Los adolescentes que pasan mucho tiempo en las redes sociales
presentan síntomas de depresión
presentan síntomas de depresión
Actualización : julio 13, 2015
La depresión se caracteriza por una tristeza profunda y la inhibición de las funciones psíquicas. Lo que habría que averiguar es ¿ Qué de Facebook puede causar tristeza profunda ? Así sean más los beneficios obtenidos de las nuevas tecnologías, no siempre se tiene la misma consecuencia en todas las personas.
La depresión es una realidad en el ser humano. No hay un patrón que determine qué
puede causar o no la depresión, depende de la persona. Por eso Facebook o las
redes sociales en general, pueden tener características que produzcan efectos
depresivos en algunos usuarios.
Algunos
psiquiatras consideran que se trata de una nueva modalidad de depresión en los
jóvenes y señalan que se refleja en el grado de obsesión que muchos
adolescentes experimentan con las redes sociales, donde se comparan
repetidamente con los demás.
La crisis y las relaciones personales favorecen cada día más el aumento de enfermedades con patologías psicológicas. El abuso de las redes sociales supone un peligro en personas que sufren dificultades emocionales.
Las redes sociales son la principal fuente de comunicación entre jóvenes y cada vez más entre adultos en nuestra sociedad. El uso de estas herramientas resulta útil para hablar con amigos y conocer gente.
La crisis y las relaciones personales favorecen cada día más el aumento de enfermedades con patologías psicológicas. El abuso de las redes sociales supone un peligro en personas que sufren dificultades emocionales.
Las redes sociales son la principal fuente de comunicación entre jóvenes y cada vez más entre adultos en nuestra sociedad. El uso de estas herramientas resulta útil para hablar con amigos y conocer gente.
Facebook,
así como la mayoría de las redes sociales, muestran a personas que dicen
pasarlo muy bien, haciendo actividades excitantes; van a fiestas, viajan y
cuelgan las fotos, tienen éxito y una gran cantidad de amigos y vidas que
merecen la pena ser vividas. Es normal que en Facebook sólo se muestre la cara
amable de la vida de las personas. Uno no va a publicar que está amargado o que
es un fracasado. Todo lo que sea negativo se esconde. Algunos adolescentes con
problemas de autoestima se sienten mal porque se ven incapaces de alcanzar esa
popularidad y lo viven como un fracaso.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) en 2011 publicó en la revista Pediatrics
un informe sobre los efectos de los medios sociales en niños y adolescentes. El
informe sugiere que la exposición a Facebook podría causar trastornos
depresivos o de ansiedad. El uso de estas redes es un indicador a tener en
cuenta a la hora de valorar la salud de niños y adolescentes. Según el
documento, los expertos de esta institución creen que se debería incluir en el
cuestionario médico datos relativos al uso de Facebook y otras redes sociales
con el objeto de diagnosticar (y a ser posible prevenir) una posible depresión
infantil.
Los
informes emitidos por la Academia de Pedriatría, indican que la causa puede ser
la sensación de no estar lo suficientemente "conectado" como el resto
de personas por la cantidad de fotos colgadas, número de 'amigos' en la red,
comentarios en el muro, etc. Para el joven tímido que en el día a día le cuesta
generar relaciones de amistad, la red podría ser la extensión de ese esfuerzo.
La AAP
califica este fenómeno como “Depresión Facebook”, y asegura que los niños
afectados por ésta estarían en riesgo de aislamiento social o tendrían poca
autoestima, lo que se sumaría a una gran cantidad de tiempo pasada en la red
social, algo que se convertiría en un elemento depresivo.
Lauren
Jelenchick y la doctora Megan Moreno de la Universidad de Wisconsin, evaluaron
en tiempo real la actividad en Internet y la depresión clínica.
Podría
ser más doloroso que los encuentros de la vida real que hacen sentir mal a los
adolescentes, según Gwenn O'Keeffe, coautora del estudio, ya que “Facebook
provee una visión distorsionada de lo que en verdad está ocurriendo”. Además,
esta red social promueve una atmósfera de competitividad social, según los
autores.
Su uso
excesivo puede tener negativas consecuencias. En esos casos, los jóvenes se
vuelven más competitivos ya que algunos
se entristecen por ver que sus amigos tienen mayor estatus, porque reciben más
visitas y mensajes. La envidia y los celos se magnifican en este medio, explica
Michael Brody, psiquiatra que participó en la elaboración del informe. Lo que
el psiquiatra no tiene tan claro es si Facebook lleva a la depresión o si los
adolescentes que tienen tendencia a la depresión pasan más tiempo en las redes.
Frente
a los resultados obtenidos, los autores del análisis concluyen que gran parte
del desarrollo emocional y social de los infantes y jóvenes está sucediendo en
Internet y en las redes sociales. Por ello, recomiendan a los padres cuidar a
sus hijos y estar pendientes de su conducta en la red con el objetivo de evitar
posibles depresiones y acosos.
Estudios
recientes realizados en la
Universidad de Stanford y en Utah Valley University en Estados Unidos,
aplicados especialmente a adolescentes y adultos jóvenes, han demostrado que
aquellos que más visitan las redes sociales, sobre todo, Facebook, Instagram y
Twitter, tienden a deprimirse más.
Estudio de la Universidad de Stanford dirigido por Alexander Jordan y publicado en 2011 en la revista Personality and Social Psychology Bulletin.
En una
serie de cinco experimentos el estudio, que fue inspirado en la experiencia de
la envidia en Facebook, identificó varios factores entrecruzados en el fenómeno
de desear lo que los demás tienen.
Los
primeros dos experimentos mostraron que la gente continuamente subestima cuán
frecuentemente la otra gente tiene emociones negativas, mientras que
sobreestima la frecuencia con la que ellos mismos tienen emociones positivas.
Eso ayuda a explicar por qué las demás personas parecen divertirse tanto, generalmente tienden a ser más felices en
ambientes sociales, y usualmente no expresan sentimientos de soledad o
depresión cuando están en un grupo. En contraste, muchas de nuestras emociones
negativas son experimentadas a solas, así que somos los únicos en vernos en
nuestros momentos más solitarios o depresivos.
Un
tercer experimento del estudio de Stanford exploró si esos errores de
percepción tenían consecuencias emocionales. Eso sugiere que los esfuerzos de
“control de la imagen”, en persona o en línea, probablemente empeoran el
aislamiento y el disgusto de los amigos, al añadirse a su impresión de que su
vida y la de los demás son más felices y exitosas que la suya. Las emociones de
los individuos cuando están en público tienden a esconderse, al menos las
negativas. En Facebook, sólo se ven los momentos divertidos, nadie quiere
publicar situaciones tristes, ni sus problemas económicos, o su rompimiento con
la pareja. Todo lo negativo se esconde. Allí, donde todo se comparte con los
amigos y familiares, sólo se querrá mostrar lo positivo y lo grandiosa que es
la vida.
La vida
y las relaciones interpersonales pierden toda la privacidad en las redes
sociales, el contacto con los demás se vuelve completamente público y través de
ellas cualquiera puede enterarse de lo que hacen los demás, perdiendo todo tipo
de intimidad y volviendo más vulnerables a los usuarios.
El uso
indiscriminado de estas redes puede impactar directamente en el estado de ánimo
de las personas causando más angustia que felicidad. Leer comentarios negativos
o que se burlan de la gente, descubrir fotos de la pareja con otra persona,
enterarse de que el ex acaba de casarse, o ver una fiesta a la que no fueron
invitados, son motivos bastante válidos para deprimirse.
Como en
cualquier situación, los excesos pueden llegar a ser muy dañinos y la adicción
a las redes sociales no sólo cambia el comportamiento de las personas,
especialmente de los jóvenes, quienes se ven más afectados psicológicamente en
cuanto a sus relaciones interpersonales, sino que tiende a convertirlas en
seres dependientes de la red, frustrados y tristes.
La investigación de la universidad de Utah realizada en 2012 reveló que los usuarios que pasan demasiadas horas
en la red social pueden sentirse infelices al ver las fotos que comparten sus
contactos.
Para el
estudio, se les preguntó a 425 estudiantes si estaban de acuerdo o en
desacuerdo con frases del estilo “mis
amigos tienen una mejor vida que yo” o “la
vida es injusta”, después de ver imágenes de usuarios sonriendo, festejando
en una discoteca o paseando por distintas partes del mundo.
El 95
por ciento de los usuarios menores de 23 años afirmó, a partir de dichas
preguntas, que se sentía triste al ver que sus amigos eran más felices que
ellos mismos. Los investigadores también sostienen que cuanto más tiempo
navegan en Facebook, más piensan en los otros y más se deprimen.
Según
la investigación, el mal humor prevalece entre los usuarios más activos,
mientras que los que pasan menos tiempo en esta red social se entristecen
menos. El grupo de la Universidad de Utah concluyó que la solución para mejorar
el estado de ánimo es dejar lo virtual y tener más interacción física con los
verdaderos amigos.
Un estudio del Instituto de Sistemas de Información
de la Universidad Humboldt de Berlín y de la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania) realizado en enero 2013 alerta sobre la experiencia
negativa que significaría para algunas personas visitar la red social.
El
trabajo, elaborado conjuntamente por las dos universidades alemanas, descubrió
una envidia desenfrenada en Facebook, la mayor red social del mundo, que tiene
más de 1.000 millones de usuarios. Los investigadores vieron que una de cada
tres personas se sintió peor y más insatisfecha con su vida tras visitar la
página, aunque sea simplemente para echar un vistazo. La envidia les hace
sentirse solos, frustrados o enfadados.
Los
investigadores descubrieron que las fotos de vacaciones eran la principal causa
de resentimiento.
La
interacción social fue el segundo motivo común de envidia ya que los usuarios
comparan cuántas felicitaciones de cumpleaños reciben con las que obtienen sus
amigos en Facebook y cuántos "me gusta" o comentarios hay en las
fotos o entradas de los demás. El seguimiento pasivo despierta envidia y los usuarios
anhelan especialmente la felicidad de los otros, el modo en el que los otros
pasan sus vacaciones y socializan. Descubrieron que los treintañeros son los
que sentirían probablemente más resentimiento por la felicidad familiar,
mientras que las mujeres son las que más envidian el atractivo físico.
Los
investigadores basaron sus conclusiones en dos estudios en los que participaron
más de 600 personas. Según el trabajo, los hombres muestran en facebook una
mayor tendencia a la autopromoción de sus logros, mientras que las mujeres se
centran en su aspecto y vida social. Los usuarios perciben frecuentemente
Facebook como un ambiente estresante.
Estudio realizado por Alex Jordan (Ph.D en
Psicología por Stanford) en febrero 2013
Dentro
del actual sistema sociocultural, moldeado en buena medida a partir de los
patrones financieros, en el cual la competencia es la máxima que rige las
relaciones humanas bajo la premisa de la escasez (lo que alguien tiene es algo que dejo de tener yo), Jordan comprobó
que el atestiguar el éxito o la felicidad de los demás miembros de la red
social puede favorecer nuestra depresión. La idea surgió cuando este experto en
psicología se puso a observar las reacciones de sus amigos frente a Facebook y
notó que se sentían un poco huraños cuando chocaban con fotos espectaculares,
logros académicos o profesionales o alegres actualizaciones.
Pero
nuestra costumbre de sobreestimar la felicidad ajena no es algo nuevo. Al
respecto Jordan cita una frase de Montesquieu “Si solo quisiéramos ser felices
sería fácil; pero lo que queremos es ser más felices que los demás, lo que es
generalmente difícil, pues pensamos que ellos son más felices de lo que en
realidad son”.
Estudio realizado por la Universidad de Michigan y dirigido por Ethan Kross publicado en agosto 2013 en PLoS One, el cual por primera vez
profundiza en el estado de ánimo de los usuarios de la red social más popular
del planeta, examinando la influencia de Facebook en la felicidad y la
satisfacción.
A mayor
uso de la red social, las personas experimentan mal humor y la disminución de
bienestar. Mientras que cada vez más personas parecen estar conectados a las
redes sociales, el nivel de bienestar se ha visto disminuido. Cuando muchos
atribuyen este mal humor a las presiones de la vida moderna, un grupo de
investigadores señalan a las redes como el origen de este malestar cada vez más
generalizado.
En
cuestión de minutos, los usuarios de Facebook actualizan su estado, suben sus
fotografías más recientes y leen lo que sus contactos e incluso otros publican.
Sin
embargo, repetirlo de manera compulsiva puede extender el tiempo de navegación
de media hora a tres horas.
Sin
embargo, esta necesidad de conexión social a la larga provoca malestar y
depresión. “A priori, Facebook proporciona una incalculable fuente para
completar la necesidad humana básica de conexión social”, dijo Kross. Sin
embargo añadió que “en lugar de mejorar el bienestar, nuestra investigación
encontró que tiene el resultado contrario.”
El
estudio empleó un sistema de muestro de experiencia, en el que 82 usuarios
activos de Facebook que poseían también smartphone debían responder a una
encuesta en momentos aleatorios de su vida durante dos semanas.
Durante
la investigación, las preguntas se centraron en la cantidad de tiempo de
navegación en Facebook, así como la sensación que esto les producía y si
estaban acompañados al momento de estar dentro de este sitio.
Cada
mensaje de texto contenía un enlace a una encuesta cibernética con cinco
preguntas: ¿cómo te sientes en este
momento? ¿cuán preocupado estás?
¿cuán solitario te sientes en este
momento? ¿cuánto has usado Facebook
desde la última vez que te lo preguntamos? ¿cuánto has interactuado "directamente" con otras personas
desde la última vez que te lo preguntamos?
Los
resultados mostraron una relación directamente proporcional entre el tiempo que
pasaban conectados y su sentimiento de desánimo. Por el contrario, cuando los
periodos de conexión se alternaban con interacciones en persona, disminuía el
impacto negativo sobre el bienestar.
Sobre
esta asociación entre el uso de la red social y la insatisfacción, los
científicos argumentan que las razones de esto probablemente se deban a la
frustración que provoca en el usuario el exceso de información de las vidas de
otros, así como verse sometidos a una rivalidad constante con sus amistades
virtuales.
Por
otra parte, los especialistas también atribuyen el malestar al sedentarismo que
implica pasar tanto tiempo revisando y publicando contenido en las redes
sociales. Hacer ejercicio genera endorfinas, lo que ayuda a la sensación de
bienestar.
No
obstante, el equipo de Kross fue muy específico al hablar sobre los resultados
que su estudio obtuvo. “Nuestro análisis sólo indica que el uso de Facebook
predice un descenso en dos componentes del bienestar subjetivo: cómo se siente
la gente en cada momento y cómo de satisfecha está con su vida”, afirman.
Los
autores también pidieron a los participantes que calificaran su nivel de
satisfacción con la vida al comienzo y al final del estudio. Encontraron que
cuanto más usaban Facebook los participantes a lo largo de un período de
estudio de dos semanas, más disminuían sus niveles de satisfacción con la vida
al paso del tiempo.
Algo
importante a señalar es que los investigadores no hallaron pruebas de que la
interacción directa con otras personas ya sea por teléfono o en encuentros cara
a cara influyeran negativamente en el bienestar.
En
cambio sí encontraron que las interacciones directas con otras personas hacían
que los participantes se sintieran mejor con el paso del tiempo.
El abuso de las redes sociales favorece los síntomas depresivos
Un estudio realizado por investigadores dirigidos por Mai-Ly Steers de la Universidad de Houston, publicado en el Journal of Social and Clinical Psychology advierte sobre cómo el abuso, de Facebook está relacionado con los síntomas de depresión en cada vez más pacientes.
Mientras que los procesos de comparación social se han examinado durante mucho tiempo, aquellos que se adentran en las nuevas formas de relación mediante las redes sociales no han hecho más que empezar. El problema aumenta en los usuarios que pasan muchas horas en Facebook, ya que suelen llenar un vacío que puedan tener en sus vidas viendo lo que comparten otros sobre su día a día. Cuanto más tiempo pasan en Facebook, más posibilidades de compararse con otros usuarios y poder deprimirse por ello.
En realidad, nadie puede resistir el impulso a comparar su vida con la de los otros, es un sentimiento tan humano como cualquier otro, pero mientras en una interacción real se ve lo bueno y lo malo, en las redes sociales se tiende a mostrar una imagen sesgada del día a día en la que se exagera lo bueno y se tiende a ocultar lo malo.
Facebook sirve para dar a conocer ámbitos de la vida privada de personas con las que normalmente no tienen demasiado trato, lo que fomenta las comparaciones. La posibilidad de sentir envidia del otro se acentúa porque en redes sociales como Facebook se tiende a compartir aspectos positivos de la vida real.
La gente con dificultades emocionales puede ser particularmente susceptible a desarrollar depresiones a partir de la comparación de los amigos que tienen sus contactos, las fotos que cuelgan o sus comentarios. La visión distorsionada de la vida de los demás les hace sentir aún más solos y desamparados. El acto de compararse con los demás está relacionado con emociones destructivas a largo plazo. Cualquier beneficio que se pueda obtener de una comparación social es temporal y estar enganchado a la conversación social de cualquier clase puede traducirse en una peor calidad de vida.
Un mal uso de las redes sociales, junto a una falta de confianza por parte de usuarios y menores, fomenta en cualquier caso episodios de depresión. Por su parte, Facebook puede ayudar a acentuarlo, pero no se puede considerar el único causante de esta enfermedad. Las redes sociales han supuesto un cambio sustancial en el día a día, por ello saber usarlas correctamente puede ayudar a complementar la manera de relacionarse.
La experta concluye que espera que los resultados de estos estudios ayuden a la gente a entender que los avances tecnológicos, en ocasiones, también conllevan consecuencias, intencionales o no, e indica, para aquellos que tengan tendencias depresivas a que reduzcan el uso de Facebook o similares al máximo.
El abuso de las redes sociales favorece los síntomas depresivos
Un estudio realizado por investigadores dirigidos por Mai-Ly Steers de la Universidad de Houston, publicado en el Journal of Social and Clinical Psychology advierte sobre cómo el abuso, de Facebook está relacionado con los síntomas de depresión en cada vez más pacientes.
Mientras que los procesos de comparación social se han examinado durante mucho tiempo, aquellos que se adentran en las nuevas formas de relación mediante las redes sociales no han hecho más que empezar. El problema aumenta en los usuarios que pasan muchas horas en Facebook, ya que suelen llenar un vacío que puedan tener en sus vidas viendo lo que comparten otros sobre su día a día. Cuanto más tiempo pasan en Facebook, más posibilidades de compararse con otros usuarios y poder deprimirse por ello.
En realidad, nadie puede resistir el impulso a comparar su vida con la de los otros, es un sentimiento tan humano como cualquier otro, pero mientras en una interacción real se ve lo bueno y lo malo, en las redes sociales se tiende a mostrar una imagen sesgada del día a día en la que se exagera lo bueno y se tiende a ocultar lo malo.
Facebook sirve para dar a conocer ámbitos de la vida privada de personas con las que normalmente no tienen demasiado trato, lo que fomenta las comparaciones. La posibilidad de sentir envidia del otro se acentúa porque en redes sociales como Facebook se tiende a compartir aspectos positivos de la vida real.
La gente con dificultades emocionales puede ser particularmente susceptible a desarrollar depresiones a partir de la comparación de los amigos que tienen sus contactos, las fotos que cuelgan o sus comentarios. La visión distorsionada de la vida de los demás les hace sentir aún más solos y desamparados. El acto de compararse con los demás está relacionado con emociones destructivas a largo plazo. Cualquier beneficio que se pueda obtener de una comparación social es temporal y estar enganchado a la conversación social de cualquier clase puede traducirse en una peor calidad de vida.
Un mal uso de las redes sociales, junto a una falta de confianza por parte de usuarios y menores, fomenta en cualquier caso episodios de depresión. Por su parte, Facebook puede ayudar a acentuarlo, pero no se puede considerar el único causante de esta enfermedad. Las redes sociales han supuesto un cambio sustancial en el día a día, por ello saber usarlas correctamente puede ayudar a complementar la manera de relacionarse.
La experta concluye que espera que los resultados de estos estudios ayuden a la gente a entender que los avances tecnológicos, en ocasiones, también conllevan consecuencias, intencionales o no, e indica, para aquellos que tengan tendencias depresivas a que reduzcan el uso de Facebook o similares al máximo.
Para
aprovechar realmente las posibilidades de la red es importante cultivar el
espíritu crítico, Lo que es fundamental e ineludible es ayudar a los
adolescentes a desarrollar las competencias socio-emocionales necesarias para
moverse por las redes con seguridad y, sobre todo, para poder ir más allá de lo
aparente y leer entre líneas lo que en ellas se muestra o se expone, que a
menudo no es el alma o la esencia verdadera de las personas, sino una imagen
parcial o sesgada. La felicidad, la paz interior, la capacidad de ilusionarse o
la calidad humana de una persona no son directamente proporcionales al número
de amigos o agregados que tiene en Facebook. La sana y verdadera autoestima
también tiene muy poco que ver con esto. Si no está basada en una afectividad
saludable y en un sentimiento de la propia valía y dignidad, difícilmente se
sostendrá, por más amigos que se tengan en Facebook.
Hay que
volver a la realidad, a las relaciones cara a cara, salir y tomarse un café en
lugar de estar chateando, disfrutar más del aire libre, y simplemente,
dejar de vez en cuando el celular o la computadora en casa.
Las redes sociales son una herramienta excelente si se aprenden a utilizar, con prudencia y pensando siempre en que los contenidos que allí se publiquen no afecten la intimidad, el autoestima, y la seguridad de sí mismos y de los demás.
Ver :
Los celulares afectan el cerebro
Uso excesivo de las nuevas tecnologías afecta la salud
El uso de teléfonos inteligentes – Smartphone – modifica el cerebro
Trastornos en la conducta alimentaria
Importancia de la risa en el ser humano
Cambio cerebral causado por la tecnología
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El uso de teléfonos inteligentes – Smartphone – modifica el cerebro
Trastornos en la conducta alimentaria
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