El
síndrome de la adicción a Internet y a las redes sociales es cada día más
latente en una sociedad donde la tecnología avanza a pasos agigantados y se
pasa muchas horas del día frente a una computadora, y donde la familia pasa a
un segundo lugar.
Quizá
las personas se sienten estimuladas al visitar tales redes, al encontrar
amigos, al observar las fotografías de otros, al compartir con los demás, al
exponer su vida (especialmente sus logros) y recibir respuestas inmediatas de
ellos, lo que refuerza su conducta, lo gratificante que puede ser un
comentario, un saludo de cumpleaños, un cumplido, etc. Algunas personas pueden
desinhibirse más rápidamente, pueden llegar a ser populares, sentirse
importantes, compartir sueños y momentos vividos, crear perfiles idealizados,
proyectándose a lo que desean ser y no lo que son en realidad, decir a todos
que existen. En este contexto es importante analizar el uso que se le dé al
medio virtual para que no se torne peligroso, ya que existe una línea muy fina entre la diversión y la adicción.
Las personas más vulnerables de hacer que su vida
social gire en torno a las redes sociales son los adolescentes, por su flexibilidad en la adaptación, porque en esta edad es
importante sentirse aprobados, y por su deseo de interactuar de alguna forma
con otra gente; igualmente las amas de casa, que encuentran en la red un alivio
frente al cansancio y rutina a la que se ven sometidas día a día; así como
también las personas que no tienen fijadas metas a largo plazo, con miedo al
fracaso personal, con baja autoestima, y quienes sienten una necesidad de
aparentar y publicar indiscriminadamente su intimidad.
Esta es
una de las adicciones que está afectando a cientos de familias en el mundo y
que sin darse cuenta, está alejando a los padres de sus hijos o viceversa. Una
problemática que se suma negativamente a las ya conocidas de alcohol y
alucinógenos.

Internet
permite crear una personalidad virtual modificando las propias características
físicas que en el mundo real son inamovibles. Es una forma de reinventarse a sí
mismo, de cubrir necesidades psicológicas previamente no afrontadas
enmascarando la inseguridad interpersonal.
Se incluye una serie de desórdenes psicológicos relacionados:
*
Compulsión por actividades en línea : las subastas, la navegación web, el juego
de azar, los juegos.
* Adicción a tener sexo virtual : la búsqueda compulsiva de sexo y relaciones
disfuncionales.
* Adicción a los encuentros amorosos en la red o cyber-romances.
Los
síntomas más comunes son:
* Estar
pendiente de qué hacen o dicen los amigos.
* Revisar la lista de contactos para ver si ya están en las redes sociales o
buscarlos permanentemente para que hagan parte de la misma.
* Comprar un equipo portátil, Iphone, Smartphone, Tablet o similar, únicamente
para estar conectado todo el tiempo a las redes sociales.
* Mantener revisando constantemente la cuenta de Facebook o publicando en Twitter
comentarios antes de hacer cualquier otra tarea regular.
* Actualizar el estado con frecuencia y etiquetar a los amigos en las fotos
publicadas.
* Pasar
horas y horas sin darse cuenta que no se ha hecho nada, excepto navegar en
Facebook o publicar trinos en Twitter y buscar interacción en las mismas.
* El
sueño deja de ser importante y las horas de dormir se han reducido y se está
durmiendo menos que de costumbre, solo por estar conectado.
* Navegar
permanentemente en los perfiles de los amigos haciendo clic continuo en “me
gusta”
La adicción de los adolescentes a Internet disminuye la conectividad del cerebro
Investigadores de la Universidad de Seul en Corea del Sur, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Frontiers in Human Neuroscience en 2013, han estudiado el modo en que se relaciona esta conducta adictiva con el cerebro, como por ejemplo sobre qué es lo que sucede en los circuitos que unen la corteza con esas áreas estriadas.
Concretamente parece que la corteza prefrontal y el cuerpo estriado muestran diferencias tanto en su estructura como en su funcionamiento cuando se comparan con los de personas sin adicción a internet.
El experimento ha contado con la participación de 14 adolescentes con trastorno de adicción a internet y de 15 adolescentes sanos como grupo de control. Los investigadores han empleado resonancia magnética funcional en reposo y han realizado evaluaciones neuropsicológicas a todos los participantes, incluyendo variables como la impulsividad, la gestión del tiempo o los trastornos emocionales relacionados con la ansiedad.
Los resultados mostraron que existen patrones de conexión diferentes entre en los circuitos que unen diferentes áreas del cerebro. Se encontró una menor conectividad entre distintas zonas de estructuras como el núcleo estriado o el núcleo caudado con áreas del cíngulo, el tálamo o el giro frontal inferior. También se registró mayor conectividad entre una estructura conocida como putamen y una zona de la corteza cingulada.
Encontraron que hay conexiones alteradas entre las estructuras dedicadas al procesamiento de las emociones, de la motivación y de procesos mentales como el control cognitivo. Además, las alteraciones en la conectividad neural correlacionaron significativamente con el resultado en los test neuropsicológicos, mostrando una relación entre lo observado a nivel neural y el comportamiento de los adolescentes con adicción a internet.
Estos resultados muestran que adicciones sin productos, la adicción a Internet es un ejemplo, van a alterar el carácter funcional de las conexiones cerebrales. Hasta ahora se encontraban estas anomalías sólo en sujetos dependientes de la heroína o de la cocaína.
Por otra parte la adolescencia representa un momento privilegiado para el densificación y la estabilización de las conexiones cerebrales. Si los circuitos son alterados de forma duradera, las consecuencias estarán presentes en la edad adulta.
1. Desactivar las notificaciones por email

2. Borrar el muro
Esto si
puede ser radical para la mayoría de viciosos. Las opciones de privacidad de
Facebook permiten al usuario impedir que el contenido de su muro sea visto por
otras personas. De todos modos puedes estar en contacto con tus amigos vía
inbox.
3. Instalar un plugin de limitación de tiempo
Chrome
Nanny, es un plugin del navegador Google Chrome que permite al usuario limitar
el tiempo de conexión a Facebook u otros websites a las horas o minutos que
éste especifique previamente. Tal vez una hora al día sea suficiente.
4. Usar grupos privados de Facebook con los amigos y
la familia
Esta
medida es lo mínimo que deberíamos hacer para no desarrollar o para controlar
una adicción. Creando grupos privados podemos diferenciar la información que es
realmente significativa. Pero hay que tener verdadera determinación para
mantenerse fiel a esta política.
Con la
mayoría de nuestros contactos no tenemos una verdadera relación o sencillamente
son meros desconocidos.
6. Desconectarse del chat
De este
modo nadie nos va a hablar y distraer. Además, Facebook aun no logra hacerlo
funcionar bien. Es frustrante cuando se le desactiva a una de las partes en
plena conversación.
Facebook no es sólo una herramienta para el entretenimiento sino que también puede ser una herramienta muy útil de información. Sólo hay que aprovecharlo adecuadamente.
Facebook no es sólo una herramienta para el entretenimiento sino que también puede ser una herramienta muy útil de información. Sólo hay que aprovecharlo adecuadamente.
Perder
la noción del tiempo en la red, conectarse a altas horas de la noche o sentirse
ansioso cuando no se navega pueden ser síntomas de que una persona es adicta a
Internet, pero además en algunos casos esa adicción puede enmascarar una
profunda depresión.
En
opinión de Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la
Universidad del País Vasco, autor de ¿Adicciones
sin drogas? Las nuevas adicciones y Adicción a las nuevas tecnologías en
adolescentes y jóvenes, esta adicción se diagnostica por señales de alarma,
como perder la noción del tiempo, levantarse al baño a media noche y conectarse
a Internet, o reaccionar negativamente si un familiar sugiere que tiene un
problema. La red permite crear un mundo de fantasía, una identidad
ficticia y un tipo de relaciones sociales que mejoran el estado de ánimo
de la persona con baja autoestima, hasta el punto de que puede llegar a
sentirse "eufórica".
El perfil más frecuente de estos adictos es el
de una persona que se rechaza a sí misma y que es solitaria o aburrida o con
relaciones sociales o familiares pobres, que se ha divorciado o no se lleva
bien con sus hijos. Las aplicaciones más interactivas actúan como vía de escape
de estos problemas: videojuegos multijugador, redes sociales y chats son las
que crean más adicción.
Sin
embargo, este problema puede ocultar una depresión. En este sentido, el experto
cree que Internet puede funcionar como una "autoterapia a corto
plazo" que mejora el estado de ánimo del paciente, pero que, con el
tiempo, empeora su situación.
En
algunos casos, la dependencia de Internet puede ser resultado de una depresión
previa, mientras que en otras ocasiones, conectarse de una forma abusiva puede
degenerar en una depresión.
De una
forma u otra, el paciente termina percatándose de que se ha convertido en un
"esclavo de la red" y que ese mundo que ha construido es ficticio, lo
que le genera un sentimiento de culpa o vergüenza. Y es precisamente este
remordimiento el que le impide pedir ayuda.
Cuando
los adictos por fin acuden a la consulta ya sufren un nivel de deterioro
muy grande: su pareja les ha abandonado, han perdido su trabajo o se han metido
en un problema económico serio.
Como el
resto de las adicciones, el reconocimiento del problema es el primer paso del
tratamiento. Para ello, se recomienda a los familiares que no les recriminen
esa conducta, sino que les ayuden a ver que tienen un problema, señalándoles
los datos objetivos.
El
tratamiento consiste en generar nuevos hábitos en el adicto, como fomentar la
realización de otras actividades en los horarios en los que solía conectarse;
entre ellas ir al gimnasio o inscribirse en un taller.
En el
caso de que la adicción aparezca con una depresión, los expertos recomiendan
tratar primero la depresión y prevenir consecuencias dramáticas como el
suicidio, y afrontar la adicción cuando el estado de ánimo del paciente vaya
mejorando.
Test de adicción a Internet desarrollado por el Dr Young del Center for Internet Addiction (en inglés) :
http://netaddiction.com/internet-addiction-test/
http://netaddiction.com/internet-addiction-test/
Internet modifica el cerebro
Las redes sociales deprimen
Uso excesivo de las nuevas tecnologías afecta la salud
Los niños y el uso de videojuegos y pantallas interactivas
El uso de teléfonos inteligentes – Smartphone – modifica el cerebro
El ejercicio físico mejora el funcionamiento del cerebro
Cambio cerebral causado por la tecnología
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Uso excesivo de las nuevas tecnologías afecta la salud
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