![]() |
Hemisferios izquierdo y derecho |
El término hemisferio cerebral designa cada
una de las dos estructuras que constituyen la parte más grande del encéfalo.
Son inversos el uno del otro, pero no inversamente simétricos, son asimétricos,
como los dos lados de la cara del individuo. Una cisura sagital profunda en la
línea media (la cisura interhemisférica o longitudinal cerebral) los divide en
hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Esta cisura contiene un pliegue de
la duramadre y las arterias cerebrales anteriores. En lo más hondo de la
cisura, el cuerpo calloso (una comisura formada por un conglomerado de fibras
nerviosas blancas), conecta ambos hemisferios cruzando la línea media y
transfiriendo información de un lado al otro.
Las diferencias funcionales entre hemisferios
son mínimas, las dos mitades del cerebro son complementarias. Los dos
hemisferios funcionan tanto conjuntamente como aisladamente. En ocasiones uno
está operando por sí solo y en otras se complementan usando el cuerpo calloso
que los une como puente. Los dos hemisferios son igualmente importantes y cada
uno tiene su función específica.
Ambos hemisferios funcionan de manera cruzada
(en el sentido de la localización); el lado izquierdo de nuestro cuerpo está
controlado principalmente por el hemisferio cerebral derecho, y todo lo
realizado con el lado derecho está dominado por el hemisferio izquierdo.
En cuanto al campo visual, cada ojo envía la
información a ambos hemisferios. La mitad izquierda del espacio visual es vista
por el hemisferio derecho, en tanto la mitad derecha es percibida por el
hemisferio izquierdo.
Cada uno de ellos se especializa en una forma
distinta de procesar la información, que complementa a la del otro hemisferio.
Ninguno es superior al otro, y es la suma de ambos lo que le da a la mente su
asombrosa flexibilidad, y lo que genera el pensamiento efectivo.
El tema racional del hemisferio izquierdo va
de la mano con la parte creativa del hemisferio derecho. Igualmente, La creatividad del hemisferio derecho va de la mano con la claridad mental y poder
de ejecución del hemisferio izquierdo.
En los niños de corta edad, cada lado del
cerebro posee, en potencia, la facultad del habla y del lenguaje. Una lesión en
el lado izquierdo en los primeros años de vida, da como resultado el desarrollo
de la facultad del lenguaje en el lado derecho del cerebro. El dominio del
habla y probablemente también de otras facultades se establece firmemente en
uno de los hemisferios hacia los diez años de edad y no puede transmitirse al
otro posteriormente.
Hasta no hace muchos años, se pensaba que el
cerebro tenía zonas exclusivas de funcionamiento hasta que por medio de la
imagenología se pudo determinar que cuando se realiza una función, el cerebro
actúa de manera semejante a una orquesta sinfónica interactuando varias áreas
entre si. Además se pudo establecer que cuando un área cerebral no
especializada, es dañada, otra área puede realizar un reemplazo parcial de sus
funciones.
Hemisferio izquierdo
Es el centro de la lógica y de la facultad de
expresión. Es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando
palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al
habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las
facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en
palabras, gestos y pensamientos. Gobierna principalmente la parte derecha del
cuerpo. Procesa la información usando el análisis, que es el método de resolver
un problema descomponiéndolo en piezas y examinando estas una por una.
Se caracteriza por lo siguiente :
* Proporciona una mente racional, cartesiana,
que realiza conexiones lógicas entre las causas y los efectos.
* Es analítico y calculador.
* Como modo de expresión, se especializa en
lo verbal; las palabras, los discursos, la gramática.
* Su acercamiento es lineal, secuencial.
* Puede hacer sólo una cosa a la vez, paso
por paso.
* Le gusta el orden. La autoridad le da
seguridad.
* Su modo de ver las cosas es de particular a
global.
* Su pensamiento es de velocidad moderada y,
en general, no desemboca en la acción o por lo menos en la acción inmediata.
Necesita analizar antes de actuar.
Los tests de inteligencia que investigan el
vocabulario, la comprensión verbal, la memoria y el cálculo aritmético mental,
detectan el origen de la actividad en el hemisferio izquierdo.
Hemisferio derecho
Gobierna tantas funciones especializadas como
el izquierdo. El método de elaboración utilizado por el hemisferio derecho se
ajusta al tipo de respuesta inmediata que se requiere en los procesos visuales
y de orientación espacial.
Es un hemisferio integrador, centro de las
facultades visuo-espaciales no verbales, especializado en sensaciones,
sentimientos, prosodia (pronunciación y acentuación) y habilidades especiales;
como visuales y sonoras. Concibe las situaciones y las estrategias del
pensamiento de una forma total. Integra varios tipos de información (sonidos,
imágenes, olores, sensaciones) y los transmite como un todo.
Tiene las siguientes funciones :
* Función de procesamiento automático a alta
velocidad. Por ejemplo, hacer cálculos matemáticos mentales instantáneos.
* Función de visualización de imágenes
(memoria fotográfica). Es la capacidad del cerebro para captar y retener una
imagen mental exactamente como se encuentra en el entorno. Los niños que han
desarrollado esta función de visualización de imágenes, pueden imaginar un
objeto que han visto con los ojos abiertos, recrear la imagen mentalmente y
manipularla a voluntad. Un niño puede enviar y recibir imágenes telepáticas o
tener premoniciones sobre acontecimientos futuros. El profesor mentalmente
envía esa imagen al niño, quien trata de adivinar cuál es la imagen que el
profesor tiene en la mente. Con esta habilidad los niños, a menudo, pueden
decir al profesor el color e incluso la forma de la imagen que el profesor está
enviando.
* Función de memorización masiva a alta
velocidad. Por ejemplo, para la lectura rápida.
* Funciones de percepción extrasensorial.
Cuando está desarrollada plenamente posee las habilidades de intuición,
telepatía y clarividencia.
* Oído musical perfecto.
* Capacidad para la adquisición de idiomas.
El aprendizaje basado en el sonido es más poderoso cuando se introduce a una
edad temprana. Los patrones, las frecuencias, los tonos, el timbre y los
acentos se absorben y registran todos. Si hay cinco idiomas en el ambiente, el
niño dominará los cinco idiomas.
* Habilidad para las artes.
Utilizando sus facultades somos capaces de
situarnos y orientarnos; podemos saber por qué calle estamos caminando mirando
simplemente la arquitectura de los edificios que hay a uno y otro lado de ella,
esto es la forma y aspecto de las fachadas, de los tejados y de las puertas de
entrada. Si vamos caminando por la calle y reconocemos un rostro, la
identificación de dicho rostro también corre a cargo de la memoria visual del
hemisferio derecho. El nombre que corresponde a la persona que posee dicho
rostro conocido lo proporciona, en cambio el hemisferio izquierdo.
Cuando los niños y niñas nacen, sus
habilidades del hemisferio derecho están presentes y activas. Con el desuso se
atrofian y se vuelven recesivas. La época óptima para el desarrollo de las
facultades del cerebro derecho es entre los cero y los tres años, porque más o
menos a esta edad, se observa que el cerebro comienza a cambiar de forma
natural su hemisferio derecho e izquierdo.
Estas características y bondades del
hemisferio derecho fueron reprimidas en la educación de los siglos pasados. Por
ejemplo en otra época, no se
incentivaba la facultad ambidiestra ni se dejaba que los zurdos utilicen su
mano izquierda, ligada directamente al cerebro derecho. Al contrario, se le
amarraba el brazo izquierdo para obligar al niño a que utilice su mano derecha,
hecho que se sabe ahora es dañino para el desarrollo armónico del estudiante.
Todas estas características del hemisferio
derecho son las sobresalientes en los niños y niñas de hoy, y explican en parte
su modo de ser y aprender. Estas pautas van a dar luz a una sociedad más
humana, más creativa y más intuitiva, siempre y cuando el cerebro funcione con
ambos hemisferios de manera equilibrada y armónica.
Desarrollo cerebral del niño
El desarrollo cerebral de un niño depende
tanto del aspecto genético como del medio ambiente, además, siendo el último un
factor condicionante para el resto de la vida.
Durante los primeros años de vida, las
experiencias negativas pueden dejar daños permanentes que se relacionan, entre
otras cosas, con dificultades de aprendizaje.

Los avances de la química cerebral y las
nuevas tecnologías han permitido comprender lo complejo del proceso cerebral y
cuán vulnerable es a factores ambientales.
Una mala alimentación impacta en el correcto
cableado cerebral, así como un ambiente negativo dificulta el proceso de
cableado, lo que se traduce en un impacto duradero. Debido a esto, se ha puesto
énfasis en la necesidad de un cuidado y un ambiente favorable durante los
primeros años de vida.
Influencia del medio ambiente
Los niños que se desarrollan en ambientes de
carencia emocional y cultural presentan serias dificultades para el posterior
proceso de aprendizaje.
![]() |
Conexiones sinápticas |
Un medio ambiente adverso no permite que se
establezcan correctamente las conexiones neuronales, por lo que el proceso
posterior de aprendizaje se dificulta. Durante este período el cerebro es
extraordinariamente plástico. Aunque el cerebro del niño posee una enorme
plasticidad, el cerebro del adulto no la pierde. El proceso de aprendizaje
puede lograrse a cualquier edad.
En estas situaciones se hace necesario
desarrollar programas especiales con el objetivo de prevenir este daño, llamado
"daño sociogénico-biológico". Ambos factores ambientales (biológicos
y sociales) se refuerzan entre sí influyendo positiva o negativamente.
Si se produce daño y desnutrición en los
primeros meses de vida, el cociente de desarrollo psicomotor se retarda,
coincidiendo con muy escasas conexiones neuronales.
No obstante, si antes de que se cierre esta
ventana (a los 3 años) se interviene con una alimentación adecuada y
estimulación verbal y psico-afectiva, queda tiempo para la recuperación del
daño, ya que vuelven a restablecerse las conexiones sinápticas. Si no existe
esta estimulación, el daño se vuelve permanente y el niño es lesionado de por
vida.
Es muy significativo el apego que el bebé
tenga con la madre, así como la estimulación verbal, visual y motora.
Hablar a los bebés como adultos mejora el
desarrollo cerebral
Según un equipo de investigadores americanos,
es importante hablar a su bebé como a un adulto. Una sintaxis y un vocabulario
más complejos ayudarían a su cerebro a desarrollarse. Es la pregunta que se
hacen todos los nuevos padres: ¿cómo deben hablar a su bebé? ¿Hay que hablarle
simplemente a base de palabras y de frases incompletas? ¿O al contrario, hay
que hablarle como si ya fuera grande y comprendiera todo lo qué se le dice?
Durante la conferencia anual de la Sociedad
americana para el progreso de la ciencia (AAAS), realizada en Chicago, en febrero 2014, estos científicos
presentaron los resultados de su estudio que sugiere que hablar a su bebé como
a un adulto sería mucho más benéfico para él. "El consejo que les doy a
las madres es tener conversaciones con sus bebés", afirmó Erika Hoff,
psicóloga del Florida Atlantic University. Si la voz aguda o cantante de un
padre puede atraer la atención del bebé, su cerebro preferiría ampliamente
tener un discurso más construido y complejo.
Hablarle a los bebés como a los adultos y
utilizar una sintaxis y un vocabulario complejos permite un mejor desarrollo de
su cerebro y les servirá para aprender a lo largo de toda su vida, afirman los
investigadores.
Los científicos descubrieron que el lenguaje
de los padres influía en el desarrollo de las estructuras cerebrales del bebé.
"La palabra de los padres tiene que
ser rica y compleja". Más aún: hablarle a los bebés reviste una
importancia tal que los niños procedentes de medios en los que la palabra está
menos elaborada tienen peores resultados escolares.
Según el equipo, esto se añade a los
resultados de estudios que demostraron que los niños de un nivel de vida
relativamente elevado escucharon durante sus primeros años de vida más millones
de palabras que los niños de un nivel de vida más modesto. Una carencia que a
menudo se asociaba con resultados escolares menos buenos.
Al crecer los niños procedentes de medios más
acomodados dedican una mayo parte de su cerebro a las regiones relacionadas con
la palabra, indicó el Dr. Kimberly Noble, neurólogo y pediatra en la
universidad Columbia de Nueva York. Según los resultados obtenidos, la
diferencia entre los niños comenzaría a aumentar a los 18 meses.
Noble y sus colegas compararon los cerebros de niños
que viven en contextos desfavorables con los de quienes tienen padres
con estudios superiores, y encontraron diferencias entre los sistemas
cognitivos que dirigen la sociabilidad y la memoria. En efecto, los niños de un
nivel más modesto alcanzaron a los 2 años un nivel de competencia que los otros
niños habían alcanzado seis meses antes.
Según Anne Fernald, psicóloga a Stanford
University, los padres no deberían dudar en hacer frases más largas y
descriptivas, asociando las palabras y su contexto. La inteligencia se construye a través del lenguaje. Esto forma redes de sentido que luego van a
ayudar al niño a aprender nuevas palabras. Si el niño ya comprende una de las
palabras de una frase, el contexto puede permitirle comprender el significado
de los otros.
Los científicos precisan en un ejemplo
simple: "el gato está sobre un banco". Si el bebé comprende el sentido de la
palabra "gato", y que su cerebro lo reconoce rápidamente, entonces puede
comprender mejor lo que significa "banco" gracias al contexto. Pero si él no
reconoce rápidamente la palabra "gato" entonces el "banco" se evapora sin que haya
tenido tiempo de comprender,
Si el bebé no gatea el cerebro puede
desarrollarse mal
Gatear siendo pequeños es básico para
desarrollar correctamente el cerebro. El gateo desarrolla la visión, la
tactilidad, el habla, el equilibrio, la manualidad, la orientación y la
propriocepción además de otras importantes funciones.
Hoy la mayoría de los bebés no se arrastran
ni gatean lo suficiente. Pasan casi sin solución de continuidad de la
inmovilidad a estar de pie y corriendo. Salvo en casos excepcionales, no se les
da la oportunidad de moverse a sus anchas por el suelo porque están en
parquecitos de diversos tamaños, sillitas o los acogedores brazos de mamá. Es
un error que puede causar multitud de disfunciones importantes cuando esos niños
crecen.
La importancia del gateo
1) El gateo conecta los hemisferios
cerebrales y crea rutas de información. Facilita el paso rápido de información
esencial de un hemisferio a otro, creando otras conexiones entre los dos
hemisferios, cruciales para la maduración de las diferentes funciones
cognitivas.
2) Desarrolla el patrón cruzado. Implica que
el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con
el pie derecho. Se llama patrón cruzado porque hay dos ejes cruzados. Ese movimiento
comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Estas articulaciones
se mueven en rotaciones contrarias entre sí al avanzar gateando y crean una
torsión relativa de la columna en cada sentido en función del eje actuante.
Dicha torsión posiciona correctamente, y sin sufrir presiones extrañas, las
vértebras y los discos intersticiales, además de tonificar adecuadamente los
músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna
perfectamente erecta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
3) Desarrolla el sistema vestibular y el
sistema proprioceptivo. El sistema vestibular activa la emisión de señales de
los dos laberintos del oído al cerebelo para que el cerebro sepa constantemente
en qué posición está la cabeza y así tenga un punto imaginario que le permita
luego referenciar (colocar) todo el cuerpo respecto a esa posición. Este
sistema vestibular se integra y complementa con el proprioceptivo. Consiste en
saber dónde están todos y cada uno de los puntos del propio cuerpo, lo que
permite mandar órdenes precisas a cada uno de ellos y llegar a moverlo, así
como cada una de sus partes con las otras de forma armónica y rítmica. Esto le
permite modular con precisión increíble la secuencia de cualquier movimiento.
4) Desarrolla la convergencia visual y
posibilita el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la
rodilla convenientemente, el niño converge o enfoca los dos ojos en un mismo
punto a corta distancia. Cuando mira a dónde va, a unos tres metros por lo menos,
coloca con los ojos la convergencia en un punto infinito. Éste es un estupendo
ejercicio muscular para los ojos que facilita la acomodación visual. Y es tal
su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los niños con
estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños. También parece que los ojos
vagos están relacionados con un mal desarrollo de las convergencias.
![]() |
Tactilidad de las palmas |
6) Le ayuda a medir el mundo que le rodea y
el niño se adapta al medio. La distancia que hay entre los ojos y la palma de
la mano al gatear es una medida fundamental – la braza – en todas las
civilizaciones. Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo circundante
y se adapta más eficientemente al medio porque lo mide constantemente y va
retomando información espacial ordenada.
7) Ayuda a establecer la futura
lateralización. En el nivel de desarrollo posterior al gateo comienzan los
primeros procesos corticales de lateralización. Con él uno de los hemisferios
se convierte en dominante y el otro en servidor para no tener que operar con
ambos a la vez. Al conectar los dos hemisferios gracias al gateo se facilita
acudir más rápidamente a funciones más complejas que requieren de ambos
hemisferios y de áreas cerebrales no simétricas y diferenciadas. Un niño
pequeño que va a coger una naranja echa las dos manos a la vez porque la orden
llega simultáneamente a los dos hemisferios. Un niño con un nivel de
organización superior coge la naranja que le mandan rodando con una mano o con
otra dependiendo de si está a un lado o a otro, o de si está en un nivel
superior de organización (de si es más diestro o más zurdo).
8) Ayuda a poder escribir en el futuro.
Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando
el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más
adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir. Por tanto, el
gateo favorece decisivamente la aparición temprana de ambas funciones – leer y
escribir.
Recomendaciones para promover el gateo
* Buscar un suelo limpio, liso, seguro,
acogedor, cálido y mantener al pequeño por lo menos, una hora al día. Entonces,
él solito empezará a aprender.
* No forzarlo a ponerse de pie. Si no está
preparado se le creará inseguridad. El niño es consciente de que se le lanza un
desafío para el cual no está preparado y fracasa. Lo mejor es que empiece a
andar por sí solo, primero dos pasitos, luego tres… Poner de pie al niño,
sentarle en una sillita sin que tenga la musculatura preparada para mantener el
tronco erecto, hace trabajar incorrectamente a un sistema que no está maduro en muchos casos provoca deformidades en la columna como la escoliosis.
* Lo mejor es permitir que maduren y se
asienten las fases previas al andar, que son arrastrarse y gatear. Si estas
fases han sido desarrolladas correctamente cuando el niño se ponga de pie no
tendrá problemas. Si no gatean no es que no se logre la organización cerebral
pero normalmente se retrasará el desarrollo.
* Gatear persiguiendo una pelota es mucho más
efectivo que poner una alfombra colorida en el suelo porque cuando el niño es
capaz de converger con los dos ojos el proceso superior es el seguimiento
visual que estimula el desplazamiento del pequeño en persecución de un objeto
que se mueve.
La música tiende puentes entre los dos hemisferios del cerebro infantil
Los primeros tres años de la vida de un niño
representan un periodo importante en el futuro de todo individuo, ya que allí
se establece esa relación especial entre padres e hijos llamada “apego”, la
música puede contribuir a fortalecer este vínculo y lograr que se convierta en
una relación sana y operativa. En todo el mundo, cuando los padres le hablan a
sus hijos pequeños, ajustan sus voces para hacerlas más suaves, más rítmicas,
más musicales.

El efecto "Mozart". En 1993, Rauscher y
colaboradores de la Universidad de California, publicaron los resultados
obtenidos en una investigación realizada con grupos de estudiantes
universitarios, a quienes se les expuso a escuchar durante 10 minutos una
sonata de Mozart, logrando puntuaciones altas en las pruebas de habilidades
visuoespaciales y cognitivas en general, así como un incremento transitorio del
cociente intelectual. A este hallazgo se le denominó “efecto Mozart”.
La música origina una actividad eléctrica
cerebral tipo alfa. Provoca:
* Aumento en la capacidad de memoria,
atención y concentración de los niños.
* Mejora la habilidad para resolver problemas
matemáticos y de razonamiento complejos.
* Es una manera de expresarse.
* Brinda la oportunidad para que los niños
interactuen entre sí y con los adultos.
* Estimula la creatividad y la imaginación
infantil.
* Al combinarse con el baile, estimula los
sentidos, el equilibrio, y el desarrollo muscular.
* Provoca la evocación de recuerdos e
imágenes con lo cual se enriquece el intelecto.
* Estimula el desarrollo integral del niño,
al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.
Investigación sobre la relación entre la música y el cerebro
El neurólogo y neurocientífico Gottfried Schlaug de la Harvard Medical School y sus colegas Marie Forgeard y Ellen Winner, del Boston College, presentaron un estudio en el encuentro anual de la Cognitive Neuroscience Society de Estados Unidos en abril 2008. Pudieron establecer que los niños que tocan un instrumento un promedio de dos horas y media a la semana desarrollan un 25% más el cuerpo calloso, la zona que conecta los dos hemisferios cerebrales y que ayuda a la coordinación de ambas manos.
Estudiaron a un total de 31 niños utilizando
imágenes de resonancia magnética. Con esta tecnología, analizaron los cerebros
de los niños, primero cuando éstos tenían seis años y, posteriormente, cuando
tenían nueve años de edad.
Del grupo inicial, seis niños siguieron
practicando con sus instrumentos durante esos años al menos dos horas y media a
la semana. El cuerpo calloso de estos estudiantes de música creció entre los
seis y nueve años un 25% en relación con el tamaño global del cerebro.
En cambio, en el caso de los niños que
también siguieron tocando, pero sólo entre una y dos horas a la semana o que,
directamente, abandonaron la práctica, no se detectó este crecimiento del
cuerpo calloso.
Todos los participantes en el experimento
tocaban el piano o el violín, instrumentos que precisan el uso de ambas manos.
Por otro lado, en cada participante, los
investigadores descubrieron que el incremento en el cuerpo calloso era
directamente proporcional al rendimiento en una prueba no musical en la que los
niños presionaban secuencias en un teclado de computadora.
Tocar un instrumento musical fortalece las
conexiones entre los dos hemisferios del cerebro en niños, pero sólo si éstos
practican de manera persistente.
Es decir, que la práctica musical mejora las
conexiones neuronales relacionadas con la coordinación de los movimientos de
las dos manos.
Aprender música de niño ayuda al cerebro
de adulto
El estudio presentado por investigadores de la Universidad de Northwestern, en Evanston, Illinois (EEUU) y publicado en la revista Journal of Neuroscience, en agosto 2012, se centra en analizar qué ocurre después de que los niños dejan de tocar un instrumento musical, si sólo lo han hecho durante unos pocos años.
Se midieron las señales eléctricas del bulbo
raquídeo de 45 adultos en respuesta a ocho sonidos complejos con diferentes
tonos. Estas señales cerebrales son una fiel representación de la señal
auditiva, de esta manera los investigadores pudieron analizar los elementos del
sonido que son capturados por el sistema nervioso y conocer si son débiles o
fuertes en cada participante con diferentes experiencias y capacidades.
Comparados con aquellos sin formación musical, los participantes que habían
estudiado de uno a cinco años de música tenían mejores respuestas cerebrales
frente a sonidos complejos. Esta habilidad les permite reconocer sonidos en un
entorno complejo y ruidoso, también es importante para la expresión hablada y
para la memoria.
Los beneficios van desde una mejor percepción
auditiva, mayor función ejecutiva y un empleo más eficaz de herramientas
comunicativas. Todo ello sugiere que el entrenamiento musical durante el
desarrollo produce efectos positivos y a largo plazo en el cerebro adulto.
Los hemisferios y el aprendizaje escolar
En los niños, la educación tiene en cuenta la
potencialidad de la inteligencia no verbal, con ejercicios gestuales, de canto,
dibujo, marchas y bailes, juegos de mimo, trabajos manuales. Este programa
refuerza el aprendizaje inconsciente y experiencias que el niño ha iniciado desde
la cuna. De repente, en la escuela secundaria, la educación se vuelve abstracta e intelectual y apela a la inteligencia verbal, al concepto y
se remite sólo a los modos de expresión característicos de la lengua. Entonces
se produce la ruptura, y quienes no se adaptan al nuevo sistema se convierten
en «malos alumnos». Esto no quiere decir que sean menos inteligentes, ya que la
literatura y la vida abundan en ejemplos de "malos alumnos" que
brillan por su imaginación y su creatividad.
No es tanto la clase de actividad cerebral la
que determina si una enseñanza es del cerebro izquierdo o del derecho, sino la
onda cerebral que está operando en el momento (alfa o beta). Así, una misma
actividad, como escuchar música, puede ser llevada a cabo con el cerebro
izquierdo o el derecho, pero con resultados muy diferentes. El cerebro
izquierdo, por ejemplo, analizaría la obra musical y el derecho
“experimentaría” la música.
Aún cuando algunos niños y niñas puedan tener
dificultades para utilizar su cerebro izquierdo y se les diagnostiquen
dificultades de aprendizaje, se les puede ayudar a aprender despertando las
capacidades latentes de su cerebro derecho. Cuando se fortalece el cerebro
derecho, a veces desaparecen las condiciones diagnosticadas en el cerebro
izquierdo. Existen algunas pruebas que indican que ciertos niños hiperactivos
pueden prestar atención cuando la información se transmite utilizando un
abordaje dirigido al cerebro derecho.
Cómo funcionan los hemisferios cerebrales
Al intentar leer el siguiente texto :
EL ODREN NO IPMOTRA
SGEUN UN ETSDUIO DE UNA UIVENRSDIAD IGNLSEA,
NO IPMOTRA EL ODREN EN EL QUE LAS LTEARS
ETSAN
ERSCIATS, LA UICNA CSOA IPORMTNATE ES QUE LA
PMRIREA
Y LA UTLIMA LTERA ESETN ECSRITAS EN LA PSIOCION
COCRRTEA. EL RSTEO PEUDEN ETSAR TTAOLMNTEE
MAL Y
AUN A SI PORDAS LERELO SIN POBRLEAMS.
ETSO ES PQUORE NO LEMEOS CADA LTERA POR SI
MSIMA,
SNIO LA PAALBRA EN UN TDOO.
En la lectura de estas palabras desordenadas,
el hemisferio izquierdo interpreta las letras y lee tal como están, pero el
hemisferio derecho reconoce las palabras como un todo, como una imagen, por lo
que impide que el desorden en las letras entorpezca la lectura. Los niños
aprenden la palabra escrita como un todo, al igual que aprenden la palabra
hablada sin distinguir cuántas letras la conforman o cuántos sonidos se
combinan al pronunciarla. Por eso el momento en el que el niño aprende a hablar
es el momento idóneo para aprender a leer.
El niño es un ser en desarrollo y de todas sus estructuras orgánicas la más inmadura es su sistema nervioso. Por tanto, el objetivo es conseguir el desarrollo del mayor número posible de conexiones. A mayores conexiones neuronales más rico será el cerebro.
Ver
![]() |
Lateralidad cerebral en el niño |
![]() |
Plasticidad neuronal en el niño |
![]() |
Propriocepción – sexto sentido: relación con el desarrollo cerebral del niño |
![]() |
Trastornos y problemas del aprendizaje |
![]() |
El maltrato y la violencia familiar afectan el desarrollo cerebral |
![]() |
Efectos de la comida chatarra en los procesos del cerebro y el organismo |
![]() |
Cerebro creativo |
![]() |
Ejercitar el cerebro del niño |
![]() |
Desarrollo cerebral en la primera infancia |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario