agosto 28, 2018

Bases Neurológicas de la Inteligencia Humana




No existe una inteligencia única sino que, dependiendo del ser humano, éste posee varias inteligencias

Desde hace siglos, diversos estudiosos a partir de perspectivas muy distintas han tratado de definir la inteligencia. Con el paso del tiempo se ha intentado contestar a muchas preguntas respecto a este concepto, como la naturaleza de la inteligencia  si es innata, o adquirida , lo que determina la inteligencia  un único factor general, o un conjunto de capacidades específicas conjuntas , el papel de la inteligencia en el rendimiento académico, si pueden existir varias inteligencias, etc.

Cuando hablamos de inteligencia general nos referimos a la capacidad intuitiva que posee una persona para tomar decisiones acertadas y resolver problemas, y no a su capacidad memorística o habilidades en un área concreta.

El desarrollo de las “Inteligencias Múltiples”: se afirmó por primera vez que no existe una inteligencia única sino que dependiendo del ser humano, éste posee varias inteligencias. En concreto, se proponen 8 inteligencias (aproximadamente, pues la cifra fue evolucionando). Cada persona tendría un mayor desarrollo en unas, y menor en otras.

El desarrollo de la “Inteligencia Emocional”: en donde se parte del hecho de que hay más variables que influyen en el éxito de las personas. En concreto, las emociones. Esta nueva inteligencia, a grandes rasgos, nos ayudaría a interactuar con nosotros mismos y con los demás, mediante el correcto manejo de los aspectos emocionales, con todo lo que ello abarca.

Se propuso la inteligencia como una “capacidad de adaptarse al mundo”, en su forma más amplia. Un autor estableció también que la inteligencia está muy vinculada con la emoción, la memoria, la creatividad, el optimismo y en cierto sentido con la salud mental.

Esta nueva forma más compleja de ver la inteligencia surgió para combatir algo: que en las investigaciones se vio que el cociente intelectual (CI) predecía solo una pequeña parte del éxito de la persona.

Hoy día se reconoce que la inteligencia humana afecta otros aspectos tales como la satisfacción personal o la manera en que los seres humanos se relacionan unos con otros.

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Miden la inteligencia humana directamente en el cerebro

Investigadores de la Universidad de Warwick en Inglaterra, en un estudio publicado en Brain de julio 2016, revelan haber medido directamente la inteligencia en el cerebro humano, mediante el desarrollo de nuevas tecnologías de registro de la actividad cerebral, y han descubierto que, cuanto más frecuentemente están inter conectadas diversas partes cerebrales, mayores son el cociente intelectual y la creatividad de un individuo.

En el estudio los científicos cuantificaron las funciones dinámicas del cerebro, e identificaron cómo las diferentes partes de este órgano interactúan entre sí en diferentes momentos. Todo esto se hizo para tratar de descubrir cómo funciona nuestro intelecto.

Diferencias de variabilidad

Más concretamente, los científicos analizaron exploraciones realizadas con tecnología MRI o de resonancia magnética, en estado de reposo, a los cerebros de miles de personas de todo el mundo.

De este modo, hallaron que las áreas del cerebro que están asociadas con el aprendizaje y el desarrollo muestran altos niveles de variabilidad, lo que significa que estas regiones cerebrales cambian sus conexiones neuronales con otras partes del cerebro con mayor frecuencia, en cuestión de minutos o segundos.

Por otro lado, también descubrieron que las regiones del cerebro no relacionadas con la inteligencia  las áreas visual, auditiva, o motora  muestran poca variabilidad y adaptabilidad.

Potenciales aplicaciones

Este descubrimiento de las funciones dinámicas dentro del cerebro podría ser aplicado a la construcción de redes neuronales artificiales avanzadas para los ordenadores (computadoras), que de esta manera podrían adquirir capacidad de aprender, desarrollarse y adaptarse.

Además, una comprensión más exacta de la inteligencia humana podría dar lugar a futuros desarrollos en inteligencia artificial (IA). En la actualidad, los sistemas de IA no procesan la variabilidad y adaptabilidad, características que son de una importancia vital para el desarrollo y el aprendizaje del cerebro.

Este estudio también puede tener implicaciones para una comprensión más profunda de nuevos tratamientos para trastornos de salud mental.

A este respecto, el equipo observó patrones alterados de variabilidad en la llamada red neuronal por defecto del cerebro en pacientes con trastornos como la hiperactividad, la esquizofrenia, el autismo y el trastorno por déficit de atención (TDA).

Conocer la causa cerebral de estos problemas de salud mental podría mejorar su tratamiento y prevención en el futuro.

Red neuronal por defecto (RND)

Exploración IRM que muestra 
regiones de la Red neuronal por defecto
Consiste en un conjunto de regiones del cerebro que colaboran entre sí y que podrían ser responsables de gran parte de la actividad desarrollada mientras la mente está en reposo.

La RND demuestra que el cerebro no se encuentra al ralentí cuando no interviene en actividades conscientes (por ejemplo, cuando se está bajo los efectos de una anestesia). Probablemente, emite señales de sincronización para coordinar la actividad entre esas regiones, lo que aseguraría que las mismas se hallen listas para reaccionar de forma concertada ante los estímulos. Se trata de una característica fundamental del funcionamiento del cerebro.

Un conectoma es un mapa de las conexiones entre las neuronas del cerebro.

Principales regiones de la red neuronal
(en amarillo) y sus conexiones entre
sus zonas destacadas en color según
sus dirección de conexión estructural
Cabe la posibilidad de que la RND establezca el modo en que el cerebro organiza los recuerdos y diversos sistemas que necesitan cierta preparación ante futuros sucesos. Por lo demás, si la RND prepara al cerebro para la actividad consciente, las investigaciones sobre su comportamiento pueden revelar las claves para comprender la naturaleza de la experiencia consciente. Igualmente, las alteraciones de la RND podrían ser la causa subyacente de errores mentales, tanto los más sencillos como los más complejos, desde la enfermedad de Alzheimer a la depresión.


Flexibilidad neuronal : ¿ el secreto de la inteligencia humana ?

Investigadores de la Universidad de Illinois en un estudio, publicado en la revista Trend in Cognitive Sciences de noviembre 2017, sugieren que la flexibilidad en el cableado neuronal podría ser la clave detrás de la inteligencia humana.

La flexibilidad se refiere en este caso a las propiedades dinámicas del cerebro, es decir, cómo se estructuran las conexiones neuronales y cómo se va modificando éste en respuesta a las condiciones del entorno. En otras palabras: el factor adaptabilidad.

Los autores del estudio aseguran que la evidencia recopilada sugiere un efecto de andamiaje neuronal vinculado directamente con la inteligencia general de un individuo, dicho de otra forma: la inteligencia no se origina en una sola región o red cerebral, sino que es producto de la capacidad de transición flexible entre los estados de una red.

Los científicos han entendido desde hace mucho tiempo que el cerebro es modular, lo que significa que diferentes regiones cerebrales se encargan de habilidades específicas, como el procesamiento de la información visual que realiza el lóbulo occipital.

Durante mucho tiempo se ha intentado comprender cómo se organiza el cerebro y cuáles son las estructuras encargadas de realizar cada función. Se sabe, por ejemplo, que la corteza prefrontal se encarga de funciones de orden superior, como la planificación y la organización del comportamiento, por lo cual los científicos han sugerido que ésta impulsa también la inteligencia general. Sin embargo, los hallazgos del equipo indican que se trata en realidad de una relación global, y que es la flexibilidad en las interacciones neuronales lo que determina la inteligencia.

En lugar de formar conexiones permanentes, estamos constantemente actualizando nuestro conocimiento previo, y esto implica la formación de nuevas conexiones. La inteligencia general requiere tanto la capacidad de alcanzar de manera flexible los estados cercanos y de fácil acceso, para respaldar la inteligencia cristalizada, como la capacidad de adaptarse y llegar a estados de difícil acceso para respaldar la inteligencia fluida.


La inteligencia humana depende de las conexiones cerebrales

Según un estudio realizado por científicos de la Universidad Goethe en Alemania, publicado en Scientific Reports de noviembre 2017, las personas inteligentes poseen regiones del cerebro que interaccionan más estrechamente entre ellas, mientras que otras zonas se desconectan más que las otras.

Cuando estas conexiones son más intensas, el cerebro selecciona rápidamente la información importante y la procesa con rapidez, descartando lo irrelevante. Esta selección marca la diferencia en la expresión de la inteligencia de una persona.

Hasta ahora, el grado de inteligencia de una persona se atribuía únicamente a diferencias observadas en diferentes partes del cerebro.

Los investigadores consideran probado que el cerebro de una persona inteligente está conectado de una forma diferente respecto al cerebro de las personas menos inteligentes.

Han llegado a esta conclusión tras estudiar las bases neurológicas de la inteligencia humana. Para ello combinaron los exámenes de imágenes del cerebro de 300 personas obtenidas mediante resonancia magnética, con otros métodos de análisis.

Estos nuevos análisis ponen de manifiesto, entre otras cosas, que ciertas zonas del cerebro de las personas inteligentes participan más intensamente en la circulación de información entre las diferentes redes del cerebro, con la finalidad de que las informaciones importantes sean comunicadas con mayor rapidez y eficacia.

Asimismo, el equipo ha descubierto que algunas regiones cerebrales están menos conectadas del resto de las redes neuronales en las personas menos inteligentes. Eso significa que las personas más inteligentes tienen un mejor filtrado de las informaciones no pertinentes, lo que repercute en su capacidad de reacción sobre el resto de informaciones.

Ventaja cognitiva. Es posible que la integración diferente de estas regiones en las redes cerebrales permita a las personas más inteligentes distinguir más fácilmente la información importante de la no pertinente, lo que representa una ventaja cognitiva para numerosos procesos de pensamiento.

Los científicos explican que el cerebro funcional está organizado en módulos. Es como una red social que está formada a su vez por muchas sub-redes, como familias o círculos de amigos. Dentro de cada sub-módulo, los miembros de cada familia están más fuertemente conectados entre ellos que con los miembros de otras familias o círculos de amigos. El cerebro funciona de forma parecida.

Lo que ha constatado este estudio es que en los individuos más inteligentes algunos de esos sub-módulos cerebrales están más conectados y que por ello el intercambio de la información permite separar rápidamente la que es importante. En las personas menos inteligentes, este intercambio de información es menos intenso, por lo que la acumulación de información retrasa la comprensión y las decisiones que toman con más acierto y rapidez las personas más inteligentes.

Las causas de estas asociaciones siguen siendo una pregunta abierta para los científicos. Es posible que, debido a sus predisposiciones biológicas, algunas personas desarrollen redes cerebrales que favorezcan comportamientos inteligentes o tareas cognitivas más desafiantes. Sin embargo, es igualmente probable que el uso frecuente del cerebro para tareas cognitivamente desafiantes pueda influir positivamente en el desarrollo de las redes cerebrales. Dado lo poco que sabemos actualmente sobre la inteligencia, parece más probable una interacción de ambos procesos.


Células cerebrales más grandes sí pueden significar más inteligencia

Investigadores de la Universidad Free de Ámsterdam en un estudio, publicado en Scientific Journal BioRxiv de mayo 2018, encontraron evidencia que sugiere que las personas con más inteligencia tienen neuronas más grandes.

La inteligencia humana es una característica sumamente compleja. Hasta la fecha, buena parte de las investigaciones habían identificado regiones cerebrales involucradas en ciertas habilidades, o se había descubierto que ciertos genes desempeñan un papel en la determinación del cociente intelectual (CI). Otras características, como la plasticidad cerebral, se relacionan con la capacidad para aprender y adaptarse. Pero poco se sabe sobre la manifestación física de esta característica en las neuronas.

Generalmente se asume que la inteligencia humana se apoya en la eficiencia con la que las neuronas procesan la información que entra al cerebro, y aunque se asume que la inteligencia humana se relaciona con el grosor de la materia gris de los lóbulos temporal y frontal, no existía evidencia científica que relacionara las propiedades físicas y estructurales de las neuronas con la inteligencia.

Para encontrar esos enlaces hasta ahora no documentados, los científicos estudiaron 35 personas que necesitaban cirugía para tumores cerebrales o epilepsia severa.

Justo antes de la operación, cada persona pasó un test de cociente intelectual. Luego, mientras seguían en el quirófano, los cirujanos extrajeron pequeñas muestras de tejido cerebral sano del lóbulo temporal de los pacientes.

Esta parte del cerebro es la que tradicionalmente se asocia con la inteligencia, pues es allí donde se procesa lo que vemos, se reconoce el lenguaje y se forman recuerdos.

El equipo de investigadores mantuvo con vida estas muestras cerebrales para analizarlas. Tras someterlas a diversas pruebas, los investigadores encontraron que las células cerebrales son significativamente más grandes en las personas con puntajes de CI altos que aquellos con puntuaciones más bajas.

Las células más grandes también tienen más dendritas  las proyecciones que se conectan a otras neuronas  y las dendritas son más largas, lo que sugiere que estas neuronas pueden ser capaces de recibir y procesar más información.

Las neuronas más grandes tienen más espacio para los recuerdos. Los científicos creen que las conexiones entre las neuronas están involucradas en el almacenamiento de recuerdos, por lo que es probable que las células más grandes tengan más "espacio" para los recuerdos.

El equipo también probó la capacidad de las neuronas para transmitir señales eléctricas al pasar corriente a través de ellas, aumentando gradualmente la frecuencia. Las neuronas de personas con bajo coeficiente intelectual se enfrentaron a bajas frecuencias, pero se fatigaron y se volvieron más lentas a medida que la frecuencia aumentó. Sin embargo, las células de personas con un CI alto no disminuyeron.

Todavía no está claro por qué algunas personas tienen células cerebrales más grandes que otras, ni si esto es una causa o una consecuencia de un alto coeficiente de inteligencia. No se sabe si las diferencias son el resultado de la experiencia, o si están determinadas biológicamente.

Para establecer un vínculo claro entre las propiedades de las células cerebrales y la inteligencia, se necesitará estudiar miles de muestras de tejido, no solo las de 35 personas.

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Hábitos para obtener alta inteligencia emocional

Fuente : "Be Fullness"

La inteligencia ya no se mide por el Cociente Intelectual (CI) sino que ahora tiene mucho importancia el Cociente emocional (CE) y cómo éste guía nuestro comportamiento cotidiano. Saber relacionarnos, hablar y escuchar, comunicar y gestionar emociones, ser asertivo, tomar decisiones, aceptar cumplidos… Todo eso nos convierte en personas más capaces y más dispuestas a afrontar los problemas de la vida.

Incluir los siguientes hábitos en nuestra rutina ayudarán a tener un mayor bienestar emocional y proporcionarán estrategias de afrontamiento muy útiles en la vida. Ayudarán a mejorar la inteligencia emocional de la forma más fácil y asequible posible.

Reconocer nuestros sentimientos y los de los demás

Tener un amplio vocabulario emocional que ayude a saber expresar exactamente cómo sentirse y ponerlo en palabras. Además, tener empatía, es decir, ponerse en lugar de la otra persona y sentir lo que siente el otro. Reconocer las expresiones y el lenguaje no verbal de las demás personas para interpretar qué es lo que sienten y sacar toda la información posible de ello.

Expresar correctamente las emociones y pensamientos

Al reconocer las emociones y los sentimientos propios es más fácil saber qué hacer o cómo comportarse. En este sentido, expresar las emociones y pensamientos de una manera más honesta consigo mismos y con los demás. No callar nuestras emociones, escucharlas y conocer qué quiere decir cada emoción en cada contexto. Saber regular la intensidad de las emociones y expresarlas en la forma justa.

Ser fuertes y no ofenderse con facilidad

La personas con alta inteligencia emocional se caracterizan por tener una personalidad firme y no tomarse demasiado a pecho los comentarios ajenos. No se llevan las amenazas a lo personal y saben diferenciar entre hechos y opiniones. Diferencian las críticas constructivas de las críticas que sólo pretenden hundirlos y saben alejarse de comentarios despectivos que sólo traen destrucción. Saben distinguir entre los ataques y cómo reaccionar ante esos ataques y deciden hacerlo de la forma menos dolorosa para ellos mismos.

Reconocer si nos equivocamos y rectificar

Equivocarse es innato al ser humano y a todo proceso de aprendizaje. Las personas con alta inteligencia emocional aprenden de los errores en vez de sentirse víctimas. También piden perdón cuando es necesario si han hecho algo que ha podido afectar a otras personas de manera negativa. Reconocer los errores humildemente e intentar poner en marcha todo lo necesario para subsanar el daño o mejorar la situación.


No buscar la perfección

Saber que nadie es perfecto y que la perfección es una ilusión que lleva a tener expectativas demasiado distorsionadas respecto de la realidad. No perseguir hacerlo todo bien a la primera. Saber que todo forma parte del proceso de aprendizaje y que errar es humano.

Cuidarse y saber lo importante que es la salud

Dormir lo suficiente, hacer deporte, alimentarse bien, mantener relaciones sanas, buscar el bienestar. Saber qué conductas benefician y no dudar en hacerlas. “Una mente sana en un cuerpo sano”. Toda persona con alta inteligencia emocional cuidará su cuerpo de la misma manera.

Enfocarse en lo positivo, aún en la adversidad

Las personas altamente inteligentes emocionalmente son conscientes de su entorno y no se centran demasiado tiempo en lo negativo. Prefieren mantener el foco en lo positivo de cada situación, incluso cuando tienen problemas. Practican la disociación y ven la situación desde distintos puntos de vista para encontrar una solución. No se agobian con los problemas ni se hunden sino que ponen todas sus energías en aquello que pueden hacer para resolver la situación, aquello que sí depende de ellos y que tienen bajo control.

Rodearse de gente alegre y con buenas vibraciones

“Dime con quien andas y te diré quién eres” es algo que tienen claro las personas con alta inteligencia emocional, por eso se relacionan con gente soñadora, personas optimistas y con energía positiva. Al tener buenas vibraciones y rodearse de gente positiva, ven el mundo desde una perspectiva más sana y que favorece la creatividad.

Saber decir NO

Saber decir NO es un paso de gigante si se aspira a tener alta inteligencia emocional. Poner límites cuando es necesario y defender los valores ante todo.

Apreciar y valorar lo que ya se tiene

No centrar la atención en aquello que nos falta sino valorar lo bien que se está con lo que ya se tiene. Las personas con alta inteligencia emocional tienden a evaluar positivamente su vida, sus relaciones, su trabajo y su estatus económico aunque no sea el que ellos querían. No sienten frustración por lo que aún no tienen, prefieren enfocarse en lo que han avanzado y lo que ya poseen. Valoran las experiencias que les da la vida y que les hacen ser como son.

Saber pasar la página y no anclarse al pasado

Haber aprendido a cerrar etapas y a no revivir continuamente aspectos del pasado, positivos o negativos. Vivir en el presente y no atormentarse continuamente por lo que pueda venir en el futuro. Eso lleva a sufrir menos ansiedad y estrés. Ser inteligente emocionalmente requiere saber cuándo ha terminado una etapa de la vida y comienza otra, sin dejar de crecer por el camino.

Conocer nuestras debilidades y fortalezas y mejorarse continuamente

Saber cuáles son nuestras virtudes y puntos fuertes, pero también conocer profundamente cuáles son nuestras debilidades y puntos débiles. Esto viene de un proceso de autoconocimiento profundo. Las personas con alta inteligencia emocional tratan de mejorarse a sí mismos continuamente, manifiestan valores altos en resiliencia  la capacidad de reponerse tras una caída .



Aceptar los cambios

Saber que cambiar forma parte de la vida y que negar el cambio es negar la vida misma. Abrazar la incertidumbre y aceptar que hay cosas que no se puede controlar. Agradecer las oportunidades que brinda la vida para cambiar y reinventarse, siempre en un proceso de mejora constante. Cambiar pensamientos, formas de actuar, creencias… todo forma parte del viaje del desarrollo personal.

Ser proactivos, no reactivos

Las personas con alta inteligencia emocional son proactivas, es decir, se mueven antes de que la situación lo exija. Proponen planes, estrategias, se plantean objetivos, etc. Miran la vida desde una perspectiva de aprendizaje, no de victimismo. De esta forma no se resignan a un papel pasivo en sus vidas sino que “cogen el toro por los cuernos” y son ellas las que escriben su destino.


Ser dueños de nuestro tiempo y decidir en qué emplear nuestras energías

Saber gestionar el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio, el tiempo de estudio y el tiempo de relax. Establecer horarios, planificar tareas y definir objetivos. Emplear el tiempo y días en aquello que nos apasiona y darlo hacia los demás como un regalo.

Saber autogenerarse momentos de felicidad


La felicidad no es algo externo que viene o no viene, la felicidad es una forma de ver la vida. Las personas con alta inteligencia emocional saben autogenerarse emociones positivas y que sirvan de potenciador de situaciones mágicas. Manejan las emociones a su gusto y pueden elegir cómo sentirse en cada situación. De esta forma, saben generar emociones agradables que les ayuden en su día a día.

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