noviembre 25, 2021

La neurociencia del embarazo




La maternidad comporta una serie de adaptaciones biológicas, psicológicas, conductuales y sociales dirigidas a garantizar la supervivencia del recién nacido y de la madre. La literatura científica suele hablar sobre los cambios físicos en el cuerpo de la mujer, las adaptaciones a nivel cardiovascular, renal, metabólico, respiratorio, muscular o endocrino. El embarazo implica cambios hormonales radicales y adaptaciones biológicas, pero los efectos en el cerebro son todavía poco conocidos.

La depresión post-parto es una de las complicaciones más comunes en el embarazo. Si no se diagnostica y se trata correctamente, puede tener consecuencias a largo plazo, para la madre y el bebé, afectando negativamente el vínculo materno-filial y el desarrollo infantil.

Estos datos nos demuestran la importancia de conocer cómo el cerebro humano se prepara y se adapta a la maternidad.


El embarazo cambia la estructura cerebral de la mujer

Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto de Investigación del Hospital del Mar ha llevado a cabo un estudio, cuyos resultados se publicaron en Nature Neuroscience de diciembre de 2016, que compara la estructura del cerebro de las mujeres antes y después de su primer embarazo. Título original: “Pregnancy leads to long-lasting changes in human brain structure”.

La investigación muestra que el embarazo implica cambios que se mantienen a largo plazo – al menos hasta dos años después del parto – en la morfología del cerebro de la madre.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores han comparado imágenes de resonancia magnética de 25 mujeres embarazadas antes y después del parto, las parejas masculinas de 19 de ellas, y un grupo control formado por 20 mujeres que no estaban ni habían estado embarazadas y las parejas masculinas de 17 de ellas. El seguimiento duró cinco años y cuatro meses.

Mediante el análisis de imágenes de resonancia magnética, los científicos han detectado que el embarazo modifica el cerebro de la madre de manera duradera. Tras el periodo de gestación, este órgano presenta un menor volumen de sustancia gris en regiones encargadas del pensamiento social y la teoría de la mente, y asimismo observaron que los cambios se asociaban con el vínculo maternal: cuanto más cambia el cerebro, mejor era esta conexión materno-filial.

Los resultados han mostrado una reducción simétrica en el volumen de la sustancia gris en la línea media cortical anterior y posterior, así como en secciones específicas de la corteza prefrontal y temporal en las mujeres embarazadas. Estas zonas forman un mapa que coincide, en gran medida, con una red que los neurocientíficos asocian con los procesos implicados en las relaciones sociales.

El estudio ha permitido determinar sin ambigüedad si una mujer de la muestra había estado o no embarazada en función de los cambios en el volumen de estas áreas del cerebro e, incluso, predecir el grado de vínculo con el bebé después del parto según habían sido estos cambios.

Reducción de materia gris

La reducción de materia gris se da en todas las mujeres embarazadas estudiadas y es exclusiva de ellas, lo que indica que probablemente se trata de un cambio debido a los procesos biológicos del embarazo, y no a cambios relacionados con el nacimiento del bebé que también pueden experimentar los padres.

La reducción se debe a un proceso similar a la poda sináptica que tiene lugar durante la adolescencia, donde se eliminan las sinapsis débiles para favorecer un procesamiento mental más maduro y eficiente.

El estudio ha tenido en cuenta las variaciones tanto en mujeres que habían seguido tratamientos de fertilidad como en mujeres que habían quedado embarazadas de forma natural, y las reducciones observadas en la sustancia gris eran prácticamente idénticas para los dos grupos.

Los investigadores no han encontrado que el embarazo provoque ningún cambio ni en memoria ni en otras funciones intelectuales en las mujeres estudiadas y, por tanto, creen que la pérdida de sustancia gris no implica ningún déficit cognitivo, sino todo lo contrario.

Los resultados apuntan a que esta plasticidad cerebral inherente al embarazo tiene un fin evolutivo destinado a que la madre infiera eficientemente las necesidades de su bebé. Se trataría de una reestructuración del cerebro con fines adaptativos, para incrementar la sensibilidad de la madre para detectar, por ejemplo, rostros amenazantes o para reconocer más fácilmente el estado emocional de su bebé.


El cerebro cambia durante el embarazo para facilitar la relación materno-filial

Un equipo de investigadores del Servicio de Medicina Experimental del Hospital Gregorio Marañón y del CIBER de Salud Mental (España) en un estudio, publicado por Science Direct en la revista Psychoneuroendocrinology de febrero 2020, ha determinado que el embarazo modifica el sistema cerebral del placer, la motivación y el refuerzo en la madre – núcleo accumbens – para que “se enamore de su bebé”.

Activación del núcleo accumbens

En este estudio se han analizado datos de neuroimagen estructural y funcional de madres primerizas antes y después del embarazo. Primero, examinaron si existían cambios volumétricos en el área cerebral encargada de la motivación y el placer y si esas modificaciones se asociaban con la activación de esta región ante estímulos visuales de sus bebés.

La muestra del estudio consistió en 25 mujeres que fueron madres y 20 madres de control que no lo fueron. Sobre la activación del área accumbens en los padres o mujeres que no han pasado por el embarazo, no hay estudios. Sin embargo, la literatura animal parece indicar que esta región se activa por la interacción con la cría aunque requiera más tiempo.

Los investigadores encontraron disminuciones volumétricas en el núcleo accumbens en las mujeres tras su primer embarazo y cuanto más disminuía el volumen de esta estructura, más se activaba esta área en el cerebro de la madre cuando veía estímulos relacionados con su bebé.

Estos datos indican que en humanos la conducta maternal está condicionada por sistemas básicos e instintivos que compartimos con otros mamíferos más basales como por ejemplo los roedores.

Si se caracteriza bien cómo cambia el cerebro durante el embarazo se podrá entender mejor que ocurre a nivel cerebral en las patologías post-parto, como la depresión, que ponen en riesgo no solo la salud de la madre sino también la del recién nacido.

Este estudio concluye que tras el embarazo el bebé se convierte en el estímulo más llamativo, relevante y placentero, lo que hace que la madre inicie una serie de conductas dirigidas a promover y garantizar la supervivencia de la cría, al igual que ocurre en el reino animal.


¿Cómo cambia el cerebro de la madre? – Proyecto BeMother



Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona e Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas realizan el proyecto BeMother, lanzado en diciembre 2020 y financiado por el European Research Council. La subvención Advanced Grant, cerca de 2,5 millones de euros en financiación, se ejecutará en un período de 5 años.

El proyecto pretende establecer cuándo y cómo se reorganiza el cerebro durante el embarazo, identificar los mediadores hormonales que facilitan y dirigen esta reorganización, así como establecer la evolución de la conducta y la psicología maternal (incluida la relación con su bebé) desde el momento en que se queda embarazada hasta dos años después del parto.

El proyecto se encuentra en fase de reclutamiento de voluntarias. Las personas que pueden participar tienen que ser mujeres de entre 25 y 45 años, que no hayan sido madres previamente, que tengan previsto tener el primer bebé pronto y que vivan en Barcelona o alrededores.

Los investigadores desean saber cómo se reorganiza el cerebro y determinar si existe alguna relación entre los cambios cerebrales, hormonales y la aparición de trastornos mentales post-parto. Para ello, evaluarán el cerebro de mujeres que quieran quedarse embarazadas y también estudiarán las parejas del mismo sexo, pero no gestantes. Las evaluaciones se harán antes, durante el embarazo y después del parto. En cada una de estas visitas, se obtendrán imágenes cerebrales mediante resonancia magnética, además de tomar muestras de saliva y orina y realizar unos cuestionarios para evaluar el aspecto neuro-psicológico.

Los cambios cerebrales y psicológicos experimentados por las mujeres que se convierten en madres es un tema que, sorprendentemente, ha sido poco estudiado. El cerebro femenino y la maternidad se han pasado por alto debido al sesgo sexual en la ciencia, y al hecho de que el desarrollo de modelos multidisciplinarios de adaptaciones neurobiológicas humanas requiere una experiencia establecida de grupos con metodologías muy diferentes.

El nuevo proyecto puede tener un impacto importante en diferentes áreas del conocimiento:

* Investigación en la psicología de la mujer. Abordará las adaptaciones psicológicas en la mujer durante el embarazo.

* Neurociencia reproductiva. Arrojará luz sobre la regulación altamente compleja de las adaptaciones neurobiológicas para la maternidad.

* Plasticidad neuronal. Ayudará a explorar los efectos duraderos de la reorganización inducida por el embarazo en la plasticidad cerebral, de utilidad para avanzar en la comprensión de los procesos de desarrollo neurológico y neurodegenerativo.

* Salud mental. El período del post-parto es uno de los momentos en la vida de una mujer con el mayor riesgo de varios trastornos mentales.

* Psicología del desarrollo. Investigará el impacto de las adaptaciones durante el embarazo sobre la relación entre madre y bebé.

El objetivo final es integrar todos los hallazgos neuronales, neuropsicológicos y metabolómicos – sustancias llamadas metabolitos presentes en las células y los tejidos – para construir un modelo pionero del desarrollo de la conducta materna. Saber cómo se prepara el cerebro, la mente y el cuerpo de una mujer para afrontar los retos de la maternidad.



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