El
correcto funcionamiento del cerebro en la adolescencia
condiciona el comportamiento como adultos
condiciona el comportamiento como adultos
La
capacidad de interactuar con los demás es esencial para la estabilidad de las
redes sociales, la reproducción y la supervivencia de los mamíferos. Los
humanos no son una excepción a la regla y aunque ser sociable o no es algo que
se aprende en el día a día, científicos de la Universidad de Yale (EE UU)
demostraron que la generación de más o menos neuronas durante la adolescencia
sería crucial en la capacidad de un individuo para socializar con otro.
Aunque
hace décadas se pensaba que los humanos nacían con una cantidad predeterminada
de neuronas, hoy se sabe que éstas siguen formándose a lo largo de la vida en
regiones específicas del cerebro después del nacimiento. Este proceso,
denominado neurogénesis, ha sido ampliamente estudiado en el periodo
embrionario y en la vejez, no así en la adolescencia.
El
estudio dirigido por Arie Kaffman y publicado en la revista Neuroscience
(2011), indica que la neurogénesis en la etapa de la infancia y adolescencia
determina el nivel de sociabilidad que una persona adquiere. Cuando la creación
de nuevas neuronas se ve interrumpida en la adolescencia, los individuos se
vuelven profundamente antisociales al alcanzar la edad adulta. Sin embargo, si
el mismo proceso neuronal se interrumpe en adultos, no se observan cambios de
comportamiento.
En el
experimento que sustenta el estudio se realizaron pruebas en ratones a los
cuales se les observaba el efecto de bloquear el nacimiento de nuevas neuronas
en distintas etapas y se vio específicamente que en la etapa de la adolescencia y de la
infancia, donde ésta es más intensa, el bloqueo de la neurogénesis deterioraba el
comportamiento social de los ratones a lo largo de su vida mientras que si se
bloquea en la adultez la sociabilidad no varía.
El
equipo de Yale decidió explorar la función de estas nuevas células cerebrales
en ratones de diferentes edades. Los ratones adultos normales tendían a pasar
mucho tiempo explorando e interactuando con ratones desconocidos; sin embargo,
los ratones adultos cuya neurogénesis había sido bloqueada en la adolescencia,
no mostraban ningún interés en la exploración de otros ratones adultos, e
incluso intentaban eludir el comportamiento social. «Estos ratones actuaban
como si no reconociesen a otros ratones como ratones», explica Kaffman.
El
bloqueo de la neurogénesis adulta, por otro lado, no tuvo ningún efecto sobre
el comportamiento social, lo que sugiere que las células del cerebro generadas
durante la adolescencia contribuyen de forma muy diferente a la función
cerebral y al comportamiento en la edad adulta. Curiosamente, los
esquizofrénicos tienen un déficit en la generación de nuevas neuronas en el
hipocampo, una de las áreas del cerebro donde se crean nuevas neuronas. Dado
que los síntomas de la esquizofrenia surgen por primera vez en la adolescencia,
es posible que el déficit en la generación de nuevas neuronas durante este periodo,
o incluso en la infancia, aporte nuevas pistas sobre el desarrollo de algún
déficit social y cognitivo observado en esta enfermedad.
Para
los expertos, este descubrimiento revela que la creación de nuevas neuronas
durante la adolescencia sería crucial en el establecimiento de circuitos
cerebrales necesarios para la socialización y podría ayudar a los
investigadores a comprender mejor no sólo la capacidad de socializar de los
humanos, sino qué enfermedades donde este comportamiento está alterado, como la
esquizofrenia.
¿ Cómo lograr la creación de nuevas neuronas ? El 90% de la maduración del cerebro se alcanza a los seis años. De
allí comienza el proceso de maduración del otro 10%. Hasta los 12 años, el
cerebro se dedica a expandir sus conexiones cerebrales y desde los 12 a podar
aquellas conexiones innecesarias.
Sin embargo, hasta ahora poco se sabe sobre qué debe o no hacer el ser humano para potenciar la formación de nuevas neuronas. No obstante, estudios en animales han demostrado que el ejercicio físico y el estrés crónico influyen en la neurogénesis para bien y para mal. En el primer caso, mejorando su producción y en el segundo, disminuyéndola. El enriquecimiento de los ambientes y el ejercicio físico son grandes estimulantes de la neurogénesis.
Sin embargo, hasta ahora poco se sabe sobre qué debe o no hacer el ser humano para potenciar la formación de nuevas neuronas. No obstante, estudios en animales han demostrado que el ejercicio físico y el estrés crónico influyen en la neurogénesis para bien y para mal. En el primer caso, mejorando su producción y en el segundo, disminuyéndola. El enriquecimiento de los ambientes y el ejercicio físico son grandes estimulantes de la neurogénesis.
Ver :
El ejercicio físico mejora el cerebro
Inteligencia emocional en el niño
Desarrollo cerebral en la primera infancia
Cerebro social – el cerebro necesita amistades para funcionar
Neurociencia de la felicidad y el bienestar – el cerebro feliz
Alimentos perjudiciales para el cerebro
Neuronas y glucosa
Importancia de la risa en el ser humano
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