Actualización : junio 4, 2015
El aspartame está formado por dos aminoácidos (ácido aspártico y fenilalanina) y por metanol. Durante la metabolización de este edulcorante en el organismo, el metanol es transformado en formaldehído, un compuesto que la Organización Mundial de la Salud considera cancerígeno desde el año 2004. La pregunta que se plantea ahora es si la cantidad de formaldehído que se forma en nuestro cuerpo tras la ingestión de aspartame es suficiente para provocar el desarrollo de un mecanismo que acabe provocando el cáncer.
Un litro de bebida endulzada con aspartame puede producir alrededor de cincuenta y seis miligramos de metanol. Cuando varias de estas bebidas se consumen en un corto período de tiempo (un día, tal vez), tanto como doscientos cincuenta miligramos de metanol se vierten en el torrente sanguíneo.
El aspartame es un edulcorante artificial que se emplea como sustituto del azúcar (sacarosa) porque, a
diferencia de éste, aporta apenas calorías, no provoca caries y además puede
ser consumido por personas diabéticas. Por eso lo podemos encontrar en muchos
alimentos sin azúcar, como algunos chicles y refrescos y en alimentos
dietéticos y para diabéticos. Las principales marcas que lo comercializan son
Natreen, Canderel y Nutrasweet.
El
aspartame fue descubierto accidentalmente por James Schlatter, un químico que
había estado tratando de producir un fármaco contra la úlcera para la
farmacéutica GD Searle & Company en 1965. Al mezclar ácido aspártico y
fenilalanina, dos aminoácidos de origen natural, descubrió que el nuevo
compuesto tenía un sabor dulce. La empresa simplemente cambió su solicitud de
aprobación por la Agencia de Alimentos y
Medicamentos (FDA) como fármaco para los aditivos alimentarios y el aspartame
nació.
Se
comercializa en forma de polvo blanco y tiene un poder edulcorante 200 veces
superior al del azúcar.
En
Europa el aspartame se fabrica principalmente en las fábricas francesas de
Ajinomoto. Recientemente se terminó una inmensa fábrica de Ajinomoto en Brasil
para producir aspartame y otros productos tóxicos para toda la América del Sur.
El aspartame libera alcohol de metilo. El resultante envenenamiento de metanol crónico afecta el sistema de
dopamina del cerebro causando adicción. El metanol, o alcohol de madera,
constituye un tercio de la molécula del aspartame y es clasificado como un
severo veneno metabólico y narcótico. Es una droga que se hace pasar como un
aditivo. Interactúa con otras drogas, tiene un efecto sinergético y aditivo con
el MSG (mono sodium glutamato) y es un agente químico hiper sensibilizante.
A pesar
de que los fabricantes de aspartame dicen que su consumo es seguro para el ser
humano, diversos estudios realizados en los últimos años han demostrado que el
aspartame está asociado a dolores de cabeza, migrañas, mareos, tumores e
incluso cáncer.
Pruebas
iniciales de seguridad sugirieron que el aspartame causó tumor cerebral en
ratas. Como resultado el aspartame fue retirado en los Estados Unidos por
varios años.
Desde
entonces, se han publicado alrededor de 300 trabajos científicos relevantes,
donde la mayoría de estos informes, un 65 por ciento, fueron realizados por
investigadores de los propios laboratorios que lo producen. Los trabajos más
recientes auspiciados por la industria de edulcorantes artificiales continúan
mostrando las bondades de éstos, sin riesgos significativos para el ser humano;
y sólo el 35 por ciento de estudios por autores independientes han puesto en
evidencia que esta sustancia no solo es capaz de producir cáncer sino que,
además, tiene otros efectos nocivos potenciales que incluyen convulsiones,
depresión, dolores de cabeza, migraña y efectos paradójicos sobre el apetito.
En
1980, la FDA, convocó un Consejo Público de Investigación (PBOI), compuesto por
asesores independientes encargados de examinar y comprender la relación entre
el aspartame y el cáncer al cerebro. Sus conclusiones no fueron claras sobre si
el aspartame causa daño cerebral y recomendaron la no aprobación del aspartame.
En
1981, el comisionado para la FDA, Arthur Hull Hayes, recientemente designado
por el presidente Ronald Reagan, aprobó el aspartame para su uso limitado a los
alimentos sólidos, pero asociándolo estrechamente con la industria de edulcorantes
artificiales. Citó datos a partir de un sólo estudio japonés que no había sido
avalado por los miembros de la PBOI, como la razón para esta aprobación. Uno de
sus amigos íntimos era Donald Rumsfeld, ex secretario de defensa de los Estados
Unidos, y entonces el CEO de la compañía Searle.
La FDA
extendió su autorización en 1983 a los refrescos, y luego – en 1996 – como
edulcorante general. En 1994, también
fue aprobado para su uso general en la Unión Europea (Directiva CE 1994),
extendiéndose a la mayoría de los países.
Han
transcurrido más de 25 años desde que el aspartame fue aprobado por las
agencias reguladoras como un edulcorante artificial seguro para su uso general
en los humanos.
No
fueron probados los efectos del aspartame
en el ser humano antes de su aprobación por la FDA
en el ser humano antes de su aprobación por la FDA
Se
comercializan unos 6.000 productos conteniendo aspartame y cerca de 500
productos farmacéuticos, incluidos medicamentos de uso pediátrico, y unos 250
millones de personas de todo el mundo están actuando como conejillos de indias
sin saberlo, formando parte de un experimento que ya dura 40 años desde su
fabricación.
Desde
que la FDA aprobó el aspartame para su consumo, algunos investigadores han
sugerido que un aumento en la tasa de tumores de cerebro en los Estados
Unidos puede estar al menos, parcialmente relacionado con el incremento en la
disponibilidad y consumo del aspartame.
Investigaciones
recientes han mostrado un nexo claro entre esta sustancia y el cáncer, un nexo
que podría ser evidencia suficiente para que la FDA retire el aspartame del
mercado. Esta investigación ha llevado al Centro para las Ciencias en el
Interés Público, a clasificar el aspartame como una sustancia que debe ser
evitada en su Directorio de Cocina Química.
El
médico especialista en Endocrinología y Metabolismo y experto en Promoción de
la Salud Sergio Schlimovich precisó que el aspartame “es uno de los
edulcorantes artificiales más utilizados actualmente en todo el mundo”.
Precedido por la sacarina a principios de siglo y el ciclamato en los años
cincuenta, éstos últimos fueron prohibidos en la década del setenta en la
mayoría de los países por su acción cancerígena.
El Dr.
Ralph Walton, Profesor y Presidente del Departamento de Psiquiatría, de la
Northeastern Ohio Universities College of Medicine ha escrito acerca de los
problemas conductuales y psiquiátricos activados por la disminución de
serotonina causada por el aspartame: “El aspartame causa dolores de cabeza,
pérdida de memoria, ataques cardíacos, perdida de visión, coma y cáncer.
Empeora o imita los síntomas de tales enfermedades y condiciones como la
fibromialgia, MS, lupus, déficit de atención, diabetes, Alzheimer, fatiga
crónica y depresión”.
El
Neurocirujano Russell Blaylock, MD, autor de "Excitotoxinas: El Sabor que
mata"
(http://www.russellblaylockmd.com) escribió sobre la relación entre el
aspartame y degeneración macular, ceguera diabética y glaucoma. “Todas estas enfermedades neurodegenerativas se empeoran
gracias al aspartame. En suma, tenemos ahora evidencias que las excitotoxinas desempeñan
un papel mucho mayor en la exacerbación de la MS y otros desórdenes incluyendo
la neuralgia del trigémino”.
Blaylock
dice que los nuevos estudios muestran que las excitotoxinas activan la
elevación significante de los radicales libres en el revestimiento (células
endoteliales) de arterias, lo cual significa que el aspartame aumenta la
incidencia de ataques cardíacos y enfermedades cardíacas (arterosclerosis).
Los
efectos del aspartame están documentados por los propios informes de la FDA. En
1995 la agencia fue obligada, bajo el Acta de la Libertad de Información, ante
las denuncias presentadas, a publicar una lista de 92 síntomas asociados al
consumo de aspartame.
La
Comisión Europea (CE) ha pedido a las Autoridades Europeas de Seguridad de los
Alimentos (EFSA por sus siglas en inglés) acelerar la completa re-evaluación
del aspartame (aprobado en Europa bajo la denominación E951). Anteriormente se
había planeado que la re-evaluación se hiciera en el 2020. Esta re-evaluación se inició en enero 2013 y su resultado fue publicado en diciembre. Según el resultado de este estudio “el aspartame y sus productos de degradación son seguros para el consumo humano a los niveles actuales de exposición”.
En el curso de sus deliberaciones científicas,
el Panel encontró que había poca información disponible sobre el 5-bencil-3,
ácido acético (DKP) 6-dioxo-2-piperacina y otros productos de degradación que
pueden formarse del aspartame en los alimentos y bebidas cuando se almacenan
bajo ciertas condiciones. Por lo tanto la EFSA está haciendo un llamado
adicional para revisar la información sobre el DKP y los productos de
degradación del aspartame.
Composición química y efectos
El aspartame es una combinación química sintética compuesta por fenilalanina (50 por ciento), ácido aspártico (40 por ciento) y metanol (10 por ciento) y de acuerdo a sus detractores representa un riesgo por sus ingredientes.
Fenilalanina
El consumo de aspartame eleva los niveles de fenilalanina en la sangre. Altos niveles de este elemento en la sangre puede provocar que se concentre en ciertas partes del cerebro, siendo altamente peligroso para niños y fetos. Las pruebas de laboratorio han demostrado que niveles excesivos de fenilalanina causan una disminución en los niveles de serotonina, lo que lleva a trastornos emocionales, como la depresión.
Ácido aspártico
El ácido aspártico es considerado una excitotoxina, lo que significa que sobrestimula ciertas neuronas del cerebro hasta que mueren. Puede ocasionar también desequilibrios aminoácidos en el cuerpo y provocar la interrupción del normal metabolismo neuronal del cerebro.
Metanol
El metanol se distribuye por el cuerpo, incluyendo el cerebro, los músculos, la grasa y los tejidos nerviosos, para luego ser metabolizado en forma de formaldehído. El metanol es una neurotoxina peligrosa y reconocida por ser cancerígena, causando daño retinal en el ojo, interfiriendo en los procesos del ADN y provocando defectos de nacimiento.
Cuando el aspartame es expuesto al calor o almacenamiento prolongado, se descompone en metabolitos. Uno de estos productos de descomposición es la Dicetopiperazina (DKP), un metabolito tóxico que por lo general no se encuentra en nuestra alimentación. Los efectos de estos metabolitos son desconocidos.
Efectos del aspartame sobre el cerebro
Desde hace décadas los investigadores han señalado que el aspartame puede ser responsable de dolores de cabeza, pérdida de memoria, cambios de humor, y también de depresión. Muchas quejas de los consumidores y las pruebas fehacientes de su consumo, los respaldan. Por ejemplo, el aspartame representa más del 75% de todas las reacciones adversas a la amplia gama de aditivos alimentarios denunciadas a la FDA. Tales problemas reportados incluyen dolores de cabeza, migrañas, problemas con la visión, zumbido de oídos, depresión, dolor en las articulaciones, insomnio, palpitaciones del corazón, y los espasmos musculares.
Una investigación de la Universidad de Dakota del Norte, publicada en Research in Nursing & Health en junio 2014, puso a prueba los límites de seguridad del aspartame tomado sólo durante un corto período de tiempo.
Descubrieron que al ingerir sólo la mitad de la ingesta diaria admisible “calificada como segura” por la FDA, el aspartame causó cambios neuroconductuales alarmantes que incluían el deterioro cognitivo, los estados de ánimo irritables y depresión.
La investigación se llevó a cabo mediante la contratación de 28 estudiantes universitarios sanos para un ensayo ciego, con una duración de cuatro semanas. Los participantes fueron alimentados con tres comidas y dos refrescos durante 8 días. La investigación consistía en dos dietas distintas con un periodo de “limpieza” de 2 semanas entre ambas dietas, una de ellas fue medida para contener altas cantidades de aspartame (25 mg / kg de peso corporal / día) y otra con una menor cantidad de aspartame (10 mg / kg de peso corporal / día).
Después de los primeros 8 días, los participantes entraron en un período de lavado de 2 semanas y luego se cambiaron a la otra dieta. Los alimentos que se les dieron que contenían aspartame incluían yogur, helados, jaleas y jarabes, gelatinas, bebidas y postres.
El Aspartame deteriora la cognición
La investigación concluyó que las habilidades de orientación espacial se redujeron significativamente para los participantes después de consumir una dieta alta en aspartame cuando se compara con el período de aspartame bajo. Esto está en consonancia con un estudio anterior de 90 estudiantes universitarios, entre los que se encontraban usuarios que consumían dietas ricas en aspartame, y reportaron fallos de memoria más largos que los estudiantes que no consumieron este aditivo.
El Aspartame provoca depresión y estado de ánimo irritable
En el estudio no se vio que los estudiantes tuvieran síntomas de depresión después de comer la dieta baja en aspartame. Sin embargo los estudiantes después de la dieta alta en aspartame, sí empezaron a tener síntomas de depresión. Los participantes también mostraron significativamente más irritabilidad después de consumir la dieta alta en aspartame.
Los investigadores creían que estos resultados fueron consistentes con un estudio anterior a ciegas, aleatorio, cruzado; que se llevó a cabo para demostrar la depresión severa y se relacionó directamente con el aspartame. Este estudio se hizo con 40 participantes que tenían depresión y 40 participantes que no tenían depresión, y se les dio comida con contenidos aún más altos de aspartame (30 mg / kg de peso corporal / día). Sorprendentemente ese estudio tuvo que ser interrumpido antes de tiempo debido a varias reacciones adversas graves sufridas por los participantes deprimidos que consumieron aspartame.
Los investigadores observaron que en realidad es la composición química del aspartame la responsable de sus efectos sobre el cerebro. El aspartame genera ácido aspártico – conocido por ser un neurotransmisor excitatorio –, fenilalanina y metanol. El metanol, que es también conocido como alcohol de madera, se convierte en formaldehído.
Otros investigadores han encontrado una relación entre los aumentos sustanciales en fenilalanina y ácido aspártico, y las reducciones en la producción de dopamina y serotonina después de la ingestión de aspartame.
Estos investigadores señalan que existen relativamente pocos estudios clínicos hasta ahora para medir los efectos neuroconductuales de consumo de aspartame a corto plazo. Se necesita más investigación, especialmente sobre los efectos a largo plazo del uso diario del aspartame.
El aspartame es una combinación química sintética compuesta por fenilalanina (50 por ciento), ácido aspártico (40 por ciento) y metanol (10 por ciento) y de acuerdo a sus detractores representa un riesgo por sus ingredientes.
Fenilalanina
El consumo de aspartame eleva los niveles de fenilalanina en la sangre. Altos niveles de este elemento en la sangre puede provocar que se concentre en ciertas partes del cerebro, siendo altamente peligroso para niños y fetos. Las pruebas de laboratorio han demostrado que niveles excesivos de fenilalanina causan una disminución en los niveles de serotonina, lo que lleva a trastornos emocionales, como la depresión.
Ácido aspártico
El ácido aspártico es considerado una excitotoxina, lo que significa que sobrestimula ciertas neuronas del cerebro hasta que mueren. Puede ocasionar también desequilibrios aminoácidos en el cuerpo y provocar la interrupción del normal metabolismo neuronal del cerebro.
Metanol
El metanol se distribuye por el cuerpo, incluyendo el cerebro, los músculos, la grasa y los tejidos nerviosos, para luego ser metabolizado en forma de formaldehído. El metanol es una neurotoxina peligrosa y reconocida por ser cancerígena, causando daño retinal en el ojo, interfiriendo en los procesos del ADN y provocando defectos de nacimiento.
Cuando el aspartame es expuesto al calor o almacenamiento prolongado, se descompone en metabolitos. Uno de estos productos de descomposición es la Dicetopiperazina (DKP), un metabolito tóxico que por lo general no se encuentra en nuestra alimentación. Los efectos de estos metabolitos son desconocidos.
Efectos del aspartame sobre el cerebro
Desde hace décadas los investigadores han señalado que el aspartame puede ser responsable de dolores de cabeza, pérdida de memoria, cambios de humor, y también de depresión. Muchas quejas de los consumidores y las pruebas fehacientes de su consumo, los respaldan. Por ejemplo, el aspartame representa más del 75% de todas las reacciones adversas a la amplia gama de aditivos alimentarios denunciadas a la FDA. Tales problemas reportados incluyen dolores de cabeza, migrañas, problemas con la visión, zumbido de oídos, depresión, dolor en las articulaciones, insomnio, palpitaciones del corazón, y los espasmos musculares.
Una investigación de la Universidad de Dakota del Norte, publicada en Research in Nursing & Health en junio 2014, puso a prueba los límites de seguridad del aspartame tomado sólo durante un corto período de tiempo.
Descubrieron que al ingerir sólo la mitad de la ingesta diaria admisible “calificada como segura” por la FDA, el aspartame causó cambios neuroconductuales alarmantes que incluían el deterioro cognitivo, los estados de ánimo irritables y depresión.
Después de los primeros 8 días, los participantes entraron en un período de lavado de 2 semanas y luego se cambiaron a la otra dieta. Los alimentos que se les dieron que contenían aspartame incluían yogur, helados, jaleas y jarabes, gelatinas, bebidas y postres.
El Aspartame deteriora la cognición
La investigación concluyó que las habilidades de orientación espacial se redujeron significativamente para los participantes después de consumir una dieta alta en aspartame cuando se compara con el período de aspartame bajo. Esto está en consonancia con un estudio anterior de 90 estudiantes universitarios, entre los que se encontraban usuarios que consumían dietas ricas en aspartame, y reportaron fallos de memoria más largos que los estudiantes que no consumieron este aditivo.
El Aspartame provoca depresión y estado de ánimo irritable
En el estudio no se vio que los estudiantes tuvieran síntomas de depresión después de comer la dieta baja en aspartame. Sin embargo los estudiantes después de la dieta alta en aspartame, sí empezaron a tener síntomas de depresión. Los participantes también mostraron significativamente más irritabilidad después de consumir la dieta alta en aspartame.
Los investigadores creían que estos resultados fueron consistentes con un estudio anterior a ciegas, aleatorio, cruzado; que se llevó a cabo para demostrar la depresión severa y se relacionó directamente con el aspartame. Este estudio se hizo con 40 participantes que tenían depresión y 40 participantes que no tenían depresión, y se les dio comida con contenidos aún más altos de aspartame (30 mg / kg de peso corporal / día). Sorprendentemente ese estudio tuvo que ser interrumpido antes de tiempo debido a varias reacciones adversas graves sufridas por los participantes deprimidos que consumieron aspartame.
Los investigadores observaron que en realidad es la composición química del aspartame la responsable de sus efectos sobre el cerebro. El aspartame genera ácido aspártico – conocido por ser un neurotransmisor excitatorio –, fenilalanina y metanol. El metanol, que es también conocido como alcohol de madera, se convierte en formaldehído.
Otros investigadores han encontrado una relación entre los aumentos sustanciales en fenilalanina y ácido aspártico, y las reducciones en la producción de dopamina y serotonina después de la ingestión de aspartame.
Estos investigadores señalan que existen relativamente pocos estudios clínicos hasta ahora para medir los efectos neuroconductuales de consumo de aspartame a corto plazo. Se necesita más investigación, especialmente sobre los efectos a largo plazo del uso diario del aspartame.
Yogures
Goma de
mascar
Salsas
de cocina
Patatas
fritas
Edulcorante
de mesa
Bebidas
en polvo
Aguas
saborizadas
Productos
sin azúcar
Cereales
Los productos anteriormente mencionados son sólo algunos de los muchos que contienen aspartame. A pesar de la gran cantidad de evidencia obtenida a través de los años demostrando que el aspartame es una toxina peligrosa, se ha mantenido en el mercado mundial, con la excepción de unos pocos países que lo han prohibido.
En respuesta a la creciente conciencia sobre los peligros de los edulcorantes artificiales, Ajinomoto – fabricante del aspartame – se convierte a una nueva estrategia maliciosa que pretende engañar a público con el cambio de nombre y de marketing para comercializarlo como (edulcorante) natural. El edulcorante artificial aspartame ahora ha sido rebautizado y llamado “AminoSweet”.
¿ Cómo evitar el aspartame ?
Hoy en día el aspartame se encuentra en muchos productos comunes por lo que es cada vez más difícil evitarlo por completo. Se debe leer meticulosamente las etiquetas de todos los alimentos envasados.
Probar en su lugar la Stevia. Es un endulzante completamente natural hecho directamente de las hojas de una planta originaria de América del Sur. También se la conoce como “sweetleaf” o “azúcar verde”. La stevia está libre de calorías.
Imagen: aspartame-stevia
La miel y el xilitol son otras buenas alternativas naturales.
No sabiendo a qué atenerse con respecto al aspartame, el mejor consejo que se podría dar sería sin dejar de consumirlo, por lo menos de limitarlo, con el fin de aplicar el principio de precaución. La reacción en respuesta al consumo de aspartame puede diferir de una persona a otra y si el aspartame provoca en un consumidor una reacción de intolerancia cualquiera que sea, se le aconseja evitar esta sustancia en el futuro.
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