La obesidad entre los adolescentes, además de tener un impacto incontestable sobre la salud,
es un motivo importante de exclusión social
es un motivo importante de exclusión social
El
exceso de grasa corporal, sea obesidad o sobrepeso, está considerado como una
de las epidemias de nuestra sociedad. Millones de adultos, niños y adolescentes
padecen este mal que tiene consecuencias muy negativas para la salud. En el
caso de los adolescentes, además de los riesgos para su organismo existe
también el peligro de que afecte gravemente a su salud emocional.
Prevenir
la obesidad en los adolescentes es un problema complejo. La adolescencia es un período de una fuerte presión de pares: el sobrepeso puede ser causa de bromas y
exigencias sociales, mientras que lo que se considera la imagen corporal ideal,
en especial para las chicas, crea expectativas poco realistas. La presencia en
aumento de la obesidad en adolescentes provoca la aparición de diabetes,
enfermedades cardíacas y otros problemas de salud cada vez más temprano en la
vida adulta. El precio emocional a pagar incluye pérdida de la autoestima,
depresión y desórdenes alimenticios.
El
sobrepeso es un exceso de grasa corporal que no llega a ser obesidad. En el
caso de los adolescentes, como en el de los niños, a veces es difícil evaluar
cuándo lo padecen porque están aún en periodo de crecimiento.
Los
médicos utilizan una medida llamada Índice de Masa Corporal (IMC) para medir el
sobrepeso. En el caso de los adolescentes se considera que cuando un chico o
una chica tienen un IMC por encima del 95% de la media de chicos o chicas de su
sexo y edad, son obesos. Cuando el índice está por encima del 85% se considera
que tienen sobrepeso.
La obesidad
puede ir desde el grado I (sobrepeso) hasta el grado IV (obesidad severa o
mórbida). En este grado la obesidad puede afectar casi todos los órganos del
cuerpo pudiendo causar enfermedades graves y algunas hasta llevar a la muerte
del individuo.
Tanto
en los adolescentes como en el resto de las personas, el sobrepeso se produce
cuando se ingieren más calorías que las que se consumen. Y ello puede deberse
tanto a que continuamente se coman alimentos muy ricos en calorías como por la
falta de ejercicio físico o ambos factores unidos. El consumo excesivo de los llamados
“Alimentos chatarra” como son las golosinas, refrescos y frituras, es un factor
importante en la aparición del problema.
La causa de la obesidad es compleja
y está todavía por esclarecer, debido a los múltiples factores implicados en
ella, como son los factores genéticos, ambientales, neuroendocrinos,
metabólicos, conductuales y de estilo de vida.
Son numerosos los factores externos
al adolescente que están en la patogénesis de la obesidad. Entre ellos
destacan:
* El exceso de alimentación durante
el período prenatal y de lactancia.
* La malnutrición materna.
* El tipo de estructura familiar
(hijo único, hijos adoptados, el único hijo de una gran familia, padres
separados, familia monoparental, familia numerosa).
* El nivel socioeconómico (clase
baja en los países desarrollados y clase social alta en países en vías de
desarrollo).
* Factores relacionados con el
clima.
* Consumo excesivo de alimentos y calorías en una dieta poco saludable.
* Falta
de actividad física.
* Herencia genética.
* Problemas
neuro endocrinológicos.
* Uso de
medicamentos.
* Condiciones
sociales.
El desequilibrio entre la ingesta y
el gasto energético que facilita el cúmulo de grasa parece estar influido por
una predisposición genética de cada individuo y sus interacciones con el estilo
de vida. El patrón de distribución de la grasa corporal (central o periférica)
sigue también la misma tendencia que el observado en los padres. Existe de este
modo una base genética que puede actuar a través de diferentes mecanismos como
son la preferencia por determinados tipos de comidas, la modulación del gasto
energético, el patrón de distribución de la grasa y el grado de actividad
física.
Un factor ambiental que se ha
relacionado con un aumento de la obesidad en nuestra sociedad es ver la televisión
durante muchas horas.
Las
consecuencias de la obesidad o el sobrepeso para la salud son muchas y muy
graves:
* Diabetes tipo 2. Un exceso de grasa corporal dificulta el trabajo de la hormona
insulina fundamental para el buen funcionamiento de las células. Esa dificultad
puede evolucionar en algunos adolescentes con diabetes.
* Artrosis. Obligar a cargar a las articulaciones de un cuerpo con muchos kilos
de más les causa un desgaste temprano o inflamaciones muy dolorosas.
* Asma.
La obesidad también está asociada a problemas respiratorios como el asma.
* Apnea
del sueño. El exceso de peso puede ocasionar problemas respiratorios durante el
sueño que, en ocasiones, son tan graves que acaban provocando trastornos
cardíacos.
* Colesterol malo. La acumulación de grasa en la sangre puede ocasionar un
aumento del colesterol malo que puede provocar trastornos cardíacos o
cerebrales en la edad adulta.
* Hipertensión. La acumulación de grasa en las arterias hace que el espacio que
tiene la sangre para circular se reduzca y eso obliga al corazón a bombear con
más esfuerzo. La hipertensión es muy rara en niños y adolescentes pero cuando
se produce es mucho más frecuente en niños o adolescentes obesos.
* Problemas
óseos. Hay varias enfermedades de los huesos que también están asociadas al
exceso de peso corporal. Cargar a los huesos en proceso de crecimiento con
mayor peso del que es sano puede provocar que estos acaben enfermos.
* Depresión. Diversos estudios han demostrado que la depresión es más común en
adolescentes que padecen exceso de peso.
Imagen Corporal
Investigación
Imagen Corporal
Determinar dónde está la línea entre prevenir que su hijo adolescente gane peso extra y promover una imagen corporal saludable es difícil, en especial en las jóvenes adolescentes. A pesar de que muchas revistas para adolescentes ya cubren el abismo entre un tamaño corporal saludable y los ideales demasiado delgados de la cultura popular, las adolescentes continúan bajo una enorme presión de ser lo más delgadas posible. Los desórdenes alimenticios son la triste consecuencia de estas expectativas poco realistas.
En estos casos, la educación es fundamental. Debe advertirse a los adolescentes acerca de las representaciones y actitudes hacia la imagen corporal de los medios de comunicación y de la cultura popular y acerca de lo poco realistas que son. A pesar de que las adolescentes son más propensas a verse afectadas por la imagen corporal, los varones también corren el mismo riesgo. El “ideal” masculino de la cultura popular se ha vuelto cada vez más musculoso con el paso de los años. La necesidad de verse grandes y poderosos impulsa a un número cada vez mayor de varones a comer de más para ganar masa corporal, a levantar pesas en exceso y a abusar de los esteroides.
Investigación
La
Academia Estadunidense de Pediatría (AAP), con sede en Chicago, publicó en su
revista Pediatrics (en setiembre 2012)
el estudio "La obesidad y el síndrome metabólico, impedimentos cerebrales
funcionales y estructurales en la adolescencia", coordinado por Po Lai
Yau, de la universidad de Nueva York. Este estudio muestra que adolescentes obesos y con síndrome metabólico sufren un deterioro cognitivo.
El
equipo de investigadores documentó en este estudio alteraciones cerebrales más
extensas y problemas cognitivos en jóvenes con síndrome metabólico asociado a
obesidad infantil, relación vinculada a una disminución del potencial académico
y profesional.
En la
investigación participaron 49 adolescentes con síndrome metabólico en
comparación con 62 que no tenían ese trastorno, agrupados por edad, nivel
socioeconómico, grado escolar, género y etnia, que recibieron evaluaciones
neuropsicológicas, entre otras.
Los
participantes con síndrome metabólico mostraron de forma significativa más bajo
rendimiento en aritmética, ortografía, atención y flexibilidad mental, así como
una tendencia a la baja inteligencia en general.
También
mostraron menores volúmenes del hipocampo, aumento de líquido céfalo-raquídeo
del cerebro, y reducción en la integración micro-estructural de la materia
blanca cerebral.
El
menor rendimiento cognitivo y la reducción de la integridad estructural del
cerebro de los adolescentes con síndrome metabólico, sugiere que incluso en un
corto plazo alteraciones en el metabolismo pueden dar lugar a complicaciones
cerebrales.
Los
autores concluyeron que la obesidad asociada a la desregulación metabólica,
puede causar complicaciones del cerebro durante la adolescencia, lo que
requiere de una temprana e integral intervención médica.
Recomendaron
que la función cerebral se incluya entre los parámetros que deben ser evaluados
cuando se considere el tratamiento temprano de la obesidad infantil.
Advirtieron
que se requiere de una investigación adicional para determinar si las
reducciones en el rendimiento cognitivo y anormalidades estructurales del
cerebro son reversibles con una pérdida de peso significativa.
La
obesidad agrava las lesiones cerebrales asociadas a la enfermedad de Alzheimer
Según estudio del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM), publicado en enero 2013, la obesidad agravaría el déficit cognitivo y las lesiones
cerebrales. El trabajo refuerza la idea de que las anomalías metabólicas
podrían desempeñar un papel en el desarrollo de la demencia, dijo David Blum,
responsable de este estudio.
El estudio
demostró que las alteraciones cognitivas observadas son el resultado de dos
tipos de lesiones, las "placas" amiloides en el exterior de las
neuronas, y la acumulación de proteínas Tau anormales en el interior de las
neuronas.
Aunque ya
se sabía que la obesidad interviene en la formación de las placas amiloides, su
impacto en la acumulación de las proteínas Tau anormales en las neuronas no era
conocido claramente.
Para la
investigación los científicos utilizaron ratones transgénicos concebidos para
desarrollar progresivamente con la edad una degeneración del cerebro
relacionado a las proteínas Tau. Durante cinco meses, los ratones recibieron un
régimen rico en grasas, para inducir una obesidad progresiva. Con el régimen,
los ratones obesos desarrollaron una patología agravada tanto desde el punto de
vista de la memoria como en las modificaciones de la proteína Tau (esencial para la estabilidad de las células, especialmente las neuronas).
Según un estudio realizado por investigadores de la Harvard Public School, publicado en noviembre de 2012 en la revista Neurology en la edición en línea de enero 2013, los niños y adolescentes que son obesos son más propensos a desarrollar esclerosis múltiple (EM) en comparación con aquellos con peso normal.
Aunque es una condición rara, la esclerosis múltiple parece ser más común entre las niñas con sobrepeso y obesidad, hasta el punto en que las niñas extremadamente obesas tienen casi cuatro veces más riesgo de desarrollar la enfermedad neurológica, o su precursor, el síndrome clínicamente aislado (CIS).
Aunque es una condición rara, la esclerosis múltiple parece ser más común entre las niñas con sobrepeso y obesidad, hasta el punto en que las niñas extremadamente obesas tienen casi cuatro veces más riesgo de desarrollar la enfermedad neurológica, o su precursor, el síndrome clínicamente aislado (CIS).
El estudio incluyó a 75 niños y adolescentes con EM que fueron diagnosticados entre los 2 y los 18 años. Los investigadores compararon a esos niños con más de 900,000 pares sanos inscritos en un estudio de salud de mayor tamaño. Ligeramente más del 50 por ciento de los niños con EM tenían sobrepeso o eran obesos antes del diagnóstico. En contraste, poco menos del 37 por ciento de los niños sin EM tenían sobrepeso o eran obesos.
Ese riesgo fue incluso más pronunciado entre las chicas con sobrepeso, mostró el estudio. Lo mismo no sucedió entre los chicos.
Síndrome clínicamente aislado (CIS). Es un
término que describe un primer episodio clínico (que dura al menos 24 horas)
con características sugestivas de EM. Aunque los pacientes generalmente se
recuperan, es a menudo el primer síntoma de la EM.
El
estrógeno en la grasa produce sustancias pro inflamatorias, y se sabe que la
obesidad es un estado inflamatorio de bajo grado. Tras pasar por la pubertad,
las chicas tienen unos niveles de estrógeno más altos que los chicos, así que
las chicas con sobrepeso reciben un golpe doble.
Esto podría
ayudar a explicar por qué el riesgo era más pronunciado en las chicas con
sobrepeso u obesas del estudio.
El nuevo
estudio sólo muestra que la EM y la obesidad infantil se asocian entre sí. No
se ha establecido una causalidad clara, pero algunas teorías vinculan ambas
afecciones.
Estudio del
Instituto de Investigación de Oregón en Estados
Unidos publicado en la revista The Journal of Neuroscience en marzo
2011
Los
investigadores explican que el consumo de alimentos produce la liberación de
dopamina y que el grado de placer derivado de comer se correlaciona con la
cantidad de dopamina liberada. Los resultados de estudios anteriores muestran
que los humanos obesos en relación a los delgados tienen menos receptores de
dopamina en el cerebro y se piensa que los individuos obesos comen en exceso
para compensar el déficit de recompensa.
Emplearon
imágenes de resonancia magnética para comparar la respuesta neural a las
recompensas de comida y económicas en adolescentes delgados con riesgo de
obesidad en comparación con adolescentes delgados sin este riesgo. Los
resultados sugieren que la vulnerabilidad inicial que da lugar a la obesidad
podría elevarse en vez de mitigarse en el circuito de recompensa cerebral.
Los
resultados son sorprendentes, sugieren que la vulnerabilidad inicial a comer en
exceso podría ser una respuesta elevada del circuito de recompensa ante el
consumo de alimentos.
Impacto de la obesidad y del sobrepeso del adolescente sobre la esperanza de vida
Un estudio realizado por investigadores de Brigham and Women Hospital (Boston), publicado en marzo 2014 en Journal of Clinical Endocrinology and Métabolism, analiza el impacto de la obesidad, o del sobrepeso sobre la esperanza de vida futura de los adolescentes.
La muestra del estudio es relativamente elevado : más de 2 millones de adolescentes (2159) nacidos entre 1950 y 1993, viviendo en Estados Unidos. Se midió su índice de masa corporal a los 17 años.
Los investigadores encontraron un riesgo de deceso más elevado antes de los 50 años, para los adolescentes obesos o con sobrepeso.
El estudio también demostró que no hubo mejora de la tasa de supervivencia entre 1950 y 1980.
Estos resultados indican que si bien la esperanza de vida para la población en general continúa aumentando, así que la calidad de vida – especialmente para las personas de edad avanzada –, ello no beneficia a los adolescentes obesos.
¿ Por qué existe un riesgo de morir antes de los 50 años si un adolescente es obeso o con sobrepeso ?
En primer lugar, porque el riesgo de cáncer o de enfermedades cardiovasculares es más importante. Pero hay más : una obesidad a una edad temprana favorece la aparición de enfermedades endocrinas, como el desarrollo de la diabetes de tipo II, de enfermedades articulares, la persistencia del asma de la infancia, enfermedades respiratorias (apnea del sueño), hipertensión arterial, etc.
Y a largo plazo, otras patologías pueden aparecer (trastornos de la función renal, de la función hepática, etc.).
Impacto de la obesidad y del sobrepeso del adolescente sobre la esperanza de vida
Un estudio realizado por investigadores de Brigham and Women Hospital (Boston), publicado en marzo 2014 en Journal of Clinical Endocrinology and Métabolism, analiza el impacto de la obesidad, o del sobrepeso sobre la esperanza de vida futura de los adolescentes.
La muestra del estudio es relativamente elevado : más de 2 millones de adolescentes (2159) nacidos entre 1950 y 1993, viviendo en Estados Unidos. Se midió su índice de masa corporal a los 17 años.
Los investigadores encontraron un riesgo de deceso más elevado antes de los 50 años, para los adolescentes obesos o con sobrepeso.
El estudio también demostró que no hubo mejora de la tasa de supervivencia entre 1950 y 1980.
Estos resultados indican que si bien la esperanza de vida para la población en general continúa aumentando, así que la calidad de vida – especialmente para las personas de edad avanzada –, ello no beneficia a los adolescentes obesos.
¿ Por qué existe un riesgo de morir antes de los 50 años si un adolescente es obeso o con sobrepeso ?
En primer lugar, porque el riesgo de cáncer o de enfermedades cardiovasculares es más importante. Pero hay más : una obesidad a una edad temprana favorece la aparición de enfermedades endocrinas, como el desarrollo de la diabetes de tipo II, de enfermedades articulares, la persistencia del asma de la infancia, enfermedades respiratorias (apnea del sueño), hipertensión arterial, etc.
Y a largo plazo, otras patologías pueden aparecer (trastornos de la función renal, de la función hepática, etc.).
Cuando un adolescente
tiene sobrepeso o padece obesidad es el médico el que debe decidir si el chico
o la chica deben seguir una dieta. Nunca tienen que ser ellos mismos o sus
padres los que tomen tal decisión porque pueden poner en peligro su
salud. El médico determinará el tratamiento a seguir.
Pero además de acudir
al médico hay algunos cambios en la vida familiar que pueden ser muy saludables
para el adolescente con problema de peso y para el resto de la familia. Además
no se debe esperar a que aparezcan los problemas para que la alimentación de
los adolescentes y de toda la familia sea saludable.
Inculcar
una alimentación saludable a sus hijos adolescentes es esencial y es mejor
comenzar cuando todavía son pequeños. A medida que sus hijos crecen,
explíqueles conceptos como tamaño de la porción, consumo de calorías y opciones
de alimentos saludables.
* El peso no es una
cuestión estética. Es importante que los adolescentes tengan claro que la
principal razón para mantener un peso adecuado no es estética sino de salud. De
esa manera se combatirán posibles problemas: el sobrepeso y trastornos de la
alimentación como la anorexia nerviosa.
* Actuar como un ejemplo. Si sus
hijos los ven comer sano y hacer ejercicio de forma regular, son más propensos
a seguir su ejemplo.
* Reducir el "tiempo de pantalla". No va a ser fácil de
limitar el tiempo de televisión y computadora, pero esto conduce a la
inactividad física.
* No utilizar la comida como premio
o como sanción al no permitirles comer. Esto conduce a posibles trastornos de
la alimentación.
* Mantener la despensa y refrigerador con refrigerios
bajos en grasa, leche y verduras frescas.
* Evitar sodas y en
general bebidas azucaradas. La leche desnatada y el agua son mucho más sanos.
* Consumir cada día
un mínimo de cinco porciones de frutas y verduras frescas.
* Evitar la comida chatarra o basura.
* Cocinar en casa. Es
el modo de consumir alimentos frescos y más sanos. Y a la hora de cocinar es
mejor evitar las frituras y optar por preparar los alimentos a la plancha o
asados.
* No comer por
aburrimiento o por estrés. La comida no es un sustituto de nada. Cuando se
entra en la espiral de comer por aburrimiento, estrés o ansiedad es mucho más
fácil llegar al sobrepeso e incluso a la obesidad.
* Hacer ejercicio.
Intentar hacer ejercicio el mayor número de días a la semana. Algunos trayectos
son perfectos para hacerlos caminando y muchas veces es posible sustituir el
ascensor por las escaleras. El organismo lo agradecerá. Y hay cantidad de
posibilidades que pueden incluir a toda la familia: largos paseos caminando o
en bicicleta, partidos de pelota en el parque o cualquier otro ejercicio físico
que incluya a toda la familia será beneficioso para todos sus miembros.
Según
un estudio de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern,
Illinois, publicado en 2010 en el Journal of the American Medical Association, la
actividad física regular en la adolescencia de manera constante, sobre todo las
mujeres, previene el aumento posterior de peso : 150 minutos de ejercicios entre
moderados y vigorosos por semana, como correr, caminar rápido, jugar baloncesto
o actividades diarias como las tareas de casa.
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