Todos los alimentos contienen elementos
químicos. Nuestro cerebro es extremadamente vulnerable
ante cualquier reacción química originada por el "combustible" que digerimos.
ante cualquier reacción química originada por el "combustible" que digerimos.
El cerebro es un órgano muy sensible que
controla las emociones, el pensamiento, la percepción, los estados de ánimo, y
la conducta; depende de los suplementos de energía y factores nutricionales
aportados a través de la sangre.
El cerebro tiene una barrera protectora que transporta selectivamente nutrientes y
sustancias que son adecuadas para su funcionamiento. Si los nutrientes son
inadecuados, ocasiona desequilibrios neuroquímicos, que provocan alteraciones
en el pensamiento, percepción, emociones, o conductas.
Algunas personas son especialmente sensibles
ante determinados alimentos, inhalantes o productos químicos que inducen
reacciones alérgicas. Algunos alimentos comunes pueden provocar respuestas muy
variadas; por ejemplo: el trigo puede inducir reacciones hiperactivas; el
huevo, hostilidad; la leche, confusión de pensamiento; y la naranja, cansancio.
Es un imperativo identificar la posible intolerancia o alergia de las personas
ante determinados alimentos o sustancias.
Neurotransmisores
En el cerebro, los mensajes (pequeños bloques
de información) son pasados de una célula a
otra por medio de impulsos eléctricos y químicos. Los medios químicos
son llamados neurotransmisores. Hace
poco más de diez años, se descubrió que tres de los neurotransmisores químicos
son elaborados por el cerebro a partir del alimento que consumimos. Estos tres
neurotransmisores químicos son: la dopamina, la norepinefrina, y la serotonina.
Debido a su estructura molecular, las dos
primeras son catalogadas como catecolaminas (la adrenalina es otro ejemplo de
catecolamina). La serotonina, el tercer neurotransmisor que sintetiza el
cerebro a partir del alimento, entra en la categoría de las indoleaminas.
La dopamina y
la norepinefrina son los elementos químicos que propician el estado de
alerta. Cuando estas substancias están
presente en el cerebro se advierten cambios en las conductas y en el estado de
ánimo; las personas manifiestan tendencia para pensar más ágilmente, reaccionan
más rápidamente ante los estímulos, sienten mayor atención, motivación y
energía mental; los problemas, aun cuando sean grandes, parecen solucionables,
y cualquier situación parece manejable.
La serotonina es la substancia química que
propicia la calma. Cuando el cerebro
está empleando activamente la serotonina, los sentimientos de tensión
disminuyen y se incrementa la habilidad de concentración; la serotonina,
también, retarda las reacciones y puede ocasionar somnolencia y pasividad.
Aminoácidos
El cerebro sintetiza la dopamina, la
norepinefrina, y la serotonina a partir de los aminoácidos: substancias
químicas que contienen nitrógeno y que originan las proteínas; éstas, a su vez,
son uno de los nutrientes básicos de las células, y son proporcionados por los
alimentos de origen animal, legumbres, granos y semillas.
Dos aminoácidos importantes :
* la tirosina : principal ingrediente en los
neurotransmisores dopamina y norepinefrina.
* El triptofán: aminoácido del que se elabora
el neurotransmisor serotonina.
Dado que los alimentos proteínicos contienen
ambos aminoácidos, mientras más se consuma tal alimentación más disponibles se tendrán
estos dos aminoácidos.
Tirosina. Siempre que se consuma proteínas, la
tirosina llega al cerebro y, por lo tanto, se dispone de dopamina y
norepinefrina, que provocan el estado de alerta y energización del cerebro.
Triptofán. Los aminoácidos penetran al
cerebro por un camino común: una estructura especial en la membrana que rodea
al cerebro; pero, dado que el espacio en el camino de entrada es limitado, no
todos los aminoácidos pueden introducirse al mismo tiempo. El triptofán es el
que menos posibilidades tiene de entrar al cerebro ante la acometida de los
otros aminoácidos. Por esta razón, si se consume alimentos llenos de proteínas,
no necesariamente se dispondrá de mayor cantidad de triptofán. Pero se descubrió
que el consumo de carbohidratos solos sí incrementaba la presencia de triptofán
en el cerebro.
Los carbohidratos, ingeridos en la forma de
azúcar, o alimentos con almidón (pan, pasta) activan la secreción de insulina
desde el páncreas. La insulina, naturalmente ayuda a regular la cantidad de
azúcar en la sangre. Sin embargo, otra función importante es la de asentar en
la sangre los aminoácidos del alimento digerido para su encuentro con las
células.
Selección
de alimentos
Proteínas
No todos los alimentos con proteínas o
carbohidratos proporcionan los mismos resultados deseables; algunos son mejores
que otros. Lo aconsejable es consumir alimentos que pueden encontrarse en su
forma más pura.
Aunque todas las proteínas son hechas de
aminoácidos, la naturaleza difícilmente estructura alimentos que contienen
grandes cargas de aminoácidos en forma bioquímicamente pura. Por ejemplo, la
clara del huevo es quizá la forma más pura de alimento proteínico que existe,
pues está hecha casi completamente de aminoácidos y no contiene grasa ni
carbohidratos; pero la yema del huevo está compuesta sobre todo de grasa.
Es importante seleccionar alimentos
proteicos que contengan poca grasa y/o carbohidratos para tener una mente alerta, enérgica y
motivada.
Mariscos
Pescado
Pollo (sin pellejo, que tiene mucha grasa)
Ternera
Carne de res sin grasa
Lista B. Son los productos lácteos con poca
grasa, y los vegetales. Aunque las proteínas de origen vegetal frecuentemente
tienen mucho carbohidrato, contienen suficiente tirosina como para incitar la
producción de los productos químicos que propician estado de alerta :
Requesón con poca grasa
Lecha con poca grasa
Yogurt con poca grasa
Fruta seca
Lentejas
Soya y sus derivados.
Lista C.
Los siguientes alimentos tienen mucha proteína pero también tienen altos
niveles de grasa; y dado que ésta tiende a retardar su ritmo de absorción en el
sistema, no pueden esperarse resultados rápidos. Tales alimentos exigen que se
oriente mayor cantidad de sangre al estómago e intestinos que al cerebro. Los
procesos mentales se hacen lentos, la mente se entorpece y da como resultado un
pensamiento confuso o un estado de letargo. Por lo tanto, aunque la grasa no
afecta al cerebro de la misma manera que las proteínas y los carbohidratos, que
inducen cambios químicos, sí influye en la mente, el estado de ánimo, y en la
actuación intelectual y siempre en forma
negativa.
NO se debe incluir los siguientes alimentos si se quiere incrementar
la energía mental
Carne de res (a menos que carezca de grasa)
Cordero
Puerco y sus derivados (tocino, chicharrón)
Vísceras (hígado, lengua, menudo, etc.)
Quesos enteros
Lecha entera
Yogurt entero
Carbohidratos
Los alimentos son de dos tipos: azúcares, llamados también carbohidratos
simples, y los almidones, conocidos técnicamente como carbohidratos compuestos. Los adjetivos simple y compuesto describen su
estructura molecular. Los azúcares, en otras palabras, están hechos de
moléculas menos complejas que los almidones.
Glucosa
El carbohidrato más efectivo para llevar al
cerebro mayor cantidad de serotonina es la glucosa.
La glucosa es un azúcar (otras son : sacarosa,
fructosa, y lactosa), que es la única capaz de causar un inmediato incremento
en la cantidad de insulina aportada por el páncreas. La insulina es crucial en
el proceso por el cual el triptofán logra tener acceso al cerebro y estimular
la producción de serotonina. El triptofán atenúa la trasmisión eléctrica entre
las neuronas, y puede inducir al sueño; por esta razón, la atención puede ser
afectada después de un fuerte consumo de carbohidratos.
El cerebro consume dos terceras partes de la
glucosa que se tiene en el cuerpo, y es altamente dependiente de la sangre para
el abastecimiento de este combustible; la glucosa genera los 20 o 25 watts de
electricidad necesaria para conducir los impulsos eléctricos cerebrales. Al
mismo tiempo, el cerebro casi no tiene lugar para almacenar glucosa y, cuando
ésta le hace falta, tiene que solicitarla al hígado, el cual, además, almacena
el azúcar sobrante. El balance de azúcar en la sangre es muy importante para el
adecuado funcionamiento cerebral y emocional. Si se desequilibra el delicado
mecanismo que regula el azúcar se afecta negativamente el funcionamiento
corporal, ocasionando letargo o excitabilidad, según falte o exceda.
Algunas sustancias ocasionan que el hígado
descargue glucosa en el torrente sanguíneo en forma muy intensa. Entre ellas
figura el café, el alcohol y el tabaco.
El consumo de glucosa pura es prácticamente
imposible, pero la mayoría de los carbohidratos – simples y compuestos – tienen
suficiente glucosa en su estructura para activar la respuesta alimento–mente–estado
de ánimo.
La estabilidad en el nivel de azúcar en la
sangre es tan importante que el cuerpo posee un intrincado sistema para
mantenerla. El proceso protector empieza con el sistema endocrino; si éste es
requerido exageradamente no funciona adecuadamente. El páncreas es el principal
factor de equilibrio de azúcar; cuando una persona consume carbohidratos
refinados provoca una repentina y repetida elevación del azúcar; esta situación
ocasiona que el páncreas compense con abastecimiento de insulina. Si este
proceso de desequilibrio–equilibrio es
constante, ocasiona falta de armonía en todo el organismo, incluyendo en el
cerebro, que es dependiente del nivel estable de glucosa; lo mismo sucede con
otras glándulas endocrinas – sobre todo, las suprarrenales, el timo, la tiroides, la pituitaria y el hígado.
El desequilibrio en el nivel de azúcar en la
sangre, ocasionado por la sobrecarga de carbohidratos refinados y por alimentos
alergénicos, tiene un efecto devastador en los neurotransmisores que controlan
el sueño, los estados de ánimo, la motivación, y el aprendizaje; es factible
encontrar hiperactividad o conductas violentas.
La cafeína (contenida en el café, refrescos
de cola, chocolate) ocasiona algo más que los carbohidratos refinados : provoca
pánico en las glándulas suprarrenales; puede producir palpitaciones, temblores,
depresión, ansiedad, nerviosismo, e insomnio.
El círculo vicioso de sube–baja en el nivel
de azúcar en la sangre, perpetrado por el consumo combinado de azúcar y cafeína
es difícil de romper, por el alto contenido adictivo.
El desayuno es la comida más importante del
día, porque establece el nivel de azúcar de la sangre para todo el día: un
desayuno rico en nutrientes, carente de alimentos alergénicos asegura, en gran
parte, una buena jornada.
La sacarosa. El azúcar de mesa, químicamente
hablando, es parte glucosa y parte fructosa; es el dulcificante principal en
las golosinas. También es el principal componente de la miel. De esta manera,
casi toda la comida dulce, sobre todo, está hecha de grandes cantidades de
azúcar, e inicia el complicado proceso que termina en que el cerebro produce
más serotonina.
El azúcar refinada tiene una cualidad adictiva y origina frecuentemente alergias. Sucede porque el cuerpo constantemente trata de alcanzar la homeostasis (estabilidad interna): cuando el cuerpo es bombardeado por algo que no puede manejar, responde con una adaptación a tal elemento – inclusive con una dependencia.
Los alimentos siguientes son un compendio de la anti-dieta :
Dulces
Galletas
Pasteles
Helados
Gelatinas y preservadores
Jarabes
Sodas
La fruta no activará la respuesta
alimento-mente-estado de ánimo. El sabor dulce de las frutas y jugos naturales
se debe a su alto contenido de fructosa, que es mucho más dulce que la sacarosa.
Pero, aunque la fructosa es convertida, eventualmente en glucosa por el cuerpo,
el proceso es tan lento y gradual que la fruta es prácticamente incapaz de
promover la producción de serotonina. La fruta es necesaria para el ser humano,
pero no para lograr menor tensión o mayor atención.
Almidones
Los productos elaborados a partir de trigo,
maíz, y otros tipos de harina integral, así como los vegetales, comúnmente
catalogados como "almidonados" (por ejemplo, la papa), están
químicamente compuestos de grandes cadenas de moléculas de glucosa. Cuando
entran a la sangre después de la digestión, la glucosa de tales alimentos
activa la secreción de insulina, permitiendo que el triptofán llegue al cerebro
y, por lo tanto, estimule la producción de serotonina.
El consumo de cualquiera
de los siguientes granos y almidones ayudará a lograr un estado mental más
tranquilo y más atento :
Pasta
Papas
Arroz
Maíz (incluyendo las tortillas)
Cebada
Avena y otros cereales.
Sin embargo, si se añade leche a los cereales,
se introduce proteína, lo cual inhibirá la producción de serotonina.
Los vegetales verdes y de color brillante son
"neutrales" en la relación alimento–mente–estado de ánimo. La
lechuga, espinacas, brócoli, zanahorias, betarraga (remolacha), y otros
vegetales ricos en vitaminas y con pocas calorías son parte de una dieta bien
balanceada, sin embargo no aportan carbohidratos en cantidades suficientes para
activar la producción de serotonina en el cerebro; en este sentido es mejor una
papa que un plato de espinacas.
El
factor grasa. Es conveniente
evitar la mantequilla, la mayonesa, la comida frita, los quesos enteros, las
cremas y las salsas. Existen muchas razones para evitar al máximo tales
alimentos: la grasa se asocia con enfermedades mortales, tales como infartos y
ciertos tipos de cáncer. Además, naturalmente, la grasa tiene más calorías (más
del doble) que la comida con proteínas y carbohidratos. Pero lo más importante
desde el punto de vista alimento–mente–estado de ánimo: la grasa requiere de más
tiempo para ser digerida que otros alimentos, lo cual afecta negativamente las
reacciones mentales y emocionales.
¿ Cuánta
proteína ? ¿ Cuántos carbohidratos son
demasiados ?
Según los experimentos realizados por
nutriólogos del Massachusetts Institute
of Technology, para la mayoría de la gente, tres o cuatro onzas de proteína
en los alimentos lleva suficiente tirosina al cerebro para estimular la
producción de dopamina y norepinefrina, los elementos químicos que mantienen a
la mente alerta y pronta para intervenir acertadamente ante los retos que
enfrenta.
Una onza u onza y media de alimentos con
carbohidratos (azúcar o almidón) permitirá que suficiente triptofán entre al
cerebro para activar la producción de serotonina, el elemento químico que
tranquiliza, incrementa el poder de concentración y libera de los sentimientos
de ansiedad y frustración. Sólo las personas que tienen 20% o más de su peso
ideal y las mujeres en los días anteriores a su menstruación pueden requerir de
mayor cantidad de carbohidratos. Para tales personas dos o dos y media onzas de
carbohidratos son los aconsejables.
Si tan pequeñas cantidades son las adecuadas,
¿qué pasaría si se incrementa el consumo de proteína o carbohidratos?
¿Mejoraría el resultado? La respuesta es: NO.
Los mecanismos cerebrales están tan perfectamente balanceados que un
pequeño cambio químico logrará una diferencia notable en la forma que se piensa,
se sienta y se actúa.
Regeneración de la mielina
La mielina es una lipoproteína que se
encuentra en el organismo de los vertebrados y la cual recubre el tallo de las
neuronas o células nerviosas, siendo su función la transmisión y conducción de
impulsos nerviosos o eléctricos que envían y reciben mensajes de todo tipo al
cuerpo. Cuando la mielina se pierde o daña los impulsos nerviosos se
ralentizan (se hace más lento el proceso del sistema nervioso) o dejan de
transmitirse, se puede provocar un cortocircuito en la conducción de impulsos
nerviosos que pueden generar una disfunción del sistema nervioso creando deficiencias
sensitivas como visión borrosa, problemas de coordinación e identificación de
lateralidad, dificultades para caminar, ir al baño (debido al control
insuficiente de las esfínteres), parálisis, etc.
![]() |
la célula es envuelta en una capa protectora de aislamiento llamada mielina |
La esclerosis múltiple es una de las
enfermedades desmielinizantes mas comunes, esta afección ataca la mielina del
sistema nervioso central generando fases de remisión (o brotes), con periodos
de remisión cada vez más cortos en el tiempo y cuyos síntomas incluyen
cualquier combinación de ceguera parcial (o ver borroso o gris), paraparesia
espástica (contractura permanente de los músculos), andar inestable, vértigo,
diplopía y la incontinencia.
Para cuidar, evitar y sanar la buena
transmisión y conducción del sistema nervioso es fundamental que la mielina esté
siendo producida adecuadamente, y para esto, es fundamental mantener una dieta
con aquellos alimentos requeridos para su buena producción y regeneración.
Alimentos que deterioran las vainas de
mielina y las funciones del sistema nervioso
![]() |
Esclerosis |
Grasas nocivas o saturadas. Evitar las frituras, los embutidos, disminuir
al máximo la carne roja y la leche de vaca y derivados.
Azúcar refinada. Este carbohidrato de absorción rápida es uno
de los irritantes más fuertes del sistema nervioso, lo deteriora y a la larga,
produce un sinfín de afecciones. Evitar sodas, comida procesada, pasteles y
dulces, kétchup y todo alimento que la contenga.
Alimentos que nutren y reparan las vainas de
mielina
Complementos y vitaminas. Tomar alimentos y suplementos ricos en
ácido fólico y vitamina B12, vitaminas indispensables para la protección del
sistema nervioso y la reparación adecuada de mielina, así como también ayudan a
prevenir que se dañe. Investigaciones han confirmado que personas que padecen
esclerosis múltiple y que en sus dietas se incluyó un tratamiento con ácido
fólico mejoraron considerablemente tanto en los síntomas como en la reparación
de la mielina.
Ácido fólico. Indispensable para un buen funcionamiento
del sistema nervioso. Los alimentos que la contienen son: granos enteros,
cereales integrales, etc.
Te verde y hierbas. Incluir en la dieta vegetales y hierbas
anti-inflamatorios: para proteger las vainas de mielina es necesario reducir la
inflamación en el cuerpo, lo cual es el pilar del tratamiento para la
esclerosis múltiple. El te verde, por ejemplo, así como el sauce blanco, el te
de limón o cítricos, la garra del diablo (harpagofito) no deben faltar en la dieta.
Vitamina C. Es un gran depurador, desinflamante y antioxidante poderoso, se
recomienda para mantener al cuerpo con un sistema inmune en buenas condiciones,
el cuerpo libre de grasas y toxinas y para ayudar a desinflamar. Todo esto es
necesario para que el sistema nervioso esté funcionando correctamente y la
mielina esté bien protegida. La vitamina C se encuentra en alimentos como los
cítricos (naranjas, limones, etc.), brócoli, algas marinas, guayabas, etc.
Vitamina A y D. Es un apoyo extra para que el sistema inmune esté en óptimas condiciones, para la recuperación del daño de mielina o en caso de enfermedades desmielinizantes. Los vegetales anaranjados como la papaya, la naranja, la zanahoria, etc., son ricos en vitamina A, y el aceite de hígado de bacalao es muy buena fuente de vitamina A, D y ácidos grasos esenciales. La vitamina D ha sido una de las mejores opciones para reducir el riesgo de desmielinización y de esclerosis múltiple de forma significativa.
Ácidos grasos esenciales. Se deben incluir en la dieta diaria, son
indispensables para la producción y mantenimiento de la vainas de mielina, las
cuales se componen fundamentalmente de ácido oleico. El cerebro está formado
por un 60 por ciento de grasas. Pero de las grasas amigas como los ácidos
omega-3 y omega-6.
* Ácido oleico. Las aceitunas son una rica fuente de este
ácido esencial, un omega-6 que además se encuentra en el pescado, el pollo, las
nueces, el aceite de oliva extra virgen y las semillas.
* Omega-3. Los peces de aguas profundas contienen buenas cantidades de ácidos
grasos omega-3, los cuales participan en las funciones cerebrales mejorando la
transmisión de impulsos nerviosos, además de que ayudan a reducir la
inflamación en el cuerpo.
Aminoácidos. Son esenciales para la transmisión de mensajes cerebrales, son los
ladrillos con los que se construyen las proteínas mejorando la capacidad de
comunicación interna del cerebro. Se recomienda incluir en la dieta amaranto
(kiwicha) integral – contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo
necesita –, levadura de cerveza, algas marinas como la espirulina – la cual
además es rica en minerales y vitaminas.
Frutas. El azúcar de las frutas es un elixir para el cerebro. Consumir 3 o 4
piezas de fruta al día, pero evitar combinarlas con otros alimentos, comer las
frutas cítricas en ayunas y las dulces consumirlas con el estómago vacío, 2
horas después de haber comido y esperar 20 minutos a que se digieran. Las
manzanas, las peras y los melocotones son estupendos por las noches, y la
papaya o la piña en el desayuno. Las uvas o los arándanos comerlos entre comidas
en lugar de golosinas.
Otras recomendaciones
Equilibrar la glucosa. Incluir en la dieta alimentos ricos en
hidratos de carbono de liberación lenta como cereales integrales, vegetales, etc.
Estos son el mejor combustible para el cerebro y el sistema nervioso, no forman
sustancias tóxicas en el organismo y liberan su energía de una manera constante
y paulatina.
Tomar suficiente agua. El agua es la mejor conductora de impulso
eléctricos. En la dieta no deben faltar al menos 2 litros de agua pura al día.
Evitar los alimentos muy cocinados. Ya que estos pierden muchos de sus
nutrientes naturales. Tratar de comer lo más crudo posible.
Hacer ejercicio. Estimula de forma vigorosa las funciones
generales del cuerpo, ayuda a que el cerebro esté bien oxigenado y a descargar
tensiones. Procurar escoger una actividad en que se disfrute mucho, ya que
cuando se disfruta el cerebro segrega hormonas que provocan estados de gozo y
bienestar, lo que ayuda enormemente a estimular las conexiones neuronales.
Descanso y sueño. El organismo necesita fases de descanso. El sueño es la fase más importante del descanso. Durante el sueño el cerebro produce ciertas hormonas y neurotransmisores muy importantes, tales como la serotonina o las hormonas de crecimiento.
La degradación de la salud del cerebro no se hace en unos días, sino en 10, 20 o 30 años. Una mala alimentación y el estrés no controlado de cada día serán responsables del estado de nuestro cerebro a los 60 años y más. La calidad de nuestro fin de vida depende pues de nuestro modo de vida de ayer y de hoy.
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La malnutrición afecta el desarrollo neurológico e intelectual de los niños |
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El cerebro es el órgano que más energía consume |
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