diciembre 30, 2019

Trastorno Afectivo Estacional (TAE)




El trastorno afectivo estacional (TAE) es un tipo de depresión relacionado con los cambios de estación. Por lo general, comienza a finales de otoño y principios del invierno y desaparece durante la primavera y el verano. Algunas personas tienen episodios de depresión que comienzan en la primavera o el verano, pero eso es mucho menos común.

Este trastorno fue descubierto en 1984 por Rosenthal y sus colaboradores. Este equipo descubrió durante su investigación que ciertas personas presentaban un patrón de síntomas muy parecidos a los de la depresión pero dichos síntomas solo aparecían durante ciertas épocas del año, generalmente coincidiendo con los meses más fríos y con menos luz. El equipo de Rosenthal denominó este fenómeno como "seasonal depression".

También se le conoce como Depresión invernal, Depresión estacional.

El TAE puede afectar a adultos, adolescentes y niños. Se calcula que aproximadamente 6 de cada 100 personas (6%) tienen TAE. La prevalencia del TAE varía de una región a otra. Un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos reveló que las tasas de TAE fueron siete veces mayores entre las personas en New Hampshire que en Florida, lo que sugiere que cuanto más lejos de la línea ecuatorial vive una persona, más probable es que desarrolle TAE. Las personas que viven más al sur del ecuador tienen luz solar durante más horas del día durante los meses de invierno. Curiosamente, cuando las personas con TAE viajan a áreas de menor latitud durante el invierno no padecen de sus síntomas estacionales. Esto respalda la teoría de que el TAE está relacionado a la exposición a la luz solar.

La mayoría de las personas no sufre de depresión estacional, incluso si vive en áreas en las que los días son más cortos durante los meses de invierno. Los expertos no comprenden completamente por qué ciertas personas tienen más probabilidad de padecer TAE. Puede ser que algunas personas sean más sensibles que otras a las variaciones de luz y, por lo tanto, pueden experimentar cambios más dramáticos en la producción hormonal que depende de su exposición a la luz.

Como otras formas de depresión, las mujeres tienen una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar TAE que los hombres, lo mismo que las personas con parientes que han experimentado depresión. Además, la biología, la química cerebral, los antecedentes familiares, el medio ambiente y las experiencias de vida individuales pueden hacer que ciertas personas tengan más propensión a desarrollar TAE y otras formas de depresión.

Los investigadores continúan investigando las causas del TAE y por qué ciertas personas tienen más probabilidad que otras de padecerlo.


Causas del TAE

Los expertos creen que en el TAE, de alguna manera la depresión está desencadenada por la respuesta del cerebro a la disminución de la exposición a la luz natural. Nadie entiende completamente cómo ni por qué sucede. Las teorías actuales sobre las causas del TAE se concentran en el papel que podría tener la luz solar en la producción en el cerebro de hormonas clave. Los expertos creen que dos sustancias químicas específicas en el cerebro, melatonina y serotonina  neurotransmisores , podrían estar involucradas en el TAE. Estas dos hormonas ayudan a regular los ciclos de sueño-alerta, la energía y el estado de ánimo. Los días más cortos y las horas de oscuridad más largas en el otoño y el invierno pueden causar un aumento en los niveles de melatonina y una disminución en los niveles de serotonina, que podrían crear condiciones biológicas para la depresión.

La melatonina es la hormona que regula el sueño, y no hay suficiente vitamina D. El cuerpo produce esta hormona en mayores cantidades cuando hay oscuridad o cuando los días son más cortos. Este aumento en la producción de melatonina puede hacer que una persona se sienta somnolienta y letárgica.

La serotonina es conocida como la hormona de la felicidad, dicha hormona es la responsable de mantenernos enérgicos y activos durante el día, cuando esta hormona se desajusta, nuestro ánimo decae y nos sentimos más cansados e irritables. La producción de serotonina aumenta cuando una persona está expuesta a la luz solar, de modo que es probable que los niveles de serotonina sean más bajos durante el invierno, cuando los días son más cortos. Los niveles bajos de serotonina están asociados con depresión, de manera que aumentar la disponibilidad de serotonina ayuda a combatir la depresión.

El intestino  nuestro segundo cerebro  al auxilio de la depresión estacional

El eje cerebro-intestino es un sistema de comunicación bidireccional que conecta el sistema nervioso y el sistema gastrointestinal. La serotonina es un enlace común entre estos sistemas. La serotonina es producida por las células endocrinas y actúa como una hormona paracrina (forma de señalización celular), transportada por la sangre unida a las plaquetas.

Entre el 80 y el 90% de toda la serotonina, nuestra "hormona del buen humor", se encuentra en el tracto digestivo y el 95% se sintetiza en los intestinos.

La serotonina regula así el proceso de digestión y el sistema inmunitario. También puede ingresar al torrente sanguíneo y llegar al hipotálamo que desempeña un papel en el manejo de nuestras emociones.

A su vez, a través del nervio vago, nuestras emociones perturban nuestro vientre y el estrés es responsable del nudo en nuestro estómago; a la inversa, causan una microbiota desequilibrada, lesiones en el tracto gastrointestinal que ascienden a través del nervio vago hasta el cerebro, donde preparan el terreno para el desarrollo de afecciones neurológicas como el Parkinson, el autismo y el trastorno afectivo estacional.


Síntomas

En la mayoría de los casos, los síntomas del trastorno afectivo estacional aparecen a fines de otoño o a principios del invierno y desaparecen durante los días más soleados de primavera y verano. Con menor frecuencia, las personas que muestran el patrón opuesto tienen síntomas que empiezan en la primavera o el verano. En cualquiera de los casos, los síntomas pueden ser leves al principio y agravarse a medida que avanza la estación. Una persona con TAE exhibirá varios cambios particulares en la manera en la que siente y actúa normalmente. Estos cambios ocurren en un patrón estacional predecible. Los síntomas del TAE y los de la depresión son iguales, pero una persona con TAE puede notar algunos o todos los síntomas siguientes:

* Sentirse deprimido gran parte del día, casi todos los días
* Perder el interés en actividades que alguna vez se disfrutaron
* Tener poca energía
* Tener dificultades para conciliar el sueño
* Sufrir cambios en su peso o apetito
* Sentirse perezoso o inquieto
* Tener dificultad para concentrarse
* Sentirse desesperanzado, inútil o tener sentimientos de culpa
* Tener pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

Sin embargo, dos síntomas típicos distinguen la depresión invernal de las formas más clásicas. Las personas afectadas tienden a comer más y de manera compulsiva, con ansias abrumadoras de alimentos dulces. En 70 a 80% de los casos, estos comportamientos conducen al aumento de peso. También hay una mayor necesidad de dormir durante esta época del año.


Trastorno afectivo estacional de primavera y verano

El SAD (seasonal affective disorder) de primavera y de verano se caracteriza por la ansiedad, el insomnio, la irritabilidad y la pérdida de peso. Los síntomas se asemejan más a una manía que a una depresión.

Las causas del trastorno afectivo emocional en verano son bastante distintas:

* Las altas temperaturas afectan a los niveles de activación de algunas personas que no toleran bien el calor.

* Los recuerdos de veranos anteriores.

* La baja autoestima y mala imagen corporal pueden causar esta tristeza y desesperanza repentina durante los meses de más sol y calor del año.


Los síntomas específicos del trastorno afectivo estacional que aparece en verano consisten en:

* Trastornos del sueño (insomnio)
* Falta de apetito
* Adelgazamiento
* Nerviosismo o ansiedad

Cambios estacionales en el trastorno bipolar

En algunas personas con trastorno bipolar, la primavera y el verano pueden provocar síntomas de manía o una forma menos intensa de manía (hipomanía), y el otoño y el invierno pueden ser una época de depresión.


Factores de riesgo

El trastorno afectivo estacional se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Además, este trastorno es más frecuente en adultos jóvenes que en adultos mayores.

Algunos factores que pueden aumentar los riesgos de padecer trastorno afectivo estacional son:

* Antecedentes familiares. Las personas con trastorno afectivo estacional tienen más probabilidades de tener familiares consanguíneos con este trastorno u otra forma de depresión.

* Tener depresión mayor o trastorno bipolar. Si se tiene alguno de estos trastornos, los síntomas de la depresión pueden empeorar según la estación.

* Vivir lejos del ecuador. El trastorno afectivo estacional parece ser más frecuente entre personas que viven bien al norte o al sur del ecuador. Esto puede deberse a una menor cantidad de luz solar durante el invierno y porque los días durante los meses de verano son más largos.

Complicaciones

Los signos y síntomas del trastorno afectivo estacional deben tomarse en serio. Al igual que sucede con otros tipos de depresión, el trastorno afectivo estacional puede empeorar y dar lugar a problemas si no se trata. Algunos de ellos pueden ser:

* Retraimiento social
* Problemas en la escuela o en el trabajo
* Abuso de sustancias
* Otros trastornos de salud mental, como ansiedad o trastornos de la alimentación
* Pensamientos o conductas suicidas.


Diagnóstico del TAE

Los médicos y profesionales de la salud mental diagnostican TAE después de una evaluación cuidadosa. También es importante hacerse un examen médico para asegurarse que los síntomas no se deban a una afección médica que necesite tratamiento. El cansancio, la fatiga y la falta de energía podrían ser señales de otra afección médica como por ejemplo hipotiroidismo, hipoglucemia, o mononucleosis. Hay otros trastornos médicos que pueden causar cambios en el apetito, el sueño o la fatiga excesiva.


Tratamiento del TAE

El tratamiento puede ayudar a prevenir complicaciones, en especial, si el trastorno afectivo estacional se diagnostica y se trata antes de que los síntomas empeoren.

Cuando se determina que una persona padece de TAE, los médicos podrían recomendar alguno de los siguientes tratamientos:

Mayor exposición a la luz

Ya que los síntomas de TAE son desencadenados por falta de exposición a la luz y tienden a desaparecer por sí solos cuando aumenta la luz disponible, el tratamiento para el TAE a menudo involucra una mayor exposición a la luz durante los meses de invierno. Para una persona que tiene síntomas leves, podría ser suficiente pasar más tiempo al aire libre durante las horas de luz natural, tal vez haciendo ejercicio al aire libre o dando una caminata diaria. Las bombillas de luz de espectro completo (luz natural) que se pueden usar en lámparas regulares pueden ayudar a traer un poco más de luz natural a la casa en los meses de invierno y podría ayudar a aliviar los síntomas leves.


Terapia de luz o fitoterapia

Los síntomas más severos del TAE se pueden tratar con terapia de luz. La terapia de luz incluye el uso de una luz especial que simula la luz de día. Se coloca una caja o panel de luz especial sobre una mesa o escritorio y la persona se sienta delante de la luz durante un periodo corto de tiempo todos los días (más o menos 45 minutos al día, usualmente en la mañana). La persona debe mirar de reojo hacia la luz ocasionalmente y no de frente durante períodos largos.

Para que la luz actúe, tiene que ser absorbida a través de la retina. Los síntomas tienden a mejorar en unos pocos días en algunos casos o en unas pocas semanas en otros. Generalmente, los médicos recomiendan utilizar la terapia de luz hasta que la luz natural exterior sea suficiente.

La terapia de luz debe ser utilizada bajo la supervisión de un médico. Las personas con otro tipo de trastorno depresivo, piel sensible a la luz, o condiciones médicas que hagan que los ojos sean vulnerables al daño causado por la luz, deben usar la terapia de luz con cautela. Las luces que se utilizan en la fitoterapia para el TAE deben filtrar y eliminar los rayos ultravioleta dañinos. No se deben utilizar camas o cabinas para bronceado para aliviar los síntomas del TAE. Algunos efectos secundarios leves de la fitoterapia podrían incluir dolor de cabeza o fatiga visual.

Efectos secundarios temporales. Los efectos secundarios son posibles, pero generalmente son mínimos y transitorios: dolor de cabeza temporal, fatiga visual, náuseas, hiperactividad, sudoración, somnolencia, insomnio, sensación de arena en los ojos, por ejemplo.

El principio de la fitoterapia

Nuestros ojos están equipados con células especializadas en el reconocimiento de la luminosidad. Estas células, llamadas ganglios linfáticos, se encuentran en la retina. Por la noche, detectan la caída de la luminosidad y transmiten esta información a la glándula pineal, ubicada en el cerebro. Esta glándula causa la secreción de melatonina y prepara nuestro cuerpo para conciliar el sueño. En otoño e invierno, cuando la luminosidad externa se debilita, estas células a veces no perciben que ha amanecido. El nivel de melatonina en la sangre sigue siendo anormalmente alto, lo que explica la sensación de cansancio inusual. El principio de la terapia de luz, exponer el ojo a una luz parecida a la luz solar, pero sin infrarrojos ni ultravioleta, compensa la ausencia de luz y bloquea la producción de melatonina.

Al estimular directamente las células del ojo, la terapia de luz compensa la interrupción de nuestro reloj interno y acorta los síntomas de la depresión estacional. De hecho, la melatonina también puede tener un efecto sobre el estado de ánimo y los circuitos serotoninérgicos, también involucrados en la depresión.


Terapia de conversación o psicoterapia

La terapia de conversación se concentra en examinar los pensamientos y sentimientos negativos asociados con la depresión y ayuda a aliviar la sensación de aislamiento o soledad que sienten a menudo las personas con depresión. El apoyo y la guía de un terapeuta profesional pueden ser beneficiosos para una persona con TAE. La terapia de conversación también puede ayudar a la persona que padece de TAE a informarse sobre su condición y a entenderla mejor así como a aprender qué hacer para prevenir o minimizar las ocurrencias de depresión estacional.

Medicamentos

Los medicamentos antidepresivos ayudan a regular el equilibrio de serotonina y otros neurotransmisores en el cerebro, que afectan el estado de ánimo y la energía. Los medicamentos deben ser recetados y controlados por un médico.

Otras terapias que han resultado efectivas son las siguientes:

* Terapia cognitivo-conductual para la depresión
* Mindfulness y meditación
* Ejercicios para fomentar el pensamiento positivo

Trastorno afectivo emocional: TEST

El mismo equipo que descubrió el seasonal affective disorder también elaboró un cuestionario llamado Seasonal Pattern Assessment Questionnaire (SPAQ) donde recogían los principales síntomas

Test de depresión online


Trastorno afectivo estacional en niños y adolescentes

La depresión puede ser un problema grave para los adultos y para los niños por igual. Independientemente de la estación, los cambios en el humor o actitud de un niño no es algo que se debe ignorar o descartar. Lo que parece ser la mala actitud recientemente desarrollada de un adolescente, en realidad podría ser un caso de depresión o, en algunos casos, el trastorno afectivo estacional.

Los niños y los adolescentes también pueden padecer estos síntomas. Los síntomas que tardan más de dos semanas son motivos de preocupación.

Síntomas del TAE en niños y adolescentes

Cambios en el estado de ánimo. La persona puede sentirse triste o irritable la mayoría del tiempo por lo menos durante 2 semanas en una época específica del año. Durante este tiempo, una chica o un chico pueden tener sentimientos de desesperanza o de no valer nada. Como parte del cambio del estado de ánimo que acompaña al TAE, las personas pueden ser autocríticas, demostrar mayor sensibilidad que lo usual a la crítica y llorar o molestarse más a menudo o con más facilidad.

Incapacidad para disfrutar. Una persona con TAE puede perder interés en las cosas que disfruta normalmente y sentirse incapaz de disfrutar de las cosas como antes. Las personas con TAE también podrían tener la sensación de no poder completar las tareas tan bien como antes y sentirse insatisfechos o culpables. Una persona con TAE podría perder interés en los amigos y dejar de participar en actividades sociales.

Poca energía. El cansancio inusual o la fatiga sin razón aparente son también parte del TAE y pueden hacer que las personas se sientan con poca energía.

Cambios en el sueño. La persona podría dormir mucho más de lo usual. Dormir demasiado puede hacer difícil para un estudiante con TAE levantarse y alistarse para la escuela en las mañanas.

Cambios en la alimentación. Los cambios en la alimentación y el apetito relacionados con el TAE pueden incluir ganas de consumir carbohidratos simples (como alimentos reconfortantes y azucarados) y la tendencia a comer de más. Este cambio en la alimentación podría resultar en aumento de peso durante los meses de invierno.

Dificultad para concentrarse. El TAE puede afectar la concentración e interferir con el rendimiento escolar y las notas. El estudiante podría tener más dificultad que lo usual para completar los deberes a tiempo o podría carecer de la motivación usual. Una persona con TAE podría notar que sus notas bajan, y los maestros podrían opinar que el estudiante parecería estar menos motivado o que se está esforzando menos en la escuela.

Disminución de las actividades sociales. Las personas con TAE pueden pasar menos tiempo con los amigos, en actividades sociales, o en actividades extra curriculares.

Los problemas causados por el TAE, como las notas más bajas que lo usual o menos energía para socializar con amigos, pueden afectar la autoestima y hacer que una persona se sienta frustrada, aislada y solitaria  especialmente si no se da cuenta de qué es lo que está causando los cambios en la energía, el estado de ánimo y la motivación.

Cómo enfrentarse al TAE

Cuando se presentan los síntomas del TAE por primera vez, pueden resultar confusos tanto para la persona con TAE como para familiares y amigos. Algunos padres o maestros podrían pensar equivocadamente que los adolescentes con TAE están descuidando el ritmo de trabajo o no se están esforzando.

Para diagnosticar el TAE, es necesario que los médicos realicen un examen médico para descartar otras posibles causas de los síntomas, como hipotiroidismo, hipoglicemia o mononucleosis. Los médicos pueden administrar cuestionarios para determinar el humor y también para buscar un patrón estacional. Es difícil diagnosticar niños con depresión para empezar, ya que con frecuencia se presenta como irritabilidad, y tienen dificultades para comprender términos como ‘tristeza’ o ‘sentirse triste’.

Al igual que con los adultos, la depresión en niños se puede tratar de manera efectiva. La depresión es muy curable con medicamentos y terapia. La terapia de luz no se recomienda para niños.

En caso de diagnóstico de TAE, recomendaciones que pueden ayudar

* Seguir las recomendaciones del tratamiento médico.

* Hacer bastante ejercicio, especialmente al aire libre. El ejercicio puede mejorar el estado de ánimo.

* Pasar tiempo con amigos y seres queridos que comprenden lo que está sucediendo  ellos pueden ayudar brindando el contacto personal y una sensación de conexión.

* Ser paciente. No esperar que los síntomas desaparezcan inmediatamente.

* Solicitar ayuda con la tarea para el hogar y otros deberes si se necesita. Hablar con los maestros y preparar un plan para completar los deberes.

* Alimentarse bien. Podría ser difícil, pero evitar los carbohidratos simples y las meriendas azucaradas y mantener una dieta que incluya abundantes cereales integrales, verduras y frutas pueden ayudar a largo plazo.

* Establecer una rutina de sueño. Acostarse todos los días a la misma hora para aprovechar los beneficios para la salud mental que proporciona la luz natural.

Recomendaciones a los padres

Los padres de niños con depresión deben participar en el tratamiento y recuperación de su hijo. Aprenda sobre el trastorno y comparta lo que aprende con su hijo. Asegúrese de que su hijo complete su tratamiento todos los días, sin importar que forma receta su médico.

Planifique tiempo de calidad moderado juntos. Leer un libro o jugar un juego de mesa con la familia puede ser divertido. Motive a su hijo para que haga ejercicio y que pase tiempo al aire libre. Planifique caminatas diarias juntos. Prepare comidas saludables para su familia y establezca una rutina para la hora de dormir para asegurarse de que duerme lo suficiente y la misma cantidad de sueño todas las noches.

Su niño fatigado probablemente necesitará ayuda con sus tareas. Dedique tiempo para realizar juntos las tareas escolares e informe a los maestros la situación de su hijo. Sea paciente con su hijo y proporciónele la confianza indicándole que estos problemas mejorarán.


Adultos mayores, susceptibles al trastorno afectivo estacional

Tienen más riesgo de padecer este problema los adultos mayores que viven solos, en situación de dependencia, abandono, con marcadas limitaciones funcionales como no poder caminar para exponerse al sol o que carecen de adecuadas redes sociales de apoyo.

El padecimiento se caracteriza por cambios bruscos en el estado de ánimo como tristeza, irritabilidad, hipersomnia o exceso de sueño durante el día, deseo de ingerir alimentos dulces, alteración en la concentración, aumento o disminución de peso y del deseo sexual, falta de capacidad para experimentar placer, pérdida de interés en las actividades usuales, ansiedad, falta de energía y aislamiento social.

Sin embargo, la mayoría de las veces, el Trastorno Afectivo Estacional desaparece espontáneamente al llegar la primavera.

Se recomienda a las personas que presenten alguno de estos síntomas acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado y evitar la auto medicación y sobre todo el uso de productos “naturistas” como la melatonina, ya que pueden presentar efectos secundarios adversos.

Para evitar la presencia de la depresión estacional, se recomienda tomar baños de sol diarios por periodos de 15 minutos, si la persona está en cama, dejar entrar luz solar por la ventana, incrementar la actividad física con breves caminatas al exterior, si tiene la costumbre de dormir de día, que sea menos de 20 minutos, fortalecer las redes familiares e incrementar los círculos de amigos.


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Estrategias para aliviar el trastorno afectivo estacional a tiempo

Luz natural

En el hogar y en el trabajo, dejar que entre tanta luz natural como se pueda. Abrir las persianas, despejar el exterior de las ventanas, si es posible, de elementos que obstruyan el paso de la luz (reducir la vegetación, por ejemplo). Intentar estar cerca de una ventana siempre que sea posible, en casa o en el trabajo.

Ejercicio al aire libre

El ejercicio ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, y el estar al aire libre ayudará a levantar el ánimo. Así que cuando suene esa alarma mañanera, levantarse para salir a dar un paseo y absorber toda la luz que se pueda antes de empezar el día entre paredes. Sorprendentemente, incluso los paseos en los días nubosos pueden resultar beneficiosos. También se puede usar este tiempo para contemplación silenciosa u oración y así mejorar el ánimo antes de entrar de lleno en el caos diario.

Socializar con amigos

No permitir que los meses de invierno se conviertan en un periodo de hibernación solitaria. En esta época del año, con todo el mundo con prisas de un sitio para otro, hacer saber a los seres queridos si se siente decaído. Quizás ellos puedan ayudar en algunos ámbitos estresantes de la vida, o quizás únicamente dedicando un poco de tiempo de tranquilidad en un entorno cálido y acogedor, con un buen tazón de chocolate y una película reconfortante.

Alimentos de otoño


Nuestro cuerpo detecta el desajuste hormonal producido por la baja exposición solar y envía señales al sistema nervioso para que este busque algún modo de reajustarse. Para encontrar melatonina de manera natural, debemos consumir alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan o la pasta y por eso, de una manera casi inconsciente, nuestro cuerpo busca regularse por sí mismo.

Frutos secos: pistachos, almendras y nueces. Son ricos en fibras, proteínas y tienen una potente acción antioxidante, por su contenido en vitamina E, selenio y potasio. Además, su acción positiva sobre las grasas saturadas protege de la enfermedad cardiovascular. Su alto contenido en calorías dará suficiente energía a media mañana y en las meriendas.

Manzanas y peras, las frutas que darán energía todo el día. La fórmula es consumir frutas de temporada y con mucho color. Son ricas en vitaminas y antioxidantes y, dentro de las otoñales más efectivas, se encuentran las manzanas y las peras.

Las manzanas, son lo mejor para la absorción del colesterol, la sensación de hinchazón que venga de problemas cardiovasculares y, lo más importante, para el cansancio: sus antioxidantes. Las peras en otoño son perfectas, dulces y jugosas. Además de su sabor, estas frutas son muy ricas en vitamina C y contienen cuatro gramos de fibra por cada ración.

El tono anaranjado. La calabaza y la zanahoria tienen betacarotenos, es decir, provitamina A que actúa como un excelente escudo contra el cansancio otoñal. Son ricas en fibra e hidratos. Particularmente, la zanahoria contiene todo un arsenal de vitaminas (B, C, D, E, K), así como minerales, calcio, fósforo y potasio.

Aguacate (palta). Su alto contenido en potasio y en sodio ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos y electrolitos en las células, para mantener un ritmo cardiaco regular y una presión arterial normal.

Mariscos. El fruto del mar más apetitoso, rico y, también, energético que hay, junto con los pescados pequeños: su aporte de zinc es esencial para nuestro metabolismo.


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