La Ataxia de Friedreich resulta en la degeneración del tejido nervioso en la médula espinal y de los nervios que controlan los movimientos musculares en los brazos y en las piernas. La médula espinal se hace más delgada y las células nerviosas pierden algunos de sus cubrimientos de mielina – la capa de aislamiento en todas las células nerviosas que ayuda a transmitir los impulsos nerviosos.
Historia. Se le
llama por el nombre del médico Nicholas Friedreich, que describió
inicialmente la condición en la década de 1860. Las ataxias dominantes fueron
descubiertas posteriormente, como la ataxia dominante, identificada en 1893 por
Pierre Marie, u otras variedades descubiertas por Harding en 1982.
La ataxia describe
una falta de control muscular o coordinación de los movimientos voluntarios,
como caminar o levantar objetos. Como signo de una enfermedad no diagnosticada,
la ataxia puede afectar varios movimientos y provocar dificultades para hablar,
mover los ojos y tragar.
La ataxia
persistente generalmente causa daño al cerebelo – la parte del cerebro que
controla la coordinación muscular –. Muchos trastornos pueden provocar ataxia,
entre ellos, abuso de alcohol, determinados medicamentos, accidentes
cerebro-vasculares, tumores, parálisis cerebral infantil, degeneración cerebral
y esclerosis múltiple. La afección también puede deberse a genes defectuosos
heredados.
Síntomas
Los síntomas
comienzan comúnmente entre los 5 y 15 años, pero en raras ocasiones pueden
aparecer tan pronto como a los 18 meses o tan tarde como a los 30 años de edad.
El primer síntoma en aparecer es generalmente la dificultad en caminar o ataxia
del caminar. La ataxia empeora gradualmente y se propaga lentamente a los
brazos y, luego, al tronco.
Los signos iniciales
incluyen deformidades de los pies tales como pie en forma de porra, flexión de
los dedos de los pies (movimientos consistentes en doblar los dedos de los pies
involuntariamente), dedos gruesos de los pies en forma de martillo e inversión
de los pies (desvío hacia adentro). Con el tiempo, los músculos comienzan a debilitarse y a atrofiarse, en especial
en los pies, las partes inferiores de las piernas y las manos y aparecen
deformidades.
Otros síntomas
incluyen pérdida de reflejos de los tendones, en especial en las rodillas y en las muñecas y los tobillos. A menudo hay una pérdida paulatina de sensación en las
extremidades, que puede propagarse a otras partes del cuerpo. Aparece disartria – lentitud en la dicción o dicción indistinta – y la persona se cansa con
facilidad. Son comunes los movimientos rítmicos, rápidos e involuntarios del
globo ocular. La mayoría de las personas con ataxia de Friedreich adquieren
escoliosis – encurvamiento de la espina dorsal hacia un lado – que, si es
aguda, puede dificultar la acción de respirar.
Entre otros de los síntomas que pueden ocurrir figuran dolores de pecho, falta de respiración y palpitaciones cardíacas. Estos síntomas son el resultado de distintas formas de enfermedad cardíaca que a menudo acompañan a la ataxia de Friedreich, tales como la cardiomiopatía – alargamiento del corazón –, la miocarditis – inflamación de las paredes del corazón –, la fibrosis miocardial – formación de material parecido a fibras en los músculos del corazón – y el fallo cardíaco.
También son comunes
anomalías rítmicas del corazón tales como taquicardia – latir rápido del
corazón – y bloqueo del corazón – conducción dificultada de los impulsos cardíacos
dentro del corazón –.
Veinte por ciento,
aproximadamente, de las personas con ataxia de Friedreich adquieren
intolerancia a los carbohidratos y 10 por ciento de ellas adquiere diabetes
mellitus. Algunas personas pierden la capacidad de oír o de ver.
La manera en que
progresa la enfermedad varía de una persona a otra. Por lo general, dentro de
15 a 20 años después de aparecer los primeros síntomas, la persona queda
recluida en una silla de ruedas y, en las etapas posteriores de la enfermedad,
las personas quedan totalmente incapacitadas. La expectativa de vida se ve
grandemente afectada y la mayoría de las personas con ataxia de Friedreich
mueren en los primeros años de la vida adulta, si existe además enfermedad
cardíaca seria, la causa más común de la muerte. No obstante, algunas personas
con síntomas menos agudos de ataxia de Friedreich viven por mucho más tiempo.

* Falta de
coordinación
* Andar inestable y
tendencia a tropezar
* Dificultad con
tareas de motricidad fina, como comer, escribir o abotonarse una camisa
* Cambios en el
habla
* Movimientos
involuntarios de los ojos hacia adelante y hacia atrás (nistagmo)
* Dificultad para
tragar.
Causas
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Cerebelo y tronco encefálico |
La parte derecha
del cerebelo controla la coordinación del lado derecho del cuerpo, mientras que
la parte izquierda del cerebelo controla la coordinación del lado izquierdo.
Las enfermedades
que dañan la médula espinal y los nervios periféricos que conectan el cerebelo
con los músculos también pueden causar ataxia.
Las causas de la
ataxia son:
Traumatismo
craneal. El daño al cerebro o a la médula espinal a causa de
un golpe en la cabeza, como puede suceder en un accidente automovilístico,
puede ocasionar ataxia cerebelosa aguda, la cual aparece en forma repentina.
Accidente cerebrovascular. Cuando se interrumpe o se reduce gravemente el suministro de sangre a una parte del cerebro, el tejido cerebral no recibe oxígeno y nutrientes y, en consecuencia, mueren las células cerebrales.
Parálisis cerebral infantil. Este es
un término general para un grupo de trastornos causados por el daño al cerebro
de un niño durante el desarrollo precoz, antes, durante o poco después del
nacimiento, que afecta la capacidad del niño de coordinar los movimientos
corporales.
Enfermedades
auto-inmunes. La esclerosis múltiple, la sarcoidosis, la celiaquía
y otras afecciones auto-inmunes pueden provocar ataxia.
Infecciones. La
ataxia puede ser una complicación poco frecuente de la varicela y otras
infecciones virales. Puede aparecer en las etapas de curación de la infección y
durar días o semanas. Normalmente, la ataxia se resuelve con el tiempo.
Síndromes
paraneoplásicos. Estos son trastornos poco frecuentes y degenerativos
provocados por la respuesta del sistema inmunitario a un tumor canceroso
(neoplasma), con más frecuencia de cáncer de pulmón, de ovario, de mama o
linfático. La ataxia puede aparecer meses o años antes del diagnóstico de
cáncer.
Tumor. Un
crecimiento en el cerebro, canceroso (maligno) o no canceroso (benigno), puede
dañar el cerebelo.
Reacción tóxica. La
ataxia es un efecto secundario posible de determinados medicamentos, en
especial, los barbitúricos, como el fenobarbital, los sedantes, como las
benzodiacepinas, y algunos tipos de quimioterapia. Es importante identificarlos
porque, a menudo, los efectos son reversibles.
Además, algunos
medicamentos que se estén tomando pueden provocar problemas a medida que se envejece,
por lo que se debe reducir la dosis o interrumpir la medicación.
El alcohol y la
intoxicación por drogas, el envenenamiento por metales pesados – como el plomo
o el mercurio – y el envenenamiento por solventes – como los disolventes – también pueden causar ataxia.
Deficiencia de
vitamina E, vitamina B-12 o tiamina. La falta de estos
nutrientes por no poder absorber suficiente cantidad, por abuso de alcohol o
por otros motivos puede provocar ataxia.
Ataxias
hereditarias
Algunos tipos de
ataxia y algunas enfermedades que causan la ataxia son hereditarias. Un gen con
un defecto determinado produce proteínas anormales.
Las proteínas
anormales dificultan la función de las neuronas, principalmente en el cerebelo
y en la médula espinal, y hacen que se degeneren. A medida que la enfermedad
avanza, los problemas de coordinación empeoran.
Los distintos
defectos genéticos provocan distintos tipos de ataxia y la mayoría de ellos son
progresivos. Cada tipo de defecto causa coordinación deficiente, pero cada uno
de ellos manifiesta signos y síntomas específicos.
La Ataxia de Friedreich es una enfermedad recesiva autosomal, que significa que el paciente ha de heredar dos genes afectados, uno de cada uno de los padres, para que la enfermedad se desarrolle. Una persona que tiene sólo una copia anormal de un gen para una enfermedad genética recesiva, tal como la ataxia de Friedreich se denomina portador. Un portador no adquirirá la enfermedad pero podría transmitir el gen afectado a sus hijos. Si ambos padres son portadores del gen de la ataxia de Friedreich, sus hijos tendrán 1 en 4 posibilidades de poseer la enfermedad y 1 en 2 posibilidades de heredar un gen anormal que ellos, a su vez, podrían pasar a sus hijos.
Tipos. Aunque
la ataxia de Friedreich es la más frecuente de todas, existen cerca de 200
tipos diferentes de ataxias. De todas ellas, en casi 160 se conoce su
localización cromosómica. Los médicos las han dividido según su forma de
heredarlas de modo que pueden ser autosómicas dominantes (como las ataxias
espino-cerebelosas, también denominadas SCA), autosómicas recesivas (como la
ataxia de Friedreich), ataxias en relación con una enfermedad mitocondrial y
ligadas al cromosoma X.
Ataxias esporádicas
Por otra parte, hay
pacientes con ataxias esporádicas, es decir sin historia familiar de síntomas similares.
No todas las ataxias tienen una causa genética. Las causas principales de
ataxias no hereditarias son el ictus, la esclerosis múltiple, tumores,
alcoholismo, trastornos metabólicos o deficiencias vitamínicas.
No se encuentra la causa específica por la que algunos adultos padecen ataxia esporádica. La ataxia esporádica puede manifestarse de diferentes formas, como la atrofia multisistémica, que es un trastorno progresivo y degenerativo.
Tratamientos
Al igual que muchas
enfermedades degenerativas del sistema nervioso, actualmente no hay una cura
eficaz o tratamiento para las ataxias. Aproximadamente
solo un 11% de las ataxias tiene un diagnóstico etiológico conocido. En
los últimos años, gracias a los avances en medicina genómica y la neuroimagen
se ha avanzado mucho en la identificación y la comprensión de las causas
moleculares de las ataxias. Estas técnicas han abierto la puerta a nuevas
investigaciones enfocadas en la búsqueda de tratamientos adecuados.
Pero si bien en el
diagnóstico se han logrado avances gracias al desarrollo de la genética – lo
que ha permitido que se conozcan alrededor de unos 200 tipos de ataxia
hereditaria –, apenas se han producido cambios decisivos en el área de
terapias, exceptuando algunas pocas ataxias con algún tratamiento específico – por
ejemplo, algunas ataxias de causa metabólica –. Por lo que para la mayoría de
los pacientes con ataxia, el núcleo principal del tratamiento se centra en
tratar de mejorar o paliar los síntomas. Con esto se consigue, en muchos casos,
mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Muchos de los
síntomas y complicaciones asociados a esta enfermedad pueden ser tratados con
el fin de ayudar a los pacientes a mantener un funcionamiento óptimo por el
mayor tiempo que sea posible. La diabetes, si se halla presente, puede tratarse
con dieta y medicamentos tales como la insulina, y algunos de los problemas
cardíacos pueden tratarse con medicamentos también. Los problemas ortopédicos tales como las
deformaciones de los pies y la escoliosis pueden tratarse con soportes o
cirugía. La terapia física puede
prolongar el uso de los brazos y las piernas.
*
* *
Avances en la
investigación para encontrar un tratamiento contra la ataxia telangiectasia
Investigadores de
la Clínica Universidad de Navarra, de las universidades de Harvard y Stanford
han confirmado tras su estudio preclínico en animales de laboratorio que se
podría realizar un trasplante de células madre hematopoyéticas que daría
solución a dos de las complicaciones más urgentes relacionadas con la ataxia
telangiectasia: la inmunodeficiencia primaria y la predisposición al desarrollo
de tumores hematológicos. El estudio se
publicó en la publicación 'on line' Nature
Communications, editada por la revista Nature
de enero 2019.
La ataxia
telangiectasia es una enfermedad rara y neurodegenerativa que aún no tiene
cura. Se manifiesta habitualmente antes de los dos años de edad, y afecta a las
funciones de diferentes órganos y provoca incapacidad de coordinar movimientos,
pérdida progresiva de movilidad – hacia los 9 años se necesita silla de ruedas –, dificultad en el habla, estancamiento en el crecimiento, inmunodeficiencia,
envejecimiento prematuro, dificultades.
El proceso se
realizaría aplicando a los afectados un fármaco para provocar que las células
madre salgan de la médula y circulen por el torrente sanguíneo, y así poder
aislar dichas células mediante una extracción de sangre.
El objetivo es
corregir las mutaciones – o errores en la secuencia de ADN – del gen ATM,
causante de la enfermedad en dichas células madre hematopoyéticas. Como
consecuencia, se solventaría el problema de la inmunodeficiencia primaria de
los afectados limitando la predisposición a infecciones recurrentes y al
desarrollo de tumores hematológicos.
Molécula de nuevo
diseño podría beneficiar a las personas con Ataxia de Friedrich
Una investigación,
dirigida por científicos de la Universidad de Bath, King’s College London y
Brunel University London, publicada en el Journal
of The Royal Society of Chemistry de febrero 2019, muestra que las células
de la piel tomadas de pacientes con un trastorno genético raro son hasta diez
veces más sensibles al daño de la radiación ultravioleta A (UVA) en las pruebas
de laboratorio que las de una población sana.
Los científicos han
creado una molécula que actúa como una garra para recoger el exceso de
partículas de hierro dentro de las mitocondrias, evitando que amplifiquen el
daño inducido por los rayos UVA. El objetivo de los investigadores es ver esta
molécula agregada a las cremas solares para mejorar su efecto protector contra
los rayos UVA.
Desafortunadamente,
debido a que las mitocondrias son tan importantes como la principal fuente de
energía, cuando algo sale mal con ellas, las consecuencias pueden ser graves. La
disfunción de las mitocondrias se encuentra en el corazón de un número
creciente de enfermedades.
Se espera que el
trabajo, que ha involucrado el diseño de una nueva molécula con potencial para
agregarse a la crema solar, pueda beneficiar a quienes tienen ataxia de
Friedrich, así como a aquellos con otros trastornos caracterizados por una
sobrecarga de hierro mitocondrial, especialmente el Síndrome de Wolfram y la enfermedad
de Parkinson, donde los rayos UVA del sol pueden plantear desafíos
particulares.
El equipo ahora
está buscando continuar la investigación sobre el quelante de la enfermedad, con un modelo de
ratón in vivo.
La estimulación
eléctrica del cerebro puede ayudar a tratar las ataxias neurodegenerativas
Según un estudio de
la Universidad de Brescia, publicado en la edición en línea de la revista
Neurology de agosto 2018, la estimulación eléctrica del cerebro y la médula
espinal puede ayudar a tratar los síntomas de los trastornos del movimiento
raros de las ataxias
neurodegenerativas.
La estimulación eléctrica se
llama estimulación transcraneal de corriente directa (tDCS), una terapia no
invasiva que administra una pequeña corriente eléctrica a través de electrodos
colocados en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral.
Para su estudio,
los investigadores reclutaron a más de 20 individuos con varios tipos de
ataxias que afectaban el área cerebelosa del cerebro; la población de pacientes
tenía una edad promedio de 55 años con un historial de tener la enfermedad
durante un promedio de 13 años. Los pacientes se dividieron en 2 grupos de
tratamiento. En un grupo, los investigadores administraron estimulación
eléctrica del cerebro y la médula espinal 5 días a la semana durante 2 semanas.
En el otro grupo, los pacientes recibieron una estimulación simulada en la que
los electrodos se colocaron sobre el participante, pero la corriente eléctrica
se apagó después de 5 segundos.
Antes del inicio
del estudio, a las 2 semanas, 1 mes y 3 meses después del tratamiento, los
participantes fueron evaluados con pruebas generales de ataxia, pruebas de
destreza en brazos y manos, y qué tan rápido podían caminar, así como también
pruebas sobre cómo sus cerebros respondían al tratamiento. Esto fue seguido de
un período de “lavado” en el que los participantes esperaron durante la
duración de 3 meses antes de recibir el tratamiento opuesto y tomar las pruebas
de nuevo.
Se observaron
mejoras para cada prueba en los participantes a los que se les administró el
tratamiento de estimulación, mientras que no se observó mejoría en ninguna
prueba en los que recibieron la estimulación simulada. Por ejemplo, antes del
inicio del estudio, se descubrió que los participantes tardaban aproximadamente
9,4 segundos en caminar 8 metros, pero después de un mes de tratamiento de
estimulación eléctrica, se descubrió que solo demoraron aproximadamente 7,8
segundos para completar la misma tarea. No se notaron cambios en los tiempos en
aquellos que recibieron la estimulación simulada.
Otra prueba evaluó cuánto tiempo tardarían los participantes en colocar y quitar clavijas de un tablero de clavijas para medir la coordinación de manos y brazos. Antes del inicio del estudio, se observó que los participantes tomaban 53 segundos para completar la tarea, en promedio. El tiempo para completar la tarea se redujo a 47 segundos en aquellos que habían recibido la estimulación durante 1 mes; aquellos que recibieron la estimulación simulada no experimentaron ninguna mejora.
Los investigadores
informan que los resultados prometedores duraron un mínimo de 3 meses para los
participantes. Las personas que tenían los síntomas más leves de su enfermedad
mostraron la mayor mejoría en los puntajes de las pruebas, lo que sugiere que
esta estimulación se debe administrar en una etapa temprana de la enfermedad
para que sea más efectiva.
Como estas
enfermedades causan una gran cantidad de problemas de coordinación, memoria y
cognitivos, la terapia no invasiva puede ofrecer una opción de tratamiento
potencial y novedosa para los pacientes que los tienen.
Los investigadores
admiten que el estudio tenía sus limitaciones; uno fue el pequeño número de
participantes. Además, los incluidos en el estudio tenían varios tipos de
ataxias neurodegenerativas. Como tal, los resultados pueden no ser aplicables a
todas las personas con estos trastornos.
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