septiembre 18, 2016

Estrés y Ansiedad en el Adulto




Cuanto más sedentarios somos, menos eficiente es nuestro cuerpo para responder al estrés

Una activación excesiva del estrés y la ansiedad puede provocar alteraciones psicofisiológicas como dificultad para conciliar el sueño, hipertensión, pérdida de apetito, disfunciones sexuales, etc.

El ritmo de vida frenético que seguimos convierte al estrés en el mal de nuestra sociedad. Los expertos advierten de los efectos devastadores del estrés, la ansiedad y la depresión en el cerebro y de la posibilidad de combatirlos con distintas actividades. Las técnicas basadas en la meditación parecen ser las más efectivas.

El término estrés deriva del latín stringere, que significa provocar tensión. En física se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto, que puede romperlo o deformarlo. En humanidades se utilizó como sinónimo de adversidad, aflicción.

El termino estrés fue incorporado a la biología por W. Cannon en 1911 y a la psicología científica por el fisiólogo  Hans Selye en 1956, quien lo definió como una respuesta global, total y automática del ser humano ante las exigencias externas e internas que no se pueden armónicamente controlar, las cuales amenazan su equilibrio homeostático, originando en el individuo lo que llamó un Síndrome General de Adaptación. Se habla de un estrés positivo, llamado eustress, y un estrés negativo llamado distress.

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.

El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar la salud.

Para afrontar dichas situaciones, el cuerpo debe proveerse de manera rápida de la suficiente energía. Es por ello que las células comienzan a catabolizar  simplificar sustancias y elementos, transformándolos  la energía acumulada en el organismo. Las células, al trabajar tan rápido, producen desechos y necesitan nutrientes nuevos de forma continua. La sangre, que contiene esos nutrientes, ha de circular más rápido, por lo que el ritmo cardiaco se acelera.

También aumenta la respiración. Los pulmones están conectados al corazón cuando pasan del primer al segundo ventrículo. De esta forma el ritmo cardiaco y la respiración se sintonizan para poder llevar el máximo de recursos disponibles a las células.

Por otra parte, una respuesta de estrés implica un aumento de la frecuencia de las ondas cerebrales. Las ondas cerebrales se producen por la activación de miles de neuronas actuando a la vez. Se han distinguido varios tipos de onda según su frecuencia y su amplitud:

* Ritmos delta: se producen durante el sueño reparador.
* Ritmos theta: se producen en el inicio del sueño o somnolencia.
* Ritmos beta bajos: relacionados con la solución de problemas y la atención.
* Ritmos beta: generados durante episodios de estrés, preocupación o miedo.


Distintos tipos de estrés

Las reacciones de estrés son normales y útiles. Esto se conoce como 'buen estrés', porque aumenta el nivel de rendimiento en el desempeño de ciertas tareas o acciones. Pero depende principalmente de la intensidad y la duración de las reacciones de estrés en algunas personas. Después del llamado período de estrés, el sistema nervioso desencadena una reacción de relajación que en algunas personas parece tomar más tiempo para ponerse en marcha.

Estrés agudo

El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. El estrés agudo es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador.

Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los daños importantes asociados con el estrés a largo plazo. El estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y manejable.

Los síntomas más comunes son :

* Agonía emocional: una combinación de enojo o irritabilidad, ansiedad y depresión, las tres emociones del estrés.

* Problemas musculares que incluyen dolores de cabeza tensos, dolor de espalda, dolor en la mandíbula y las tensiones musculares que derivan en desgarro muscular y problemas en tendones y ligamentos.

* Problemas estomacales e intestinales como acidez, flatulencia, diarrea, estreñimiento y síndrome de intestino irritable.

* Sobreexcitación pasajera que deriva en elevación de la presión sanguínea, ritmo cardíaco acelerado, transpiración de las palmas de las manos, palpitaciones, mareos, migrañas, manos o pies fríos, dificultad para respirar, y dolor en el pecho.

Estrés agudo episódico

Por otra parte, están aquellas personas que tienen estrés agudo con frecuencia, cuyas vidas son tan desordenadas que son estudios de caos y crisis. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde. Si algo puede salir mal, les sale mal. Asumen muchas responsabilidades, tienen demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de exigencias autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención. Parecen estar perpetuamente en las garras del estrés agudo.

Es común que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado agitadas, tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas. Suelen describirse como personas con "mucha energía nerviosa". Siempre apuradas, tienden a ser cortantes y a veces su irritabilidad se transmite como hostilidad. Las relaciones interpersonales se deterioran con rapidez cuando otros responden con hostilidad real. El trabajo se vuelve un lugar muy estresante para ellas.

A menudo, el estilo de vida y los rasgos de personalidad están tan arraigados y son habituales en estas personas que no ven nada malo en la forma cómo conducen sus vidas. Culpan a otras personas y hechos externos de sus males. Con frecuencia, ven su estilo de vida, sus patrones de interacción con los demás y sus formas de percibir el mundo como parte integral de lo que son y lo que hacen.

Estas personas pueden ser sumamente resistentes al cambio. Sólo la promesa de alivio del dolor y malestar de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encaminadas en su programa de recuperación.

Estrés crónico

El estrés crónico destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a largo plazo. Es el estrés de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en un matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta.

El estrés crónico surge cuando una persona nunca ve una salida a una situación deprimente. Es el estrés de las exigencias y presiones implacables durante períodos aparentemente interminables. Sin esperanzas, la persona abandona la búsqueda de soluciones.

El peor aspecto del estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se olvidan que está allí. Las personas toman conciencia de inmediato del estrés agudo porque es nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a veces hasta casi resulta cómodo.

El estrés crónico mata a través del suicidio, la violencia, el ataque al corazón, la apoplejía e incluso el cáncer. Las personas se desgastan hasta llegar a una crisis nerviosa final y fatal. Debido a que los recursos físicos y mentales se ven consumidos por el desgaste a largo plazo, los síntomas de estrés crónico son difíciles de tratar y pueden requerir tratamiento médico y de conducta y manejo del estrés.


Síntomas del estrés

El estrés puede manifestarse a través de problemas o señales físicas o nerviosas/psicológicas.

* Dentro de las señales físicas se incluyen: dolores musculares, problemas respiratorios (falta de aire o sofocos), problemas en la piel (eczemas, urticarias), disfunciones sexuales, alteraciones cardíacas (dolores o presión en el pecho), problemas estomacales, tics nerviosos, etc.

* Los síntomas psicológicos del estrés engloban: irritabilidad, falta de concentración y memoria, cansancio, trastornos del sueño, ansiedad, agitación, etc.


Causas

El estrés se desencadena por situaciones que representan un 'peligro' para el individuo o por factores estresantes. Estas situaciones pueden estar relacionadas con diferentes contextos según la edad de la persona.

Las causas del estrés son diferentes para cada persona. Se puede tener estrés a causa de buenos desafíos y también a causa de los malos. Las presiones que son extremadamente intensas, que perduran por mucho tiempo, o los problemas que hay que afrontar sin ayuda, pueden ocasionar una sobrecarga de estrés. La causa del estrés es la presencia de un “factor estresante”.

Situaciones que pueden ser agobiantes si continúan por largo tiempo:

* Ser víctima de intimidación o estar expuesto a violencia o lesiones físicas.
* Relaciones tensas, conflictos familiares, la tristeza ocasionada por un corazón quebrantado, o el fallecimiento de un ser querido.
* Problemas continuos en la escuela ocasionados por un problema de aprendizaje o cualquier otro problema como TDAH, el cual deja de causar estrés una vez que se reconoce y se trata con el apoyo adecuado.
* Estar siempre apurado, no tener tiempo para descansar y relajarse, y estar siempre en movimiento.


Respuesta al estrés

El cuerpo humano responde a estas situaciones activando el sistema nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce sudor para refrescarse.


Todos estos cambios físicos preparan a la persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión emocional.

Esta reacción se conoce como respuesta al estrés. Cuando funciona como es debido, esta reacción es la mejor forma para que la persona funcione bajo presión. Pero la respuesta al estrés también puede causar problemas cuando es extrema.

Cuando se tiene estrés crónico, el cuerpo se mantiene alerta incluso cuando no hay peligro. Con el tiempo, esto pone en riesgo de problemas de salud.



Trastorno de Estrés Postraumático

El trastorno de estrés postraumático o TEPT es una enfermedad real. Una persona puede padecer de TEPT después de haber vivido o presenciado un acontecimiento peligroso, como una guerra, un huracán, o un accidente grave. El TEPT hace que se sienta estresada y con miedo una vez que ha pasado el peligro. Afecta su vida y las vidas de las personas que la rodean. El TEPT puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, también a los niños.

Los principales síntomas del estrés postraumático son insomnio, pesadillas, irritabilidad, aislamiento, ira, miedo, a veces violencia o comportamiento patológico (alcoholismo...) e incluso depresión. En algunas personas, el estrés postraumático puede conducir a trastornos que incapacitan más, como la evitación (evitar las aglomeraciones, el transporte público...).

Los síntomas de TEPT pueden comenzar inmediatamente después de una experiencia aterradora y luego continuar. Otras personas pueden desarrollar síntomas nuevos o más graves meses o incluso años después.

Tratamiento de personas con TEPT


El tratamiento puede incluir terapia de diálogo, medicamentos, o ambos. Puede llevar entre 6 y 12 semanas. Para algunas personas, es posible que requiera más tiempo. El tratamiento no es el mismo para todas las personas.


Estrés laboral y su prevención

El estrés laboral es un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento del trabajador a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, el entorno o la organización del trabajo.

El estrés laboral es un fenómeno, cada vez más frecuente, que está aumentando en nuestra sociedad, fundamentalmente porque los tipos de trabajo han ido cambiando en las últimas décadas. Afecta al bienestar físico y psicológico del trabajador y puede deteriorar el clima organizacional.

Las situaciones estresantes instaladas a largo plazo tienen siempre un costo para la salud de las personas que las sufren. También tienen repercusiones negativas en el funcionamiento de las empresas: rotación, días de trabajo perdidos, pérdida de calidad de producción, desmotivación.

Actualmente, por la relevancia de la información en los procesos de producción, precisan esfuerzo mental tareas que tradicionalmente requerían sólo fuerza muscular. Además, el ritmo de trabajo ha ido incrementándose, ya que con un número menor de trabajadores tienen que alcanzarse mejores resultados.

Pero no siempre las respuestas para hacer frente a las demandas tienen un carácter negativo, ya que muchas veces son necesarias para enfrentarnos a situaciones difíciles y para la supervivencia. Toda persona requiere de niveles moderados de estrés para responder satisfactoriamente no solo ante sus propias necesidades o expectativas, sino de igual forma frente a las exigencias del entorno. Y los niveles muy bajos de estrés están relacionados con desmotivación, conformismo y desinterés.

Por eso, se puede realizar la distinción entre eustrés o estrés positivo  nivel óptimo de activación para realizar las actividades necesarias en la vida cotidiana  que ejerce una función de protección del organismo y distrés o estrés negativo  nivel de activación del organismo excesivo o inadecuado a la demanda de la situación  que provoca disfunciones en la persona.

Hay que notar además el factor doble presencia, por el que las mujeres, aparte de realizar su trabajo fuera de casa, suelen realizar y se responsabilizan de la mayor parte del trabajo familiar y doméstico. Esto puede conllevar que las mujeres sean más propensas a sufrir estrés laboral que los hombres.

¿ Cómo se produce el estrés laboral ?

El estrés laboral o alto estrés surge cuando las demandas del trabajo son altas, y al mismo tiempo, la capacidad de control de toma de decisiones  por falta de recursos  es baja.

Otras posibles relaciones entre las demandas y el control son: el bajo estrés  baja demanda y alto control , el activo  alta demanda y alto control  y el pasivo  baja demanda y bajo control .

La interacción entre las demandas de trabajo, el control del trabajador y el apoyo social. Un nivel alto de apoyo social en el trabajo disminuye el efecto del estrés, mientras un nivel bajo lo aumenta. El apoyo social es la ayuda que pueden dar los superiores y compañeros de trabajo, cuando es adecuado puede amortiguar parte del estrés generado por la combinación de las altas exigencias laborales y el bajo control sobre el trabajo.

Desajuste entre las demandas del entorno y los recursos de los trabajadores para afrontarlas. Es decir a la falta de ajuste entre las habilidades y capacidades de trabajador y las exigencias y demandas del trabajo a desempeñar.

En otras ocasiones el estrés laboral se produce cuando el trabajador realiza un alto esfuerzo y recibe una baja recompensa. El alto esfuerzo en el trabajo puede ser extrínseco  demandas y obligaciones  o intrínseco  alta motivación con afrontamiento . La baja recompensa está en función de tres tipos de recompensas fundamentales: dinero, estima, y control del status. El estrés laboral se produce porque existe una falta de balance  equilibrio  entre el esfuerzo y la recompensa obtenida.

Prevención o reducción del estrés laboral

Como el origen del estrés laboral puede ser múltiple, también las medidas preventivas para eliminar o reducir el estrés laboral pueden ser múltiples; y por tanto, se intervendrá sobre el trabajador y sobre la organización.

Intervención sobre el trabajador


A través de distintas técnicas se puede dotar al trabajador de recursos de afrontamiento del estrés laboral cuando las medidas organizativas no dan resultados. Hay que hacer ejercicio, evitar la ingesta de excitantes como el tabaco, el café o el alcohol, y evitar comunicaciones de tipo pasivo o agresivo, desarrollando tolerancia y respetando a los demás.

Intervención sobre la organización


Esta intervención debería realizarse siempre en primer lugar. Para prevenir el estrés se ha de empezar a intervenir en la fase de diseño, teniendo en cuenta todos los elementos del puesto de trabajo, integrando el entorno físico y social y sus posibles repercusiones para la salud.

Las intervenciones pueden y deben dirigirse hacia la estructura de la organización, el estilo de comunicación, los procesos de formulación de decisiones, las funciones y tareas en el trabajo, el ambiente físico y los métodos para capacitar a los trabajadores.

La base para reducir el estrés consiste en mejorar la comunicación, aumentar la participación de los trabajadores en las decisiones respecto al trabajo, mejorar las condiciones ambientales; también debe considerarse la variedad y estimulación en las tareas de trabajo.

Un aspecto importante para la prevención del estrés es el aumento del apoyo social en las organizaciones, favoreciendo la cohesión de los grupos de trabajo y formando a los supervisores para que adopten una actitud de ayuda con los subordinados, ya que el apoyo social no sólo reduce la vulnerabilidad al estrés sino también sus efectos negativos.

* El trabajo debe ir de acuerdo con las habilidades y los recursos de los trabajadores.
* Se debe permitir que el trabajador use sus habilidades para solucionar problemas.
* Se deben establecer correctamente las funciones, tareas y  responsabilidades de cada uno de los trabajadores para evitar la ambigüedad.
* Se debe involucrar a los trabajadores para que participen en la toma de decisiones, ya que mejora la comunicación en la organización.
* Se tiene que apoyar la interacción social entre los trabajadores fuera del trabajo: celebraciones, juegos, etc.

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Para que nuestro cerebro esté sano, lo mejor es aprender a manejar el estrés correctamente. Son muchos los estudios que hacen hincapié en los efectos nocivos del estrés crónico sobre la salud. Nuevas investigaciones científicas aportan más datos que corroboran esos conocimientos, centrándose en el hipocampo, una estructura cerebral muy relevante para el correcto funcionamiento de la memoria.

El estrés se relaciona con cambios en el cerebro

Investigadores de la Fordham University realizaron un estudio, publicado en PLoS ONE en junio 2016, con el  objetivo de analizar la relación entre el estrés psicológico y la salud del hipocampo.

El estudio forma parte de una investigación realizada entre 2011 y 2014 con personas mayores de 70 años del distrito de Bronx en Nueva York. Para ello los investigadores contaron con la colaboración de un total de 116 personas en las que se descartó la presencia de demencia. Todas ellas se sometieron a resonancias magnéticas y se les pidió que completaran una Escala de Estrés Percibido y otra de depresión.

Los resultados mostraron que los niveles mayores de estrés se relacionaron con un menor volumen general del hipocampo, y en especial con algunas de sus regiones, como el área CA2/CA3 (Cuerno de Amón) y el área CA4/Giro dentado. Además, estos resultados se mantendrían significativos a pesar de eliminar a aquellos participantes con síntomas clínicos de depresión.

Los autores concluyen que este trabajo es una muestra de la relación que se ha planteado entre el estrés y el volumen del hipocampo en humanos sanos, algo que ya se había descrito en roedores. Dado el papel de esta estructura en la memoria parece recomendable aprender a manejar adecuadamente el estrés para conseguir tener un cerebro lo más sano posible.

El estrés altera la regulación de la respuesta inflamatoria

Según el estudio, realizado por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, EEUU) y publicado en la revista Proceeding of the National Academy of Sciences (PNAS) en 2012, lo que más importa no es el nivel de cortisol producido sino cómo los tejidos del organismo responden a ese cortisol. Al parecer la hormona cortisol influye en la respuesta inflamatoria y afecta a la respuesta inmune del cuerpo.

A través de varios experimentos, los investigadores han comprobado que las células de aquellas personas que están sometidas a un estrés de tipo crónico fueron incapaces de responder correctamente a las señales hormonales que normalmente regulan la inflamación, con lo que fueron más propensas a sufrir un resfriado que aquellas personas sin estrés.

Los científicos explican que la inflamación está en parte regulada por la hormona del cortisol y cuando ésta no desarrolla bien su función, la inflamación queda fuera de control. La capacidad del sistema inmunológico de regular la inflamación predijo en este estudio quién desarrollará un resfriado, pero lo más importante es que ofrece una explicación a cómo el estrés promueve una enfermedad.

En definitiva, en situaciones de estrés las células del sistema inmune son incapaces de responder correctamente al control hormonal y, en consecuencia, se inflaman hasta llegar a la enfermedad. Por eso es de vital importancia conocer nuestro cuerpo y analizar nuestros pensamientos para ser conscientes de cuándo empezamos a estar estresados y poner freno a la situación. Las técnicas de relajación, los masajes y la meditación nos ayudan a entrenarnos en ese “darse cuenta”, para mantener nuestro cuerpo y nuestra mente sanos y en equilibrio.

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Ansiedad

Las diferencias entre el estrés y la ansiedad

El estrés y la ansiedad suelen verse como respuestas muy similares que a menudo se confunden, ya que guardan cierto parecido en la activación psicofisiológica. Sin embargo, son respuestas diferentes y sus repercusiones para la salud son también distintas. Aunque dicha activación de ambas se presentan para dar respuesta ante una situación.

Muchas veces ansiedad y estrés se usan como sinónimos. En ambos casos  se produce una reacción caracterizada por alta activación fisiológica. El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio. La ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Dentro de los procesos de cambio que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. La ansiedad elevada genera estrés. A su vez, el estrés es una de las fuentes más comunes de ansiedad.

Los diversos trastornos de ansiedad y los problemas de estrés, por lo general tienen repercusiones negativas para la salud. La intensidad y la duración son factores que marcan la diferencia entre estas dos respuestas que en un principio aparecen como mecanismo de defensa.

La ansiedad es un sentimiento de miedo, desasosiego y preocupación. La fuente de estos síntomas no siempre se conoce. Es el estrés que continúa después de que el factor estresante ha desaparecido.

La preocupación o ansiedad excesiva sobre asuntos diversos que se prolonga por seis meses o más puede señalar la presencia del trastorno generalizado de ansiedad.

Algunas personas tienen problemas de ansiedad que causan reacciones extremas de estrés, convirtiendo pequeñas dificultades en crisis mayores. Si una persona se siente tensa, enojada o preocupada con frecuencia, es posible que sufra de ansiedad. Los problemas de ansiedad generalmente necesitan atención, y muchas personas buscan la ayuda de un consejero profesional para superarlos.

Respuesta de ansiedad

Esta activación del organismo ante una situación amenazante, puede provocar en un principio una reacción de miedo o ansiedad; cuando esta activación se mantiene durante largos periodos de tiempo sin volver a recuperar los niveles anteriores a la aparición de la situación, entonces estaríamos hablando de estrés.

La ansiedad se manifiesta como una respuesta también en un principio adaptativa, para dar una respuesta inmediata ante una situación amenazante. Se trata de una reacción situacional limitada en el tiempo, por lo que la ansiedad se manifiesta como una señal de alerta, con una gran intensidad. A diferencia de la respuesta de alarma que caracteriza al estrés.

La ansiedad es considerada como una respuesta emocional que tiene diferentes grados de activación, filogenéticamente (evolución de los seres vivos desde la forma primitiva de vida) surge en el ser humano como mecanismo de defensa, para prepararlo ante un acontecimiento importante, ya sea peligroso o apetecible. Siendo una respuesta esencial para la supervivencia como especie.

Trastorno de ansiedad generalizada

El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por un excesivo estado de inquietud generalizado y permanente que se acompaña de síntomas somáticos, como la tensión muscular. Las preocupaciones cotidianas, como el trabajo, la salud o las finanzas, pueden causar malestar y angustia severos.

Diferencia entre ansiedad y miedo

La diferencia que existe entre esta respuesta emocional y la del miedo, radica esencialmente en que la ansiedad se produce con la anticipación de algo que puede llegar a suceder, preparando para un cambio o amenaza futuro.

Mientras que el miedo es por algo que está sucediendo in situ, un peligro actual, donde se activa la rama simpática del sistema nervioso autónomo.

Los trastornos de ansiedad se producen tras la activación de ciertos estímulos que no constituyen un peligro real, como ocurre en muchas de las fobias; por lo que hay una activación desproporcionada y desadaptativa en relación al medio; ya que no existe una posibilidad real de daño físico.


Mantener el estrés bajo control

Lo que alivia el estrés no es igual para todos. Hacer ciertos cambios en el estilo de vida es el mejor comienzo.

El mejor método para hacerle frente al estrés es aprender a manejar el estrés que acompaña cualquier reto; ya sea bueno o malo. El arte de manejar el estrés se va perfeccionando si se usa con regularidad, no solamente cuando se está bajo presión. Saber cómo eliminar el estrés y hacerlo durante situaciones calmadas puede ayudar a pasar por circunstancias difíciles que puedan surgir.

* No sobrecargarse con actividades. Eliminar una o dos actividades, optando por mantener las más importantes.

* Ser realista. No tratar de ser perfecto  nadie lo es. Esperar perfección de los demás aumenta el nivel del estrés.

* Dormir bien. Cuando se duerme la cantidad de horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado, pudiendo manejar cualquier situación negativa que cause estrés.

* Aprender a relajarse. Los beneficios químicos de la respuesta de relajamiento pueden activarse simplemente relajándose. Aprender unos simples ejercicios de respiración y usarlos cuando se esté en una situación que cause estrés. Tomar tiempo para disfrutar de actividades que calmen y sean placenteras: leer un buen libro, tomar tiempo para disfrutar de un pasatiempo favorito, jugar con el animalito preferido, o darse un baño relajante.

* Cuidar el cuerpo. Ejercitarse con regularidad ayuda a las personas a manejar el estrés. El ejercicio excesivo o compulsivo puede contribuir al estrés, por lo tanto, debe hacerse con moderación. Alimentarse bien para que el cuerpo funcione de la mejor forma posible. El cuerpo necesita más vitaminas y minerales que nunca.

* Cuidar los pensamientos. Las perspectivas, actitud y pensamientos influyen mucho en la manera en que se percibe las situaciones. Una buena dosis de optimismo ayudará a salir adelante en situaciones difíciles.

* Resolver los problemas sencillos. Aprender a resolver los problemas cotidianos hace sentir en control. Aprender a evaluar la situación con calma, a pensar en las opciones que se tiene, y a tomar los pasos necesarios para resolver el problema.

Aumentar la resistencia

Ciertas personas parecen adaptarse a las circunstancias difíciles sin alterarse. Se mantienen serenos bajo presión y pueden resolver los problemas según van surgiendo. Los investigadores han identificado las cualidades que hacen que ciertas personas posean una resistencia natural aun cuando se enfrentan a circunstancias que producen mucho estrés.

* Pensar en los cambios como retos normales en la vida.
* Reconocer las demoras y las derrotas como un problema momentáneo que se puede resolver.
* Pensar que se tendrá éxito si se continúa avanzando hacia la meta.
* Resolver los problemas cuando surjan.
* Establecer relaciones firmes y cumplir con los compromisos con la familia y amistades.
* Conseguir un buen sistema de apoyo y pedir ayuda.
* Participar en actividades para relajarse y divertirse con regularidad.

Hacer ejercicio alimenta los atenuadores de estrés del cerebro

Las personas físicamente activas tienen menores índices de ansiedad y depresión que las personas sedentarias.

Para determinar cómo el ejercicio puede brindar beneficios a la salud mental, algunos investigadores están analizando los posibles vínculos entre el ejercicio y las sustancias químicas cerebrales asociadas con el estrés, la ansiedad y la depresión.

Se descubrió que el ejercicio aumenta la concentración de norepinefrina en las regiones del cerebro que están involucradas con la respuesta del cuerpo al estrés. El 50 por ciento del suministro de norepinefrina al cerebro se produce en el locus ceruleus, un área del cerebro que conecta la mayoría de las regiones cerebrales involucradas en respuestas emocionales y al estrés. Se cree que la sustancia química desempeña un papel importante en la acción de otros neurotransmisores más comunes que tienen un efecto directo en la respuesta al estrés.

Biológicamente, el ejercicio parece darle al cuerpo la posibilidad de sobrellevar el estrés. Obliga a los sistemas fisiológicos corporales, que están involucrados en la respuesta al estrés, a comunicarse mucho más de lo habitual. El sistema cardiovascular se comunica con el sistema renal, el cual a su vez se comunica con el sistema muscular. Todos estos sistemas están controlados por el sistema nervioso central y simpático, que también se deben comunicar entre sí. Esta sesión de ejercicios del sistema de comunicación corporal puede ser el verdadero valor del ejercicio; cuanto más sedentarios somos, menos eficiente es nuestro cuerpo para responder al estrés.

La importancia de la relajación para el estrés y la ansiedad

Aprender técnicas de relajación y respiración puede ayudar a disminuir la activación excesiva, que provoca que aparezca el estrés y la ansiedad.

El ritmo actual de la sociedad en la que vivimos facilita muchas respuestas de este tipo, que acaban por hacerse crónicas, por lo que resulta fundamental emplear estrategias para calmar nuestra mente y nuestra activación fisiológica.

Existen técnicas como el entrenamiento autógeno, relajación progresiva, respiración abdominal, biofeedback, etc., que  pueden ser utilizadas como un recurso personal que contrarreste los efectos negativos del estrés y la ansiedad. Además pueden servir como una medida preventiva, que reduzca los niveles de activación ante situaciones que han dejado de ser amenazantes.

Ante el estrés y la ansiedad las técnicas de relajación sirven para aumentar la actividad del sistema autónomo parasimpático y de disminuir la actividad del sistema simpático.

Neurofeedback


El concepto Brain Fitness se basa en establecer hábitos de vida cerebro-saludables mediante el entrenamiento cerebral, el control del estrés, la neuronutrición y el ejercicio físico.

El biofeedback es una técnica muy utilizada en investigación y en clínica que consiste en monitorizar las propias respuestas corporales. A partir de observar las propias respuestas se puede ser capaz de desarrollar estrategias para controlarlas.



El neurofeedback es una forma de biofeedback en la que se registra la actividad eléctrica de las neuronas del encéfalo mediante encefalograma (EEG). En lo que al control del estrés se refiere, se ha demostrado que un plan de entrenamiento para generar ondas alfa combinado con un plan de entrenamiento para suprimir ondas beta, contribuye a mantener las reacciones de estrés y ansiedad bajo control.

El Neurofeedback es un sistema de entrenamiento cerebral descubierto a principios de los años 60 en los Estados Unidos.

Permite ayudar al cerebro a auto-regularse y a reorganizarse mediante un soporte informático y auditivo que le reenvía información sobre su propio estado y cuyo objetivo principal es que el cerebro adopte un mejor funcionamiento, solicitándole sus cualidades principales como la plasticidad, la resiliencia (capacidad de adaptación a nuevas situaciones) y la capacidad de aprendizaje.

Una desorganización de las ondas cerebrales conlleva problemas físicos, cognitivos o emocionales.

No es un tratamiento médico, sino un entrenamiento cerebral que no requiere ningún esfuerzo de concentración. Es un mecanismo simple que ayuda al cerebro a reorganizarse, el proceso no es consciente.

Folleto : “La organización del trabajo y el estrés”

Autores: Stavroula Leka, Prof Amanda Griffiths, Prof Tom Cox
La organización del trabajo y el estrés

Se considera que el estrés laboral afecta negativamente a la salud psicológica y física de los trabajadores, y a la eficacia de las entidades para las que trabajan. El presente folleto ofrece consejos prácticos sobre cómo hacer frente al estrés laboral. Tiene por finalidad que los empleadores, directivos y representantes sindicales se sirvan de ella como parte de una iniciativa educativa acerca de la gestión del estrés laboral. En este folleto se examina la naturaleza del estrés laboral, sus causas y efectos, así como las estrategias de prevención y los métodos de evaluación y gestión del riesgo. Además, se analiza el papel de la cultura institucional en este proceso y los medios que pueden utilizarse para gestionar el estrés laboral.



Eco-ansiedad por
el cambio climático










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