marzo 31, 2013

¿Cómo actuar si su niño es adepto a la comida chatarra?






Aunque sus hijos prefieran las papas fritas y las hamburguesas ketchup del restaurante de comida rápida a las de casa, es inútil amenazarlos de interdicción para corregir su "mal" gusto. En cambio, es importante fijarles un marco tanto en materia de frecuencia como de composición de los menús. Y sobre todo, de variar los lugares de restauración y de diversión.

Algunos de los alimentos propuestos en los fast food tienen «todo para que gusten»: grasos, blandos, azucarados, salados. La alimentación grasa, azucarada y salada halaga las papilas gustativas.

Conscientes de su responsabilidad, algunas compañías de comida rápida – pero no todas – con la intención de atraer y captar clientes, redujeron el tamaño de las porciones, diversificaron su oferta y proponen en adelante ensaladas, frutas, jugos de frutas, productos lácteos simples, coexistiendo, es cierto, con otros productos más "ricos en grasas o lípidos". También modificaron la calidad y cantidad de los lípidos en las papas fritas. Prepararon menús para niños, añadiendo en la carta alimentos sanos: ensaladas, frutas, verduras frescas, compotas, yogures, agua, jugos de frutas naturales, gaseosas sin azúcar. Pero todavía falta enseñar a los niños a aceptar estas ofertas.

Por lo tanto, en el restaurante de comida rápida, no hay problema para a la vez comer comida chatarra o alimentarse "bien". Pero hay un inconveniente, no siempre los niños y adolescentes van a tratar de alimentarse “bien”.

Es importante tomar en cuenta que en un menú para niños, cuyas porciones son adaptadas a priori, la combinación de una hamburguesa, de una ración de 80 gr de papas fritas, de una bebida azucarada de 25 cl y de un producto lácteo azucarado o de un helado alcanza sólo el 50% de la necesidad energética de un niño activo de 5 años.



Educar al niño a diferenciar los sabores

La mayoría de los niños y adolescentes disfrutan en el restaurante de comida rápida. Y el placer es más grande ya que allí se hace lo que no se puede hacer en la casa. Si es un niño, puede comer con los dedos, jugar y hasta celebrar su aniversario. Adolescente, se reúne con sus amigos, puede utilizar su celular o su computadora.

Para incitar a los niños a comer un alimento más equilibrado y menos repetitivo, hay que iniciarlos lo antes posible a toda clase de sabores.

Desde el embarazo, cuanto más la mamá coma variado, más el feto estará sensibilizado a los olores que atraviesan el líquido amniótico. Entre 6 meses y 3 años, hay que hacer probar al bebé un máximo de alimentos. Más tarde, se podrá estimular la curiosidad alimenticia del niño haciéndolo participar en las compras y en la cocina. Aunque el restaurante de comida rápida sea a menudo más económico, es deseable hacerle descubrir otros tipos de restaurante. Y no llevarlo antes de la edad de 3 años.

Recomendaciones para los padres

* Llevar a sus niños al restaurante de comida rápida. Si ya no está prohibido, perderá su importancia.

* Enseñarles a equilibrar su bandeja. Aplique una regla muy simple: escoger por menú, no más de dos productos ricos en grasas y lípidos. Por ejemplo, una hamburguesa o pollo frito con papas fritas, pero con agua en vez de gaseosa y fruta para el postre. Y cada vez, variar la combinación. Es una regla que se aplica a los niños, pero también a los padres.

* Llevarlos a verdaderos restaurantes para iniciarlos a la gastronomía. Y cocine con ellos: así aprenderán cómo están hechos los alimentos.

* Inculcarles algunas nociones de nutrición. A partir de la edad de 10 años,  Por ejemplo, pasar el mensaje relativo al aporte excesivo en calorías de todo lo que se bebe sin calmar el hambre: gaseosas, jugo de frutas o yogures líquidos…

* Hablarles de nutrición durante las comidas en la casa. Así el alimento reencontrará su verdadero sitio.

Todo esto será más eficaz que un boicoteo: la prohibición nunca da resultados en materia de comportamiento.


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