julio 04, 2014

Dieta y Cuidados en Niños Hiperactivos









Se ha comprobado cómo muchos problemas de comportamiento infantil mejoran con la supresión en la dieta de aditivos o sustancias sospechosas de provocar reacciones inflamatorias; y, también, con la inclusión de ciertas grasas y alimentos beneficiosos en el menú diario.

Existe una conexión del trastorno por déficit de atención con hiperactividad con ciertas alergias e intolerancias alimentarías.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un síndrome cuyo alcance no termina ni en la niñez ni en la adolescencia. Si bien estas etapas del individuo están condicionadas negativamente por este trastorno, sus repercusiones se dan en la personalidad del individuo, pudiendo incidir negativamente en el futuro.

Por esta razón es importante que los padres sepan que además de la ayuda psicológica y medicinal, puede ganarse mucho terreno a través de la alimentación.

La intolerancia alimentaria se produce cuando el cuerpo tiene problemas para digerir las sustancias en los alimentos que se ingieren. Las sustancias naturales que se encuentran en alimentos saludables como frutas y verduras pueden desencadenar los síntomas, así como los aditivos. Muchos síntomas de intolerancia alimentaria son gastrointestinales, como gas, malestar abdominal o hinchazón. Sin embargo, puede haber síntomas ajenos a la dieta. Por ejemplo, una intolerancia alimentaria puede causar que los niños se vuelvan irritables e inquietos y puede empeorar problemas de conducta como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad.

El sistema nervioso se alimenta principalmente de ácidos grasos esenciales los cuales regulan la inflamación e irritabilidad nerviosa. Cuando no hay una dieta adecuada o balanceada, el sistema nervioso puede llegar a irritarse y sobre estimularse, lo cual influye en el comportamiento nervioso y ansioso de los pequeños.

La teoría Feingold

En 1970, el Dr. Benjamin Feingold, pediatra y Jefe del departamento de Alergias en Kaiser Permanente, San Francisco, desarrolló una dieta libre de aditivos (colorantes artificiales, potenciadores del sabor, conservantes) y salicilatos (“parientes” del ácido acetilsalicílico, presentes en ciertas frutas y verduras). En su opinión, esta dieta podía prevenir ciertas alergias infantiles. Para su sorpresa  y la de los padres de los niños tratados  muchos de los menores que la siguieron no sólo mejoraron sus síntomas de alergia, sino que experimentaron cambios muy positivos en su comportamiento. Niños problemáticos, inquietos y con escasa capacidad de concentración y atención  signos del trastorno de déficit de atención con hiperactividad , mejoraban en todos esos aspectos.

La respuesta de la Pediatría “oficial” fue más bien tibia, incluso escéptica, desde el principio. En aquellos años, la idea de las alergias e intolerancias alimentarias y su relación con el comportamiento infantil no eran aceptadas totalmente. Por otro lado, una serie de estudios realizados para establecer la validez de las teorías de Feingold  a menudo no muy bien diseñados  dieron resultados contradictorios.


En un estudio realizado por expertos de la Escuela de Psicología de la Universidad de Southampton (Reino Unido) publicado en Lancet en noviembre de 2007,  se puso de nuevo la dieta de Feingold en primer plano de la actualidad médica.

Los científicos estudiaron los cambios en el comportamiento que experimentaban un total de 300 niños (un grupo de tres años y otro de entre ocho y nueve años) cuando tomaban, alternativamente y en semanas consecutivas, un zumo de frutas sin aditivos y el mismo zumo con dos combinaciones de colorantes que, además, contenían el conservante benzoato de sodio (muy utilizado en alimentación). Los zumos tenían el mismo aspecto y sabor y ni los padres ni los niños sabían si el de esa semana llevaba los aditivos o no. Cada semana, el comportamiento de los niños fue monitorizado según los estándares que se emplean para el diagnóstico del trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

Se comprobó que cuando los niños tomaban estas bebidas se producía un aumento de hiperactividad, aunque los resultados no eran similares en todos los niños. Se observó también que el deterioro de comportamiento se producía en los niños en general y no sólo en los que habían sido diagnosticados con hiperactividad.

Según el Profesor Jim Stevenson, que dirigió el estudio, ahora existen pruebas definitivas de que la mezcla de ciertos colorantes alimentarios con el conservante benzoato de sodio puede influir de forma negativa en el comportamiento de los niños.

En un estudio realizado por científicos de la Universidad de Radboud y del Centro de Investigación del TDAH en Holanda, publicado en The Lancet en febrero 2011, aseguran que los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad deberían consumir una dieta restringida para ayudar a determinar si ciertos alimentos empeoran su condición.

Estudiaron los casos de 100 niños de entre 4 y 8 años que padecían el trastorno y restringieron su dieta eliminado ciertos alimentos relacionados con alergias e intolerancias como el trigo, los tomates, las naranjas, los huevos y los productos lácteos. En cambio, se les dio otros alimentos como arroz, agua, carne blanca como el pavo y algunas frutas y vegetales que generalmente no son consideradas alergénicas.

Después de cinco semanas de dieta, se pasó a una segunda fase en la que se fueron añadiendo paulatinamente diferentes grupos de alimentos y se controlaban los síntomas para ver si empeoraban.

Los investigadores hallaron que en la primera fase del estudio, el 64 por ciento de los niños con la dieta limitada presentó mejoras significativas en sus síntomas de TDAH.


Dieta Feingold

La dieta del doctor Benjamin Feingold se basa en la teoría de que los salicilatos (sustancias similares a la spirina que se encuentran en una amplia variedad de alimentos) son uno de los factores que provocan la hiperactividad. La dieta de Feingold elimina también los aditivos sintéticos, los colorantes y sustancias que se añaden comúnmente a los alimentos procesados. Se trata de una dieta compleja que hace necesaria la ayuda de un profesional de la salud experimentado.

Al principio del tratamiento, se suprimen medicamentos como la aspirina y algunos alimentos ricos en salicilatos (manzanas, almendras, tomates, maíz, trigo, soja, lácteos, huevos, cítricos o frutos del bosque). Estos últimos son sustituidos por peras, plátanos y anacardos (castaña de caju), con menor riesgo de alergias e intolerancias.

Los alimentos eliminados se reintroducen gradualmente.

También se deben evitar




* Los colorantes artificiales.
* Los potenciadores sintéticos del sabor.
* El aspartame (edulcorante artificial).
* Los conservantes sintéticos BHA, BHT, TBHQ (son derivados del petróleo)


Alimentos que se deben evitar

El azúcar refinada en todas sus variedades (sodas, pasteles, dulces, tomates enlatados, jugos azucarados, procesados, etc.) son uno de los alimentos más irritantes para el sistema nervioso. Es necesario evitar en la dieta el azúcar blanca ya que es una de las principales causantes de periodos de crisis nerviosas, estrés, impulsividad y ansiedad en las personas. A los niños en especial les afecta y les genera, además, otras consecuencias nocivas como una mala absorción de calcio, caries, problemas digestivos, intoxicaciones, etc.

El azúcar y otros carbohidratos son conocidos por trasladarse al flujo sanguíneo rápidamente y crear un "shock de azúcar": Los niveles de glucosa en la sangre pueden elevarse y caer rápidamente, y los niños pueden responder a este cambio con un comportamiento hiperactivo.

Es cierto que el cuerpo necesita azúcar (glucosa) para sus funciones, pero no el azúcar refinada. El azúcar que se necesita es el azúcar natural que contienen las frutas y los carbohidratos saludables, la miel de abeja también es un muy nutritivo endulzante.

No se debe consumir alimentos que contengan demasiada azúcar, evitar todo tipo de golosinas, sustituirlas por frutas o frutos secos. Es importante asegurar que la alimentación sea rica en frutas y verduras. La supresión total de azúcar disminuye notablemente la impulsividad y el carácter destructivo de los niños.

Eliminación de preservantes y sustancias artificiales

* Revisar la lista de ingredientes en busca de amarillo No. 5, rojo No. 40, verde No. 3 y azul No. 2. Algunos niños son sensibles a los colorantes, mientras que otros son sensibles a los edulcorantes artificiales.

* Revisar las etiquetas buscando ingredientes como acesulfamo-K, aspartame, sacarina y sucralosa. Los conservantes evitan que alimentos se pudran, pero algunos niños son sensibles a ellos.

* Revisar las etiquetas en busca de Butilhidroxianisol o BHA; hidroxitolueno butilado, o BHT; y terc-butilhidroquinona o TBHQ.

* Revisar las etiquetas de los alimentos para saber si contienen aditivos como tartracina o conservante E102 pues es muy perjudicial en niños hiperactivos.

Una dieta sana y balanceada

Médicos de la Northwestern University Medical School en Chicago, en un estudio publicado en la revista estadounidense Pediatrics en enero 2012, exponen que una dieta sana y balanceada puede contribuir a mejorar el comportamiento de aquellos niños que padecen TDAH.

Una simple dieta sana y balanceada puede mejorar el comportamiento de los niños con trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Las intervenciones nutricionales deben considerarse como un método alternativo o secundario para tratar el TDAH, no una primera opción. La buena alimentación que sugiere el estudio consiste en incluir en las comidas diarias la ingesta de variedad de grupo de alimentos. Entre ellos, pescado, verduras, frutas, legumbres y granos enteros. Ese aporte debe ser diario. Una mayor atención a la educación de padres e hijos para que sigan una dieta saludable, que omita elementos que pueden predisponer al TDAH, es quizá el tratamiento complementario o alternativo del TDAH más prometedor y práctico.

Las guías de tratamiento de la Asociación Americana de Pediatría y las guías NICE del Reino unido con respecto a los suplementos dietéticos, valoran 3 elementos fundamentalmente.

1. Suplementos con ácidos grasos Omega 3 y 6. Cuyos niveles bajos en sangre han sido descritos con mayor frecuencia en pacientes con TDAH en comparación con controles sanos.  Suplementos de 300-600 mg/día de omega 3 y 30-60 mg/d de omega 6 ha mostrado disminución de la inatención, hiperactividad e impulsividad en algunos niños con TDAH.

2. Zinc. Algunos estudios han relacionado niveles bajos de zinc con el TDAH. Esta relación podría deberse a que funciona como cofactor para el metabolismo de algunos neurotransmisores y regula el metabolismo de la dopamina, la cual, es crucial en el TDAH.

3. Hierro. Niveles bajos de ferritina, han sido descritos en niños TDAH en comparación con los controles. Ha sido descrita una relación inversa entre la severidad de los síntomas del TDAH y los niveles de ferritina en la sangre, estableciendo como punto de corte, unos niveles de ferritina por debajo de 45 mcg/L y una mejoría en la sintomatología del mismo tras tratamiento con hierro. La relación podría deberse a que la deficiencia de hierro, produce una disfunción del sistema dopaminérgico, al igual que en el Síndrome de piernas inquietas, que está muy relacionado con la fisiopatología del TDAH.

Es muy difícil prohibirle a un niño golosinas, dulces y gaseosas completamente pero si se puede limitar su consumo para cuidar su salud. De esta manera no sólo se atenuarán los síntomas de hiperactividad sino que se evitarán otros problemas de salud como sobrepeso, diabetes, caries etc. En cualquier caso, con una adecuada alimentación y ejercicio regular se puede controlar la hiperactividad en niños en forma natural.


Existen alimentos con propiedades naturales que ayudan a relajarlos

Duraznos: contienen un sedante natural que alivia el estrés y la ansiedad. Elegir una o dos piezas de esta fruta antes de ofrecer un dulce o un producto panificado.

Frutos rojos: cuando los niños están excitados y ansiosos, un tazón con frutos rojos puede ayudar ya que contienen antioxidantes, vitamina C y evitan el aumento de cortisol, la hormona del estrés.

Naranjas: el proceso de pelar y cortar la naranja focalizará la atención del niño, y además se beneficiará del aporte de vitamina c y potasio.

Chocolate amargo: esta opción es mucho mejor que cualquier chocolate azucarado o dulce, ayudando a mantener equilibrados los niveles de cortisol en el organismo y disminuir los niveles de adrenalina, noradrenalina, lo que evita la ansiedad y los nervios.

Algunos alimentos beneficiosos


Avena y granola
Barritas de cereal
Huevos duro
Licuados de fruta
Chocolate amargo
Yogurt
Queso
Jugos naturales de frutas ricos en vitamina C
Nueces y semillas: almendras, castañas, cacahuate, semillas
Galletas saladas integrales

Suplementos nutricionales

Soja en grano o lecitina de soja. Es un complemento natural que tiene una grasa especial, los fosfolípidos, que se encuentran en las semillas de la soja y en las membranas de las células nerviosas y del cerebro. Ayuda a mantener una buena transmisión de los impulsos nerviosos lo que mejora el rendimiento intelectual.

Aceite de onagra. Regula la función cerebral controlando las sustancias transmisoras del sistema nervioso.

Levadura de cerveza. Debido a su alto contenido en vitaminas del grupo B y calcio resulta uno de los mejores aliados del cerebro.

Magnesio. Muchos niños hiperactivos tienen los niveles bajos de magnesio. En un estudio controlado, 50 niños con TDAH y con niveles bajos de magnesio en la sangre recibieron un suplemento de 200 mg de magnesio diario durante 6 meses. En comparación con otros 25 niños con TDAH con niveles bajos de magnesio, aquellos que recibieron el suplemento mostraron una disminución importante en el comportamiento hiperactivo.

Ácidos grasos omega 3. Presentes en el pescado azul y las semillas de lino, son muy beneficiosos para estos niños regulando la irritabilidad y los estados nerviosos. Si se aumenta el consumo de pescados en estos casos hay que preferir el pescado azul pequeño como sardinas o anchoas porque contienen menos metales pesados.

Vitaminas. Pueden tener una acción positiva en caso de TDAH. Las vitaminas C, E y el complejo B son agentes que actúan favorablemente en los chicos con este problema. Las vitaminas del grupo B, vitaminas antioxidantes (A, C, E) y minerales como el calcio, el hierro, el magnesio, el zinc y el selenio estimulan las funciones cerebrales, ayudan en el metabolismo de la glucosa y contribuyen al equilibrio nervioso.

Triptófano. Los aminoácidos influyen en la síntesis de varios neurotransmisores (justo la deficiencia en la producción de estos neurotransmisores es lo que provoca el TDAH). Uno de los más importantes es el triptófano, precursor de la serotonina, cuya presencia induce al cerebro al relax, el sueño reparador y modula los cambios de humor. Se encuentra en los huevos, la leche y los cereales integrales.

L-teanina. Es otro aminoácido del que existen estudios para el TDAH es la Este aminoácido mejora el aprendizaje y la concentración, reduce la tensión y la ansiedad y mejora la calidad del sueño. Se encuentra casi exclusivamente en el té verde (solo para niños mayores).

L-carnitina. Se sintetiza en el organismo a partir de los aminoácidos lisina y metionina y se necesita para obtener energía de las grasas. Transporta los ácidos grasos a las mitocondrias, los generadores de energía de las células. Hay que tener en cuenta que el alimento más rico en L-carnitina es la carne roja.

Baño relajante

Para relajar a los niños pequeños es muy útil preparar, al final del día, un baño caliente con 10 gotas de aceite esencial de albahaca y otras 10 gotas de aceite de bergamota. Se le deja tranquilo unos 10 minutos en el agua y, después se le baña como todos los días. Ambos son relajantes del sistema nervioso, además la bergamota tiene efecto duradero en el tiempo y estimula la producción de endorfinas.

Además de cuidar la dieta de los niños hiperactivos, es necesario ayudarles a canalizar su energía en actividades como el deporte, el teatro, la música, etc.

Un niño hiperactivo necesita estimular su atención y concentración mediante actividades guiadas y enfocadas a un constructivo desahogo de su energía. Se debe evitar mantenerlos en un mismo lugar, que no gasten mucho tiempo en juegos de video o televisión, llevarles a dar caminatas largas y tener contacto con animales y la naturaleza.

Existen varias dietas dirigidas a los niños, que combinan estos alimentos logrando buenos resultados. No obstante, es recomendable dirigirse a un nutricionista para elaborar una dieta personalizada si el niño sufre TDAH.




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