Todos
somos conscientes de la constante presencia que tiene el alcohol en nuestra
sociedad hoy en día, y también somos conscientes del preocupante consumo de los
jóvenes, que cada vez comienzan a beber antes. El problema no radica sólo en
los peligros relacionados con los accidentes de tráfico resultado de una noche
de excesos y de irresponsabilidad de consumo. Hay importantes efectos que se
producen cuando cerebros todavía en ‘proceso de desarrollo’ son estimulados con
ese tipo de sustancias.
Los adolescentes son capaces de tomar mucho y creen que pueden controlarlo. Sin embargo, más tarde el cerebro sufrirá los efectos. Muchos de los daños asociados al exceso de alcohol ocurren durante una pérdida temporal de la conciencia. Y los adolescentes son propensos a la pérdida de conciencia por su capacidad de seguir consumiendo licor a niveles que desmayarían a un adulto.
Los adolescentes son capaces de tomar mucho y creen que pueden controlarlo. Sin embargo, más tarde el cerebro sufrirá los efectos. Muchos de los daños asociados al exceso de alcohol ocurren durante una pérdida temporal de la conciencia. Y los adolescentes son propensos a la pérdida de conciencia por su capacidad de seguir consumiendo licor a niveles que desmayarían a un adulto.
El
abuso del alcohol fue reconocido desde épocas anteriores como un problema
social, es el hábito tóxico más extendido en el mundo. En el año 1849 el sueco
Magnus Huss le puso el término de alcoholismo a esta toxicomanía. La primera
definición hecha por Jellinek fue: Todo uso de bebidas alcohólicas que cause
daño de cualquier tipo al individuo, a la sociedad, o a los dos. La
Organización Mundial de la Salud en 1976 con el término "síndrome de
dependencia del alcohol” plantea: el alcoholismo es un trastorno conductual
crónico manifestado por ingestas repetidas de alcohol, excesivas, respecto a
las normas dietéticas y sociales de la comunidad y acaban interfiriendo la
salud o las funciones económicas y sociales del bebedor.
Los nuevos descubrimientos pueden ayudar a explicar por qué las personas que empiezan a beber a una edad temprana corren un enorme riesgo de convertirse en alcohólicas. Según los resultados de un sondeo realizado en Estados Unidos entre 43.093 adultos y publicado Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, un 47% de las personas que comienzan a beber alcohol antes de los 14 años desarrollan una dependencia en algún momento de su vida, en comparación con un 9% de aquellos que esperan como mínimo hasta los 21 años. La correlación se mantiene incluso cuando se tienen en cuenta los riesgos genéticos de alcoholismo.
La mayoría de los adolescentes ha consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión. Esto puede ser normal, pues el que un adolescente tome bebidas alcohólicas son caracteres típicos de su edad, al igual que lo son los conflictos generacionales, la confrontación de ideas y actitudes, y todo lo típico de esa edad. Pero cuando el joven lo hace con frecuencia y sin medida, y su vida se ve afectada en términos de su desempeño y calidad, entonces es ya un adolescente alcohólico.
Cada vez más investigaciones indican que el alcohol provoca más daños al cerebro en desarrollo de los adolescentes y les causa unas lesiones significativamente mayores que al cerebro de los adultos, porque la adolescencia es un periodo en el que se producen importantes transformaciones neurofisiológicas.
La mayoría de los adolescentes ha consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión. Esto puede ser normal, pues el que un adolescente tome bebidas alcohólicas son caracteres típicos de su edad, al igual que lo son los conflictos generacionales, la confrontación de ideas y actitudes, y todo lo típico de esa edad. Pero cuando el joven lo hace con frecuencia y sin medida, y su vida se ve afectada en términos de su desempeño y calidad, entonces es ya un adolescente alcohólico.
El
alcohol se obtiene por medio de la fermentación de cereales, frutas o
vegetales. La fermentación es un proceso que utiliza levadura o bacterias para
modificar el azúcar de los alimentos y transformarla en alcohol. La
fermentación se utiliza para elaborar muchos productos necesarios: desde queso
hasta medicamentos. El alcohol adopta distintas formas y se puede utilizar como
limpiador, antiséptico o sedante.
Por lo
tanto, si el alcohol es un producto natural, ¿por qué los adolescentes deben
tener cuidado cuando lo beben? Cuando las personas beben alcohol, éste ingresa
en el torrente sanguíneo. Desde allí, afecta el sistema nervioso central que
controla todas las funciones del cuerpo.
Hoy
también sabemos que el consumo no afecta igual a los dos sexos. Las chicas
metabolizan peor el alcohol y el daño en ellas es mayor. Son más vulnerables a
la drogodependencia.
Un
estudio de la universidad de California (San Diego) publicado en 2011 en la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research, advierte que las
chicas adolescentes que beben alcohol en exceso presentan un mayor riesgo de
sufrir algún daño cerebral a largo plazo, si se compara con el riesgo de los
varones de la misma edad que también se emborrachan.
Los
investigadores analizaron el cerebro de 95
mujeres jóvenes, de las cuales 40 ingirieron una serie de al menos cuatro copas
de bebidas alcohólicas.
Los
autores del trabajo observaron que los cerebros de las adolescentes expuestos
al elevado consumo de alcohol registraron una disminución de actividad en las
regiones que controlan la atención y la memoria con respecto a las que no
participaron en la borrachera.
Susan
Tapert, profesora de psiquiatría de Stanford y participante del estudio sostuvo
que el cerebro de las chicas es más vulnerable que el de los chicos, porque suele desarrollarse un par de años antes que el de ellos. Además, las
chicas tienen un ritmo metabólico más lento, así como una mayor proporción de
grasa corporal, con lo que el alcohol se procesa más lentamente. Finalmente
estas diferencias también podrían deberse a diferencias hormonales.
Si bien
los siguientes indicios pueden implicar un problema de alcoholismo u otras
drogas, algunos también reflejan sufrimientos propios del crecimiento normal de
un adolescente. Los expertos consideran que un problema de alcoholismo es más
probable si se observan varias de estas señales simultáneamente, si ocurren
repentinamente y si algunas de ellas son de naturaleza extrema.
* Problemas
escolares: escasa asistencia, notas bajas o una sanción disciplinaria reciente.
* Rebelarse
contra las reglas de la familia o normas domésticas.
* Una
actitud de que “nada me importa”: aspecto desordenado, falta de compromiso con
intereses anteriores y energía general baja.
* Cambiar
de amigos, junto con una resistencia a que se los conozca.
* Deseo
de aislamiento.
* Actividad defensiva y una tendencia a responder agresivamente a la menor
provocación.
* Encontrar alcohol en el cuarto o en su mochila, o que su aliento huela a
alcohol.
* Problemas físicos o mentales: fallas de memoria, poca concentración, ojos
inyectados de sangre, falta de coordinación o poca claridad al hablar.
El
cerebro de los adolescentes, que no está totalmente desarrollado, puede sufrir
daños aún más severos que el de los adultos. Existe evidencia de que la corteza
cerebral y el hipocampo de los adolescentes que consumen alcohol sufren daños
significativos. El hipocampo es una de las más importantes regiones del cerebro
relacionadas con la memoria. Experimentos llevados a cabo con ratas sugieren
que en los cerebros jóvenes, aún no completamente desarrollados como el de los
adolescentes, el daño causado por el alcohol a la corteza cerebral puede ser
más del doble del sufrido por el cerebro de los adultos. La corteza cerebral es
la región del cerebro donde se llevan a cabo la mayor parte de las funciones de
alto nivel del cerebro, entre ellas el habla.
Agrava la situación el hecho de que una de las regiones afectadas por el alcohol es el lóbulo frontal del cerebro. Durante la adolescencia estas regiones, que tienen a cargo el control de impulsos y la planificación de nuestras acciones, pasan por grandes cambios y sus conexiones se modifican a medida que el o la adolescente aprende las diversas destrezas relacionadas con la toma de decisiones. El consumo de alcohol en la adolescencia afecta estas regiones que son esenciales para el autocontrol, de modo tal que hace más fácil que se llegue al alcoholismo. De hecho, se estima que el 40 por ciento de las personas que comienzan a beber antes de los quince años de edad se convertirán en dependientes del alcohol en algún momento de su vida. Esta es una proporción alrededor de cuatro veces mayor que la de las personas que comienzan a beber al llegar a los 21 años de edad.
Agrava la situación el hecho de que una de las regiones afectadas por el alcohol es el lóbulo frontal del cerebro. Durante la adolescencia estas regiones, que tienen a cargo el control de impulsos y la planificación de nuestras acciones, pasan por grandes cambios y sus conexiones se modifican a medida que el o la adolescente aprende las diversas destrezas relacionadas con la toma de decisiones. El consumo de alcohol en la adolescencia afecta estas regiones que son esenciales para el autocontrol, de modo tal que hace más fácil que se llegue al alcoholismo. De hecho, se estima que el 40 por ciento de las personas que comienzan a beber antes de los quince años de edad se convertirán en dependientes del alcohol en algún momento de su vida. Esta es una proporción alrededor de cuatro veces mayor que la de las personas que comienzan a beber al llegar a los 21 años de edad.
*
Curiosidad (necesidad de experimentar)
* Presión del grupo
* Desafío a la sociedad
* Agresión a los padres
* Pérdidas afectivas.
* Camino fácil y rápido para sentirse bien.
* Un
modo de ganar aceptación entre sus iguales.
* Satisfacer la curiosidad sobre los efectos del consumo de alcohol.
* Expresar independencia y a veces hostilidad.
* Uso
recreativo.
Entender las razones por las que beben los adolescentes pueden ayudarnos a combatirlo.
* Superación de la timidez. El alcohol es un potente desinhibidor y muchos
adolescentes combaten con él sus problemas de timidez o relación.
* Presión social. En muchas ocasiones la sociedad en la que viven los jóvenes
alienta, directa e indirectamente, el consumo de alcohol mostrándolo como una
prueba del éxito social. Los jóvenes imitarían esa conducta en busca también de
su éxito social.
* Imitación de los adultos. Los adolescentes están viviendo la transición entre
la pubertad y la edad adulta. Muchos de ellos imitan comportamientos adultos en
la creencia de que eso les hace maduros y el consumo de alcohol se sitúa muchas
veces en ese contexto.
* Integración en el grupo. Los adolescentes que ser relacionan con otros
adolescentes que beben alcohol también lo consumen para sentirse parte del
grupo.
Para evitar que beban y que adopten otras conductas de riesgo es imprescindible que los padres comiencen a educar a sus hijos desde niños.
* Responsabilidad. Hay que educar a los chicos para que sean responsables. Que
entiendan y asuman los riesgos de determinadas conductas.
* Autoestima. Cuando los chicos tienen suficiente autoestima, es decir, están
seguros de sí mismos es mucho más improbable que necesiten estímulos externos
para sentirse bien o relacionarse socialmente.
* Normas. En algunos de nuestros países de origen, la permisividad hacia el
consumo de alcohol, incluso entre los jóvenes, es muy alta. Pero si queremos
que nuestros hijos no corran riesgos en este sentido deberemos imponerles
normas claras sobre la prohibición de su consumo.
* Salidas. En la mayoría de los casos, el consumo de alcohol entre los
adolescentes se produce en los fines de semana y durante los festivos y por las
noches. Se pueden evitar algunas de esas situaciones estableciendo una hora de
vuelta a casa temprana.
* El
alcohol es adictivo para todos y cuando se inicia su consumo antes de los 18
años aumenta 5 veces la probabilidad de que se genere una adicción.
* Los
adolescentes corren un riesgo mayor que los adultos a desarrollar enfermedades
como la cirrosis de hígado, pancreatitis, infartos hemorrágicos y algunas
formas de cáncer.
* Los
adolescentes que consumen alcohol están mas expuestos a iniciar actividad
sexual temprana, situación que los expone a un mayor riesgo de contagio con el
virus del VIH, las enfermedades de trasmisión sexual y los embarazos no
deseados. De igual modo incrementa la probabilidad de verse afectados por la
impotencia y disfunción erectil.
* Los
adolescentes que abusan del alcohol son 4 veces mas vulnerables a la depresión
severa que aquellos que no tienen un problema de alcoholismo.
* El
consumo del alcohol entre los adolescentes ha sido asociado con muertes por
suicidio y accidentes de tránsito.
* Al
ser un depresor del sistema nervioso central, lentifica funciones cognoscitivas
(percepción y juicio), motoras (equilibrio y reflejos) y emocionales (sensatez
y madurez).
* El
alcohol incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes frente al consumo de otras
sustancias adictivas.
* Existe una correlación importante entre el consumo de alcohol y la violencia.
Como efecto secundario no se piensa en las consecuencias de los actos. El
bloqueo de las funciones frontales del cerebro incrementa la agresividad.
Pueden involucrarse en riñas callejeras en pandillas o actividades delictivas.
* El
inicio de consumo de alcohol en la adolescencia incrementa 4 veces la
probabilidad de padecer trastornos de personalidad e incrementa al doble el
riesgo de ser alcohólico antes de los 24 años.
La
realidad muestra un problema serio de consumo de bebidas alcohólicas en los
jóvenes, lo cual no solo indica la ineficacia de políticas publicas si no
también involucra directamente a la familia. El consumo de alcohol en
adolescentes puede interpretarse como la consecuencia de la interacción de un
sinnúmero de factores, entre los que se pueden presentar:
* Una
relación con los padres basada en excesos, carentes de limites. Padres muy
consentidores, dan todo lo que sus hijos piden y lo que no también, intentando
cambiar objetos por tiempo y atención para disminuir la culpa.
* Influencia de los medios de comunicación (principalmente Internet) que induce
el consumo del alcohol o enaltece sus efectos personales o sociales.
* Presión social, caracterizada por amigos para beber.
* Deseo
de aceptación social y pretención de madurez.
* Soledad en el hogar por falta de presencia de los padres por obligaciones
laborales o vidas personales.
* Depresión, hiperactividad, timidez, conflictos con las figuras de autoridad,
traumas, problemas familiares o relacionales, impulsividad, falta de
autocontrol.
* Falta
de madurez de estructuras cerebrales.
* Familiares alcohólicos, principalmente padres o abuelos.
* Ambientes hostiles y de riesgo de consumo tales como bares y/o fiestas.
* Motivar y/o aceptar el consumo de alcohol y otras sustancias adictivas en el
núcleo familiar.
Cuándo el consumo de alcohol se convierte en un
problema
Cuando
afecta la salud, las relaciones sociales, el desempeño académico o laboral y en
general la vida de la persona que bebe o de las que lo rodean. En conclusión
cuando se pasa del uso al abuso del alcohol.
Qué puede hacer si identifica problemas de alcohol
en su hijo
Principalmente
lo que debe hacer es buscar una ayuda y asesoría especializada. Es
indispensable recurrir a instituciones dedicadas al tratamiento de este tipo de
problemas, garantizando la integridad física y emocional de los pacientes. Le
ayudarán a identificar la gravedad del problema y le darán alternativas
terapéuticas.
Según el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIH) la mejor manera de influir sobre sus hijos para evitar que beban es manteniendo una relación sólida y de confianza mutua. Las investigaciones llevadas a cabo demuestran que los adolescentes tienden a postergar el consumo de alcohol cuando sienten que tienen un estrecho vínculo con sus padres o tutores, y el apoyo de éstos. Más aún, si sus hijos eventualmente comenzaran a beber, una buena relación padre-hijo ayudaría a protegerlos de los problemas que pudiera traerles el consumo de alcohol.
Consejos para construir una relación sólida con sus hijos :
Establezca una comunicación abierta. Facilite las cosas para que el adolescente converse honestamente con usted.
Demuestre interés. A pesar de que los jóvenes no siempre lo demuestran, necesitan saber que son importantes para sus padres. Propóngase dedicarle regularmente tiempo a su hijo, un momento en el que le pueda brindar atención cariñosa y exclusiva. Algunas actividades para compartir: una caminata, un paseo en bicicleta, una cena tranquila fuera de casa o una sesión de cocina.
Imponga límites. Establezca, de manera clara y realista, cuáles son las expectativas respecto al comportamiento de su hijo y cuáles serían las consecuencias por quebrantar las reglas impuestas por usted. Hágaselas saber y cumplir cuando sea necesario.
Demuestre aceptación. Asegúrese de que el adolescente sepa que usted aprecia tanto sus esfuerzos como sus logros. Evite bromas o críticas que puedan herirlo.
Comprenda que su hijo está creciendo. Esto no significa aplicar una política de no intervención. Pero mientras orienta el comportamiento de su hijo, haga, también, un esfuerzo por respetar su creciente necesidad de independencia y privacidad.
Ver :
Consejos para construir una relación sólida con sus hijos :
Establezca una comunicación abierta. Facilite las cosas para que el adolescente converse honestamente con usted.
Demuestre interés. A pesar de que los jóvenes no siempre lo demuestran, necesitan saber que son importantes para sus padres. Propóngase dedicarle regularmente tiempo a su hijo, un momento en el que le pueda brindar atención cariñosa y exclusiva. Algunas actividades para compartir: una caminata, un paseo en bicicleta, una cena tranquila fuera de casa o una sesión de cocina.
Imponga límites. Establezca, de manera clara y realista, cuáles son las expectativas respecto al comportamiento de su hijo y cuáles serían las consecuencias por quebrantar las reglas impuestas por usted. Hágaselas saber y cumplir cuando sea necesario.
Demuestre aceptación. Asegúrese de que el adolescente sepa que usted aprecia tanto sus esfuerzos como sus logros. Evite bromas o críticas que puedan herirlo.
Comprenda que su hijo está creciendo. Esto no significa aplicar una política de no intervención. Pero mientras orienta el comportamiento de su hijo, haga, también, un esfuerzo por respetar su creciente necesidad de independencia y privacidad.
Ver :
Las drogas causan daños irreversibles en la memoria de los jóvenes
Investigación sobre el daño cerebral provocado por el consumo de drogas
Bebidas energizantes – Peligro para niños y adolescentes
"Sales de baño": droga emergente metilendioxipirovalerona o MDPV
Sustancias psioactivas: Popper – Captagón
MDMA-Éxtasis:droga sintética
Envejecimiento cerebral
El tabaco afecta al cerebro
Trastornos del comportamiento en niños y adolescentes
La madurez de nuestro cerebro
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