La comida chatarra degenera los circuitos cerebrales
Consumir demasiada comida chatarra, causa corto
circuitos en los neurotransmisores del cerebro. Igualmente, comer muffins inicialmente eleva
el nivel de azúcar en la sangre, para luego, inmediatamente bajarlo en picada.
Los neurotransmisores indican al cerebro que hay un desequilibrio químico, así
que se come otro muffin para lograr una estabilización temporal, y así el
ciclo continúa.

La comida chatarra es atrayente debido a la bioquímica entre usted y comida, dice el Dr. Neal Barnard, autor de “Breaking the Food Seduction: The Hidden Reasons Behind Food Crarings – And 7 Steps to End Them Naturally” (Saint Martin’s 2003).
Por
ejemplo, después de comer chocolate, se puede sentir eufórico debido a los
efectos opiáceos que tiene en el cerebro, así que usted vuelve por dos o tres
chocolates más. Esta sensación eufórica
es agradable, causando que el cerebro libere dopamina. El Dr. Barnard explica que este placer
inesperado que nos da la comida motiva que la dopamina bloquee las células
cerebrales construyendo una memoria permanente del rastro de donde proviene el
placer, lo que hace que usted quiera experimentarlo una y otra vez.
La obesidad puede
comenzar en el vientre de la madre. Los bebés nacidos de madres obesas tienen
ritmos metabólicos de descanso más bajos que aquellos bebés nacidos de madres
de peso normal, según los autores Russel Rising y Fima Lipshitz. en “Lower Energy Expenditures in Infants From
Obese Biological Mothers” (Nutrition Journal, 2008).
En otro
estudio “Dieta de Comida Chatarra y una Gran Propensión a la Obesidad en las
Crías de las Ratas” (British Journal of Nutrition, 2007), los investigadores
Stephanie Bayol, Samantha Farrington y Neil Strickland citan un experimento
conducido en un laboratorio de ratas, comparando dos grupos de hembras
preñadas.
El
primer grupo podía elegir entre purina y comida chatarra humana. Al segundo grupo sólo se le dio purina. Ambos grupos tenían acceso ilimitado a la
comida, y después de parir, se continuó con la misma dieta mientras las ratas
amamantaban a sur crías. Después, ambos
grupos de crías tuvieron acceso a la purina y comida chatarra.
“Las
crías cuyas madres tuvieron acceso a la comida chatarra tenían gran afinidad
con la comida chatarra, más calorías y más propensas a engordar.
Las
madres con acceso a la comida chatarra demostraron resultados similares; ellas
comieron 40% más comida y 56% más calorías que las madres que sólo tuvieron
acceso a la purina.
En el
caso de los niños, el acceso a la comida chatarra no para en el vientre de la
madre. También pueden encontrar opciones
de comida rápida en los colegios. El Dr. Benjamin Feingold de la Feingold
Association de los EEUU escribe en su website:
”Algunos aditivos de comida sintéticos afectan directamente el
aprendizaje, comportamiento y la salud de padres y niños. Quizás burbujee en su
boca o esté decorado con sprinkles de colores. La comida chatarra está diseñada para ser irresistible – por lo que
no debe sorprender que se haya relacionado a la comida chatarra con la
obesidad.
La
comida chatarra, la preferida de muchos niños y adolescentes es adictiva, así
lo revelan estudios del Instituto de Investigación de The Scripps, California.
Los científicos han hecho estudios en ratas y han descubierto que la comida
chatarra no sólo influye en el sobrepeso, también degenera los circuitos cerebrales, que cada vez perciben menos
placer por comer y por lo tanto generan el impulso de comer mayores cantidades.
Los
estudios se han realizado en ratas, se trataba de verificar qué ocurre en el
cerebro al ingerir comida chatarra. Los científicos les dieron a las ratas
comida chatarra a voluntad. Las ratas al principio se saciaban con poco. Pero
la evolución fue que esas ratas se convertían en “comedoras compulsivas”. Luego
los científicos les dieron a las ratas la opción de comer comida sana, o comer tocino, salchichas o dulces. Las ratas
no dudaban y preferían los dulces y las salchichas porque estos les
engordaba más fácilmente.
Los
científicos quisieron probar la adicción de las ratas, las castigaron con
pequeñas descargas eléctricas cada vez que vez que las ratas escogían comida
basura. Sorprendentemente la ratas aún siendo castigadas con descargas
eléctricas seguían eligiendo la comida basura. A pesar de la descarga eléctrica
no renunciaban a la comida chatarra.
Los
científicos se dieron cuenta cómo las preferencias de las ratas habían cambiado
de tal forma que una vez habían probado las hamburguesas, el tocino, las
salchichas ya no querían regresar a probar otro tipo de comida. Ni siquiera
probaban la comida sana, la ignoraban.
Otro
descubrimiento revelador fue la reducción
del neurotransmisor dopamina (responsable de sensaciones placenteras) en las
ratas con sobrepeso. Los drogadictos sufren igualmente la disminución del
receptor de dopamina.
Los productos grasos y azucarados estimulan las
mismas zonas del cerebro que las drogas. Las
papas fritas pueden ser tan adictivas como la marihuana. ¿Alguna vez has
empezado a comer un paquete de papas fritas y no has podido parar hasta
terminarlo? Resulta que este snack te puede volver dependiente, al igual que la
marihuana. Cabe mencionar que este efecto no se limita a las papas fritas,
sino, en general, a todos aquellos alimentos ricos en grasas, como la comida
chatarra.

Cuando
nos metemos a la boca algún alimento rico en grasas, la lengua envía una señal
al cerebro, el que a su vez, se la manda al intestino estimulando la producción de
endocannabinoides.
![]() |
endocannabinoides |
¿Qué es
lo que causa esta sustancia? Activa otras células que, a través de sustancias
químicas, provocan un deseo insaciable de comer papas. Además, los
endocannobonides interfieren en la producción de hormonas relacionadas a la
sensación de hambre y de saciedad. Por eso desempeñan un papel importante en la
regulación del consumo de comidas grasosas.
“En
términos evolutivos, el hombre comía grasas para sobrevivir, ya que son una
gran fuente de energía, pero en la actualidad no es necesaria la ingesta
abundante de estas para vivir”, dijo Daniele Piomelli, director del
Departamento de Drug Discovery del ITT.
El
estudio sugiere la posibilidad de evitar esta tendencia obstruyendo la
actividad de los endocannobonides a través de, por ejemplo, una sustancia que
bloquee los receptores de cannabinoides. Como esta droga no tendría que
ingresar al cerebro, no causaría los efectos secundarios característicos del
bloqueo de endocannobonides, como la ansiedad y la depresión.
La
mayoría de los quioscos ofrecen comida chatarra y alimentos que generan
sobrepeso en los niños.
Hoy son
cada vez menos los niños que llevan refrigerio al colegio. La mayoría lleva
dinero y compra sus alimentos en la escuela. Sin embargo, el problema llega
cuando los quioscos presentan ofertas poco saludables, comida chatarra y
alimentos que lo único que logran son incrementar el índice de obesidad
infantil.
El niño
con dinero en mano puede elegir el producto que más le provoque, generalmente
golosinas, gaseosas, galletas y sándwiches poco nutritivos. En el quiosco no hay
nadie que pueda controlar el consumo y regular su compra. Por ello es necesario que se establezcan algunas
políticas sobre la venta de algunos productos en los colegios.
Estados
Unidos, Chile y México son algunos de los países que han puesto atención a
estos detalles y hoy cuentan con leyes y reglamentos que protegen a los
estudiantes de la oferta chatarra.
La
Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una propuesta para
prohibir la comida chatarra en los colegios. Esta directiva estará acompañada
de una campaña educativa sobre la importancia de tener una alimentación
saludable.
Tendrá
entre sus principales objetivos ayudar a reducir los índices de sobrepeso y
obesidad en la población escolar, problemas asociados al consumo de alimentos
con alto contenido de sal, azúcar y grasa.
Se debe
orientar a los padres de familia sobre la preparación de refrigerios saludables
y nutritivos, para dar prioridad al consumo de frutas y otros alimentos con
pocas calorías.
Nuevos estándares de nutrición en las escuelas estadounidenses
Regulaciones hechas por el Departamento de Agricultura especifican mejores estándares nutritivos en la línea de almuerzos escolares de los programas de nutrición infantil.
Estas nuevas reglas, que entrarán en vigor en 2015, estipulan que los menús escolares deberán contener ciertos límites de calorías, grasa, azúcar y sodio. Y toda esta información deberá figurar de manera clara en los envases de los alimentos y bebidas.
Uno de los mayores cambios propuestos en las nuevas reglas es una prohibición casi total de las bebidas deportivas de alto contenido calórico, que muchas empresas incluyeron en las máquinas expendedoras de las escuelas para reemplazar a los refrescos con alto contenido calórico que debieron retirar en respuesta a las críticas de la comunidad de salud pública.
Las reglas también se aplicarán a los bocadillos a la venta en los alrededores de la escuela y los alimentos "a la carta" en las cafeterías, que nunca han sido regulados antes. Se permitiría a los estados regular las ventas de pasteles por los estudiantes.
Sólo se permitiría la venta en las escuelas secundarias de refrescos y bebidas deportivas que contengan 60 calorías o menos por porción de 354 mililitros (12 onzas), y prohibiría las versiones de estas bebidas con más calorías.
Las bebidas deportivas con alto contenido calórico y los caramelos serán retirados de las máquinas expendedoras en escuelas y cafeterías y sustituidos por bebidas de dieta, barras de granola y otros productos saludables.
Las normas, requeridas en una ley sobre nutrición infantil aprobada por el Congreso en 2010, forman parte de los esfuerzos del gobierno para combatir la obesidad infantil y tienen el potencial de transformar lo que muchos niños comen en la escuela.
Si bien algunas escuelas ya han hecho mejoras en sus menús de mediodía y opciones disponibles en las máquinas expendedoras, otras todavía venden alimentos con alto contenido calórico y de grasa. Las normas actuales ya regulan el contenido nutricional de los desayunos y almuerzos escolares gratuitos y de bajo costo que son subsidiados por el gobierno federal, pero la mayoría de los comedores también tienen servicios "a la carta" que ofrecen otros alimentos, a menudo grasosos, como palitos de mozzarella y nachos.
Por primera vez se asegurará de que todos los alimentos vendidos en las 100.000 escuelas del país sean más saludables, imponiendo límites al contenido de grasa, calorías, azúcar y sodio de casi todo lo que se vende en las escuelas.
Prohibición de la venta de comida chatarra en colegios mexicanos
La Cámara de Diputados de México aprobó en 2014, dos reformas para prohibir la venta de comida chatarra en los colegios y para hacer obligatorio el ejercicio físico en las escuelas de este país, donde la obesidad afecta al 30 por ciento de los niños y al 40 por ciento de la población total.
En los últimos 20 años la obesidad infantil en México se triplicó y es necesario que autoridades federales y estatales actúen de manera responsable para revertir la situación. El 40% de la población de México, que suma más de 105 millones de habitantes, padece obesidad, el 30% de los niños en México tiene sobrepeso y uno de cada diez es obeso al cumplir 10 años.
Con esta iniciativa se obliga a las escuelas que implementen 30 minutos de ejercicio físico al día para prevenir el sobrepeso y obesidad y se insta a los funcionarios y maestros a propiciar un desarrollo sano del núcleo familiar.
México ocupa el segundo lugar a escala mundial en sobrepeso y obesidad, sólo detrás de Estados Unidos, y tiene la tasa más alta de incremento de este problema, principalmente en menores de edad.
Nuevos estándares de nutrición en las escuelas estadounidenses
Regulaciones hechas por el Departamento de Agricultura especifican mejores estándares nutritivos en la línea de almuerzos escolares de los programas de nutrición infantil.
Estas nuevas reglas, que entrarán en vigor en 2015, estipulan que los menús escolares deberán contener ciertos límites de calorías, grasa, azúcar y sodio. Y toda esta información deberá figurar de manera clara en los envases de los alimentos y bebidas.
Las reglas también se aplicarán a los bocadillos a la venta en los alrededores de la escuela y los alimentos "a la carta" en las cafeterías, que nunca han sido regulados antes. Se permitiría a los estados regular las ventas de pasteles por los estudiantes.
Sólo se permitiría la venta en las escuelas secundarias de refrescos y bebidas deportivas que contengan 60 calorías o menos por porción de 354 mililitros (12 onzas), y prohibiría las versiones de estas bebidas con más calorías.
Las bebidas deportivas con alto contenido calórico y los caramelos serán retirados de las máquinas expendedoras en escuelas y cafeterías y sustituidos por bebidas de dieta, barras de granola y otros productos saludables.
Las normas, requeridas en una ley sobre nutrición infantil aprobada por el Congreso en 2010, forman parte de los esfuerzos del gobierno para combatir la obesidad infantil y tienen el potencial de transformar lo que muchos niños comen en la escuela.
Si bien algunas escuelas ya han hecho mejoras en sus menús de mediodía y opciones disponibles en las máquinas expendedoras, otras todavía venden alimentos con alto contenido calórico y de grasa. Las normas actuales ya regulan el contenido nutricional de los desayunos y almuerzos escolares gratuitos y de bajo costo que son subsidiados por el gobierno federal, pero la mayoría de los comedores también tienen servicios "a la carta" que ofrecen otros alimentos, a menudo grasosos, como palitos de mozzarella y nachos.
Por primera vez se asegurará de que todos los alimentos vendidos en las 100.000 escuelas del país sean más saludables, imponiendo límites al contenido de grasa, calorías, azúcar y sodio de casi todo lo que se vende en las escuelas.
Prohibición de la venta de comida chatarra en colegios mexicanos
La Cámara de Diputados de México aprobó en 2014, dos reformas para prohibir la venta de comida chatarra en los colegios y para hacer obligatorio el ejercicio físico en las escuelas de este país, donde la obesidad afecta al 30 por ciento de los niños y al 40 por ciento de la población total.
En los últimos 20 años la obesidad infantil en México se triplicó y es necesario que autoridades federales y estatales actúen de manera responsable para revertir la situación. El 40% de la población de México, que suma más de 105 millones de habitantes, padece obesidad, el 30% de los niños en México tiene sobrepeso y uno de cada diez es obeso al cumplir 10 años.
Con esta iniciativa se obliga a las escuelas que implementen 30 minutos de ejercicio físico al día para prevenir el sobrepeso y obesidad y se insta a los funcionarios y maestros a propiciar un desarrollo sano del núcleo familiar.
México ocupa el segundo lugar a escala mundial en sobrepeso y obesidad, sólo detrás de Estados Unidos, y tiene la tasa más alta de incremento de este problema, principalmente en menores de edad.
Para
cualquier padre, preparar el refrigerio tiene prioridad en una lista de
tareas. Es tentador darle al niño algún
dinero y olvidarse de prepararlo ese día, pero varios estudios demuestran que
los niños que se alimentan siguiendo una dieta rica en nutrientes y libre de
alimentos refinados y procesados, son menos propensos a la obesidad y a
desempeñarse mejor en el colegio y deportes. De ser posible, permita que el niño
ayude a prepararla, ya que los niños que se involucran en la preparación
tienden a comer sus propias creaciones.


2. Calcio. Los niños necesitan calcio para
el crecimiento y reparación de huesos y dientes. Claro que un vaso de leche o una tajada de queso
son ingredientes que van, pero contrariamente a lo que se escucha en los medios
de comunicación, los productos lácteos no son la única fuente de calcio
disponible en el mercado. El brócoli, almendras y tofu son
alimentos ricos en calcio que ayudan a desarrollar la masa ósea.
Pruebe
una porción doble de calcio con una combinación de vegetales y dip: haga una salsa
para vegetales verdes con yogur griego sin grasa, hierbas frescas picadas y
jugo de un limón. Si su niño prefiere algo dulce, prepare una bolsita con
almendras picadas para salpicar o un recipiente con yogur, sabor a frutas,
libre de grasas.
3. Proteína. Además de alimentar los
neurotransmisores que envía mensajes entre el cerebro y las células, las
proteínas construyen y reconstruyen el tejido muscular. Y así tiene sentido que
mientras más alta sea la calidad de la proteína, más productivas serán las
células cerebrales y mejor la reparación del tejido muscular. Tenga en cuenta
que la proteína no siempre necesita ser servida entre dos tajadas de pan.
Carnes y embutidos son pre-empaquetados con sal, preservantes y productos de
relleno. Una mejor alternativa es servir algunas tajadas de pechuga de pollo que haya sobrado o un huevo duro.

5. Frutas y Vegetales. Los niños son
conocidos por compartir gérmenes en los campos de recreo, así que las frutas y
vegetales ricos en antioxidantes son
esenciales para mantener a los niños fuera las enfermerías y dentro de las
aulas. Para máximos beneficios de salud,
anime a su niño a comerlos de diferentes colores. Corte los vegetales en formas atractivas y
prepare su aliño o dip favorito bajo en grasa.
Pruebe una alternativa dulce, prepare en una tortilla de trigo integral,
untada con mantequilla de almendra y mermelada 100% de fruta, envolviendo o
enrollando un plátano pelado. El jugo de frutas es de lejos superior a las
bebidas para deportistas, pero la fibra
de las frutas enteras demora la absorción del azúcar natural de la fruta,
siendo una mejor alternativa que beber sólo el jugo. Consumir el 100% de un
jugo con un alimento, demorará el ingreso del azúcar al torrente sanguíneo,
manteniendo al niño mejor dispuesto para sus clases.

Si su
niño regresa con el refrigerio completo que preparó, no se desanime. De acuerdo a la Academia Americana de
Pediatría, toma a veces de 10 a 15 experiencias con nuevos alimentos para que
el niño se habitúe.
Ver :
Ver :
esta información es genial espero que en verdad todos hagan conciencia y empiecen a cuidar su alimentación....
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