La hiperactividad es un trastorno de la
conducta de los niños, descrito por primera vez en 1902, por Georges Still,
pediatra británico. Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad
motora, que se mueven continuamente, sin que toda esta actividad tenga un
propósito. Van de un lado para otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero que
abandonan rápidamente para comenzar otra, que a su vez, vuelven a dejar
inacabada. Esta hiperactividad aumenta cuando están en presencia de otras
personas, especialmente con las que no mantienen relaciones frecuentes. Por el
contrario, disminuye la actividad cuando están solos.
Perfil de un niño hiperactivo
Según Still, estos niños son especialmente
problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos,
inquietos y nerviosos. También son niños difíciles de educar, ya que pocas
veces pueden mantener durante mucho tiempo la atención puesta en algo, con lo
que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un cociente
intelectual normal.
Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen
hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de
lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral
muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta
lograr lo que desean. Esto unido a sus estados de ánimo bruscos e intensos y a
su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que crean frecuentes
tensiones en casa o en el colegio. En general, son niños incapaces de estarse
quietos en los momentos que es necesario que lo estén. Un niño, que se mueve
mucho a la hora del recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños, lo
que les ocurre es que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.
Indicadores de hiperactividad según la edad del niño
* De 0 a 2 años. Descargas nerviosas sobre
los músculos que provocan contracciones durante el sueño, problemas en el ritmo
del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar
sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los
estímulos auditivos e irritabilidad.
* De 2 a 3 años. Inmadurez en el lenguaje
expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión
a sufrir numerosos accidentes.
* De 4 a 5 años. Problemas de adaptación
social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas.
* A partir de 6 años. Impulsividad, déficit
de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de
adaptación social.
Causas
El TDAH es el trastorno de la conducta de la
niñez más comúnmente diagnosticado y afecta a aproximadamente de 3 a 5% de los
niños en edad escolar. Este trastorno se diagnostica mucho más frecuentemente
en niños que en niñas.
El TDAH puede ser hereditario, pero no está
claro qué lo causa exactamente. Cualquiera que sea su causa, parece iniciarse
muy temprano en la vida a medida que el cerebro se está desarrollando. Los
estudios imagenológicos sugieren que los cerebros de los niños con trastorno de déficit de atención con hiperactividad son diferentes de los cerebros de
otros niños.
La depresión, la falta del sueño, las
dificultades de aprendizaje, los trastornos de tics y los problemas de
comportamiento se pueden confundir con o aparecer junto con el TDAH. Cuando se
sospecha que un niño padece este trastorno, debe ser examinado cuidadosamente
por un médico para descartar otras posibles afecciones o razones de este
comportamiento.
La mayoría de los niños con TDAH también
tienen al menos otro problema de desarrollo o de comportamiento. Igualmente
pueden tener otro problema psiquiátrico, como depresión o trastorno bipolar.
Factores no genéticos
Se trata de complicaciones prenatales,
perinatales y postnatales.
El consumo materno de alcohol y drogas,
incluso de tabaco, predispone a padecer el trastorno. También influye el bajo
peso al nacer, la anoxia (falta casi total del oxígeno en un tejido), lesiones
cerebrales, etc. Los factores ambientales pueden contribuir a su desarrollo.
Las psicopatologías paternas, el bajo nivel económico, la marginalidad, el
estrés familiar, un entorno inestable podría agravar el trastorno.
Factores genéticos
La existencia del mismo trastorno en hermanos
es de un 17 a un 41%. En cuanto a gemelos univitelinos (proceden de la
fecundación de óvulos distintos) el porcentaje de trastorno común es hasta del
80%. Si el padre o la madre ha padecido el síndrome sus hijos tienen un riesgo
del 44% de heredarlo.
El córtex (manto
de tejido nervioso que cubre los hemisferios cerebrales e implicado en procesos
cognitivos superiores como el pensamiento) ha demostrado su importancia en la
presencia del trastorno. Una atrofia cortical frontal se ha observado en muchos
jóvenes y adultos con historia de trastorno de déficit de atención en la
infancia.
Zonas del cerebro relacionadas con TDAH
Diferentes partes que componen el córtex prefrontal y que controlan la atención, el comportamiento y el juicio |
La zona afectada es el lóbulo frontal, la
parte anterior del cerebro. Esta zona es la que se encarga de planificar y
ejecutar las acciones que realizamos con un objetivo final a la vista.
Existe una disfunción del lóbulo
frontal y por otra parte desde el punto de vista neuroquímico existe una
deficiencia en la producción de importantes neurotransmisores cerebrales. Los
neurotransmisores son sustancias químicas que producen las neuronas. Para que
se produzca una buena comunicación entre las neuronas y todo funcione
normalmente debe existir la cantidad adecuada de determinados neurotransmisores
que en este caso son la dopamina y la noradrenalina. En el niño con TDAH existe
una producción irregular en estos dos neurotransmisores y, por ello, la
medicación que se les da está orientada a regularizar la producción de esas
sustancias.
Con los adelantos científicos actuales es
posible visualizar el funcionamiento del cerebro como se observa en la imagen
realizada por PET (tomografía por emisión de positrones) en la que se ven dos
cerebros.
Uno es el de un niño sin el trastorno y el
otro es un niño con TDAH. La parte roja, anaranjada y blanca del cerebro del
niño sin el trastorno nos indica que existe mucha más actividad ante una tarea
que requiere atención continuada. En el cerebro a la izquierda falla la actividad que es necesaria
para focalizar la atención.
Diferencias existentes entre Déficit de atención (TDAH) e Hiperactividad
EL TDA involucra falta de atención y
concentración, así como también un comportamiento de distracción. Los niños que
padecen de este subtipo no son excesivamente activos y tampoco interrumpen las
clases; más bien no completan sus tareas, se distraen con facilidad, cometen
errores imprudentes y evitan actividades que requieren de trabajo mental
continuo y de mucha concentración. Y como no interrumpen, es más probable que
dichos síntomas se pasen por alto.
Generalmente, presentan un tempo cognitivo
lento. Tiene dificultades en la memoria de trabajo y en retener información
nueva. Todo ello ocasiona que en las instrucciones orales o escritas cometan
errores. No se caracterizan por ser niños agresivos, con lo cual no suelen
tener demasiados problemas en crear amistades entre iguales.
El perfil hiperactivo-impulsivo se muestra
muy inquieto cuando debe permanecer sentado. En situaciones inadecuadas corre o
trepa de manera excesiva. Continuamente está hablando, teniendo grandes
dificultades en permanecer callado.
Suelen tener mayores dificultades en
establecer relaciones sociales debido a su carácter impulsivo. La adolescencia
puede ser problemática si no se tratan los síntomas desde la infancia.
Comparando las conductas de los niños
inatentos con los hiperactivos-impulsivos, tienen en común que a ambos les
cuesta mantener la atención, seguir las rutinas y las órdenes o pautas de forma
continuada y se diferencian por su impulsividad o precipitación.
Síntomas
Son niños cuyas madres siempre suelen estar,
como aquella película “al borde del ataque de nervios”. Son niños que desde que nacen
son problematicos, no duermen bien o lloran, o son muy espabilados y enseguida
se levantan de la cuna, parecen muy inteligentes porque suelen hablar mucho y
con desparpajo, y aparentemente su desarrollo ha sido normal. Simplemente es un
niño insufrible al que no se puede llevar a ningún lado, agota a todo el mundo,
desquicia a la familia y no para quieto ni un minuto.
Cuando empieza la etapa escolar comienzan los
fracasos. Los maestros se percatan de que no presta la más mínima atención,
hasta el punto de que a veces son enviados al otorrinólogo para realizar una
audiometría porque parecen estar “sordos”.
La sociedad americana de psiquiatría ha descrito los síntomas. Algunos niños con TDAH tienen principalmente el tipo de
trastorno de falta de atención. Otros pueden tener una combinación de
hiperactividad y comportamiento impulsivo. Aquellos niños con el tipo de
trastorno de falta de atención son menos perturbadores y es más probable que no
se les diagnostique el TDAH.
Síntomas de falta de atención
1. No logra prestar atención cuidadosa a los
detalles o comete errores por descuido en el trabajo escolar.
2. Tiene dificultad para mantener la atención
en tareas o juegos.
3. Parece no escuchar cuando se le habla
directamente.
4. No sigue instrucciones y no logra terminar
el trabajo escolar, los deberes u obligaciones en el lugar de trabajo.
5. Tiene dificultad para organizar sus tareas
y actividades.
6. Evita o le disgusta comprometerse en
tareas que requieran esfuerzo mental continuo (como las tareas escolares).
7. Con frecuencia pierde juguetes, lápices,
libros o herramientas necesarias para las tareas o actividades.
8. Se distrae fácilmente.
9. Se muestra a menudo olvidadizo en las
actividades diarias.
Síntomas de hiperactividad
2. Abandona su asiento cuando lo que se
espera es que se quede sentado.
3. Corre y trepa excesivamente en situaciones
inapropiadas.
4. Tiene dificultad para jugar en forma
silenciosa.
5. A menudo habla excesivamente, está
"en movimiento" o actúa como si fuera "impulsado por un
motor".
Síntomas de impulsividad
1. Emite respuestas antes de que termine de
escuchar la pregunta.
2. Tiene dificultades para esperar su turno.
3. Se entromete o interrumpe a los demás
(irrumpe en conversaciones o juegos).
Síntomas de dificultades de aprendizaje
* Variabilidad. Son niños que tienen amplias
variaciones en sus respuestas, son los típicos niños de los que se dice “puede
hacerlo porque ayer realizó perfectamente esa tarea, cuando hoy es un
desastre”.
* Retraso psicomotor, que varía desde la
simple torpeza motriz hasta “dispraxias“ importantes, es decir problemas en
las nociones de su esquema corporal, del tiempo y del espacio. Dificultades que
se agudizan cuando tiene que realizar algo con ritmo.
* Trastorno del lenguaje de tipo expresivo,
con vocabulario limitado y dificultades a la hora de expresarse. Problemas en
el área de lectura. Dislexia.
* Dificultades en la grafía, en la escritura:
disgrafía y disortografía, porque existe una deficiente coordinación entre lo
que ve y el movimiento manual, es decir, suelen presentar incordinación
visuomotriz. Su escritura es torpe, con tachones, desordenada, su ortografía
con múltiples faltas y confusiones.
Síntomas personales
* Emotividad muy variable, cambian
frecuentemente de humor, pueden pasar de la risa al llanto con cierta
facilidad. Son explosivos, de rabietas constantes.
* Acentuados sentimientos de frustración,
baja tolerancia ante los problemas. Insiste una y otra vez en que se realicen
sus peticiones.
* Problemas de relación con los compañeros.
Inadaptación social.
* Problemas de ansiedad, agresividad,
oposición, disconformidad.
* Algunos de ellos presentan enuresis ( pis
nocturno).
Una vez descritas las características que
pueden presentar, aunque evidentemente no todos los niños tienen todas las
alteraciones, se puede comprender perfectamente que sean niños que suelen ser
el punto central de las discusiones familiares, puesto que son niños que
“desquician“ fácilmente y no siempre se sabe cómo tratarlos, por lo que se
producen constantes enfrentamientos en la familia.
La falta de atención que pone en tareas que
requieren un esfuerzo suele interpretarse como pereza y además en ocasiones,
los niños que tienen el trastorno son capaces de estar sin síntomas en una
situación nueva, cuando existe mucho control, o ante actividades muy
interesantes (como los videojuegos), lo que hace que sus padres piensen que el
comportamiento anómalo es voluntario, que "para lo que le interesa sí que se
fija” y esto complica aún más el problema. Estos padres no saben que existe una
importante deficiencia del autocontrol, que tiene base neurobiológica.
Hay pues que armarse de paciencia y saber que
el trastorno, que es muy acusado en la primera parte de la infancia, suele ir
mejorando con la edad, aunque existen aún alteraciones en la vida adulta, casi
en una tercera parte de los casos.
Consecuencias en la familia con un niño hiperactivo
Diagnóstico
Con demasiada frecuencia, los niños difíciles
son clasificados incorrectamente como niños que sufren de trastorno de
hiperactividad con déficit de atención y, por otro lado, muchos niños que
verdaderamente sí lo tienen permanecen sin diagnóstico. En cualquiera de los
casos, a menudo se pasan por alto las dificultades relacionadas con el
aprendizaje o los problemas de estado de ánimo. La Academia Estadounidense de
Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) ha publicado las pautas para
dar mayor claridad a este asunto.
En principio, el diagnóstico y el tratamiento
deben ser multidisciplinar. El examen de un psicólogo, y de un psiquiatra o
neurólogo es imprescindible, porque las áreas que estos profesionales abarcan
son básicas para reeducar un trastorno de déficit de atención con
hiperactividad.
El diagnóstico está basado en síntomas muy
específicos que deben estar presentes en más de un escenario:
* Los niños deben tener al menos 6 síntomas
de atención o 6 síntomas de hiperactividad e impulsividad, con algunos síntomas
presentes antes de la edad de 7 años.
* Los síntomas deben estar presentes durante
al menos 6 meses, ser observados en dos o más escenarios y no ser causados por
otro problema.
* Los síntomas deben ser tan graves que
causen dificultades significativas en muchos escenarios, incluyendo el hogar,
la escuela y las relaciones con los compañeros.
En los niños mayores, el THDA está en
remisión parcial cuando aún tienen los síntomas, pero ya no se ajustan a la
definición completa del trastorno.
Evaluación. El niño debe someterse a una
evaluación por parte del médico si se sospecha TDAH y puede abarcar:
* Cuestionarios para los padres y profesores
(por ejemplo, Connors, Burks).
* Evaluación psicológica del niño y de la
familia, incluyendo un examen de coeficiente intelectual y pruebas
psicológicas.
* Evaluación mental, nutricional, física,
psicosocial y del desarrollo completas.
Tratamiento
El tratamiento depende de cada caso
individual.
El tratamiento farmacológico más utilizado son los estimulantes, que sirven para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y los sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos psicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez, que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
El tratamiento farmacológico más utilizado son los estimulantes, que sirven para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y los sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos psicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez, que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
El tratamiento del TDAH es una coalición
entre el médico, los padres o tutores y el niño.
Para que la terapia sea eficaz, es importante :
* Establecer metas específicas y apropiadas
para guiar la terapia.
* Iniciar la terapia farmacológica y la psicoterapia
conductista.
* Tener controles regulares con el médico
para revisar las metas, los resultados y cualquier efecto secundario de los
medicamentos. Durante estos chequeos, se debe reunir información de padres,
profesores y el niño.
Si el tratamiento no parece funcionar, el
médico debe :
* Verificar que el niño realmente padezca
este trastorno.
* Buscar otros posibles problemas de salud
que puedan causar síntomas similares.
* Constatar que se esté siguiendo el plan de
tratamiento.
Fármacos
Los niños que sufren el trastorno por déficit
de atención con hiperactividad (TDAH) sólo deben ser tratados con fármacos en
casos extremos, y nunca antes de los cinco años.
Una combinación de medicamentos y
psicoterapia funciona mejor. Hay varios diferentes tipos de medicamentos para
el TDAH que se pueden usar solos o combinados.
Los psicoestimulantes (también conocidos como
estimulantes) son los fármacos que más comúnmente se utilizan para el TDAH.
Aunque estos fármacos se denominan estimulantes, realmente tienen un efecto
tranquilizante en las personas con este trastorno.
Son numerosos los estudios que han verificado la eficacia de estos fármacos en población infantil y, hoy en día, su uso está generalizado como parte del tratamiento. Pese a estos resultados positivos, hay que señalar el inconveniente de la presencia de efectos secundarios contingentes a la toma de la medicación. Entre ellos estaría la disminución del apetito, insomnio, alteraciones del ánimo y ocasionalmente molestias gástricas. Estos efectos suelen desaparecer con la reducción de la dosis.
Son numerosos los estudios que han verificado la eficacia de estos fármacos en población infantil y, hoy en día, su uso está generalizado como parte del tratamiento. Pese a estos resultados positivos, hay que señalar el inconveniente de la presencia de efectos secundarios contingentes a la toma de la medicación. Entre ellos estaría la disminución del apetito, insomnio, alteraciones del ánimo y ocasionalmente molestias gástricas. Estos efectos suelen desaparecer con la reducción de la dosis.
Estos fármacos abarcan:
* Dexmetilfenidato (Focalin)
* Dextroanfetamina (Dexedrine, Dextrostat)
* Lisdexanfetamina (Vyvanse)
* Metilfenidato (Ritalina, Concerta,
Metadate, Daytrana)
Ritalina y Concerta (los nombres comerciales
del metilfenidato) y Strattera (atomoxetina), se usan de forma “muy liberal”
para calmar la hiperactividad en los niños.
Los expertos recomiendan que sólo deben
usarse cuando se ha diagnosticado TDAH severo, o cuando otras opciones han
fracasado.
Ritalina y Concerta tienen efectos
secundarios que incluyen nerviosismo, insomnio, pérdida de apetito y peso.
Strattera puede causar náusea, mareo, fatiga y cambios de ánimo.
Psicoterapia conductista
La psicoterapia tanto para el niño como para
la familia puede ayudarle a todos a entender y controlar las sensaciones
estresantes relacionadas con el TDAH.
Los padres deben usar un sistema de
recompensas y consecuencias para ayudar a guiar el comportamiento de su hijo.
Es importante aprender a manejar los comportamientos disociadores. Los grupos
de apoyo pueden ayudarles a conectarse con otros que tengan problemas
similares.
Tratamiento psicopedagógico
Tiene tres grandes frentes, que deben
conocerse perfectamente para poder trabajar sobre las diferentes áreas y
conductas.
Familia – Profesor – Terapeuta
Pautas familiares para un niño con TDAH
* Dar órdenes cortas y de una en una.
* Propiciar un ambiente ordenado y muy
organizado, sereno y sin gritos.
* Reconocer el esfuerzo realizado por el
niño. Aumentar su autoestima.
* Evitar ser superprotectora y no dejarse
manipular por sus caprichos.
* Cumplir siempre los castigos y las
recompensas ante sus acciones.
* Darle pequeñas responsabilidades.
* Aceptarle tal y como es.
* Saber que el trabajo es mucho y que se
necesita mucha constancia.
* Fomentar sus puntos fuertes, sus
facultades.
Otras sugerencias para ayudarle a su hijo
con TDAH abarcan :
* Mantener un horario diario constante, que
incluya horas regulares para las tareas, las comidas y las actividades al aire
libre. Hacer cambios al horario con anticipación y no a última hora.
* Limitar las distracciones en el ambiente
del niño.
* Constatar que el niño consuma una
alimentación saludable y variada, con bastante fibra y nutrientes básicos.
* Cerciorarse de que el niño duerma lo
suficiente.
* Elogiar y premiar el buen comportamiento.
* Mantener reglas claras y constantes para el
niño.
Pautas escolares para un niño con TDAH
* El profesor deberá comprender y asimilar
el trastorno del niño, informarse sobre él.
* Sentarlo en el lugar adecuado, lejos de
estímulos, enfrente de él, entre niños tranquilos.
* Darle órdenes simples y breves. Establecer
contacto visual con el niño.
* Darle encargos una vez que haya realizado
el anterior, no permitir que deje las cosas a medio hacer.
* No se le puede exigir todo a la vez, se
debe desmenuzar la conducta a modificar en pequeños pasos y reforzar cada uno
de ellos: si comienza por acabar las tareas, se le felicita para conseguirlo,
luego que lo intente con buena letra y se valorará, más tarde que el contenido
sea también correcto. Pedirle todo a la vez, le desmotivará porque no puede
realizarlo.
* Alternar el trabajo de pupitre con otras
actividades que le permitan levantarse y moverse un poco.
* Enseñarle y obligarlo a mantener el orden
en su mesa.
* Hacer concesiones especiales, darle más
tiempo en los exámenes, indicarle cuando se está equivocando por un descuido, o
facilitarle un examen oral de vez en cuando para que descanse de la escritura,
etc.
* Darle ánimos continuamente, una palmada en
el hombro, una sonrisa ante cualquier esfuerzo que presenta, por pequeño que
sea. Premiar las conductas positivas es imprescindible, haber atendido,
levantar la mano en clase, intentar buena letra, o contestar sin equivocarse
son conductas a reforzar en el niño hiperactivo, dicho refuerzo puede ser con
privilegios de clase (borrar la pizarra, repartir el material, hacer recados,
lo que además le permite moverse que es lo que necesita), o bien dedicarle una
atención especial, reconocimiento o halago público: comentarios positivos en
alto, o en privado a otro profesor para que lo oiga el niño, notas para casa
destacando aspectos positivos, una felicitación de la clase, un trabajo en la pizarra, etc.
* Evitar humillarle o contestarle en los
mismos términos. Evitar insistir siempre sobre todo lo que hace mal.
* Tener entrevistas frecuentes con los padres
para seguir su evolución.
Pautas terapéuticas para un niño con TDAH
* Darles pautas de conducta y actuación con
su hijo.
* Reeducar las dificultades de aprendizaje
asociadas (dislexias, falta de memoria, discalculalias, disgrafías, etc).
* Entrenarle en la resolución de problemas.
* Entrenarle en habilidades sociales puesto
que suele presentar problemas con los demás.
* Entrenarle en técnicas de relajación.
El tratamiento cognitivo se basa en el planteamiento de
la realización de tareas, donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora
su lenguaje interno. A partir de los 7 años, el lenguaje interno asume un papel
de autorregulación, que estos niños no tienen tan desarrollado. Para la
realización de cualquier tarea se le enseña a valorar primero todas las
posibilidades de la misma, a concentrarse y a comprobar los resultados
parciales y globales una vez finalizada.
Pronóstico
El TDAH es una afección crónica y prolongada
que, de no tratarse apropiadamente, puede llevar a:
* Drogadicción y alcoholismo
* Bajo rendimiento escolar
* Problemas para conservar un trabajo
* Problemas legales
Aproximadamente la mitad de los niños con
TDAH continuarán teniendo síntomas problemáticos de falta de atención o
impulsividad como adultos. Sin embargo, los adultos con frecuencia son más
capaces de controlar su comportamiento y de disimular sus dificultades.
El deporte : una vía para el control de la hiperactividad
El ejercicio físico puede ser la vía tan esperada y deseada por muchos padres de niños hiperactivos para que ellos logren ayudar a sus hijos a que centren la atención en alguna actividad, y descarguen toda su energía. Al descargar toda su adrenalina en un deporte como el ciclismo, la natación, la esgrima, o el tenis, el niño conseguirá controlar su distracción y mejorar su concentración, porque se centrará en un objetivo y se volverán más disciplinados.
Yoga para niños con TDAH
Es una buena forma de canalizar la energía.
El primer paso es encontrar una clase que se adapte a las necesidades del niño.
Además de la parte física del yoga, existe la
parte espiritual, de forma que no sólo se ayudará al niño a cansarse
físicamente, sino también a concentrarse. Se debe elegir clases cortas de yoga
que le permitan realizar todos los ejercicios, en vez de las clases
convencionales que duran aproximadamente una hora.
El yoga ayudará a los niños con
hiperactividad a ser más conscientes de su propio cuerpo, ya que suelen tener
consciencia de todo lo que les rodea, pero no de su propio ser. De esta forma,
se les enseña a sentir su propio cuerpo y no distraerse con lo que tienen
alrededor.
La combinación de posturas físicas, ejercicios de
respiración y técnicas de meditación parece ser el trío ganador contra la
hiperactividad. Además de unificar el cuerpo y la mente del niño, lo ayuda a
auto controlarse – es decir, también aprenden disciplina – ya que realizar algo
metódico los ayudará a organizar primero su mente.
El niño hiperactivo pasará de la distracción
a la concentración, estimulará su cerebelo para encontrar un balance de su
cuerpo y de sus emociones. Los niños con hiperactividad suelen tener el lado
derecho de su cerebro como dominante, por lo que el yoga es una forma de
aprendizaje que estimula esta zona. El yoga ayudará a los niños a expresarse,
reflexionar y motivarse en la armonía cuerpo-mente. Sin duda, se sentirán mejor
y con más autoestima, ya que verán que no son tan diferentes a los demás niños.
Musicoterapia
Esta terapia pretende emplear la música y su aprendizaje con
objetivos terapéuticos. En contra de lo que se pudiera pensar, se trata de una
actividad llena de ventajas para un niño hiperactivo. Aprender a tocar un
instrumento en un ambiente estructurado potenciará habilidades que se
resienten por el diagnóstico como la concentración, el control de sus
movimientos corporales y su autoestima. Además, al estar en contacto con
otros niños, los pequeños hiperactivos tienen la oportunidad de
relacionarse, otra área que puede estar gravemente alterada como consecuencia
de sus síntomas.
Alimentación
Se debe evitar los alimentos procesados que
contengan aditivos, colorantes artificiales y edulcorantes. Lo mejor es elegir
alimentos naturales sin azúcar, que contengan calcio y magnesio, así como vegetales, nueces y semillas.
Los colorantes artificiales tienen un efecto
investigado y reconocido sobre la conducta de los niños y son especialmente
perjudiciales para niños propensos a la hiperactividad.
Por tanto los productos de panadería
industrial, pasteles, galletas compradas de colores, cereales de colores,
bebidas gaseosas y jugos con colorante son muy perjudiciales.
Alimentos con propiedades naturales que ayudan a relajar la conducta
* Duraznos. El durazno contiene un sedante
natural que alivia el estrés y la ansiedad.
* Frutos rojos. Los frutos rojos contienen
antioxidantes y vitamina C y evitan el aumento de cortisol, la hormona del
estrés. Cuando los niños están excitados y ansiosos, un bol con frutos rojos
puede ayudar.
* Naranjas. El proceso de pelar y cortar la
naranja focalizará la atención del niño, y además se beneficiará del aporte de
vitamina c y potasio.
* Chocolate amargo. Es mucho mejor que cualquier chocolate
azucarado o dulce, ya que ayuda a mantener equilibrados los niveles de cortisol
en el organismo y disminuir los niveles de adrenalina y noradrenalina, lo que
evita la ansiedad y los nervios.
* Los ácidos grasos esenciales Omega 3
ejercen una función clave en el desarrollo y mantenimiento de la estructura del
sistema nervioso central y la retina. Mejoran las capacidades
cognitivas básicas como la memoria, la resolución de problemas o el lenguaje.
Los niños con hiperactividad tienen niveles más bajos de ácidos grasos esenciales
(Araquidónico, EPA y DHA).
Las vitaminas C, E y el complejo B son
agentes que actúan de manera favorable en los chicos. Los beneficios de estas
vitaminas estimulan las funciones cerebrales, el metabolismo de la glucosa y
contribuyen al equilibrio nervioso de los más pequeños.
Prevención
Aunque no existe una forma comprobada de
prevenir el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, su
identificación y tratamiento oportunos pueden prevenir muchos de los problemas
asociados con dicho trastorno.
En general estos niños sólo necesitan que
sus padres sean conscientes de sus dificultades, de sus limitaciones. El déficit de atención con hiperactividad es una entidad con su
sintomatología propia y, sobre la que aún, se están publicando continuos
estudios.
Aún queda mucho por descubrir acerca de sus bases biológicas, la influencia del entorno y las posibilidades terapéuticas, pero lo fundamental es que se reconozca el trastorno como tal.
Aún queda mucho por descubrir acerca de sus bases biológicas, la influencia del entorno y las posibilidades terapéuticas, pero lo fundamental es que se reconozca el trastorno como tal.
Las familias que suelen estar desorientadas al principio, deben observar sin alarmismos innecesarios el comportamiento de su hijo y realizar un diagnóstico precoz que facilitará el tratamiento posterior.
Ver
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