mayo 06, 2014

Aceite de Coco – Propiedades y Beneficios



El aceite de coco es excepcionalmente saludable para las mujeres embarazadas,
madres lactantes, ancianos, atletas, quienes se preocupan por su salud digestiva
y aquellas personas que sólo quieren mejorar su salud en general


El coco es una comida tropical en la que algunas culturas, como las de Polynesia y Sri Lanka, basan su dieta. El aceite que se extrae del coco puede usarse para comidas y repostería, particularmente en lugar de productos lácteos o aceites vegetales.

El coco es lo que se conoce como un "alimento funcional", el cual proporciona beneficios extra para la salud, más allá de la simple nutrición.

El coco posee un alto contenido en proteínas y bajo en carbohidratos, es fuente de ácido fólico, de todos los modelos de vitamina B, y de minerales como el potasio, calcio y magnesio.

El aceite de coco es el menos procesado de todos, extraído por presión en frío, virgen, ecológico, sin el uso de químicos tóxicos en su cultivo, sin blanquear ni endurecer artificialmente. En resumen, la grasa natural, de la mejor calidad, extraída de la forma más natural posible, y bajo ningún concepto hidrogenada o parcialmente hidrogenada, ni adulterada.

El aceite de coco suele encontrarse en el mercado con facilidad en la modalidad de aceite extra virgen procedente de la primera prensa en frío. Esto quiere decir que no ha sido modificado mediante ningún proceso químico otro que la maduración y fermentación natural del fruto del que se extrae, el coco.

Muchas personas confunden el aceite de palma con el aceite de coco, pero ni son lo mismo ni tienen las mismas propiedades.

El aceite de coco se extrae de la pulpa blanca del coco, la parte central del fruto, mientras que el aceite de palma se obtiene de las zonas exteriores del fruto y sus grasas se almacenan en las células del cuerpo. Los intereses comerciales han intentado, durante años, confundir al consumidor presentando el aceite de coco y el aceite de palma como un mismo producto.

Ácidos grasos saturados

Aunque el aceite de coco está compuesto mayormente de grasas saturadas, en realidad hay diferentes tipos de ellas, algunas de las cuales son más perjudiciales que otras. Los ácidos grasos de cadena media y corta se digieren rápidamente y se transforman inmediatamente en energía.

Los ácidos grasos de cadena larga tardan mucho más tiempo en ser digeridos y  se almacenan en el cuerpo en forma de grasa.

El aceite de coco es un ácido graso de cadena media, por lo que se utiliza más rápidamente. Los ácidos grasos de cadena media se envían directamente al hígado, sin que circulen por el torrente sanguíneo como lo hacen otras grasas. En este órgano son convertidos en energía y no se almacenan como grasa en el cuerpo. Este hecho hace que el aceite de coco proporcione beneficios a la salud, como por ejemplo, un buen metabolismo.

El aceite de coco es el único alimento que contiene ácidos grasos de cadena media, es decir, no necesita ni enzimas pancreáticas ni bilis para su digestión por lo que se hace un alimento perfecto para las personas a las que se les ha extirpado la vesícula biliar, o con problemas digestivos o de hígado, o los diabéticos.

Al tratarse de una grasa saturada, el aceite de coco es muy estable a altas temperaturas. De hecho, debería ser el único que se usase para cocinar. En efecto, no pierde propiedades al calentarse y enfriarse, del mismo modo que no las pierde al pasar de estado sólido a líquido.

Estos beneficios se deben a la gran cantidad y diversidad de ácidos beneficiosos para la salud que contiene: ácido láurico, ácido cáprico y ácido caprílico. Estos ácidos tienen propiedades antibacteriales, antioxidantes y fungicidas, entre otras.

Cetonas

El aceite de coco no hidrogenado ha mostrado beneficios en el tratamiento de ciertas enfermedades. Está compuesto por más de un 60 por ciento de triglicéridos de cadena media, o aceite TCM, el cual se descompone en cetonas durante la digestión.

Esta sustancia puede alimentar el cerebro y prevenir su atrofia. Incluso puede restablecer y renovar las neuronas y las funciones nerviosas cerebrales después de un traumatismo.


Las cetonas son producidas por el organismo cuando éste transforma las grasas  por oposición a la glucosa  en energía. Y una de las principales fuentes de los cuerpos cetonales son los triglicéridos de cadena media (TCM) que se encuentra en el aceite de coco. Contiene aproximadamente un 66 %.

Las cetonas proporcionan una fuente de energía alternativa para las células del cerebro que no están siendo nutridas por la glucosa, debido a inanición o a una dificultad psicológica para metabolizarla. Son beneficiosas para las personas que sufren de los males de Alzheimer, Parkinson y Huntigton, esclerosis múltiple, diabetes y otras enfermedades seniles.


Propiedades antibióticas

El aceite de coco tiene una alta concentración de ácido láurico. A este ácido el cuerpo lo convierte en glicerol de monolaurato o monolaurin, un monoglicérido con características que aumentan las propiedades antibacteriales y antivirales de nuestro cuerpo. Este ácido ayuda a deshacerse de bacterias, candidiasis y hongos. También destruye virus como el VIH, sarampión, herpes y gripe.


La leche materna contiene un 56% de ácido laúrico y es la grasa más abundante. Como componente de la leche materna, protege a los bebés de enfermedades.

Reducción del colesterol

Los ácidos grasos saturados también ayudan a incrementar los niveles de colesterol bueno, que es necesario para que algunos neurotransmisores del cerebro funcionen correctamente.

El aceite de coco puede disminuir los niveles de colesterol gracias a que tiene la habilidad para estimular la tiroides. Cuando hay una cantidad suficiente de hormonas tiroideas en el cuerpo, el colesterol es convertido mediante enzimas en esteroides como progesterona, dehidroepiandrosterona y pregnenolona, fundamentales para evitar las enfermedades del corazón, la obesidad, el cáncer y otras enfermedades degenerativas.

Antioxidantes

Los antioxidantes en el aceite de coco pueden ayudar a combatir los radicales libres y proporcionar muchos beneficios. En la piel, los radicales libres pueden causar arrugas, manchas características de la edad, la flacidez de la piel, y otras consecuencias de la edad o la contaminación del ambiente. El aceite de coco puede penetrar la piel al aplicarse sobre ésta y formar una barrera protectora contra los radicales libres.

Ayuda a Combatir la Diabetes


Enfermedades que presenten una resistencia celular a la insulina o que hagan imposible el transporte de la glucosa, como los distintos tipos de diabetes. En estos casos las cetonas podrían convertirse en una fuente de energía alternativa para las células, quizás disminuyendo los daños sobre diferentes órganos del cuerpo.

El organismo envía los ácidos grasos de cadena mediana al hígado para ser utilizados como energía. Esto hace al aceite de coco una fuente poderosa de energía instantánea para el cuerpo, una función normalmente hecha por los carbohidratos simples.

Sin embargo, aunque el aceite de coco y los carbohidratos simples comparten la habilidad de entregar la energía rápidamente al organismo, se diferencian en un aspecto crucial.

El aceite de coco no produce picos de insulina en el torrente sanguíneo. Funciona en el organismo como un carbohidrato, sin ninguno de los efectos debilitantes relacionados con la insulina asociados con el consumo de carbohidratos a largo plazo.

El aceite de coco agregado en la alimentación de los diabéticos y pre-diabéticos ha mostrado ayudar a estabilizar el aumento de peso, lo cual puede disminuir drásticamente la probabilidad de contraer diabetes tipo 2.

Ayuda a combatir las enfermedades neurodegenerativas

Enfermedades neurodegenerativas que impliquen disminución de la capacidad neuronal para asimilar la glucosa como demencia senil y otras demencias, Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), esclerosis múltiple, distrofia muscular de Duchenne, enfermedad de Huntington, autismo, síndrome de Down, daño cerebral traumático…


Esperanza para enfermos de Alzheimer, demencia senil y otros

La glucosa es uno de los principales carburantes que el cerebro necesita para convertirla en energía.

El estudio del mecanismo de absorción de la glucosa por el cerebro empezó sólo recientemente, y se descubrió que el cerebro produce su propia insulina con la finalidad de transformar la glucosa que se encuentra en la sangre en un alimento necesario para su supervivencia.


Las diabetes son enfermedades en las que la respuesta del organismo a la insulina es debilitada, hasta que el cuerpo ya no produce más la insulina necesaria para regular la glucemia; así la capacidad del organismo, que regula (o transforma) el azúcar que se encuentra en la sangre en energía, es neutralizada.

Todas las células necesitan “combustible” para funcionar, incluidas las cerebrales. Este combustible es la glucosa obtenida de los alimentos. Pero la glucosa precisa una llave para “abrir la puerta” de los receptores celulares y poder entrar, esta llave es la insulina

Cuando baja la producción de insulina por el cerebro, éste se encuentra literalmente en una situación de hambruna, al ser privado de la energía que proviene de la glucosa, necesaria para funcionar normalmente.

En el Alzheimer, los receptores de las células cerebrales, las puertas de entrada de la glucosa, fallan y no responden a la insulina, por lo que las neuronas dejan de recibir alimento y empiezan a morir. Esto puede comenzar a ocurrir entre 10 y 20 años antes de ver los primeros síntomas de la enfermedad, por lo que nuestras células cerebrales podrían estar muriendo por falta de alimento sin que seamos conscientes de ello.

Ya se ha establecido que los diabéticos tienen el 65 % de riesgos suplementarios de tener la enfermedad de Alzheimer, y entre estas dos enfermedades existe una relación estrecha, aunque los mecanismos exactos están por determinarse.

El aceite de coco podría ser una esperanza en casos de personas con Alzheimer y otras enfermedades. Ayudaría tanto a recuperar capacidades perdidas, como a disminuir la evolución de la enfermedad, o incluso a prevenirla.

La experiencia de la Dra. Mary Newport con su marido enfermo de Alzheimer

La Dra. Newport, médico especialista en neonatología, dio con este descubrimiento sobre el aceite de coco, en su búsqueda desesperada por ayudar a su marido, diagnosticado de Alzheimer temprano a los cincuenta y pocos años, enfermedad que, a pesar de la medicación seguía avanzando rápidamente.

La doctora cuenta como en 2008 llevó a su marido a realizar un examen para que pudiera entrar en las pruebas clínicas de un nuevo medicamento. Allí le realizaron un MMSE (Mini-Examen de Estado Mental), pero fue rechazado porque necesitaba tener una puntuación de al menos 16 y sólo obtuvo 14. Steve Newport tampoco fue capaz de pasar una prueba en la que se le pedía que dibujara un reloj, lo que hizo que los médicos consideraran que estaba comenzando a pasar ya a la fase severa de la enfermedad.

Al día siguiente de este examen, la doctora decidió empezar a darle aceite de coco a su marido, pues descubrió algunas investigaciones esperanzadoras administrando triglicéridos de cadena media (MCT) en personas con Alzheimer, y al ver que el aceite de coco es muy rico en MCT, pensó que era la forma más fácil de probar por su cuenta.

Así que, antes de salir de viaje para intentar entrar en otra prueba clínica de un nuevo medicamento, añadió 2 cucharadas soperas de aceite de coco en el desayuno de Steve. Volvieron a realizarle el mismo MMSE del día anterior, pero esta vez en lugar de 14 puntos, Steve obtuvo 18, además de empezar a recuperar la memoria y la capacidad cognitiva de forma impactante.

En un principio Mary Newport no estaba segura de si había sido el aceite de coco, pero como había leído que a algunos enfermos les podía hacer efecto el mismo día que lo tomaban, decidió continuar con el aceite en la dieta de su marido.

A partir de ahí se inició la mejoría de Steve que, con el uso diario de aceite de coco, comenzó a recobrar capacidad cognitiva perdida, movilidad, y el avance de la enfermedad se ralentizó de forma importante, algo que ningún medicamento había logrado hasta ese momento.

Mary cuenta cómo su marido en cinco días recuperó su personalidad, en palabras del mismo Steve “recuperó su vida”. Dos semanas después de empezar a tomar el aceite fue capaz de dibujar de nuevo un reloj, aunque no perfecto, pero incluyendo hasta los números. A los 3 ó 4 meses desapareció una alteración visual que le impedía leer. Y en el período de un año mejoró su movilidad hasta ser capaz de poder correr de nuevo, y también su capacidad de comprensión lectora, así como su memoria reciente y a corto plazo.  Steve no se ha curado, pero todas las mejorías que ha ido experimentado, han cambiado su mundo y el de su familia.


¿ Cuánto aceite de coco ?

La Dra. Newport recomienda en su Web comenzar con una cucharadita pequeña de aceite de coco extra virgen, ingerida con alimentos, e ir aumentando progresivamente esta cantidad, dependiendo del caso, peso etc., hasta llegar a unas 4-6 cucharadas soperas al día, repartidas con las comidas. Es importante tener en cuenta que estas dosis son las recomendadas para personas que padezcan ya Alzheimer u otras enfermedades.

En el caso de los niños (con síndrome de Down, autismo…) ella hace unas recomendaciones específicas que, según su experiencia, debe ser de ¼ de cucharadita pequeña de aceite de coco por cada 4 kilos y medio de peso, 2 ó 3 veces al día. A los niños también les gusta mucho la leche de coco, que  contiene MCT, la dosis de leche sería de entre 1 cucharadita y media a 2, por cada 4 kilos y medio de peso, 2 ó 3 veces al día. La leche debe refrigerarse una vez abierta y consumirse en un par de días.

Mary Newport también ha estado combinando el aceite de coco, con aceite MCT, que es la parte de triglicéridos de cadena media extraída del coco y que se vende como suplemento dietético.

Enlace a la Web y a artículos de la doctora Newport
La entrevista completa a la Dra. Newport


Contraindicaciones del aceite de coco

Para que el aceite de coco resulte benéfico, se debe consumir únicamente el aceite de la más alta calidad. Los aceites de coco refinados, hidrogenados, o tratados para quitarles el color, no producen efectos benéficos, por el contrario, pueden ser perjudiciales. Los procesos químicos mencionados eliminan todos los nutrientes presentes en el aceite de coco. El aceite de coco virgen no es sometido a ningún tipo de proceso y es la opción más saludable. La hidrogenación parcial crea grasas trans y destruye los antioxidantes o grasas esenciales que el aceite contiene.

Algunas personas pueden ser alérgicas al aceite de coco, y a cualquier producto del coco. Si se presenta cualquier síntoma extraño después de consumir o aplicar aceite de coco sobre la piel se debe consultar a un médico. 

Aún se llevan a cabo debates acerca de los beneficios exactos del aceite de coco. Aunque las opiniones cada vez resultan más favorecedoras, aún hay puntos de vista contrarios. Por lo tanto, lo mejor es consultar a su médico si pretende hacer uso cotidiano del aceite de coco.

Beneficios para la salud

* Promueve la salud del corazón

* Promueve la pérdida de peso, cuando es necesario

* Ayuda a tener un sistema inmunológico saludable 

* Ayuda a tener un metabolismo saludable

* Proporciona una fuente de energía inmediata

* Mantiene la piel con apariencia saludable y juvenil

* Apoya al buen funcionamiento de la glándula tiroides.


Mentiras sobre el Aceite de Coco

Desafortunadamente, por incultura, desconocimiento o simple ignorancia, el Aceite de Coco suele ser atacado con argumentos en contra de su consumo.

El aceite de coco y el colesterol

El aceite de coco eleva el colesterol. Es cierto que el aceite de coco virgen eleva el colesterol bueno, el colesterol HDL. Su consumo actúa directamente mejorando el ratio HDL-LDL (colesterol bueno – colesterol malo) y por tanto su efecto sobre la colesterolemia es positivo. Este es el típico caso de una información real tergiversada y malentendida para confundir al consumidor.

El aceite de coco engorda

El alto contenido en ácidos grasos de cadena media del aceite de coco lo ha convertido consistentemente en un objetivo de los investigadores que trabajan en el control del peso corporal. En efecto, los ácidos grasos de cadena media presentes en el aceite de coco se metabolizan directamente en energía en el hígado, por lo que no pueden acumularse como grasa corporal. Por ello, las personas que toman Aceite de Coco Virgen tienen más facilidad para adelgazar.

El aceite de coco aumenta los triglicéridos

Se sabe que los triglicéridos elevados en sangre son consecuencia directa de la ingesta de productos refinados como las harinas o el azúcar. Al contrario, al metabolizarse en energía, el aceite de coco eleva de manera natural el metabolismo basal de nuestro organismo, produciendo una menor tasa de triglicéridos en sangre.

Calidad del Aceite de Coco

Se argumenta que el aceite de coco es un producto de baja calidad que se usa como relleno en las latas de conservas de algunos productos. Sin embargo, esto se debe a que muchas personas confunden el aceite de coco virgen con el aceite de palma, que es ese aceite al que hacen referencia cuando hablan de latas de conserva, que suele estar altamente procesado. Por su parte, el aceite de coco virgen se obtiene por medios absolutamente tradicionales y sin utilizar ningún agente químico ni físico más allá del propio prensado de la pulpa de los cocos.

El aceite de Coco en la cocina

Los beneficios del consumo de aceite de coco virgen se obtienen al consumirlo de cualquier modo, incluso después de haberlo usado para cocinar. No se estropea ni sus propiedades cambian al cocinar con él. Otros aceites de excelentes propiedades, como el aceite de oliva, muestran una menor resistencia a la temperatura que el aceite de coco y por eso se estropean al cocinar con ellos. El aceite de coco no sufre oxidación ni enranciamento aunque se utilice para freír.



Las vitaminas son
 esenciales para
 el organismo













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