Actualización : Setiembre 7, 2019
A principios de los años 90
salieron al mercado los pesticidas neonicotinoides, con el descubrimiento del imidacloprid. Se utilizan en pequeñas dosis, muy eficaces remplazan los insecticidas ya existentes, siendo hasta 8.000 veces más tóxicos que el DDT. Actúan en el sistema nervioso central de los insectos y, con menor
toxicidad, en vertebrados (aves y mamíferos). Son los plaguicidas más utilizados en el mundo de hoy.
Los neonicotinoides
emplean un agente nervioso, similar a la nicotina producida por las plantas de tabaco, para combatir las plagas de los cultivos. Se han
vuelto comunes debido en parte a la facilidad de su uso. Se utilizan para
proteger los cultivos de la colza, el maíz, el girasol o remolacha azucarera
frente a los pulgones y otros insectos chupadores de savia. Se aplican como
cobertura en la semilla o como gránulos en el suelo. Como son solubles en agua,
al crecer la planta los absorbe y disemina por sus tejidos. De esta manera
cuando el insecto se alimenta de savia, estas sustancias presentes en ella
interrumpen la transmisión de impulsos entre sus células nerviosas causando su
muerte.
El problema es que estas
sustancias también llegan al néctar y al polen, precisamente el alimento de
muchos polinizadores.
Estos pesticidas tienen los siguientes nombres comerciales : Roundup,
Gaucho, Prestige, Admire, Marathon, Cruiser y Platinum. Pero estos nombres
pueden cambiar de unos países a otros.
Los pesticidas
sistémicos y la biodiversidad
En los últimos años la evidencia acumulada muestra que los
neonicotinoides puede ser al menos
parcialmente responsable de la disminución de abejas y el colapso de los
polinizadores. Los neonicotinoides
actúan sobre el sistema nervioso
central de los insectos. En muchos casos, las abejas intoxicadas mueren al
regresar a la colmena, pero en otros muchos los insecticidas provocan que la
abeja no sea siquiera capaz de volver, al desorientarse.
Una reciente revisión independiente por 29 científicos a través de
la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) encontró
pruebas suficientes del daño que produce el uso de neonicotinoides, tal como
para justificar una acción urgente. En 800 estudios analizados, los
investigadores encontraron que los
neonicotinoides no solo están perjudicando abejas, mariposas y otros
polinizadores, sino también las lombrices de tierra, pájaros, caracoles y otros
invertebrados.
En un estudio de la Universidad de Radboud difundido en julio
2014, los investigadores encontraron que cuando las muestras de agua mostraron altos niveles de contaminación de
imidacloprid, debido al uso del pesticida neonicotinoide, las poblaciones de
aves se desplomaron.
Proceso de Polinización de las Flores. Uno de los insectos más importantes para el ‘Ciclo de la Vida’ son
las abejas, ya que desempeñan un
papel muy importante en la naturaleza, realizando el transporte necesario que
forma parte del proceso de polinización
de las flores, que luego permite a las plantas la posibilidad de fabricar sus
propias semillas en el proceso
de reproducción de las especies
vegetales.
Una tercera parte de nuestros alimentos dependen de la
polinización de los insectos, principalmente las abejas. Sin abejas,
ecosistemas enteros, agricultura y producción de alimentos estarían en riesgo. la producción de una parte importante de la
agricultura caería brutalmente sin las abejas y otros polinizadores.
¿ Cómo serían los
supermercados sin las abejas ?
La cadena de supermercados Whole Foods, especializada en productos
orgánicos, imaginó cómo serían sus puestos si las abejas desaparecieran. Uno de
sus supermercados situado en Providence (Rhode Island) hizo el ejercicio de
fotografiar una parte de sus dependencias en dos momentos. Primero, tal y como
están hoy en día. Después suprimiendo aquellos productos que no habrán el día
que las abejas dejen de polinizar las plantas que los producen. El resultado es
espectacular, tal y como puede apreciarse comparando unas y otras instantáneas.
Habría muchos espacios vacíos. Los que hoy ocupan manzanas, cebollas,
aguacates, zanahorias, mangos, limones, limas, melones, calabacines,
berenjenas, pepinos, apio, coliflores, puerros, coles, brocolis... que serían
mucho más difíciles de encontrar si no existiesen los polinizadores.
Según datos de la FAO de 100 cultivos que dan el 90% de los
alimentos del mundo, 71 son polinizados por abejas. En Europa el 84% de las
especies de 264 cultivos son polinizados por insectos. Lo mismo cabe decir del
impacto que podría tener sobre la flora silvestre. Miles de especies vegetales
existen gracias a los insectos. Nada menos que el 87% de las plantas con flores del mundo dependen de insectos para la
polinización.
Están cayendo las poblaciones de abejas y otros polinizadores. En
especial en zonas como Norteamérica y Europa, aunque también en otras áreas
como China o Egipto.
Greenpeace publicó en 2013 el informe “El declive de las abejas. Peligros para los polinizadores y la
agricultura en Europa”. En este documento, la organización ecologista
realiza una revisión científica de los principales factores que están
provocando el declive de las abejas.
El dramático descenso general global en las poblaciones de abejas
es el resultado de múltiples factores, como las enfermedades y los parásitos,
el cambio climático y muchas prácticas de la agricultura industrial. Dentro de
estas últimas, las evidencias científicas recogidas por Greenpeace destacan el
papel mortal de algunos plaguicidas, entre los que se encuentran los neonicotinoides.
La Autoridad
Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) relaciona los
pesticidas neocotinoides con la muerte masiva de las abejas
La EFSA se ha centrado en tres productos – tiametoxam,
imidacloprid y clotianidina –, de la familia de los neonicotinoides
comercializados en Europa por Bayer y Syngenta, evaluando sus efectos en
determinados puntos de contacto con las abejas, recomendando que se limite su
uso en determinados cultivos de girasol, colza, algodón y maíz, sobre cuyas
semillas se aplican antes de la siembra. Por ejemplo, la autoridad europea
considera inaceptable el uso de estos pesticidas sobre cultivos donde el polen
y el néctar sean atractivos para las abejas.
La Comisión Europea prohíbe por dos años el uso de los tres
pesticidas. El veto comenzó el 1 de diciembre 2013 y se basó en un informe de
la Agencia europea de seguridad alimentaria.
Al finalizar las evaluaciones
de riesgos, la EFSA, en cooperación con expertos científicos de los Estados miembros
de la Unión europea, comunicó las conclusiones siguientes para las tres
sustancias:
* Exposición al polen y al
néctar : sólo la utilización en cultivos que no atraigan las abejas se consideró
aceptable.
* Exposición al polvo : se señaló
un riesgo para las abejas, o no pudo ser excluido, con ciertas excepciones
tales como la utilización sobre las remolachas azucareras y los cultivos en
invernadero, así como la utilización de algunos gránulos.
* Exposición a la gutación : la única evaluación de riesgos
concierne el maíz tratado con el tiametoxam. A este respecto, los estudios
sobre el terreno demuestran un efecto agudo sobre las abejas expuestas a la
sustancia a través de la gutación (gotas de agua).
Teniendo en cuenta la importancia de las abejas en el ecosistema y
la cadena alimentaria, así como los múltiples servicios que procuran a los
seres humanos, su protección es esencial. En el ámbito de su misión, que
consiste en mejorar la seguridad de los alimentos de la UE y en garantizar un
nivel elevado de protección de los consumidores, la EFSA desempeña un papel
importante al garantizar su supervivencia.
Riesgos de los
pesticidas para la salud humana
Los investigadores consideran que esos productos suponen una
amenaza para las poblaciones de abejas y por tanto para el ser humano, el que habita cerca de los cultivos así
tratados y el que luego ingiere esa producción y la de las abejas.
La infiltración de productos de tratamiento se encuentran en aguas superficiales y subterráneas.
Sin darse cuenta, muchos jardineros son responsables de una parte de la contaminación del agua. Estos
residuos, incluso en muy pequeñas cantidades ingeridas diariamente pueden ser
peligrosos para la salud.
Recientes publicaciones informan sobre el impacto de estos
pesticidas en la salud humana
Diferentes informes científicos confirman el riesgo de estas
sustancias que actúan en dosis muy bajas y pueden alterar el equilibrio
hormonal y la regulación del desarrollo embrionario, provocando efectos
adversos sobre la salud, incluyendo cáncer (mama, ovarios, testículos, etc.),
daños al sistema reproductor, obesidad, diabetes, daños neurológicos y otras
graves enfermedades crónicas.
El glifosato contamina
el organismo
Según un estudio de la universidad de Leipzig, de acuerdo a un
artículo publicado en el Journal Ithaca
de Alemania, informado por GM Watch en enero 2012, se encontró concentraciones
importantes de glifosato, el ingrediente principal del Roundup, en las muestras
de orina de la gente de la ciudad. Los análisis de las muestras de orina
arrojaron que todas tenían concentraciones de glifosato de 5 a 20 veces mayor
que el límite para el agua potable.
Además de ser usado cada vez más en la producción de alimentos,
los herbicidas a base de glifosato son rociados ampliamente en líneas
ferroviarias, pavimentos urbanos y bordes de carreteras, como también en
escuelas. También es ampliamente usado por jardineros particulares.
El glifosato es la principal substancia activa usada en los
herbicidas comerciales más comunes. Envenena no solo las plantas, sino también
animales y personas.
El herbicida más usado que contiene glifosato es el llamado
“Roundup”, de Monsanto. Desde que vencieron las patentes para el glifosato,
varias otras compañías agroquímicas como Syngenta, Bayer, Nufarm y Dow
AgroScience han estado fabricando y comercializando herbicidas que lo
contienen. A la fecha, aproximadamente la mitad de las 800.000 toneladas de
glifosato fabricadas al año en el mundo se produce en China.
El glifosato es un herbicida sistémico de acción de amplio
espectro que mata casi todas las plantas verdes. Dependiendo del rango de
metabolismo, las plantas afectadas mueren completamente al cabo de unos pocos
días.
Monsanto, Bayer y otras corporaciones manipulan genéticamente las
cosechas para que sean resistentes al glifosato. Así, plantaciones de maíz,
soya o canola genéticamente manipuladas pueden ser rociadas con glifosato para
exterminar las malezas entre cosechas.
Este método, sin embargo, resulta en un residuo de glifosato en la
cosecha, el cual después entra en la cadena alimenticia de animales y humanos.
las cosechas son rociadas directamente poco antes de ser cosechadas para
facilitar la misma al matar uniformemente todas las plantas vivientes. El
método facilita el secado de la cosecha así como también remueve toda maleza
para el próximo período de siembra, y se ha convertido en una práctica común en
papas, cereales, canola y legumbres.
Para las papas, al rociar herbicidas en el predio inmediatamente
antes de la cosecha, endurece la piel y reduce la susceptibilidad al tizón
tardío y la germinación, la cual mejora la “vida de supermercado”. El
componente activo del herbicida entra directamente a la papa a través de las
hojas: sin embargo, la descomposición del veneno se lleva a cabo en el cuerpo
del consumidor.
Respecto a los cereales, justo antes de ser cosechados, trillados
y vendidos a las panaderías, el herbicida es rociado directamente al grano
varios días antes de ser vendido como alimento concentrado.
Riesgos para la Salud del Glifosato
La detección del glifosato es relativamente difícil y solo puede
ser conducido – por el momento – en unos cuantos laboratorios especializados.
El glifosato en el suelo es altamente absorbido y adherido a partículas del
suelo. Inhibe las bacterias útiles y mata las algas, resultando en un
incremento de la prevalencia de hongos fitopatógenos. En ciertas
circunstancias, el glifosato puede afectar la microflora del tracto
gastrointestinal de humanos y animales.
A principios del 2009, el profesor Gilles Seralini y su equipo de
la Universidad de Caen fueron capaces de probar que incluso pequeñas cantidades
de Roundup llevan a la muerte de cultivos de células humanas. Seralini concluyó
que la típica presencia de glifosato en cosechas desecadas, así como también en
alimento humano y animal, causaba daños a las células.
Según un estudio dirigido por Rick Relyea, de University of
Pittsburgh, este pesticida puede producir cambios en vertebrados. Se ha
comprobado que sucede, al menos, en los anfibios. Ha demostrado que
concentraciones sub-letales, pero medio-ambientalmente relevantes, de este
herbicida provoca cambios morfológicos en dos especies de anfibios. Este
estudio demostraría que un pesticida puede inducir cambios morfológicos en
vertebrados.
Esto es importante porque los anfibios no sólo sirven como
barómetros de la salud del ecosistema, sino además como indicadores de peligros
potenciales sobre otras especies en la cadena alimenticia, incluidos los
humanos.
El glifosato puede perturbar el sistema endocrino, lo que puede
tener consecuencias irreversibles en ciertas fases del desarrollo, como el
embarazo. En las regiones de América del Sur donde se cultiva la soya, el
número de malformaciones congénitas aumentó. En un estudio realizado en
Paraguay se comprobó que las mujeres que viven a menos de un kilómetro de los
campos sobre los cuales se esparce el glifosato, tienen más de dos veces mayor
riesgo de tener bebés deformes.
En Ecuador y Colombia, donde se utilizaron herbicidas a base de
glifosato para controlar la producción de cocaína, hubo una tasa más elevada de
alteraciones genéticas y de abortos durante la temporada de esparcimiento.
Chaco es una región de Argentina donde se cultiva la soya. Las tasas de cáncer se
multiplicaron por 4 durante los últimos diez años.
Impacto sobre el sistema
nervioso
La Autoridad europea de seguridad alimentaria en el informe
publicado en 2013 ha encontrado que una clase de pesticidas utilizados en los
cultivos previamente vinculados con las muertes masivas de abejas también es
intrínsecamente perjudicial para los seres humanos.
Investigadores de la EFSA determinaron que los pesticidas
neonicotinoides – acetamiprid y imidacloprid, en particular – obstruyen el
normal desarrollo y función del sistema nervioso humano, así como las
estructuras cerebrales de daños y funciones asociadas con el aprendizaje y la
memoria.
Siguiendo indicaciones de la Comisión Europea, la EFSA ha
elaborado un informe científico sobre el potencial de estos dos insecticidas
para dañar el sistema nervioso humano, particularmente el cerebro, durante su
desarrollo.
El informe se ha basado en un estudio realizado en Japón y otros
datos disponibles sobre la potencial neurotoxicidad para los humanos y
especialmente en el desarrollo cerebral de los niños.
Basándose en estos datos, la EFSA considera que los niveles de
referencia establecidos para una exposición aceptable al acetamiprid y al
imidacloprid pueden no ser suficiente protección contra la neurotoxicidad en el
desarrollo y que deben ser reducidos.
Vínculo entre autismo y pesticidas
Según un estudio realizado por investigadores de la universidad
Davis en California publicado en Environmental
Health Perspectives en junio 2014, una mujer embarazada que vive cerca de
una granja donde se utilizan pesticidas corre un riesgo 66% mayor de tener un hijo
autista.
Esta investigación examina la asociación entre el hecho de vivir
cerca de un lugar donde se utilizan pesticidas y los nacimientos de niños
autistas, aunque no deduce una relación de causa y efecto.
El autismo es un trastorno del desarrollo que actualmente afecta a
uno de cada 68 niños en Estados Unidos. Una cifra en aumento en comparación con
el año 2000, cuando este trastorno afectaba a uno de cada 150 niños
estadounidenses.
Los investigadores compararon datos sobre la utilización de
pesticidas en California en el domicilio de 1.000 personas que participaban en
un estudio sobre familias con hijos autistas. Constaron que varios tipos de
pesticidas fueron utilizados, en su mayoría cerca de viviendas donde los niños
desarrollaron autismo o trastornos cognitivos.
Aproximadamente un tercio de los participantes del estudio vivía a
entre 1,25 y 1,75 kilómetros del lugar donde los pesticidas fueron utilizados.
Los investigadores descubrieron también que los riesgos eran mayores cuando el
contacto con el pesticida se producía entre el segundo y tercer mes de
embarazo. El desarrollo del cerebro del feto podría ser particularmente
sensible a los pesticidas.
El glifosato tiene efectos devastadores en el cerebro y la microbiota intestinal
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Rennes 1, publicado en junio 2019 en el Journal of Neuroendocrinology, constata que además de sospechar regularmente que el glifosato es cancerígeno, también puede tener un impacto en nuestro comportamiento.
El estudio se realizó en ratas hembras preñadas. Al ingerir Roundup 3+ desde el nacimiento de sus crías, los investigadores pudieron observar un comportamiento de lamido significativamente mayor. Esta lamida es una etapa clave en el desarrollo de una rata joven, y la alteración de esta última revela toda la influencia que puede tener un producto dañino como el glifosato.
Para los investigadores, esto se debe a la modificación de una proteína, la sinaptofisina. Esencial en la comunicación entre las neuronas de una rata, se vería particularmente afectada por el Roundup, que dañaría varias áreas como el hipocampo – responsable de la memoria, la emoción – y la corteza prefrontal – responsable de los procesos de decisión, emocionales y motivantes. –.
Sin embargo, aunque establecieron un vínculo entre la absorción de herbicidas y los cambios de comportamiento en las ratas, los investigadores solo administraron dosis muy bajas. Fue durante aproximadamente 30 días, incluida la gestación y el destete de las ratas bebé, que los investigadores dieron una pequeña oblea (placa fina de un material semiconductor) que contenía algo de glifosato. La dosis fue muy baja ya que nunca excedió los 5 mg por kilogramo por día. Como comparación seria, es 10 veces menor que la dosis, en teoría, sin ningún efecto adverso observado.
Las crías aparentemente no sufrieron ninguna malformación. La mayor parte de los cambios afectó a las madres, que tuvieron un aumento en el comportamiento de lamido de su descendencia del 10% al 20%. Al ver tales cambios de comportamiento, los investigadores posteriormente se interesaron en el cerebro y la microbiota intestinal de estas ratas.
Encontraron cambios en la comunicación entre las neuronas y el cerebro. El Roundup no solo actuaría en plantas, sino también en humanos y animales porque ataca a las bacterias. Los investigadores señalan que una alteración de la microbiota afecta el cerebro y el comportamiento.
Varios estudios constatan un vínculo entre la microbiota y los trastornos psicológicos como el Parkinson o el Alzheimer. Esto también concierne al hombre.
Obviamente, por el momento, el glifosato nunca se vende como tal, siempre se mezcla en productos. El Roundup es el más famoso, y teóricamente permite una mejor penetración de glifosato en las plantas para aumentar su eficiencia y velocidad. Sin embargo, el peligro para los humanos y todos los vertebrados parece muy grave, a nivel de la microbiota. Se desconocen las consecuencias a largo plazo.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Rennes 1, publicado en junio 2019 en el Journal of Neuroendocrinology, constata que además de sospechar regularmente que el glifosato es cancerígeno, también puede tener un impacto en nuestro comportamiento.
El estudio se realizó en ratas hembras preñadas. Al ingerir Roundup 3+ desde el nacimiento de sus crías, los investigadores pudieron observar un comportamiento de lamido significativamente mayor. Esta lamida es una etapa clave en el desarrollo de una rata joven, y la alteración de esta última revela toda la influencia que puede tener un producto dañino como el glifosato.
Para los investigadores, esto se debe a la modificación de una proteína, la sinaptofisina. Esencial en la comunicación entre las neuronas de una rata, se vería particularmente afectada por el Roundup, que dañaría varias áreas como el hipocampo – responsable de la memoria, la emoción – y la corteza prefrontal – responsable de los procesos de decisión, emocionales y motivantes. –.
Sin embargo, aunque establecieron un vínculo entre la absorción de herbicidas y los cambios de comportamiento en las ratas, los investigadores solo administraron dosis muy bajas. Fue durante aproximadamente 30 días, incluida la gestación y el destete de las ratas bebé, que los investigadores dieron una pequeña oblea (placa fina de un material semiconductor) que contenía algo de glifosato. La dosis fue muy baja ya que nunca excedió los 5 mg por kilogramo por día. Como comparación seria, es 10 veces menor que la dosis, en teoría, sin ningún efecto adverso observado.
Las crías aparentemente no sufrieron ninguna malformación. La mayor parte de los cambios afectó a las madres, que tuvieron un aumento en el comportamiento de lamido de su descendencia del 10% al 20%. Al ver tales cambios de comportamiento, los investigadores posteriormente se interesaron en el cerebro y la microbiota intestinal de estas ratas.
Las Bacteroides del grupo fragilis (aquí magnificadas 1000 veces) son un componente esencial de la microbiota intestinal |
Varios estudios constatan un vínculo entre la microbiota y los trastornos psicológicos como el Parkinson o el Alzheimer. Esto también concierne al hombre.
Obviamente, por el momento, el glifosato nunca se vende como tal, siempre se mezcla en productos. El Roundup es el más famoso, y teóricamente permite una mejor penetración de glifosato en las plantas para aumentar su eficiencia y velocidad. Sin embargo, el peligro para los humanos y todos los vertebrados parece muy grave, a nivel de la microbiota. Se desconocen las consecuencias a largo plazo.
Recomendaciones de La FAO
La FAO ante la creciente demanda mundial para el control de estos plaguicidas, ha propuesto a los gobiernos que tomen las medidas necesarias para que los plaguicidas altamente peligrosos se prohíban de manera gradual y creciente para reducir los riesgos de estos productos para la salud y el ambiente y, de este modo, contribuir al cumplimiento del convenio ambiental voluntario llamado Enfoque Estratégico para la Gestión Internacional de Sustancias Químicas, que se conoce generalmente por las siglas de su nombre en inglés, SAICM.
La FAO ante la creciente demanda mundial para el control de estos plaguicidas, ha propuesto a los gobiernos que tomen las medidas necesarias para que los plaguicidas altamente peligrosos se prohíban de manera gradual y creciente para reducir los riesgos de estos productos para la salud y el ambiente y, de este modo, contribuir al cumplimiento del convenio ambiental voluntario llamado Enfoque Estratégico para la Gestión Internacional de Sustancias Químicas, que se conoce generalmente por las siglas de su nombre en inglés, SAICM.
En la consulta regional sobre SAICM, realizada en la ciudad de
México en agosto del 2013, los gobiernos de América Latina y el Caribe
aprobaron dos recomendaciones:
* Realizar una encuesta en los diferentes países de la zona sobre
la situación legal de los plaguicidas altamente peligrosos y los ejemplos de
los métodos disponibles para sustituirlos.
* Invitar a la FAO a que desarrolle un informe regional sobre las
alternativas para los plaguicidas altamente peligrosos, incluyendo los métodos
agro-ecológicos.
Existen alternativas
La experimentación a gran escala en Italia de la supresión de los tratamientos de semillas con insecticidas sistémicos (neonicotinoides y fipronil) y los resultados obtenidos: reducción de la mortalidad de las colmenas del 37,5% al 15%, mantenimiento de los rendimientos de producción de maíz, importante disminución de los crisómeros (insecto minúsculo cuyas larvas son particularmente dañinas – recuerda que existen alternativas. Pero el interés de la industria química y los defensores de la agricultura tóxica tiene prioridad sobre la salud de las personas expuestas.
Existen alternativas
La experimentación a gran escala en Italia de la supresión de los tratamientos de semillas con insecticidas sistémicos (neonicotinoides y fipronil) y los resultados obtenidos: reducción de la mortalidad de las colmenas del 37,5% al 15%, mantenimiento de los rendimientos de producción de maíz, importante disminución de los crisómeros (insecto minúsculo cuyas larvas son particularmente dañinas – recuerda que existen alternativas. Pero el interés de la industria química y los defensores de la agricultura tóxica tiene prioridad sobre la salud de las personas expuestas.
Ver :
Contaminantes orgánicos persistentes
Micro-partículas de plástico – en la cadena alimentaria y sus efectos nocivos en la salud humana
El cambio climático afectará negativamente nuestra salud mental
Micro-partículas de plástico – en la cadena alimentaria y sus efectos nocivos en la salud humana
El cambio climático afectará negativamente nuestra salud mental
Las toxinas en el hogar
La exposición a los contaminantes atmosféricos tiene un impacto en el cerebro humano
Autismo
Relación entre trastornos del desarrollo neurológico infantil y exposición prenatal a tóxicos y pesticidas
Fosfuro de aluminio – insecticida mortal
La exposición a los contaminantes atmosféricos tiene un impacto en el cerebro humano
Autismo
Relación entre trastornos del desarrollo neurológico infantil y exposición prenatal a tóxicos y pesticidas
Fosfuro de aluminio – insecticida mortal
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