El fenómeno puede manifestarse de diferentes formas, ya sea psicosomático, emocional o existencial. Esto último también puede ser positivo y conducir a una transición ecológica gradual al cuestionar la forma de vida de los individuos.

No nacemos eco-ansiosos, nos convertimos en eso. Este es un proceso racional con respecto a la situación ambiental y que refleja el instinto humano de supervivencia a nivel sistémico. Es normal experimentar algunas formas de eco-ansiedad.

Esta ansiedad es un signo de una visión lúcida del mundo, pero tiene un precio y puede tener consecuencias sociales como la infertilidad voluntaria.

La noción de eco-ansiedad no es nueva, pero el término solo surgió en el debate público alrededor de 2019, debido a la creciente conciencia de las personas sobre los temas climáticos, y más recientemente debido a la publicación del alarmante informe del IPCC y los fenómenos climáticos preocupantes en todo el mundo.

Dado que la eco-ansiedad está estrechamente relacionada con el deterioro de la situación ambiental, los investigadores ven que el fenómeno se amplificará en los próximos años.

La eco-ansiedad no se considera una enfermedad mental. Actualmente, no figura en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5), lo que significa que los médicos no la consideran oficialmente una enfermedad de diagnóstico.

Sin embargo, los profesionales de la salud mental utilizan el término eco-ansiedad en el campo de la eco-psicología, una rama que se ocupa de las relaciones psicológicas de las personas con el resto de la naturaleza y cómo ésta afecta su identidad, su bienestar y su salud.

Los efectos inmediatos del cambio climático – como el daño a grupos comunitarios, la pérdida de alimentos y la reducción de la seguridad de los suministros médicos – pueden afectar gravemente la salud mental de las personas.

Los impactos graduales del cambio climático, incluido el aumento del nivel del mar y los cambios en los patrones climáticos, pueden incluso provocar síntomas crónicos de salud mental.


Síntomas crónicos de salud mental – La ansiedad

La APA señala que un clima cambiante puede afectar la salud mental de varias maneras y manifestarse como:

* trauma y shock
* trastorno de estrés postraumático (PTSD)
* ansiedad
* depresión
* abuso de sustancias
* agresión
* disminución de la sensación de autonomía y control
* sentimientos de impotencia, fatalismo y miedo.

El estrés crónico o severo, independientemente de la causa, puede aumentar el riesgo de varios problemas de salud graves. Esto incluye enfermedades cardíacas, presión arterial alta y depresión.

Junto con la eco-ansiedad, las personas también pueden experimentar síntomas generales de ansiedad.

La ansiedad por los problemas ambientales puede provenir de vivir, estar en riesgo o tener seres queridos en riesgo de condiciones climáticas extremas relacionadas con el clima, incluidos huracanes, sequías e incendios forestales.

La cobertura de los medios de comunicación sobre la destrucción del medio ambiente puede ser abrumadora y existe una evidencia creciente del impacto negativo que los seres humanos tienen en el medio ambiente. Los fenómenos meteorológicos extremos alimentaron las guerras civiles, afectaron los hogares de las personas y destruyeron los hábitats.

Está surgiendo evidencia científica de que las personas comienzan a experimentar ansiedad extrema o crónica porque sienten que no pueden controlar los problemas ambientales, especialmente el cambio climático.

Para algunas personas, el aumento de las crisis ambientales es no solo frustrante, aterrador e impactante, sino también una fuente de ansiedad constante o debilitante.

Las personas también pueden sentirse culpables o preocupadas por el impacto que su comportamiento o el de su generación pueda tener sobre el medio ambiente y el de las generaciones futuras.

Personas con más probabilidades de verse afectadas

La eco-ansiedad afecta a todos los sectores de la población y se traducirá en pensamientos obsesivos sobre el futuro, en el deseo de preservar sus necesidades básicas. El daño ambiental no afecta a todas las personas por igual. Por esta razón, algunas personas pueden experimentar ansiedad relacionada con problemas ecológicos de manera más intensa.

Algunas partes del mundo son más vulnerables a los efectos de las condiciones climáticas extremas, especialmente las comunidades costeras y las zonas bajas. En particular, las personas cuyo sustento depende del medio ambiente, como las que trabajan en la pesca, el turismo y la agricultura, tienen más probabilidades de verse afectadas.

Además, las personas que viven en comunidades indígenas a menudo dependen de los recursos naturales y tienden a residir en áreas geográficas más vulnerables. Pueden temer perder sus hogares, medios de vida o patrimonio cultural, lo que puede afectar su sentido de identidad, pertenencia y comunidad.

Las personas que trabajan en actividades medioambientales, o como socorristas y trabajadores sanitarios de emergencia también pueden ser más propensas a la ansiedad ecológica.

Estos grupos enfrentan más efectos en la salud física y mental por el cambio climático y el daño ambiental.

Los siguientes grupos también pueden tener más probabilidades de experimentar ansiedad ecológica:

* personas desplazadas y migrantes forzosos,

* personas con problemas de salud física o mental preexistentes,

* personas de nivel socioeconómico más bajo,

* niños y adultos jóvenes,

* personas mayores.

Varios perfiles

Tres tipos de pacientes que abordan el término eco-ansiedad o solastalgia durante las sesiones:

* los que llegan en situación de desgaste ecológico,
* aquellos que experimentan un despertar ecológico traumático,
* los pertenecientes a los “despiertos lúcidos”, habiendo sentido siempre una forma de malestar latente.


¿Cómo sé si tengo ansiedad ecológica?

Es natural que una persona se sienta triste, enojada, frustrada o impotente por cosas que parecen fuera de su control, y es fácil desanimarse por las malas noticias sobre el medio ambiente.

No existe una definición médica de eco-ansiedad. Si una persona siente que sus preocupaciones sobre el medio ambiente interfieren con su vida diaria, su capacidad para trabajar o su capacidad para cuidarse a sí misma, debe hablar con un profesional de la salud mental.

Un número creciente de psicólogos y otros profesionales de la salud mental están recibiendo formación sobre cómo ayudar a detectar y gestionar los miedos relacionados con el medio ambiente y el clima.


¿Cómo gestionarla?


Aunque la solución de los problemas ambientales depende del cambio social, la contribución de los gobiernos y las contribuciones al cambio climático del medio empresarial, las personas generalmente pueden manejar sus propias respuestas a los problemas ambientales utilizando una variedad de estrategias. Hay soluciones simples para, si no liberarse de la ansiedad ecológica, al menos reducirla.

Algunos consejos para controlar la ansiedad ecológica:

Formar parte

Las personas pueden descubrir que tomar medidas positivas puede ayudar a reducir los sentimientos de ansiedad e impotencia. Ayudar a los demás tiene beneficios psicológicos bien establecidos.

Algunas acciones positivas pueden incluir:

* hablar con otros sobre buenas prácticas ambientales,
* voluntariado con un grupo medioambiental,
* tomar decisiones más ecológicas, incluido el reciclaje y seguir una dieta sostenible, como comer menos carne y productos lácteos.

Los profesionales de la salud mental pueden ayudar a las personas a identificar los problemas que más les preocupan y desarrollar un plan que les haga sentir que tienen más control sobre los problemas.

Informarse

Obtener información precisa sobre el medio ambiente puede empoderar a las comunidades y ayudarlas a sentirse preparadas y resilientes en tiempos de crisis.

Confiar en información inexacta o carecer de información puede dificultar la comprensión y el tratamiento de cuestiones abstractas como el cambio climático.

Por lo tanto, las personas pueden encontrar alivio al informarse sobre cuestiones ambientales utilizando información confiable y creíble.

Confiar en la resiliencia

Las personas que tienen una opinión positiva de su capacidad para afrontar el estrés y el trauma pueden afrontar mejor la ansiedad que las personas que tienen menos confianza en sus capacidades de resiliencia.

Para fortalecer la autonomía, la APA recomienda:

* Fomentar relaciones afectivas y de confianza que ofrezcan apoyo y aliento,
* no considerar los problemas como insolubles,
* establecer metas alcanzables y avanzar de manera constante hacia ellas,
* examinar los problemas en un contexto más amplio,
* practicar un buen cuidado personal y centrarse en una imagen positiva de sí mismo,
* mantener lazos personales con lugares y lazos culturales cuando sea posible,
* Evitar el aislamiento y tratar de conectarse con personas de ideas afines.

Intentar mantenerse optimista

Tener un buen grado de optimismo puede ayudar a una persona a crecer y adaptarse después de experimentar eventos estresantes como desastres naturales. Las personas que intentan replantear las cosas de una manera positiva pueden encontrar que les ayuda a lidiar mejor con la ansiedad.

El pensamiento positivo también puede ayudar a romper los ciclos de pensamientos negativos asociados con la ansiedad crónica o severa.

Fomentar un vínculo más fuerte con la naturaleza

La reconexión con la naturaleza, con uno mismo y con el presente también es beneficiosa para recordar la belleza de nuestro medio ambiente y tener esperanza, manteniendo la salud física y mental.

Pasar más tiempo al aire libre o con la naturaleza puede ayudar a aliviar la ansiedad ecológica al fomentar una conexión personal positiva con el medio ambiente.

Algunas personas incluso recomiendan guardar una piedra, una ramita, una flor seca u otro objeto natural que puedan mirar y tocar cuando se sientan desconectados o abrumados. Ello puede funcionar igual que las técnicas de anclaje que recomiendan algunos profesionales de la salud mental para tratar la ansiedad.


Ser activo

El ejercicio constante puede ayudar a reducir la mayoría de los tipos de ansiedad. Caminar, correr o ir en bicicleta en lugar de utilizar medios de transporte basados en combustibles fósiles, cuando son realistas y seguros, fomenta el ejercicio frecuente y reduce las emisiones individuales de gases de efecto invernadero.

Las personas que van en bicicleta o caminan al trabajo con regularidad también parecen sentir menos estrés relacionado con el viaje de casa al trabajo.

Saber cuando desconectarse

Sin darse cuenta, las personas pueden verse muy influenciadas por la información que ven todos los días en los medios, la política, la publicidad y las plataformas de redes sociales. Ver esta información una y otra vez puede ser estresante, especialmente si es inexacta, sesgada o se presenta de cierta manera.

Si bien las personas pueden beneficiarse al enterarse de problemas ambientales, estar expuesto a una cantidad abrumadora de información o mucha información poco confiable puede generar ansiedad.

Re-evaluar las fuentes de noticias ambientales o reducir o desconectar las fuentes de los medios, al menos temporalmente, puede ayudar a reducir los niveles de estrés inmediatos.

Ver un doctor

Un número creciente de profesionales de la salud mental está recibiendo formación sobre cómo ayudar a las personas a gestionar su relación con la naturaleza y afrontar los problemas medioambientales modernos.

Las personas con ansiedad ecológica grave o ansiedad que no responde a los consejos de manejo en el hogar pueden necesitar ayuda profesional para controlar su ansiedad.

Para obtener ayuda profesional para la ansiedad ecológica, una persona puede hablar con un médico de familia u otro profesional de la salud que pueda brindarle consejos sobre cómo conectarse con un profesional de salud mental adecuado.

La Climate Psychology Alliance ofrece apoyo individual y grupal para personas con ansiedad ecológica, así como capacitación para terapeutas y consejeros, incluidas tres sesiones gratuitas cara a cara por teléfono o Skype.


Cambio climático: gestionar los impactos en la salud

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Georgetown en Washington, en un artículo publicado por PubMed en noviembre de 2019, brindan recomendaciones para manejar los impactos del cambio climático en la salud.

Las concentraciones de gases de efecto invernadero continúan acumulándose en la atmósfera a un ritmo creciente, calentando la superficie de la Tierra y desestabilizando el clima. Los impactos en la salud del cambio climático pueden incluir una mayor morbilidad y mortalidad debido al empeoramiento de la salud cardiopulmonar, el empeoramiento de las alergias y un mayor riesgo de enfermedades infecciosas y mentales, incluida la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático debido a eventos climáticos extremos.

Los médicos de familia deben aconsejar a los pacientes que minimicen la exposición a la contaminación del aire, que se ve potenciada por el aumento de las temperaturas. El uso de dispositivos de autocontrol, el seguimiento de la información meteorológica local y el conocimiento de eventos como incendios forestales pueden alertar a los pacientes sobre la mala calidad del aire ambiental.

Las personas vulnerables deben evitar el ejercicio extenuante al aire libre y permanecer adentro o usar máscaras protectoras N95 cuando la calidad del aire no sea segura.

Los médicos pueden enseñar a los pacientes a reconocer los primeros síntomas del mareo por calor y aconsejarles sobre la hidratación y el enfriamiento adecuados en climas cálidos. Los médicos deben conocer los signos y síntomas de las enfermedades transmitidas por vectores para garantizar un tratamiento temprano y limitar la propagación.

Los médicos deben conocer los beneficios para el clima y la salud del transporte activo y las dietas a base de plantas cuando asesoren a sus pacientes.

Los médicos pueden tener un impacto positivo en la conciencia y las políticas sobre el cambio climático incorporando consejos, preceptos de salud pública y promoción en su práctica.


Jóvenes de todo el mundo profundamente ansiosos

Se cree que el estrés crónico causado por el cambio climático aumenta el riesgo de problemas mentales y físicos para estos jóvenes, quienes en este grupo de edad se están desarrollando psicológica, social y físicamente. Este impacto en su salud será aún mayor si empeoran las condiciones climáticas severas.

Muchas personas dijeron que estaban tristes, asustadas, ansiosas y sentían miedo, ira, desesperanza, dolor y vergüenza. La destrucción del planeta los impacta personalmente.

La eco-ansiedad no solo está ligada a la destrucción del medio ambiente, sino que está indisolublemente ligada a la inacción del gobierno ante el cambio climático. Los jóvenes se sienten abandonados y traicionados por los gobiernos.

Una encuesta reciente de la revista Sciences et Avenir destaca el aumento de los trastornos vinculados a este miedo al cambio climático entre los jóvenes, como los trastornos del sueño, la conducta alimentaria, una mayor frecuencia de conflictos familiares, los adolescentes que se oponen sistemáticamente a sus padres sobre los temas de la clasificación selectiva, la alimentación ecológica, el uso del avión...

"Adolescente-Greta"

El psiquiatra infantil Stephane Clerget utiliza este término "ado-Greta". Y es cierto que de repente se comprende mejor el éxito mundial de Greta Thumberg entre los jóvenes, la activista sueca que inventó la "huelga escolar".

Está enferma y tiene alguna forma de autismo, pero sobre todo está desesperadamente preocupada y enojada con los adultos impotentes. Ella es, de hecho, como la mayoría de los jóvenes del mundo.

Un mal aún poco tratado

En psicología, la eco-ansiedad aún no se ha estudiado en los bancos universitarios. Pero las líneas están comenzando a cambiar gradualmente, bajo la influencia de los estudiantes de psicología que están escribiendo memorias clínicas sobre el tema. Charline Schmerber, psicoterapeuta, señala que no fue muy bien recibido al principio. Para facilitar el apoyo al paciente, la especialista está trabajando actualmente en la creación de una asociación que reúna a una red de profesionales, que brindará acceso a un directorio que enumera a los médicos especialistas. Debería estar disponible a finales de año 2022.

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Un estudio mundial revela la magnitud de la ansiedad de los jóvenes por el cambio climático

Según un estudio realizado en diez países por la Universidad de Bath en colaboración con cinco universidades, financiado por la ONG climática Avaaz y publicado en septiembre de 2021 por The Lancet Planetary Health, los adultos jóvenes de entre 16 y 25 años dicen estar muy preocupados o extremadamente preocupados por el cambio climático.

El estudio se presenta en forma de una encuesta realizada entre mayo y junio de 2021 por el Instituto Kantar en 10 países y entre 10,000 adolescentes. Los jóvenes entrevistados proceden de Filipinas, Brasil, Portugal, India, Australia, Francia, Reino Unido, Nigeria, Estados Unidos y Finlandia. Las mayores preocupaciones estaban en el hemisferio sur.

Los resultados de este estudio internacional también muestran que casi unanimidad (83% de los encuestados) está de acuerdo con la afirmación de que "no hemos logrado cuidar el planeta". Más de la mitad de ellos también cree que tienen menos oportunidades que sus padres.

Gobiernos señalados

La encuesta también muestra una clara falta de confianza en los gobiernos. Casi 4 de cada 10 jóvenes creen que no protegen el planeta ni a las generaciones futuras y dicen sentirse traicionados por las generaciones mayores. Aproximadamente dos tercios de los encuestados incluso consideran que los gobiernos los han defraudado y que "mienten sobre el impacto en sus acciones" en el campo climático.

La crisis de credibilidad es particularmente palpable en Brasil, India y Portugal, que representan los tres países donde este sentimiento de traición gubernamental es más evidente.

Por primera vez, también se ha demostrado que el sufrimiento psicológico relacionado con el clima se multiplica por diez cuando las medidas gubernamentales se consideran inadecuadas. Lo que también señalan es cómo los lobbies imposibilitan absolutamente cualquier acto democrático, sin dejar de culpar a los más vulnerables, que “no hacen lo suficiente, no clasifican bien sus desperdicios, se atreven a pedir comida para llevar”.

Algunas cifras

59% de los encuestados cree que está muy o extremadamente preocupado por el cambio climático.

45% dice que la ansiedad climática afecta su vida diaria, el sueño, la alimentación, el trabajo y las diversiones.

56% cree que la humanidad está condenada.

55% piensa que tendrán menos oportunidades que sus padres.

52% cree que la seguridad de su familia estará en riesgo.

39% duda en tener hijos.

Y en su gran mayoría, estos jóvenes dicen estar "asustados", "tristes", "ansiosos", "enojados", "impotentes", "indefensos" e incluso "culpables". Es bastante desesperanzador. Solo el 30% de los jóvenes dice estar "poco preocupado" u "optimista".

Y, sin embargo, esta gigantesca encuesta se realizó antes de los últimos desastres climáticos del verano en el hemisferio norte, que son las inundaciones en Alemania y China, los incendios en el Mediterráneo oriental, en California y en Siberia. Sin olvidar muchos otros fenómenos locales como las terribles tormentas eléctricas en el Gard (Francia). Tantos eventos que ayudan a fortalecer la eco-ansiedad.

El 39% duda en tener hijos
¿Son estas cifras realmente una sorpresa?

Ya se tenía una multitud de encuestas y estudios que nos decían que los jóvenes eran muy sensibles a los problemas climáticos, pero no se había medido la amplitud de la ansiedad. Se sabía que la ansiedad ecológica aumenta entre los jóvenes, pero sin sospechar la magnitud del sufrimiento psicológico y la profundidad del malestar. Los jóvenes tienen motivos objetivos para estar preocupados y ansiosos. El 75% de los jóvenes que se asustan por el cambio climático no son 75% a tener una patología.

¿Una próxima crisis de salud pública?

Ante unos resultados tan elevados, los autores del estudio evocan una "crisis de salud pública emergente". Las cifras muestran un nivel significativo de sufrimiento frente al cambio climático, y los investigadores creen que esta ansiedad y las respuestas políticas insuficientes son factores estresantes crónicos.

Los investigadores señalaron que estaban conmovidos por la amplitud de la difícil situación de los jóvenes y, por lo tanto, temen un impacto negativo significativo en la salud mental y el bienestar de los niños y jóvenes.

Pero el estudio de Lancet apunta a una crisis de salud pública que se avecina. El nivel de sufrimiento mental y estrés crónico inevitablemente tendrá efectos negativos sobre la salud de los niños y adolescentes. Cuando se pierde la confianza en el futuro, se es más propenso a la depresión.

Solastalgia. Se refiere "solace" – es decir el refugio – y "algia" – el dolor –. Es la enfermedad del dolor al perder su refugio. O, en este caso, el planeta. Fue un filósofo australiano quien acuñó el término hace 20 años después de estudiar a los habitantes de un valle que había sido devastado por la industria minera. Habían perdido su hábitat, su entorno de vida y sufrían depresión.

Los impactos en la salud del cambio climático pueden incluir un aumento de la morbilidad y la mortalidad debido al empeoramiento de los problemas cardiopulmonares, el empeoramiento de los ataques alérgicos y un mayor riesgo de enfermedades infecciosas y enfermedades mentales, incluida la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático debido a eventos climáticos extremos, según un artículo de noviembre de 2019 de la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP).

Una necesidad urgente de acción que ha sido entendida por todos menos por los interesados: los grandes contaminadores. Un llamado que fue subrayado recientemente una vez más por tres informes especiales del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC): el informe específico sobre calentamiento global de 1,5° C, el informe específico sobre cambio climático clima y tierra, y el informe específico sobre el océano y criosfera. Asimismo, el informe de Lancet Countdown on Health and Climate Change de 2019 destacó la aparición de riesgos de salud potencialmente catastróficos para un niño nacido hoy si no se da una respuesta adecuada al cambio climático.

Estos riesgos para la salud incluyen el aumento de las tasas de inseguridad alimentaria y desnutrición, enfermedades diarreicas e infecciosas y complicaciones de la contaminación del aire, aumento de la morbilidad y mortalidad por exposición a fenómenos meteorológicos extremos (por ejemplo, olas de calor, tsunamis, aumento de los océanos, incendios forestales, huracanes, sequías...).

A pesar de la abrumadora evidencia científica disponible y la creciente promoción pública, en la Conferencia de las Naciones Unidas de 2019, un pequeño grupo de gobiernos continuó obstaculizando el camino hacia un progreso significativo, lo que condujo a resultados inadecuados. Como dejó claro el primer informe sobre la brecha de producción en 2019, los gobiernos que son signatarios de los Acuerdos de París aún planean producir alrededor de un 120% más de combustibles fósiles de lo que sería compatible para limitar el calentamiento global a 1,5°C.

Si los jóvenes representan el futuro y nuestros futuros líderes, tal vez sea el momento de tener en cuenta su salud mental. Este estudio, que informa sobre la angustia generalizada entre las poblaciones jóvenes, podría desempeñar un papel en las demandas por cambio climático porque podría proporcionar evidencia de perjuicio moral según las leyes de derechos humanos.

Según los investigadores, si la investigación puede ayudar a que las agencias gubernamentales rindan cuentas... sería extraordinario. Daría voz a los niños más vulnerables, y tendría más en cuenta la eco-ansiedad como un problema real y no como un "efecto copo de nieve", como preocuparse por los osos polares, como piensan los detractores.

Reacciones aún consideradas exageradas por "adultos maduros"

Como no pensar en Greta Thunderg, esta joven activista precisamente en el grupo de edad de los encuestados que desde 2018 le ha dado rostro al enfado y la angustia de las generaciones más jóvenes. Al dirigirse directamente a los poderosos y pedirles que reparen el daño que han cometido, la joven se ha expuesto a la locura mediática que ha desencadenado a los expertos sobre la adolescente.

Así la naturaleza de su discurso se verá rápidamente eclipsada para dar paso a comentarios sobre su físico, su edad, su diferencia debido a su síndrome de Asperger o la pseudo-manipulación de sus padres.

Y si bien su discurso es retransmitido y apoyado por suficientes personas, incluidos jóvenes, reconociéndola como una de las figuras más influyentes del año 2019, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, exjefe en la cima de la primera potencia mundial y notorio escéptico del clima, la insultó en Twitter, aconsejándole que "trabajara en sus problemas de ira" y "se relaje viendo una película con un amigo".

Sin embargo, hay algo en lo que sus críticos han tenido razón, y es el enfado y la dificultad de “relajarse” de los jóvenes frente a líderes políticos que continúan ignorando el futuro. Al mismo tiempo, este comportamiento es comprensible, ya que no serán ellos los que tendrán que vivir con las consecuencias de sus decisiones.

Según la Agencia Francesa de Desarrollo, el umbral de +1,5°C podría superarse ya en 2030. Sin embargo, en 2030, las generaciones de 15 a 25 años, que nacieron entre 1995 y 2005 en promedio, tendrán entre 25 y 35 años, población activa plena, por tanto. Mientras que nuestros líderes mundiales actuales, que tienen un promedio de 60 años, tendrán… ¡72 años!

« No one seems to understand the kids these days
Personne ne semble comprendre les enfants ces jours-ci
Nadie parece entender a los niños en estos días

“The Kids are Coming”
And why we live this way
Et pourquoi on vit comme ça
Y por qué vivimos de esta manera

We got to clean up the mess you’ve made
Nous devons arranger le désordre que vous avez fait
Tenemos que limpiar el desastre que han hecho

Still you don’t wanna change
Puisque vous ne voulez toujours pas changer
Ya que todavía no quieren cambiar

You create the law
Vous créez les lois
Ustedes crean la ley »

Extracto de la canción “The Kids are Coming”, de Tones and I. Acumulando más de 15 millones de visitas en Youtube, este single lanzado en 2019 trata específicamente de este resentimiento de la juventud hacia los gobernantes.

Dar voz a los interesados es un problema importante que tiene muchas especificidades. Y como lo dice Tones and I en su canción, "We don’t just protest for the fun / No solo protestamos por la diversión". Al menos esperamos que esta toma de conciencia conduzca a una acción real, y cuyos efectos no sólo sean visibles en diez, quince o veinte años. Porque no todo el mundo no dispone de este tiempo, sencillamente, y esta es la causa de esta eco-ansiedad que afecta a 3 de cada 4 jóvenes en todo el mundo.

La eco-ansiedad, motor de movilización para salvar el planeta

El estudio revela el fenómeno acelerado de la eco-ansiedad entre los jóvenes de todo el mundo. Si bien este fenómeno parece dramático a primera vista, es un portador de esperanza, ya que la nueva generación es muy consciente de la emergencia climática. Esto puede verse como un catalizador para la movilización siempre que los medios y los políticos demuestren que una alternativa es posible.

No obstante, este estrés podría ser una palanca positiva para activar. Estas cifras muestran que las generaciones más jóvenes se han dado cuenta de que el mundo de hoy está en peligro y que una reacción es necesaria. Estar en sintonía con la realidad, dejar de estar en negación es un primer paso esencial hacia la transición. Sus temores se basan en la realidad y reflejan una comprensión honesta de la emergencia.

Información y solución

Queda por demostrarles que no todo está perdido para que esta depresión climática lleve a la acción. Y la prensa tiene un papel que desempeñar. Si hacer una crónica de los informes del IPCC es una necesidad, es fundamental ir más allá. Debemos destacar modelos de resiliencia, sacar iniciativas que funcionen.

Los especialistas en comunicación ambiental han enfatizado durante mucho tiempo que uno de los principales obstáculos para la movilización es la comunicación que está demasiado orientada al miedo. Más bien, el desafío consiste en combinar alarmismo con la capacidad de actuar. La combinación del miedo y la capacidad de actuar induce lo que se denomina "control del peligro", es decir, acciones encaminadas a reducir el peligro. Es lo contrario del "control del miedo", que tiende más a la negación y la inacción.

La otra respuesta a la ansiedad ecológica es política. La mayoría de los jóvenes encuestados cree que los gobiernos no están a la altura y reportan una mayor sensación de traición que de consuelo. La ONG Avaaz cree que la ansiedad climática entre los jóvenes está relacionada con la inacción de los gobiernos. La solución también debe venir de ellos.



La única forma de eliminar esta eco-ansiedad sería que desaparezcan sus causas
 y que se implementen los medios necesarios a nivel internacional para 
contrarrestar el cambio climático. De hecho, la difícil situación de 
los jóvenes está vinculada a la crisis ambiental, pero también al fracaso
 de los más poderosos, los adultos y los gobiernos, para responder a ella.




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