enero 08, 2014

Aditivos Alimentarios Tóxicos





Colorantes. Conservantes. Antioxidantes. Agentes emulsificantes, estabilizantes, espesantes y gelificantes. Agentes antiaglomerantes. Agentes de recubrimiento. Estructurante de textura. Agentes aromatizantes y potenciadores de sabor. Gasificantes. Endurecedores. Aditivos con efecto nutricional particular. Aditivos para goma de mascar.

Actualización : Octubre 27, 2015

Son aquellas sustancias que se añaden intencionadamente a los productos alimenticios sin el propósito de cambiar su valor nutritivo, con la finalidad de modificar sus caracteres, técnicas de elaboración, conservación y/o para mejorar su adaptación al uso que se destinen.

Los aditivos alimentarios siguen siendo el tema que más se desconoce dentro de la alimentación y que más preocupa a los consumidores. Están prácticamente en todos los alimentos y bebidas que ingerimos, forman parte de nuestra vida cotidiana.

No todos los aditivos que se incluyen en los alimentos son tóxicos. Los aditivos empleados son seguros siempre que estén en las dosis autorizadas. Las autoridades sanitarias antes de autorizar cada aditivo llevan a cabo un estudio muy exhaustivo del mismo. Para garantizar que es seguro, se revisa periódicamente.

Según algunos estudios científicos no se consideran los aditivos dañinos para la salud dado que la cantidad de aditivos que se pueden consumir a lo largo de la vida es insignificante en relación al peso corporal de una persona. Pero reconocen que el peligro de los aditivos se pone en marcha cuando se combinan entre ellos porque no se sabe los efectos secundarios que pueden causar a largo plazo.

El criterio que se utiliza para garantizar el uso de todo aditivo es añadir los niveles más bajos posibles. En todo el mundo, la Comisión del Codex Alimentarius es la que se encarga de desarrollar normas internacionales sobre seguridad alimentaria destinadas a establecer normas internacionales armonizadas y rigurosas.

En los nuevos aditivos se debe demostrar su utilidad. También se someten a rigurosos controles de seguridad, antes de que se apruebe su uso.

Con el fin de facilitar la libre circulación de los alimentos de un país a otro, la Unión Europea ha asignado un número de 3 a 4 cifras precedido de la letra E (de "Europa") a cada uno de los aditivos permitidos en los Estados miembros. El número E, al sustituir el nombre, a veces demasiado largo y complicado por las cifras, permite mencionar los aditivos de manera más concisa en los embalajes de dimensiones muy reducidas, así como facilitar su identificación independientemente de la lengua utilizada en la etiqueta.

Existen más de 5.000 sustancias químicas que se añaden a los alimentos y muchas de esas son sin embargo sospechosas de que podrían causar cáncer. Y se utilizan en alimentación y cosméticos como aromatizantes, colorantes, conservantes, acidulantes, espesantes, saborizantes, emulsionantes, derivados de almidón, antioxidantes y edulcorantes.

El método más fiable para comprobar clínicamente la implicación de algún tipo de aditivo alimentario en una determinada enfermedad o patología, es la prueba de provocación oral. En estos casos, tras un tiempo en el que se elimina el consumo del aditivo sospechoso, se administra una dosis que se aproximará a la conocida como “dosis de ingesta diaria admitida” y la aparición simultánea de los síntomas servirá para confirmar la sospecha previa. Cuando recaiga en distintos aditivos, se repetirá la prueba en distintas fases con cada uno de los aditivos, hasta llegar a la confirmación.


La OMS concluye que la carne roja y la carne procesada pueden causar cáncer

La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), que forma parte de la OMS, según un estudio publicado en The Lancet Oncology en octubre 2015, sitúa la carne procesada en el grupo 1, donde hay otras 117 sustancias cancerígenas, como el tabaco, el amianto y los humos del diésel. Para estos últimos productos hay pruebas suficientes de su relación con el cáncer.

La IARC se refiere a carne procesada como la que se ha transformado a través de salazón, procesos de curado, de fermentación, de ahumado u otros procesos para mejorar el sabor o su conservación.

Según los expertos la carne procesada puede dar lugar a la formación de productos químicos cancerígenos, incluyendo compuestos nitrosos (NOC) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). También advierten que  al cocinarla a alta temperatura, frita, asada a la parrilla o en barbacoa generalmente produce la mayor cantidad de estos químicos.

Estas conclusiones surgen del trabajo que realizan 22 científicos de diez países reunidos en el IARC de Lyon (Francia) para evaluar la carcinogenicidad del consumo de carne roja y carne procesada. Para ello, han analizado más de 800 estudios epidemiológicos sobre la relación entre el cáncer y el consumo de carne en los últimos 20 años.

Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.


La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer incluye entre la carne roja la de vaca, cordero, cerdo, caballo y cabra. La carne roja está clasificada como un carcinógeno probable en su lista 2A, grupo en el que también está incluido el glifosato (ingrediente activo en muchos herbicidas). La clasificación más baja para la carne roja refleja pruebas limitadas de que causa cáncer. La IARC encontró vínculos principalmente con el cáncer de intestino, pero también observó asociaciones con cáncer de páncreas y próstata.


Grupos de aditivos

La clasificación de los aditivos se realiza siguiendo el criterio de sus funciones tecnológicas más frecuentes y son:

1) Modificadores de los caracteres organolépticos

Que se pueden percibir por los sentidos, pues influyen sobre el color, sabor y olor.

Colorantes artificiales

El colorante se utiliza en una variedad de productos alimenticios para mejorar el color y hacer un producto más atractivo. Comúnmente se utiliza al hornear productos en casa para crear un glaseado o productos horneados coloridos. mucho más fáciles de utilizar que los colorantes naturales menos costosos.

La práctica de colorear los alimentos tiene una larga tradición, siendo el azafrán o la cochinilla los primeros colorantes en utilizarse por las civilizaciones antiguas. Se distinguen dos tipos de colorantes:

* Naturales. Son considerados como inocuos, son más fáciles de fabricar por síntesis que por procedimientos de extracción y presentan mejores características de pureza. Como ejemplos tenemos: la curcumina (E-100) o el caramelo (E-150), obtenido tradicionalmente por calentamiento del azúcar alimenticio.

* Artificiales. O colorantes de síntesis. Han sido muy estudiados ante la preocupación por su seguridad. Como ejemplos tenemos la azaorrubina, carmoisina (E-122), descubierto en el siglo pasado, es un tipo de colorante utilizado en la industria de tintorería y en la imprenta, además como colorante alimentario. Se utiliza para conseguir el color frambuesa en los caramelos, helados, postres, etc.

Actualmente, se sabe que algunos colorantes artificiales pueden causar urticaria crónica o incluso asma entre las personas sensibles a sus componentes.

Petroquímicos sintéticos derivados del petróleo, anticongelante y amoniaco. causante de tumores renales y en el cerebro en ratones; tumores de vejiga en ratas. Causa el cáncer de tiroides en los animales, y está prohibido en productos cosméticos, pero todavía se permite en los alimentos.

Los colorantes se disuelven en agua y se utilizan en bebidas, productos lácteos y alimentos para mascotas. Las lacas no son solubles en agua y se utilizan para colorear productos que contienen grasas y aceites, como caramelos, goma de mascar y mezcla de pastel.

Aunque los ingredientes en colorantes alimentarios varían según el color, la mayoría tienen en común una serie de ingredientes. El agua suele ser el ingrediente principal.

Tartracina. Es uno de los colorantes artificiales más utilizados en los alimentos. Su uso está autorizado en más de sesenta países, incluyendo entre ellos los de la Unión Europea y Estados Unidos.

La resolución 94/36/EC la prohíbe parcialmente en la Unión Europea. La legislación estadounidense exige que se indique explícitamente la presencia de este colorante en la etiqueta de los productos para que el consumidor final tome la decisión de comprarlo o no.

La tartrazina (en inglés tartrazine) como colorante posee los códigos E102 (Unión Europea) y Amarillo 5 o Yellow 5 (FDA-USA), por lo que es posible identificar cuáles alimentos, bebidas u otros productos contienen tartracina al revisar sus ingredientes en la etiqueta.

Confiere a los alimentos y bebidas un tono amarillo más o menos anaranjado, dependiendo de la cantidad añadida. También se utiliza para obtener colores verdes, al mezclarla con colorantes azules.

Se utiliza en productos de repostería, derivados cárnicos, sopas preparadas, conservas vegetales, salsas, helados, postres, caramelos y otras golosinas. También se utiliza para colorear las bebidas refrescantes de “naranja” y "limón". Es el colorante del condimento para paellas utilizado en substitución del azafrán.

Potenciadores del sabor

Son sustancias que no aportan sabor propio y que realzan el sabor y/o el aroma de un alimento. Uno de los más utilizados es el glutamato, en especial el glutamato monosódico (E-621) que se usa en condimentos y aderezos. La FDA permite 20 "pseudo" nombres para él.

Edulcorantes

Aditivos que proporcionan sabor dulce a los productos alimenticios y/o que son utilizados como edulcorantes de mesa. Sustituyen a los azúcares como endulzadores de los alimentos. Para que sean utilizados en la industria alimentaria, además de ser inocuos deben cumplir una serie de requisitos como son: tiene que ser el sabor dulce lo más parecido posible al del azúcar común, deben resistir tanto las condiciones del alimento en el que se van a utilizar como a los tratamientos a los que se vayan a someter. Pueden ser de dos tipos:

* Naturales. Son productos de origen vegetal que han sufrido una extracción o modificación química, como la taumatina (E- 957), tiene ligero sabor residual a regaliz. Utilizados en golosinas, caramelos, helados, etc.

* Artificiales. También han sido objeto de estudios debido a posibles riesgos a largo plazo, son de gran interés para aquellas personas que por razones médicas tienen que controlar su ingesta de azúcares. Aspartame, acesulfame K, sucralosa, sorbitol, Truvia, y por supuesto, sacarina. Debido a su sabor dulce, estos edulcorantes químicos engañan al cuerpo y producen adicción por largos periodos de tiempo, volviéndose rancios en la grasa corporal.

Sacarina (E-954). Utilizada en bebidas refrescantes, yogures edulcorados, en productos dietéticos para diabéticos, etc. Sustancia sintética con un gran poder edulcorante (5 centigramos equivalen a 30 gramos de sacarosa) que es utilizada en lugar del azúcar por los diabéticos o por las personas que están realizando ciertos tratamientos de adelgazamiento. Carece de poder nutritivo.

Sustancias aromáticas

Son aquellas sustancias que se añaden a los alimentos y bebidas para proporcionarles un aroma nuevo y corregir el propio. Sustancias que proporcionan sabor y olor a los productos. Las sustancias aromatizantes pueden proceder de fuentes vegetales y animales.

El aromatizante es el último "toque" que se le da al alimento para potenciar su atractivo. Existen tres clases de aromatizantes :

* Aromas naturales. A través de métodos físicos y químicos, como la destilación, pueden obtenerse aromatizantes totalmente naturales capaces luego de incorporarse a cualquier producto. Debido a lo complejo del proceso y sobre todo a su alto costo, la industria alimentaria tiene poco interés en ellos.

* Aromas sintéticos, imitación de los naturales. La industria ofrece unos 2000 aromatizantes sintéticos de este tipo. Para obtenerlos se aísla en un tubo de ensayo la sustancia olorosa dominante en un producto natural y se intenta imitarla con elementos sintéticos. Sólo existe la obligación de mencionar en el etiquetado la denominación genérica.


* Aromas sintéticos que no existen en la naturaleza. De este grupo la legislación permite aplicar a los alimentos unos dieciocho, y solo en determinadas cantidades. En el etiquetado no existe la obligación de mencionarlos singularmente.



2) Estabilizadores de las características físicas

Emulsionantes

Son sustancias capaces de unir las grasas en alimentos principalmente compuestos por agua. Se encargan de mantener una mezcla acuosa y de lipidos en suspensión. Permiten dar la textura óptima a los alimentos, aportando homogeneidad.


Un grupo de investigadores de la universidad de Boston ha detectado que los emulsionantes y aditivos emulsionantes, aquellos compuestos sintentizados químicamente podrían ser los causantes de muchas enfermedades, entre las que destacan la diabetes y la obesidad.

La doctora Barbara Corkey observó que los emulsionantes utilizados cómo los monoglicéridos, que a menudo se encuentran en productos horneados procesados, y la sacarina edulcorante artificial, tienen efectos secundarios. En las investigaciones que está realizando, la investigadora comprobó que ambos aditivos hicieron que las células beta secretasen más insulina, pero no en la forma normal.

Los estabilizantes se utilizan en productos como la mayonesa, los aliños para ensalada y los helados para evitar que las emulsiones se separen, contribuyendo a mantener las propiedades físicas y de textura de los alimentos.


Margarina. Los emulgentes le dan la estabilidad, la textura y el sabor apropiados. Para garantizar que las gotas de agua se dispersen completamente en la fase oleosa.


Glicol de propileno. A menudo se utiliza como un estabilizador y es inodoro, incoloro e insípido.


Polisorbato 80


Polisorbato 80. Es un líquido viscoso, amarillo soluble en agua. Se utiliza como un emulsionante en los alimentos, particularmente en los helados para hacerlos más suaves y más fáciles de manejar, así como el aumento de su resistencia a la fusión.









Aceite vegetal bromado
Aceite vegetal bromado (BVO). Es un aceite vegetal derivado del maíz o de soya, ligado con el elemento bromo. Es añadido como un emulsionante, para evitar que el sabor se separe y que flote en la superficie. La FDA limita la cantidad de BVO permitido en las bebidas sodas y bebidas energéticas con sabor a cítricos. El producto químico está prohibido en los alimentos en toda Europa y Japón.

Normalmente se encuentra en la margarina, mayonesa chocolate, queso cottage, helado, preparados para lactantes y la jalea.

Los estudios sugieren que el BVO puede acumularse en los tejidos humanos, y estudios en animales han encontrado que causa problemas reproductivos y de comportamiento en grandes dosis.



Lecitina (E322). Es uno de los emulsionantes más usados. Se sintetiza a partir de la lecitina vegetal, pero no mantiene sus propiedades originales.




Su poder emulsionante es utilizado en aplicaciones como bebidas, margarinas, chocolate, panificados, galletas, margarina, crema chantilly, aderezos, etc. permitiendo la obtención de emulsiones tipo aceite/agua o agua/aceite.

La lecitina en polvo aumenta el rendimiento en quesos blandos cuando es aplicada en la leche antes de la coagulación, demostrando también una mejora en la textura de quesos con bajo tenor de grasa cuando es aplicada como emulsionante.





Espesantes

Son macromoléculas que mantienen la textura de los alimentos. Se añaden a alimentos líquidos para aumentar su viscosidad y están compuestos por carbohidratos como la hidroxipropilmetilcelulosa (E464). Hacen que los líquidos espesen al calentarse cuando los gránulos de almidón de los que se componen los carbohidratos absorben el agua y aumentan de tamaño. Este proceso hace que el gránulo de almidón atrape las moléculas de agua, espesando el alimento. Los espesantes se añaden a una amplia variedad de productos como mermelada, confituras, jaleas, incluyendo salsas y caldos de carne.



Antiaglomerantes

Son sustancias químicas pequeñas que absorben la humedad y evitar que las partículas de un alimento se adhieran unas a otras.

Los alimentos en polvo o en grano tienen tendencia a absorber la humedad, por lo que las partículas se vuelven pegajosas y se adhieren las unas a las otras, es decir, se apelmazan. Es muy difícil utilizar alimentos en polvo o en grano apelmazados ya que no se pueden pesar, extender o mezclar uniformemente. Al repeler la humedad de la superficie de los alimentos se evita el apelmazamiento y se retiene la fluidez característica de los alimentos. Uno de los agentes apelmazantes de mayor uso es el silicato de calcio (E552), que se utiliza para evitar que se apelmacen la levadura y las sales de mesa.

Estos agentes se añaden con frecuencia a la sal de mesa y otros productos alimenticios comunes en polvo.

Los antiaglomerantes más habituales son los fosfatos, así como los carbonatos de calcio o de magnesio, silicato o compuestos de óxido. El carbonato de calcio es el producto obtenido a partir de piedra caliza molida o por la precipitación de iones de calcio con iones de carbonato.

Muchos de estos compuestos contienen aluminio, tales como sodio-alumino-silicato, de silicato de aluminio-calcio y silicato de aluminio. El aluminio es bien conocido por ser tóxico para el cuerpo, y a altos niveles puede causar daño a los riñones, los músculos, el sistema digestivo y los huesos. Los altos niveles de exposición al aluminio también puede estar relacionado con la enfermedad de Alzheimer.

Dióxido de silicio o sílice. Funciona como un agente antiglomerante que previene que los alimentos absorban humedad y se aglutinen. Suele encontrarse en los sabores agregados a las patatas fritas y otros bocadillos, como también en mezclas en polvo, como la salsa. Suele utilizarse en sopas de sobre, sal, vainilla, cerveza, vino, ajo en polvo, chicles, arroz blanco y productos secos.

El silicio en su forma elemental es inerte y no tóxico como suplemento dietario. Pero el dióxido de silicio, también llamado sílice cristalino, es un irritante de los ojos y la piel. El silicio cristalino puede afectar el sistema inmunitario, resultando en infecciones micobacterianas (tuberculosas y no tuberculosas) o fúngicas.



Sal refinada. El proceso de refinamiento proporciona unos granos de sal de color blanco que suele atraer más al consumidor. Este proceso se hace a expensas de la calidad final del alimento. Para obtener este efecto se suele añadir agentes antiaglomerantes o yodo así como ciertos compuestos de flúor. A la sal refinada se le añaden antiaglomerantes para evitar la formación de grumos durante su almacenado.





 

 

Correctores de la acidez

Son las sustancias que alteran o controlan la acidez o alcalinidad de un alimento, lo que es importante en términos de procesado, sabor y seguridad alimentaria. Se emplea para dar un sabor ácido a los alimentos.

El pH de un alimento es la medida de la “acidez” o “alcalinidad” de ese producto. Un producto ácido tendrá un sabor agrio, mientras que un producto alcalino tendrá un sabor amargo. Un control inadecuado del pH puede provocar el desarrollo de bacterias no deseadas en el producto, lo que podría representar un riesgo para la salud.

Acido cítrico (E 330). Se usa principalmente como corrector de la acidez y como componente aromático. El ácido cítrico es uno de los correctores más utilizados en la industria conservera. Además, aumenta la consistencia gelatinosa de las mermeladas y disminuye el oscurecimiento de la fruta y los productos hechos a base de fruta, debido a la actividad enzimática. 



3) Inhibidores de alteraciones de tipo químico

Conservantes y agentes sintéticos que se encuentran en los alimentos inhiben el oxígeno y retrasan el desarrollo de hongos y moho, sirven para la creación de una mayor vida útil de los productos.

Conservantes

Se utilizan para prolongar la vida útil de los productos alimenticios protegiéndolos frente al deterioro causado por microorganismos. Retardan o evitan la fermentación, el enmohecimiento, la putrefacción. En muchos alimentos existen de forma natural sustancias con actividad antimicrobiana como los ajos, cebollas, muchas especias, etc.

Son importantes en la fabricacion de alimentos porque se utilizan para alargar la vida util de una variedad de productos. Conservas de frutas, barras de proteina, galletas. En casi todos los alimentos transformados se utilizan preservantes en una u otra forma. Los conservantes pueden ser bastante naturales, como la sal o azucar, o pueden ser complejos productos quimicos fabricados en laboratorios. Algunos de los conservadores de alimentos utilizados para estabilizar y proteger alimentos realmente pueden dañar a los seres humanos cuando se come en exceso.

Benzoato de sodio. También conocido como benzoato de sosa o (E211), es una sal del ácido benzoico, blanca, cristalina y gelatinosa o granulada, La sal es antiséptica y se usa generalmente para conservar los alimentos, matando eficientemente a la mayoría de levaduras, bacterias y hongos.

Se encuentra en casi todo los frascos y botellas, como aderezo para ensaladas, encurtidos, salsas, mayonesa, casi todas las bebidas gaseosas y jugos, e incluso en los alimentos etiquetados como "naturales".

Su acumulación en el organismo acarrea riesgos de cancer, además de causar ataques de asma y urticaria si se toma junto con colorantes. Puede provocar o exacerbar los síntomas o los episodios del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o TDAH.

Un estudio de la Universidad de Sheffield en 2007 encontró efectos dañinos del benzoato en las mitrocondrías de las células, efectos que sugieren que, efectivamente, podría producir estos resultados degenerativos.

El benzoato de sodio puede dañar e inactivar partes vitales del ADN en la mitocondria de las células. La mitocondria consume el oxígeno para dar energía y si se daña – como sucede en un número de estados patológicos – entonces la célula empieza a funcionar mal, dando origen a enfermedades neuro-degenerativas como Parkinson, pero sobre todo en el proceso complejo de envejecimiento.

Aceite de canola. La canola es una planta producida por el hombre, modificada genéticamente, de la planta de la colza, de la familia de las plantas de mostaza. El aceite de colza se ha producido durante mucho tiempo para uso industrial, es tóxico para los humanos y para algunos animales. Es un buen repelente de insectos. También se usa como lubricante, combustible, jabón y como base de color en las páginas de revistas.

Este aceite creado por el hombre es muy popular y se encuentra en más del 30% de todos los productos. Ahoga las células, impidiendo el correcto funcionamiento de las mitocondrias.

Está en casi todas las comidas rápidas, dulces, chocolates, pan, papas fritas, fórmulas para bebés, mayonesa, carnes frías, tortillas y casi todos los productos de panadería.

Efectos secundarios
* Enfermedad respiratoria
* Pérdida de visión
* Enfermedad del corazón
* Anemia
* Bajo peso en niños
* Agotamiento de reservas de vitamina E
* Alteración de la coagulación de la sangre
* Inhibe la función de las enzimas para la digestión. Esta falta de función adecuada puede tardar años en mostrarse, afectando el metabolismo de varios alimentos.

Puede tener un efecto especial adicional cuando se calienta el aceite, muy especialmente en las frituras, pues sus gases calientes pueden producir cáncer. El aceite de canola puede afectar la transmisión de señales del sistema nervioso a los músculos, produciendo un alto riesgo de esclerosis múltiple y parálisis cerebral.

Algunos aditivos originan cierta controversia como los nitritos y nitratos, estos son utilizados en embutidos, salazones, en determinados quesos, y es que pueden originar sustancias indeseables para el organismo, aunque hay una serie de técnicas para disminuir el riesgo de formación de las mismas. Además, los nitritos se consideran difícilmente reemplazables para asegurar la seguridad antibotulínica.

Nitrito de sodio. El nitrito sódico se emplea principalmente como conservante alimenticio así como fijador del color de los derivados cárnicos. Su empleo evita la intoxicación bacteriana, en especial el botulismo. Es usado comúnmente en el mantenimiento de la estabilidad del pescado curado y carnes. Se añade a las salchichas, embutidos y tocino para aumentar la vida útil, color y sabor.

Propilparabeno. Se utiliza normalmente como un agente conservante para prevenir el crecimiento de hongos y moho. Tampoco tiene sabor ni olor.

Agentes gelificantes

Los agentes gelificantes se utilizan para espesar y estabilizar los alimentos líquidos, dándoles así textura. Aunque cumplen un propósito muy similar al de los espesantes, los agentes gelificantes, como sugiere su propio nombre, son capaces de formar geles. En general, los agentes gelificantes son proteínas o carbohidratos que, al disolverse en alimentos líquidos, forman una red tridimensional dentro del líquido. Así se crea un alimento único de apariencia sólida pero que sin embargo está compuesto en su mayoría por líquido, como las gelatinas, mermeladas y confituras. Entre los agentes gelificantes más comunes están la pectina (E440) y la carragenina (E407)

Carragenina. Es un extracto de alga roja, se utiliza en diversos alimentos como productos lácteos y en carne procesada como engrosador, estabilizador y texturizador.

En un estudio, dirigido por Joanne K. Tobacman de Atención de la Salud de la Universidad de Iowa, se demostró que en animales puede provocar úlceras en el intestino grueso, pérdidas de sangre en la orina y ralentización del crecimiento. Puede provocar alergias y debilitar el sistema inmunitario y en grandes cantidades puede disminuir la absorción de minerales esenciales. Este aditivo carece de propiedades nutritivas y favorece la formación de tumores cancerígenos.

Aunque los estudios se han conducido sólo en animales, hay suficiente evidencia sobre los efectos de la carragenina que causan cáncer para limitar el uso del aditivo alimentario. Las células intestinales absorben muy fácilmente la carragenina, pero no la pueden metabolizar. A medida que la carragenina se acumula en las células puede hacer que se destruyan y en este tiempo el proceso podría conducir a ulceración.

Agentes de glaseado

Los agentes de glaseado (también llamados agentes de recubrimiento), se aplican en la superficie de los alimentos para darles un aspecto brillante o para revestirlos con una capa protectora, como en bollería, frutas y productos de panadería. Los agentes de glaseado más comunes son: la cera de abeja (E901), la cera de carnauba (E903) y los ácidos grasos (E570).

Antioxidantes

Son sustancias que se añaden sobre todo a los alimentos grasos para frenar los procesos de oxidación provocados por la luz, el oxígeno. Cuando un alimento inicia el proceso de la oxidación, aparecen olores y sabores a rancio, se altera el color y la textura, y desciende el valor nutritivo al perderse algunas vitaminas y ácidos grasos poliinsaturados. Los productos formados como consecuencia de la oxidación pueden llegar a ser nocivos para la salud.

Como ejemplos están el ácido ascórbico (E-300), utilizado en la cerveza, en el pan, mermelada, confituras, zumos, etc.

Butilhidroquinona terciaria (TBHQ). Es un producto a base de petróleo con propiedades antioxidantes. No es un antioxidante natural. El producto químico evita la oxidación de grasas y aceites, extendiendo así la vida útil de los alimentos procesados. Es un ingrediente común usado en los alimentos procesados de todo tipo, pero también se puede encontrar en barnices, lacas, pesticidas, así como en cosméticos y perfumes para reducir la tasa de evaporación y mejorar la estabilidad.

Los peligros de salud asociados con TBHQ incluyen :

* Efectos en el hígado en dosis muy bajas
* Resultados positivos de mutación en las pruebas in vitro en células de mamíferos
* Cambios bioquímicos en dosis muy bajas
* Efectos en la reproducción en dosis altas
* Daños en el ADN
* Tumores de estómago

No se sospecha que sea una toxina persistente, es decir, el organismo puede tener la capacidad de eliminarla para que no se bioacomule.


Gases de envasado

Los gases de envasado se utilizan para regular la atmósfera en la que se empaquetan los alimentos con el fin de controlar su maduración, inhibir los cambios químicos y evitar su deterioro. Esto se logra gracias a una técnica llamada Envasado en Atmósfera Modificada (EAM) que consiste en que el aire del interior del envase se sustituye por una combinación de gases puros como el oxígeno (E948), el dióxido de carbono (E290) y el nitrógeno (E941). Dependiendo del alimento y del efecto deseado, se “introducen” diferentes formulaciones de gases dentro del envase. Por ejemplo, una combinación de dióxido de carbono (30-60%) y nitrógeno (40-70%) puede inhibir el crecimiento de muchos microorganismos y puede utilizarse para reducir el deterioro microbiano de la carne y el pescado, mientras que una combinación de dióxido de carbono (20-30%) y oxígeno (70-80%) puede emplearse para evitar la decoloración de las carnes rojas.

Propelentes

Los contenedores de aerosoles a presión se utilizan para administrar alimentos fluidos en forma de líquido, espuma o aerosol. El uso de propelentes proporciona la presión necesaria para expulsar el alimento fuera del contenedor de aerosol. Los propelentes más comunes son el nitrógeno (E941), el óxido nitroso (E942) y el dióxido de carbono (E290). Estos propelentes suelen utilizarse para dispensar productos en espuma o aerosol, como la crema chantilly, el queso o la mostaza. Esto se debe a que el óxido nitroso y el dióxido de carbono tienden a disolverse en los alimentos fluidos y a expandirse al salir del contenedor, provocando la formación de un aerosol o espuma. El nitrógeno no presenta estas propiedades y por lo tanto se utiliza para dispensar alimentos que requieren una forma líquida, como los aceites y jarabes.

Antiespumantes

Útiles para el control de espuma en sistemas de procesos alimenticios. Son sustancias que impiden o reducen la formación de espuma. La espuma es una masa de burbujas de cierto tipo de gas que se dispersan en el líquido y posteriormente la dispersión se estabiliza. Las burbujas están rodeadas de una fuerte película de líquido formando así un significativo volumen de espuma improductiva.

La espuma se forma al quedar atrapado el aire que se introduce a la emulsión durante las diversas etapas de la producción. Los antiespumantes son agentes tensoactivos que actúan por medio de tensiones superficiales intermedias para lograr desestabilizar la espuma y liberar el aire retenido en la emulsión.

Dimetilpolisiloxano (E900). Nos asustaríamos si, al beber un zumo de fruta, leche en polvo o ciertos vinos, detectáramos que el fabricante incluye en sus ingredientes el término dimetilpolisiloxano, un derivado de la silicona. Sin embargo, dicho componente  antiespumante lo pasamos por alto cuando la etiqueta lo enuncia como E900.
Es un producto químico industrial utilizado en impermeabilizantes y selladores. Este componente se utiliza sobre todo en la comida rápida nuggets de pollo de McDonald’s.

Casi el 50% es carne de pollo real. El resto es una mezcla de derivados de maíz y aditivos (lo más probable es que sean genéticamente modificados), junto con una gran cantidad de productos químicos sintéticos.


Recomendaciones en el consumo de aditivos alimentarios

Leer las etiquetas y elegir sistemáticamente los productos con menos aditivos. Recordar que algunos aditivos pueden aparecer camuflados con su nombre común y sin distintivo E correspondiente. Los alimentos con colores llamativos o muy intensos deben evitarse, pues casi seguro llevarán siempre colorantes. Los colorantes corresponden al distintivo E100-199.

Si se presenta algún tipo de intolerancia o alergia a los colorantes:

* Limitar el consumo de alimentos altamente procesados y pre-empacados.

* Que los alimentos frescos sean la base de la alimentación.

* Aprender bien el nombre de los aditivos a los que se es intolerante. Algunos tienen varios nombres, por ejemplo la tartracina, también se conoce como FD&C Amarillo No. 5.

* Revisar las etiquetas de alimentos procesados y empacados.

* Preferir vegetales y frutas orgánicas.

* Preguntar en los restaurantes sobre los aditivos de las preparaciones. Los de comida rápida son quienes utilizan mayor cantidad de aditivos colorantes.


En los alimentos 100% naturales se evitan todos los preservativos, conservadores y colorantes artificiales que comúnmente se encuentran en la comida chatarra, componentes que en vez de vitalizar, quitan energía y llenan el organismo con toxinas que, con el tiempo, causan problemas de salud.

Debe recuperarse en la cocina el gusto por los alimentos con su sabor natural, evitando al máximo los saborizantes y los glutamatos. Los alimentos en cuya publicidad aparece “sin conservantes ni colorantes” pueden ser engañosos. Muchas veces bajo esa aparente bondad se esconde otro tipo de aditivos. Tampoco los productos artesanales naturales garantizan que no tienen aditivos.

En general, deben evitarse aquellos alimentos que tengan muchos tipos de aditivos simultáneamente. Sobre todo es frecuente en algunos alimentos añadir colorantes y conservantes, tres o cuatro tipos de cada uno.

Casi todo lo envasado procesado e industrial tiene algunos de estos ingredientes u otros iguales de nocivos para nuestra salud, la solución pasa por informarse y buscar vías alternativas, comer mas sano, cocinar uno mismo y mirar con lupa las etiquetas.


Recordar siempre que los alimentos saludables, que promueven la salud son alimentos “vivos”
y la característica de esos alimentos vivos es su descomposición.


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