El trastorno afectivo estacional (TAE) es un tipo de depresión relacionado con los cambios de estación. Por lo general, comienza a finales de otoño y principios del invierno y desaparece durante la primavera y el verano. Algunas personas tienen episodios de depresión que comienzan en la primavera o el verano, pero eso es mucho menos común.
Este trastorno fue descubierto en 1984 por
Rosenthal y sus colaboradores. Este equipo descubrió durante su investigación
que ciertas personas presentaban un patrón de síntomas muy parecidos a los de la depresión pero dichos síntomas
solo aparecían durante ciertas épocas del año, generalmente coincidiendo con
los meses más fríos y con menos luz. El equipo de Rosenthal denominó este
fenómeno como "seasonal
depression".
También se le conoce como Depresión invernal,
Depresión estacional.
El TAE puede afectar a adultos, adolescentes y
niños. Se calcula que aproximadamente 6 de cada 100 personas (6%) tienen TAE.
La prevalencia del TAE varía de una región a otra. Un estudio llevado a cabo en
los Estados Unidos reveló que las tasas de TAE fueron siete veces mayores entre
las personas en New Hampshire que en Florida, lo que sugiere que cuanto más
lejos de la línea ecuatorial vive una persona, más probable es que desarrolle
TAE. Las personas que viven más al sur del ecuador tienen luz solar durante más
horas del día durante los meses de invierno. Curiosamente, cuando las personas
con TAE viajan a áreas de menor latitud durante el invierno no padecen de sus
síntomas estacionales. Esto respalda la teoría de que el TAE está relacionado a
la exposición a la luz solar.
La mayoría de las personas no sufre de
depresión estacional, incluso si vive en áreas en las que los días son más
cortos durante los meses de invierno. Los expertos no comprenden completamente
por qué ciertas personas tienen más probabilidad de padecer TAE. Puede ser que
algunas personas sean más sensibles que otras a las variaciones de luz y, por
lo tanto, pueden experimentar cambios más dramáticos en la producción hormonal
que depende de su exposición a la luz.
Como otras formas de depresión, las mujeres
tienen una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar TAE que los hombres,
lo mismo que las personas con parientes que han experimentado depresión.
Además, la biología, la química cerebral, los antecedentes familiares, el medio
ambiente y las experiencias de vida individuales pueden hacer que ciertas
personas tengan más propensión a desarrollar TAE y otras formas de depresión.
Los investigadores continúan investigando las
causas del TAE y por qué ciertas personas tienen más probabilidad que otras de
padecerlo.
Causas del TAE
Los expertos creen que en el TAE, de alguna
manera la depresión está desencadenada por la respuesta del cerebro a la
disminución de la exposición a la luz natural. Nadie entiende completamente
cómo ni por qué sucede. Las teorías actuales sobre las causas del TAE se
concentran en el papel que podría tener la luz solar en la producción en el
cerebro de hormonas clave. Los expertos creen que dos sustancias químicas
específicas en el cerebro, melatonina y serotonina – neurotransmisores –,
podrían estar involucradas en el TAE. Estas dos hormonas ayudan a regular los
ciclos de sueño-alerta, la energía y el estado de ánimo. Los días más cortos y
las horas de oscuridad más largas en el otoño y el invierno pueden causar un
aumento en los niveles de melatonina y una disminución en los niveles de
serotonina, que podrían crear condiciones biológicas para la depresión.
La melatonina es la hormona que regula el sueño, y no hay suficiente vitamina D. El cuerpo produce esta hormona en mayores cantidades
cuando hay oscuridad o cuando los días son más cortos. Este aumento en la
producción de melatonina puede hacer que una persona se sienta somnolienta y
letárgica.
La serotonina es conocida como la hormona de la
felicidad, dicha hormona es la responsable de mantenernos enérgicos y activos
durante el día, cuando esta hormona se desajusta, nuestro ánimo decae y nos
sentimos más cansados e irritables. La producción de serotonina aumenta cuando
una persona está expuesta a la luz solar, de modo que es probable que los
niveles de serotonina sean más bajos
durante el invierno, cuando los días son más cortos. Los niveles bajos de
serotonina están asociados con depresión, de manera que aumentar la
disponibilidad de serotonina ayuda a combatir la depresión.
El intestino – nuestro
segundo cerebro – al auxilio de la depresión estacional
El eje cerebro-intestino es un sistema de comunicación bidireccional que
conecta el sistema nervioso y el sistema gastrointestinal. La serotonina es un
enlace común entre estos sistemas. La serotonina es producida por las células
endocrinas y actúa como una hormona paracrina (forma de señalización celular), transportada por la sangre unida a las
plaquetas.
Entre el 80 y el 90% de toda la serotonina, nuestra "hormona del buen
humor", se encuentra en el tracto digestivo y el 95% se sintetiza en los
intestinos.
La serotonina regula así el proceso de digestión y el sistema inmunitario.
También puede ingresar al torrente sanguíneo y llegar al hipotálamo que desempeña
un papel en el manejo de nuestras emociones.
A su vez, a través del nervio vago, nuestras emociones perturban nuestro vientre
y el estrés es responsable del nudo en nuestro estómago; a la inversa, causan una microbiota desequilibrada, lesiones en el tracto gastrointestinal que ascienden
a través del nervio vago hasta el cerebro, donde preparan el terreno para el
desarrollo de afecciones neurológicas como el Parkinson, el autismo y el
trastorno afectivo estacional.
Síntomas
En la mayoría de los casos, los síntomas del
trastorno afectivo estacional aparecen a fines de otoño o a principios del
invierno y desaparecen durante los días más soleados de primavera y verano. Con
menor frecuencia, las personas que muestran el patrón opuesto tienen síntomas
que empiezan en la primavera o el verano. En cualquiera de los casos, los
síntomas pueden ser leves al principio y agravarse a medida que avanza la
estación. Una persona con TAE exhibirá varios cambios particulares en la manera
en la que siente y actúa normalmente. Estos cambios ocurren en un patrón
estacional predecible. Los síntomas del TAE y los de la depresión son iguales,
pero una persona con TAE puede notar algunos o todos los síntomas siguientes:
* Perder el interés en actividades que alguna
vez se disfrutaron
* Tener poca energía
* Tener dificultades para conciliar el sueño
* Sufrir cambios en su peso o apetito
* Sentirse perezoso o inquieto
* Tener dificultad para concentrarse
* Sentirse desesperanzado, inútil o tener
sentimientos de culpa
* Tener pensamientos recurrentes de muerte o
suicidio.
Sin embargo, dos síntomas típicos distinguen la depresión invernal de las formas más clásicas. Las personas afectadas tienden a comer más y de manera compulsiva, con ansias abrumadoras de alimentos dulces. En 70 a 80% de los casos, estos comportamientos conducen al aumento de peso. También hay una mayor necesidad de dormir durante esta época del año.
Sin embargo, dos síntomas típicos distinguen la depresión invernal de las formas más clásicas. Las personas afectadas tienden a comer más y de manera compulsiva, con ansias abrumadoras de alimentos dulces. En 70 a 80% de los casos, estos comportamientos conducen al aumento de peso. También hay una mayor necesidad de dormir durante esta época del año.
Trastorno afectivo estacional de primavera y verano
El SAD (seasonal affective disorder) de primavera y de verano se caracteriza por la ansiedad, el insomnio, la irritabilidad y la pérdida de peso. Los síntomas se asemejan más a una manía que a una depresión.
* Las altas temperaturas afectan a los niveles de activación de algunas personas que no toleran bien el calor.
* Los recuerdos de veranos anteriores.
* La baja autoestima y mala imagen corporal pueden causar esta tristeza y desesperanza repentina durante los meses de más sol y calor del año.
Los síntomas específicos del trastorno afectivo estacional que aparece en verano consisten en:
* Trastornos del sueño (insomnio)
* Falta de apetito
* Adelgazamiento
* Nerviosismo o ansiedad
Cambios estacionales en el trastorno bipolar
En algunas personas con trastorno bipolar, la
primavera y el verano pueden provocar síntomas de manía o una forma menos
intensa de manía (hipomanía), y el otoño y el invierno pueden ser una época de
depresión.
Factores de riesgo
El trastorno afectivo estacional se diagnostica
con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Además, este trastorno es más
frecuente en adultos jóvenes que en adultos mayores.
* Antecedentes familiares. Las personas con trastorno afectivo
estacional tienen más probabilidades de tener familiares consanguíneos con este
trastorno u otra forma de depresión.
* Tener depresión mayor o trastorno bipolar. Si se tiene alguno de estos
trastornos, los síntomas de la depresión pueden empeorar según la estación.
* Vivir lejos del ecuador. El trastorno afectivo estacional
parece ser más frecuente entre personas que viven bien al norte o al sur del
ecuador. Esto puede deberse a una menor cantidad de luz solar durante el
invierno y porque los días durante los meses de verano son más largos.
Complicaciones

* Retraimiento social
* Problemas en la escuela o en el trabajo
* Abuso de sustancias
* Otros trastornos de salud mental, como
ansiedad o trastornos de la alimentación
* Pensamientos o conductas suicidas.
Diagnóstico del TAE
Los médicos y profesionales de la salud mental
diagnostican TAE después de una evaluación cuidadosa. También es importante
hacerse un examen médico para asegurarse que los síntomas no se deban a una
afección médica que necesite tratamiento. El cansancio, la fatiga y la falta de
energía podrían ser señales de otra afección médica como por ejemplo
hipotiroidismo, hipoglucemia, o mononucleosis. Hay otros trastornos médicos que
pueden causar cambios en el apetito, el sueño o la fatiga excesiva.
Tratamiento del TAE
El tratamiento puede ayudar a prevenir
complicaciones, en especial, si el trastorno afectivo estacional se diagnostica
y se trata antes de que los síntomas empeoren.
Cuando se determina que una persona padece de
TAE, los médicos podrían recomendar alguno de los siguientes tratamientos:
Mayor exposición a la luz

Terapia de luz o fitoterapia
Los síntomas más severos del TAE se pueden
tratar con terapia de luz. La terapia de luz incluye el uso de una luz especial
que simula la luz de día. Se coloca una caja o panel de luz especial sobre una
mesa o escritorio y la persona se sienta delante de la luz durante un periodo
corto de tiempo todos los días (más o menos 45 minutos al día, usualmente en la
mañana). La persona debe mirar de reojo hacia la luz ocasionalmente y no de
frente durante períodos largos.
Para que la luz actúe, tiene que ser absorbida
a través de la retina. Los síntomas tienden a mejorar en unos pocos días en
algunos casos o en unas pocas semanas en otros. Generalmente, los médicos
recomiendan utilizar la terapia de luz hasta que la luz natural exterior sea
suficiente.

La terapia de luz debe ser utilizada bajo la
supervisión de un médico. Las personas con otro tipo de trastorno depresivo,
piel sensible a la luz, o condiciones médicas que hagan que los ojos sean
vulnerables al daño causado por la luz, deben usar la terapia de luz con
cautela. Las luces que se utilizan en la fitoterapia para el TAE deben
filtrar y eliminar los rayos ultravioleta dañinos. No se deben utilizar camas o
cabinas para bronceado para aliviar los síntomas del TAE. Algunos efectos
secundarios leves de la fitoterapia podrían incluir dolor de cabeza o fatiga
visual.
Efectos secundarios temporales. Los efectos secundarios son posibles, pero generalmente son mínimos y transitorios: dolor de cabeza temporal, fatiga visual, náuseas, hiperactividad, sudoración, somnolencia, insomnio, sensación de arena en los ojos, por ejemplo.
El principio de la fitoterapia
Nuestros ojos están equipados con células especializadas en el reconocimiento de la luminosidad. Estas células, llamadas ganglios linfáticos, se encuentran en la retina. Por la noche, detectan la caída de la luminosidad y transmiten esta información a la glándula pineal, ubicada en el cerebro. Esta glándula causa la secreción de melatonina y prepara nuestro cuerpo para conciliar el sueño. En otoño e invierno, cuando la luminosidad externa se debilita, estas células a veces no perciben que ha amanecido. El nivel de melatonina en la sangre sigue siendo anormalmente alto, lo que explica la sensación de cansancio inusual. El principio de la terapia de luz, exponer el ojo a una luz parecida a la luz solar, pero sin infrarrojos ni ultravioleta, compensa la ausencia de luz y bloquea la producción de melatonina.
Al estimular directamente las células del ojo, la terapia de luz compensa la interrupción de nuestro reloj interno y acorta los síntomas de la depresión estacional. De hecho, la melatonina también puede tener un efecto sobre el estado de ánimo y los circuitos serotoninérgicos, también involucrados en la depresión.
El principio de la fitoterapia
Nuestros ojos están equipados con células especializadas en el reconocimiento de la luminosidad. Estas células, llamadas ganglios linfáticos, se encuentran en la retina. Por la noche, detectan la caída de la luminosidad y transmiten esta información a la glándula pineal, ubicada en el cerebro. Esta glándula causa la secreción de melatonina y prepara nuestro cuerpo para conciliar el sueño. En otoño e invierno, cuando la luminosidad externa se debilita, estas células a veces no perciben que ha amanecido. El nivel de melatonina en la sangre sigue siendo anormalmente alto, lo que explica la sensación de cansancio inusual. El principio de la terapia de luz, exponer el ojo a una luz parecida a la luz solar, pero sin infrarrojos ni ultravioleta, compensa la ausencia de luz y bloquea la producción de melatonina.
Al estimular directamente las células del ojo, la terapia de luz compensa la interrupción de nuestro reloj interno y acorta los síntomas de la depresión estacional. De hecho, la melatonina también puede tener un efecto sobre el estado de ánimo y los circuitos serotoninérgicos, también involucrados en la depresión.
Terapia de conversación o psicoterapia
La terapia de conversación se concentra en
examinar los pensamientos y sentimientos negativos asociados con la depresión y
ayuda a aliviar la sensación de aislamiento o soledad que sienten a menudo las
personas con depresión. El apoyo y la guía de un terapeuta profesional pueden
ser beneficiosos para una persona con TAE. La terapia de conversación también
puede ayudar a la persona que padece de TAE a informarse sobre su condición y a
entenderla mejor así como a aprender qué hacer para prevenir o minimizar las
ocurrencias de depresión estacional.
Medicamentos
Los medicamentos antidepresivos ayudan a
regular el equilibrio de serotonina y otros neurotransmisores en el cerebro,
que afectan el estado de ánimo y la energía. Los medicamentos deben ser
recetados y controlados por un médico.
Otras terapias que han resultado efectivas son las
siguientes:
* Terapia cognitivo-conductual para la
depresión
* Mindfulness y meditación
* Ejercicios para fomentar el pensamiento
positivo
Trastorno afectivo emocional: TEST
El mismo equipo que descubrió el seasonal affective disorder también
elaboró un cuestionario llamado Seasonal Pattern Assessment Questionnaire
(SPAQ) donde recogían los principales síntomas
Test de depresión online
Trastorno afectivo estacional en niños y adolescentes
La depresión puede ser un problema grave para
los adultos y para los niños por igual. Independientemente de la estación, los
cambios en el humor o actitud de un niño no es algo que se debe ignorar o
descartar. Lo que parece ser la mala actitud recientemente desarrollada de un
adolescente, en realidad podría ser un caso de depresión o, en algunos casos, el
trastorno afectivo estacional.
Los niños y los adolescentes también pueden
padecer estos síntomas. Los síntomas que tardan más de dos semanas son motivos
de preocupación.
Síntomas del TAE en niños y adolescentes
Cambios en el estado de ánimo. La persona puede sentirse triste o
irritable la mayoría del tiempo por lo menos durante 2 semanas en una época
específica del año. Durante este tiempo, una chica o un chico pueden tener
sentimientos de desesperanza o de no valer nada. Como parte del cambio del
estado de ánimo que acompaña al TAE, las personas pueden ser autocríticas, demostrar mayor sensibilidad que lo usual a la crítica y llorar o molestarse
más a menudo o con más facilidad.
Incapacidad para disfrutar. Una persona con TAE puede perder
interés en las cosas que disfruta normalmente y sentirse incapaz de disfrutar
de las cosas como antes. Las personas con TAE también podrían tener la
sensación de no poder completar las tareas tan bien como antes y sentirse
insatisfechos o culpables. Una persona con TAE podría perder interés en los
amigos y dejar de participar en actividades sociales.
Poca energía. El cansancio inusual o la fatiga sin razón
aparente son también parte del TAE y pueden hacer que las personas se sientan
con poca energía.
Cambios en el sueño. La persona podría dormir mucho más
de lo usual. Dormir demasiado puede hacer difícil para un estudiante con TAE
levantarse y alistarse para la escuela en las mañanas.
Cambios en la alimentación. Los cambios en la alimentación y el
apetito relacionados con el TAE pueden incluir ganas de consumir carbohidratos
simples (como alimentos reconfortantes y azucarados) y la tendencia a comer de
más. Este cambio en la alimentación podría resultar en aumento de peso durante
los meses de invierno.
Dificultad para concentrarse. El TAE puede afectar la
concentración e interferir con el rendimiento escolar y las notas. El
estudiante podría tener más dificultad que lo usual para completar los deberes
a tiempo o podría carecer de la motivación usual. Una persona con TAE podría
notar que sus notas bajan, y los maestros podrían opinar que el estudiante
parecería estar menos motivado o que se está esforzando menos en la escuela.
Disminución de las actividades sociales. Las personas con TAE pueden pasar
menos tiempo con los amigos, en actividades sociales, o en actividades
extra curriculares.
Los problemas causados por el TAE, como las
notas más bajas que lo usual o menos energía para socializar con amigos, pueden
afectar la autoestima y hacer que una persona se sienta frustrada, aislada y
solitaria – especialmente si no se da cuenta de qué es lo que está causando los
cambios en la energía, el estado de ánimo y la motivación.
Cómo enfrentarse al TAE
Cuando se presentan los síntomas del TAE por
primera vez, pueden resultar confusos tanto para la persona con TAE como para
familiares y amigos. Algunos padres o maestros podrían pensar equivocadamente
que los adolescentes con TAE están descuidando el ritmo de trabajo o no se
están esforzando.
Para diagnosticar el TAE, es necesario que los
médicos realicen un examen médico para descartar otras posibles causas de los
síntomas, como hipotiroidismo, hipoglicemia o mononucleosis. Los médicos pueden
administrar cuestionarios para determinar el humor y también para buscar un
patrón estacional. Es difícil diagnosticar niños con depresión para empezar, ya
que con frecuencia se presenta como irritabilidad, y tienen dificultades para
comprender términos como ‘tristeza’ o ‘sentirse triste’.
Al igual que con los adultos, la depresión en
niños se puede tratar de manera efectiva. La depresión es muy curable con
medicamentos y terapia. La terapia de luz no se recomienda para niños.
En caso de diagnóstico
de TAE, recomendaciones que pueden ayudar
* Hacer bastante ejercicio, especialmente al
aire libre. El ejercicio puede mejorar el estado de ánimo.
* Pasar tiempo con amigos y seres queridos que
comprenden lo que está sucediendo – ellos pueden ayudar brindando el contacto
personal y una sensación de conexión.
* Ser paciente. No esperar que los síntomas
desaparezcan inmediatamente.
* Solicitar ayuda con la tarea para el hogar y
otros deberes si se necesita. Hablar con los maestros y preparar un plan para
completar los deberes.
* Alimentarse bien. Podría ser difícil, pero
evitar los carbohidratos simples y las meriendas azucaradas y mantener una
dieta que incluya abundantes cereales integrales, verduras y frutas pueden
ayudar a largo plazo.
* Establecer una rutina de sueño. Acostarse
todos los días a la misma hora para aprovechar los beneficios para la salud
mental que proporciona la luz natural.
Recomendaciones a los padres
Los padres de niños con depresión deben
participar en el tratamiento y recuperación de su hijo. Aprenda sobre el
trastorno y comparta lo que aprende con su hijo. Asegúrese de que su hijo
complete su tratamiento todos los días, sin importar que forma receta su
médico.
Planifique tiempo de calidad moderado juntos. Leer un libro o jugar un
juego de mesa con la familia puede ser divertido. Motive a su hijo para que
haga ejercicio y que pase tiempo al aire libre. Planifique caminatas diarias
juntos. Prepare comidas saludables para su familia y establezca una rutina para
la hora de dormir para asegurarse de que duerme lo suficiente y la misma
cantidad de sueño todas las noches.
Su niño fatigado probablemente necesitará ayuda
con sus tareas. Dedique tiempo para realizar juntos las tareas escolares e
informe a los maestros la situación de su hijo. Sea paciente con su hijo y
proporciónele la confianza indicándole que estos problemas mejorarán.
Adultos mayores, susceptibles al trastorno
afectivo estacional
Tienen más riesgo de padecer este problema los
adultos mayores que viven solos, en situación de dependencia, abandono, con
marcadas limitaciones funcionales como no poder caminar para exponerse al sol o
que carecen de adecuadas redes sociales de apoyo.
El padecimiento se caracteriza por cambios
bruscos en el estado de ánimo como tristeza, irritabilidad, hipersomnia o
exceso de sueño durante el día, deseo de ingerir alimentos dulces, alteración
en la concentración, aumento o disminución de peso y del deseo sexual, falta de
capacidad para experimentar placer, pérdida de interés en las actividades
usuales, ansiedad, falta de energía y aislamiento social.
Sin embargo, la mayoría de las veces, el
Trastorno Afectivo Estacional desaparece espontáneamente al llegar la
primavera.
Se recomienda a las personas que presenten
alguno de estos síntomas acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado
y evitar la auto medicación y sobre todo el uso de productos “naturistas” como
la melatonina, ya que pueden presentar efectos secundarios adversos.
Para evitar la presencia de la depresión
estacional, se recomienda tomar baños de sol diarios por periodos de 15
minutos, si la persona está en cama, dejar entrar luz solar por la ventana,
incrementar la actividad física con breves caminatas al exterior, si tiene la
costumbre de dormir de día, que sea menos de 20 minutos, fortalecer las redes
familiares e incrementar los círculos de amigos.
* *
*
Estrategias para aliviar el trastorno afectivo
estacional a tiempo
Luz natural
En el hogar y en el trabajo, dejar que entre
tanta luz natural como se pueda. Abrir las persianas, despejar el exterior de
las ventanas, si es posible, de elementos que obstruyan el paso de la luz
(reducir la vegetación, por ejemplo). Intentar estar cerca de una ventana
siempre que sea posible, en casa o en el trabajo.
Ejercicio al aire libre
El ejercicio ayuda a reducir el estrés y la
ansiedad, y el estar al aire libre ayudará a levantar el ánimo. Así que cuando
suene esa alarma mañanera, levantarse para salir a dar un paseo y absorber toda
la luz que se pueda antes de empezar el día entre paredes. Sorprendentemente,
incluso los paseos en los días nubosos pueden resultar beneficiosos. También se
puede usar este tiempo para contemplación silenciosa u oración y así mejorar el
ánimo antes de entrar de lleno en el caos diario.
Socializar con amigos
No permitir que los meses de invierno se
conviertan en un periodo de hibernación solitaria. En esta época del año, con
todo el mundo con prisas de un sitio para otro, hacer saber a los seres
queridos si se siente decaído. Quizás ellos puedan ayudar en algunos ámbitos
estresantes de la vida, o quizás únicamente dedicando un poco de tiempo de
tranquilidad en un entorno cálido y acogedor, con un buen tazón de chocolate y
una película reconfortante.
Alimentos de otoño
Nuestro cuerpo detecta el desajuste hormonal producido por la baja exposición solar y envía señales al sistema nervioso para que este busque algún modo de reajustarse. Para encontrar melatonina de manera natural, debemos consumir alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan o la pasta y por eso, de una manera casi inconsciente, nuestro cuerpo busca regularse por sí mismo.
Frutos secos: pistachos, almendras y nueces. Son ricos en fibras, proteínas y tienen una potente acción antioxidante, por su contenido en vitamina E, selenio y
potasio. Además, su acción positiva sobre las grasas saturadas protege de la enfermedad cardiovascular.
Su alto contenido en calorías
dará suficiente energía a media mañana y en las meriendas.
Manzanas y peras, las frutas que darán energía
todo el día. La
fórmula es consumir frutas de temporada y con mucho color. Son ricas en vitaminas y antioxidantes y, dentro de
las otoñales más efectivas, se encuentran las manzanas y las peras.
Las manzanas, son lo mejor para la absorción
del colesterol, la sensación de hinchazón que venga de problemas
cardiovasculares y, lo más importante, para
el cansancio: sus antioxidantes. Las peras en otoño son perfectas,
dulces y jugosas. Además de su sabor, estas frutas son muy ricas en vitamina C y contienen cuatro
gramos de fibra por cada ración.
El tono anaranjado. La calabaza y la zanahoria tienen betacarotenos, es decir,
provitamina A que actúa como un excelente escudo contra el cansancio otoñal. Son
ricas en fibra e hidratos. Particularmente, la zanahoria contiene todo un arsenal de vitaminas (B, C, D, E, K), así como minerales, calcio, fósforo y potasio.
Aguacate (palta). Su alto contenido en potasio y en sodio ayuda a mantener el equilibrio de los
líquidos y electrolitos en las células, para mantener un ritmo cardiaco regular
y una presión arterial normal.
Mariscos. El fruto del mar más apetitoso, rico y,
también, energético que hay, junto con los pescados pequeños: su aporte de zinc es esencial para
nuestro metabolismo.
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