Funciones cognitivas
Son las capacidades de nuestro cerebro para poder interactuar con nuestro entorno: nos permiten percibir, concentrarnos, adquirir conocimientos, razonar, adaptarnos e interactuar con los demás.
Existen varias funciones cognitivas:
La atención. Capacidad de concentrarse durante un cierto tiempo, de hacer dos cosas al mismo tiempo.
Memoria. Capacidad de retener información visual y verbal a corto y largo plazo.
Memoria de trabajo. Manipulación de la información en la memoria (por ejemplo, cálculo mental).
Funciones visuales-espaciales. Capacidad para orientarse y encontrar el camino.
Cognición social. Capacidad de comprender a los demás, identificar diferentes emociones e interpretar correctamente el entorno.
Funciones ejecutivas. Capacidad de organizarse y aplicar estrategias para afrontar situaciones inusuales. Son todos los procesos mentales que una persona utiliza para gestionar su comportamiento, pensamientos y emociones cuando se enfrenta a una situación nueva que le exige resolver un problema para el que sus estrategias habituales y conocidas no son suficientes. Se utilizan en todas las situaciones en las que, para tener éxito, es esencial detenerse, pensar, crear una solución original y comprobar después si se ha alcanzado el objetivo.
Las tres funciones ejecutivas principales son la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva y el control de las inhibiciones.
Flexibilidad cognitiva
La flexibilidad cognitiva o mental puede definirse como la capacidad de nuestro cerebro para adaptar nuestro comportamiento y pensamiento a situaciones nuevas, cambiantes o inesperadas. En otras palabras, la flexibilidad cognitiva es la capacidad de darnos cuenta de que algo no funciona o ha dejado de funcionar y que, por lo tanto, necesitamos revisar nuestro comportamiento, pensamiento y opiniones para adaptarnos a nuestro entorno y a las nuevas situaciones.
La flexibilidad cognitiva desempeña un papel importante en el aprendizaje y en nuestra capacidad para resolver los problemas más complejos. Nos permite elegir la mejor estrategia para adaptarnos a nuevas situaciones. También nos ayuda a retener la información y a responder de forma flexible y adecuada mientras nos adaptamos a los cambios y exigencias de la situación.
La flexibilidad cognitiva es esencial, ya que nos permite adaptar nuestro comportamiento al entorno. Nos permite desarrollar estrategias adecuadas para afrontar los retos cotidianos.
La rigidez cognitiva en cambio, dificulta la adaptación. Es característica de ciertos trastornos mentales como la esquizofrenia, o de afecciones tales como los trastornos del espectro autista y la discapacidad intelectual.
La flexibilidad mental nos permite adaptarnos al cambio, percibir las múltiples facetas de una situación o ver algo desde un ángulo completamente nuevo. Está relacionada con la inteligencia fluida, el razonamiento fluido y la capacidad de resolver nuevos problemas con flexibilidad y eficacia.
Una buena flexibilidad cognitiva nos permite tener en cuenta otras creencias, valores, ideas o formas de pensar. Esto nos ayuda a comprender mejor el punto de vista de los demás y a evaluar otras opciones que no son las nuestras. Por eso la flexibilidad mental está tan estrechamente ligada a la empatía y a la forma en que interactuamos socialmente.
¿Dónde se localiza la flexibilidad cognitiva en el cerebro?
En los seres humanos, las imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf) muestran que determinadas regiones cerebrales, como las cortezas pre-frontal, cingulada anterior y parietal posterior, así como los ganglios basales, se activan cuando una persona participa en procedimientos de cambio de tareas que requieren flexibilidad cognitiva.
La flexibilidad cognitiva depende del lóbulo pre-frontal del cerebro, que es la estructura cerebral que más tarda en madurar. Observamos que la mayoría de los niños pequeños quieren las cosas inmediatamente, cualquier cambio de rutina les afecta y a menudo se enfadan; esto puede deberse a que su flexibilidad mental aún está madurando y no tienen en cuenta las distintas opciones o alternativas que pueden tener a su alcance.
La flexibilidad cognitiva, al igual que el lenguaje o la motricidad, es una capacidad cognitiva que depende de un proceso de desarrollo y maduración cerebral. La flexibilidad cognitiva madura plenamente en torno a los 20 años. Empezamos a entrenarla desde una edad temprana, poniéndola a prueba todos los días.
Características de una buena flexibilidad mental o cognitiva
* Una buena flexibilidad cognitiva o mental nos permite adaptarnos rápidamente a los cambios o novedades de nuestro entorno.
* La flexibilidad cognitiva nos ayuda a tolerar los cambios que pueden producirse cuando resolvemos un problema o hacemos un ejercicio. También nos permite encontrar alternativas.
* Las personas con una buena flexibilidad mental pasan fácilmente de una actividad a otra y saben cómo comportarse adecuadamente en cada situación.
* También pueden ver varias dimensiones de la misma realidad, mirar las cosas desde diferentes perspectivas y establecer relaciones ocultas, y así encontrar fácilmente varias soluciones al mismo problema.
* Las personas con una buena flexibilidad mental son más tolerantes con los errores y los cambios de programa, les resulta más fácil ponerse en el lugar de la otra persona y les resulta más fácil llegar a acuerdos comunes.
Flexibilidad cognitiva en los niños
La flexibilidad cognitiva es una habilidad que se desarrolla a lo largo de la infancia. Los niños con una buena flexibilidad cognitiva están mejor preparados para resolver problemas y adaptarse a situaciones nuevas o inesperadas.
Los niños pueden desarrollar su flexibilidad cognitiva mediante juegos que fomenten el pensamiento creativo y la resolución de problemas. Las actividades que implican planificación y toma de decisiones, como los juegos de rol, también pueden ayudar a desarrollar la flexibilidad cognitiva.
Flexibilidad cognitiva en adultos y personas mayores
La flexibilidad cognitiva sigue desarrollándose a lo largo de la vida adulta, pero puede disminuir con la edad. Los adultos y las personas mayores que tienen una buena flexibilidad cognitiva están mejor preparados para adaptarse a los cambios en su vida profesional y personal, y para mantener una buena salud mental.
La flexibilidad cognitiva puede estimularse en adultos y personas mayores fomentando la práctica de la meditación, el yoga, las actividades artísticas y creativas, y promoviendo el aprendizaje permanente. Las actividades que implican el aprendizaje de nuevas habilidades o la resolución de problemas pueden ayudar a mantener y mejorar la flexibilidad cognitiva. Como ocurre con cualquier función cognitiva, el entrenamiento cerebral también es muy útil para la flexibilidad cognitiva.
Rigidez cognitiva: deficiencias en la flexibilidad mental
La rigidez cognitiva es la consecuencia de una falta de flexibilidad mental. Por lo tanto, puede definirse como la incapacidad de cambiar comportamientos o creencias aunque no sean eficaces para alcanzar nuestros objetivos. La rigidez cognitiva puede provocar cambios en el control de la conducción.
La sensación que genera la rigidez cognitiva es la de estar bloqueado o atascado por algo y no poder encontrar una salida. Evidentemente, la rigidez cognitiva tiene un impacto negativo en las actividades de la vida diaria.
¿Cómo se produce la rigidez cognitiva? El cerebro humano busca la estabilidad e intenta reducir la incertidumbre a toda costa. Las personas que sufren un alto nivel de rigidez cognitiva no pueden renunciar a cualquier cambio o novedad, manteniendo su comportamiento o forma de pensar, pero esto no les ayudará a adaptarse a su entorno. Es normal que para algunas personas adaptarse al cambio sea todo un reto, pero para las personas con poca flexibilidad mental, adaptarse al cambio puede ser mucho más complejo.
Trastornos o patologías asociados a una disminución de la flexibilidad cognitiva o rigidez mental
Se ha observado una reducción de la flexibilidad cognitiva en diversos trastornos neuro-psiquiátricos como:
* En niños con problemas de atención,
* Ictus o trastornos complejos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH),
* Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC),
* Trastornos del espectro autista (síndrome de Asperger y autismo),
* Trastornos alimentarios (anorexia nerviosa y bulimia nerviosa),
* Personas que sufren adicciones, etc.
* Esquizofrenia.
Las personas mayores suelen sufrir un deterioro de su flexibilidad mental
El envejecimiento cerebral implica cambios funcionales y físicos que afectan a la velocidad de procesamiento del cerebro y a su rendimiento cognitivo. Los estudios demuestran que el entrenamiento cognitivo puede tener efectos positivos en la inducción de la plasticidad cerebral, y podría ser tan válido como intervención dirigida a combatir o rehabilitar el deterioro de la función ejecutiva y la flexibilidad cognitiva.
El deterioro de la flexibilidad cognitiva relacionado con la edad se asocia a los niveles de neuro-génesis hipocampal. El envejecimiento se asocia a un deterioro del aprendizaje, la memoria y la flexibilidad cognitiva, así como a un declive progresivo de la neurogénesis hipocampal.
La capacidad de pasar de un tipo de estrategia cognitiva de resolución de problemas a otro cuando cambian las circunstancias, lo que se conoce como adaptabilidad o flexibilidad cognitiva, es una función esencial para los seres humanos. Cuando esta capacidad disminuye – ya sea por envejecimiento, enfermedad, traumatismo o exposición ambiental –, el comportamiento mental se vuelve más rígido y a la persona le cuesta adaptarse a las nuevas exigencias cognitivas y se queda estancada en su antigua forma de pensar.
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Investigación
La flexibilidad cognitiva es esencial para navegar por un mundo cambiante – El cerebro aprende nuevas reglas
Investigadores del Instituto Inserm del Cerebro y del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de California en un estudio titulado “Neurons involved in cognitive flexibility communicate at a distance” (Las neuronas implicadas en la flexibilidad cognitiva se comunican a distancia), publicado en la revista Nature en junio de 2023, han descrito una clase de neuronas en ratones especializadas en la capacidad de adaptación.
Para adaptarse a los cambios percibidos en nuestro entorno, el cerebro modifica constantemente la actividad de los circuitos neuronales del córtex pre-frontal, una región implicada en la atención, la anticipación y la toma de decisiones. Pero hasta ahora los investigadores desconocían los mecanismos responsables de estas modificaciones, esenciales para que roedores, primates y humanos sobrevivan en un mundo en constante cambio.
El equipo de neurocientíficos estudia cómo el cerebro procesa la información y qué ocurre cuando se altera esta función.
Al estudiar esta fascinante capacidad, han descubierto un tipo específico de conexión neuronal en el córtex pre-frontal, que ayuda a actualizar nuestra representación del mundo y, sobre todo, de sus reglas. Gracias a esta conexión, no persistimos en utilizar una estrategia inadecuada para alcanzar un objetivo.
Esta categoría particular de neuronas en el córtex pre-frontal puede permitir la flexibilidad del comportamiento y que, cuando son disfuncionales, pueden dar lugar a patologías como la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Neuronas inhibitorias y aprendizaje de nuevas reglas
Las neuronas inhibitorias amortiguan la actividad de otras neuronas del cerebro. Hasta ahora, los investigadores pensaban que estas neuronas sólo enviaban sus señales eléctricas y químicas a las neuronas cercanas. Sin embargo, se ha descubierto una categoría particular de neuronas inhibitorias en el córtex pre-frontal que se comunican a larga distancia con las del hemisferio opuesto del cerebro.
Se preguntaron si estas conexiones inhibitorias de largo alcance participaban en la coordinación de los cambios en los patrones de actividad de las cortezas pre-frontales izquierda y derecha. De este modo, podrían proporcionar las señales cruciales que ayudarían a cambiar el comportamiento en el momento adecuado.
Para comprobar la función de estas conexiones inhibitorias de largo alcance, observaron ratones que realizaban una tarea que les obligaba a aprender una regla para recibir una recompensa y, a continuación, adaptarse a una nueva regla para seguir recibiendo la recompensa. La tarea consistía en que los ratones escarbaran en bols para encontrar comida escondida. Inicialmente, el olor a ajo o la presencia de arena en un bol podían indicar la ubicación de la comida escondida. Entonces, la señal característica asociada a la recompensa cambiaba, obligando a los ratones a aprender una nueva regla.
Descubrieron que la supresión de las conexiones inhibitorias de largo alcance entre las cortezas prefrontales izquierda y derecha hacía que los ratones se bloquearan, o perseveraran, con una regla, y les impedía aprender otras nuevas. Eran incapaces de cambiar su estrategia y aprender que la antigua pista ya no tenía sentido y que la nueva indicaba la presencia de comida.
Ondas cerebrales y flexibilidad conductual
También hicieron algunos descubrimientos sorprendentes sobre cómo estas conexiones inhibitorias de largo alcance crean flexibilidad conductual. Más concretamente, sincronizan un conjunto de ondas cerebrales – llamadas oscilaciones gamma – en ambos hemisferios. Se trata de fluctuaciones rítmicas de la actividad cerebral que se producen unas 40 veces por segundo. Estas fluctuaciones pueden detectarse en muchas funciones cognitivas, por ejemplo cuando se realiza una tarea que requiere almacenar información en la memoria o realizar diferentes movimientos en función de la información que aparece en la pantalla de una computadora.
Las fluctuaciones de la actividad neuronal adoptan la forma de ondas cerebrales u oscilaciones neuronales |
Descubrieron un papel potencial completamente nuevo para la sincronización gamma. Cuando las conexiones inhibitorias de largo alcance coordinan las oscilaciones gamma en las cortezas pre-frontales izquierda y derecha, también parecen abrir la comunicación entre ellas.
Cuando los ratones aprenden a ignorar una regla previamente establecida que ya no conduce a una recompensa, estas conexiones sincronizan las oscilaciones gamma y parecen impedir que un hemisferio mantenga patrones innecesarios de actividad en el otro. En otras palabras, las conexiones inhibitorias de largo alcance parecen impedir que los datos de un hemisferio “se interpongan” en el camino de los datos del otro hemisferio cuando éste intenta aprender algo nuevo.
Por ejemplo, el córtex pre-frontal izquierdo puede “recordar” al córtex pre-frontal derecho su ruta habitual al trabajo. Pero cuando las conexiones inhibitorias de largo alcance sincronizan estas dos áreas, también parecen interrumpir estos recordatorios y permiten que se establezcan nuevos patrones de actividad cerebral correspondientes a la nueva ruta.
Por último, estas conexiones inhibitorias de largo alcance también tienen efectos duraderos. Al cortar estas conexiones, aunque sólo fuera una vez, los ratones tuvieron dificultades para aprender nuevas reglas varios días después. En cambio, la estimulación rítmica de estas conexiones para sincronizar artificialmente las oscilaciones gamma puede invertir estos déficits y restablecer el aprendizaje normal.
Flexibilidad cognitiva y trastornos psiquiátricos
Las conexiones inhibitorias de largo alcance desempeñan un papel importante en la flexibilidad cognitiva. La incapacidad para actualizar adecuadamente las reglas aprendidas previamente es una forma característica de los déficits cognitivos en trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia y el trastorno afectivo bipolar.
La investigación también reveló deficiencias en la sincronización gamma y anomalías en una clase de neuronas inhibitorias pre-frontales, entre ellas las estudiadas, en personas que padecen esquizofrenia. En este contexto, el estudio sugiere que los tratamientos dirigidos a estas conexiones inhibitorias de largo alcance podrían ayudar a mejorar la cognición en individuos con esquizofrenia mediante la sincronización de las oscilaciones gamma.
Aún se desconocen muchos detalles de cómo afectan estas conexiones a los circuitos cerebrales. Por ejemplo, los autores no saben exactamente qué células de la corteza prefrontal reciben información de estas conexiones inhibitorias de largo alcance y modifican sus patrones de actividad para aprender nuevas reglas. Tampoco saben si existen vías moleculares específicas que produzcan cambios duraderos en la actividad neuronal.
Responder a estas preguntas podría revelar cómo el cerebro pasa con flexibilidad de retener a actualizar información antigua, y conducir potencialmente a nuevos tratamientos para la esquizofrenia y otras enfermedades psiquiátricas.
Una nueva investigación revela una estrecha relación entre flexibilidad cognitiva y neurogénesis
Un equipo de investigadores de la Universidad Stony Brook, en un estudio publicado en Frontiers in Neuroscience en agosto de 2023, cree comprender mejor la adaptabilidad cognitiva y el papel de la neurogénesis adulta.
El equipo de neurocientíficos estudia cómo procesa la información el cerebro y qué ocurre cuando esta función se ve alterada.
Las mismas condiciones adversas – enfermedad y envejecimiento – afectan también al proceso de creación de nuevas neuronas mucho después del nacimiento, lo que se conoce como neurogénesis adulta. Sin embargo, la relación entre ambas condiciones sigue siendo difícil de establecer.
Según los investigadores, todas las consecuencias que repercuten en la flexibilidad cognitiva siguen siendo difíciles de precisar para los científicos, en gran parte debido a la falta de modelos de investigación eficaces.
Han desarrollado un nuevo modelo animal centrado en tareas conductuales diseñadas para desafiar a los ratones a responder a diversas señales para moverse por un laberinto. La versión actual de esta tarea requiere que los ratones encuentren una plataforma sumergida en un charco de agua, recuerden la posición de la plataforma en relación con varias señales que rodean el charco – por ejemplo, círculos y cruces pegados a las paredes de la zona – y luego utilicen estas señales para desplazarse hasta la plataforma, del mismo modo que uno aprendería la ubicación de una tienda de bicicletas local en relación con otros carteles de tiendas de la misma manzana.
Los autores diseñaron un nuevo ensayo conductual añadiendo otras variables a la tarea común, como cambiar el color de la piscina cada día, tener juguetes infantiles colgados sobre la piscina y cambiar la posición de la plataforma, como si estuvieran cambiando los colores de la tienda y del edificio que rodea la tienda de bicicletas.
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¿Cómo pueden reforzarse las funciones cognitivas?
Una función cognitiva sana es un bien precioso que hay que mantener. Estas funciones pueden deteriorarse con la edad, pero esto no es necesariamente inevitable. Hay formas de prevenir o al menos ralentizar el deterioro de la capacidad cerebral.
No hay límite de edad para cuidar las funciones cerebrales. No sólo favorece una buena memoria y capacidad de reacción, sino que también ayuda a prevenir el riesgo de senilidad.
Para aumentar la flexibilidad de los músculos, hay que realizar un trabajo que incluya ejercicios de respiración, estiramientos estáticos y estiramientos dinámicos. Añadir entrenamiento de fuerza puede mejorar aún más la flexibilidad y la movilidad.
La flexibilidad cognitiva puede mejorarse a cualquier edad. He aquí algunas formas de estimular esta función cognitiva:
* La práctica regular de la meditación o el yoga puede ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva. Estas prácticas fomentan la concentración, la auto-conciencia y la regulación emocional, todas ellas habilidades relacionadas con la flexibilidad cognitiva.
* Las actividades artísticas y creativas, como la pintura, la escultura o la música, también pueden ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva. Estas actividades estimulan la creatividad y fomentan la exploración de nuevas ideas y perspectivas.
* El aprendizaje permanente es otra forma eficaz de mejorar la flexibilidad cognitiva. Aprender nuevas habilidades o descubrir nueva información estimula el cerebro y puede ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva.
* Los juegos de mesa, los rompecabezas y los videojuegos también pueden ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva. Estas actividades estimulan la resolución de problemas, la atención y la memoria de trabajo, todas ellas habilidades relacionadas con la flexibilidad cognitiva.
* Practicar la atención plena puede ayudar a mejorar la flexibilidad cognitiva. La atención plena consiste en ser plenamente consciente del momento presente, sin juzgar. Esta práctica fomenta la concentración, la auto-conciencia y la regulación emocional, todas ellas habilidades relacionadas con la flexibilidad cognitiva.
Consejos para mantener y entrenar sus funciones cognitivas
Cuando pensamos en mantener el cerebro en forma, inmediatamente pensamos en leer. Y no nos equivocamos. La lectura es una forma barata de mantener las funciones cerebrales, sobre todo la memoria y la capacidad de aprendizaje. Además, es entretenida.
Hacer actividades informáticas
Las computadoras, smartphones y otras tabletas no son del todo malos, ni mucho menos. Su uso regular también estimula nuestra capacidad de reacción y la coordinación de nuestros movimientos, lo cual es una buena razón para sentirnos menos culpables por utilizarlos con regularidad. Las funciones cognitivas se ven reforzadas. Sin embargo, si quiere dormir bien, evite utilizarlos por la noche.
Cuidar su alimentación
Una dieta sana y rica en productos naturales es buena para el cerebro. La sal y las grasas aumentan el riesgo de ictus y dañan la circulación cerebral. Los zumos de frutas y verduras ecológicos y sin aditivos, las sales de hierbas y la comida casera son el camino a seguir.
El deporte es bueno para todo el cuerpo, incluido el cerebro. Practicar deporte ayuda a mantener la coordinación de los movimientos, los reflejos y la capacidad de reacción, además de favorecer la circulación sanguínea, incluso en el cerebro. Esto lo convierte en un excelente aliado para mantener las funciones cognitivas.
Utilizar ayudas naturales
Hay plantas que pueden ayudar a mantener la salud del cerebro y las funciones cognitivas. La más famosa de estas plantas es el ginkgo. Esta planta estimula la circulación sanguínea en el cerebro, favoreciendo así la salud de este precioso órgano. Así podrá seguir con su vida en plena posesión de sus facultades.
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En conclusión, la flexibilidad cognitiva es una función cognitiva importante que nos permite adaptarnos a situaciones nuevas y cambiantes. Está estrechamente vinculada con otras funciones cognitivas como la memoria de trabajo, la atención y la inhibición. La flexibilidad cognitiva se puede mejorar a cualquier edad mediante actividades como la meditación, las actividades artísticas, el aprendizaje permanente, los juegos de mesa y la atención plena. Al mantener nuestro cerebro activo y estimulado, podemos mantener y mejorar nuestra flexibilidad cognitiva a lo largo de nuestra vida.
Para adaptarnos a los pequeños y grandes acontecimientos que dan al mundo su carácter cambiante,
tenemos una capacidad esencial: la flexibilidad cognitiva.
Nos permite improvisar en caso de interrupciones en nuestro viaje matutino,
hacer frente al comportamiento inesperado de un ser querido o acostumbrarnos a la vida en un nuevo país
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