mayo 31, 2021

Las Frutas Regeneran el Cerebro



Los compuestos naturales que se encuentran en las manzanas y otras frutas pueden ayudar a estimular la producción de nuevas células cerebrales, generando beneficios para procesos como el aprendizaje y la memoria.


Las frutas de carne blanca como las manzanas, plátanos, pepinos o peras contienen un antioxidante llamado quecertina, al que se atribuyen propiedades antiinflamatorias. La inflamación está relacionada con la rigidez de las arterias, que puede causar coágulos de sangre y limitar el riego sanguíneo al cerebro.


A pesar de que ocupa solo el 2% del cuerpo humano, el cerebro es el órgano que más energía necesita, casi un 20% Por lo tanto es necesario mantener una dieta variada y equilibrada, donde se incluya alimentos ricos en los nutrientes que van a permitir poder disfrutar de un cerebro activo.


Si mantenemos una nutrición rica en dulces, grasas saturadas, o bebidas azucaradas, la energía que le aportemos será puntual, limitada y de mala calidad. Todo ello se traduce en un bajo rendimiento, dificultades para concentrarnos, malestar físico, dolores de cabeza… Una forma de evitarlo es elegir bien lo que comemos.



Frutas saludables para el cerebro


Las frutas son un compendio natural de vitaminas y minerales que pueden servir muy bien de carburante para este órgano esencial. Un órgano que, no olvidemos, necesita casi un 20% del total de nuestra energía.


Manzana


La manzana es una de las frutas más completas y saludables que se conocen por su contenido en hidratos de carbono, fibra, vitaminas y potasio, siendo muy recomendable para todas las edades.


La manzana es rica en flavonoides, como la quercetina – antioxidante que se encuentra en la cáscara de la manzana – que protege a las células del cerebro de cualquier daño oxidativo. Los nutrientes y compuestos antioxidantes de la manzana reducen el riesgo de sufrir un derrame cerebral.

Destaca la presencia de potasio, necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular, y que, a la vez, favorece la función renal. También contiene pequeñas cantidades de zinc, manganeso, azufre, flúor, yodo, selenio, que desempeñan importantes funciones en los procesos que tienen lugar en la célula.


Igualmente es rica en taninos, con capacidad astringente y antiinflamatoria, así como en ácidos orgánicos como el ácido málico y el tartárico.


Para mejorar la memoria. La manzana nos aporta vitaminas B1 y B6, que evitan el agotamiento mental y refuerzan la memoria. También es fuente de fósforo, mineral presente en los fosfolípidos del cerebro.


Uva


Al ser muy ricas en fibra y varios nutrientes, ingeridas de modo regular podrían ayudarnos a mejorar la memoria y otros procesos cognitivos básicos, como la atención y la agilidad mental.


Contienen resveratrol, sustancia que posee propiedades antioxidantes y que solo se encuentra en la uva negra, concretamente en la piel.

Por su aporte de antioxidantes y fito-nutrientes, el jugo de uva también podría ayudar a mejorar los procesos cognitivos – memoria, atención, agilidad mental, etc. –. Esto sería porque dichos nutrientes ayudarían a mejorar o facilitar la conducción entre células nerviosas, lo que a su vez podría optimizar otros procesos tanto físicos como mentales.


Fortalece el sistema nervioso gracias a su contenido en ácido fólico y vitaminas del grupo B. Estos nutrientes son necesarios para la formación de nuevos tejidos, capaces de favorecer la correcta sinapsis de las células cerebrales.


Arándano


Los arándanos son un alimento superior del cerebro cuyo consumo diario puede aumentar la función cognitiva y disminuir los trastornos de la memoria, incluso en la vejez. Desde la prevención o el tratamiento de la demencia hasta la mejora de la memoria, estos son los beneficios cerebrales que puede proporcionar.


Reduce el riesgo de demencia. Nuestra función cognitiva tiende a deteriorarse a medida que envejecemos, pero se conserva mejor cuando seguimos una dieta rica en frutas, como los arándanos. Se explica gracias a las antocianinas, pigmentos naturales cuya presencia es muy abundante en los arándanos.


Reduce los efectos del Alzheimer. Los antioxidantes de los arándanos pueden proporcionar un beneficio real en la mejora de la memoria y la función cognitiva en las personas mayores, ayudando a prevenir la enfermedad del Alzheimer, una forma de demencia que afecta a partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje.


Evita la inflamación del cerebro. Las bayas o frutos rojos son un tipo de fruta cuyos compuestos protegen a las células del cerebro de los radicales libres. Según un estudio publicado en American Chemical Society en 2012, las bayas cambian la forma en que las neuronas del cerebro se comunican, evitando la inflamación en el cerebro que puede contribuir al daño neuronal y mejorando tanto el control motor como la cognición.


Aumenta las células cerebrales. Puede aumentar la tasa de natalidad de las células cerebrales en el hipocampo, la región cerebral responsable de la memoria y una de las pocas áreas del cerebro que reemplaza continuamente las neuronas.


Aumenta la concentración y la memoria. tomar un bol o un batido de arándanos puede mejorar significativamente la concentración y la memoria durante un tiempo de hasta cinco horas, ayudando así a realizar tareas mentales prolongadas. Los antioxidantes en los arándanos estimulan el flujo de sangre y oxígeno al cerebro, manteniendo la mente activa.


Aumenta la salud mental. los arándanos pueden ayudar a aliviar la depresión a las personas que sufren este trastorno. Comer arándanos puede ayudar a reducir los factores genéticos y bioquímicos que subyacen detrás de la depresión y las tendencias suicidas relacionadas con el trastorno de estrés postraumático (TEPT). pues aumenta la serotonina y la dopamina, que mejoran el estado de ánimo.


Plátano


La tirosina (aminoácido) presente en los plátanos nos permite producir nuevos neurotransmisores como la dopamina, epinefrina y norepinefrina. Son sustancias que regulan nuestro estado de ánimo. A su vez, estos neurotransmisores nos ayudan a potenciar la comunicación entre las células cerebrales, ofreciéndonos así mayor agilidad para recordar cosas, para ejecutar acciones, llegar a ciertas soluciones, razonar. Es decir, potenciar nuestros procesos cognitivos básicos.


El plátano es rico en potasio, un elemento que aporta al cerebro energía, salud, agilidad neuronal y un efecto protector.


También es muy rico en vitamina B6 y ácido fólico, imprescindibles para favorecer el impulso nervioso y ayudarnos a mejorar la circulación sanguínea cerebral.


Frutos secos


Los frutos secos comprenden un grupo genérico de productos que son en realidad granos, semillas o frutas. Tienen en común una baja concentración de agua y un elevado contenido en grasas.


Nueces


Las nueces son uno de esos frutos secos que generan enormes beneficios al cerebro. Tienen un alto contenido de vitaminas y minerales, pero se destacan particularmente por los altos niveles de vitamina E en su composición. La vitamina E tiene un elevado efecto antioxidante.


De la misma manera, es una fuente de ácidos grasos poliinsaturados, dentro de los que se destacan el omega 3 y omega 6. Estos son esenciales para el funcionamiento neuronal y del sistema nervioso central.


Las nueces contienen también ácido fólico, el cual disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cerebro-vasculares. Adicionalmente, por su alto contenido en melatonina, podrían favorecer el sueño reparador.


Almendras


Las almendras son otro de esos frutos secos que inciden de manera positiva en la salud cerebral. Tienen un elevado contenido en fósforo, algo así como 481 miligramos por cada 100 gramos de almendra. Ese elemento mejora el rendimiento intelectual.


En la Universidad de Illinois se llevó a cabo un estudio acerca del efecto del consumo de almendras en el rendimiento intelectual. Se comprobó que quienes consumían un puñado de estos frutos secos al día resolvían más acertadamente las pruebas de memoria.


Lo aconsejable es ingerir al menos unas 8 almendras al día, entre las comidas. Para mayor eficacia, acompañarlas con una taza de té verde. Este último es rico en polifenoles, que son buenos antioxidantes.



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La piel y la pulpa de la manzana contienen compuestos pro-neurogénicos


Una investigación de un grupo de científicos liderado por la International Society for Stem Cell Research con participación de la Universidad de Queensland, en Australia y del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas de Dresden, según un estudio publicado en la revista Stem Cell Reports de febrero 2021, ha comprobado en roedores que determinadas sustancias presentes en frutas como la manzana y otros productos naturales tienen un papel cerebral regenerador, propiciando el surgimiento de nuevas neuronas capaces de potenciar habilidades vinculadas a la memoria y el aprendizaje.


Los investigadores verificaron que al cultivar en laboratorio células madre de cerebros de roedores y agregar quercetina o ácido dihidroxibezoico (DHBA) – dos fito-nutrientes que pueden hallarse en las manzanas – se producía un incremento en la generación de neuronas y se activaba un mecanismo de protección de la muerte celular.


El proceso de producción neuronal se denomina neurogénesis. Básicamente, se trata del mecanismo por el cual se generan nuevas neuronas a partir de células madre y células progenitoras. En este caso, el proceso se ve estimulado por la acción de los fito-nutrientes, que multiplican la generación neuronal.


Según el estudio las pruebas realizadas con posterioridad a la incorporación de los fito-nutrientes mostraron que varias estructuras cerebrales vinculadas al aprendizaje y la memoria registraban un notable incremento en la multiplicación de células madre y en la generación de nuevas neuronas.


Los efectos de las altas dosis de quercetina, DHBA y otros compuestos sobre la neurogénesis son similares a los que pueden observarse después del ejercicio físico, un estímulo habitual para la generación de nuevas neuronas, según las conclusiones de los especialistas.


Las células precursoras del hipocampo se diferencian en neuronas
 cuando se tratan con el compuesto derivado de la manzana DHBA


Las manzanas y el hipocampo. Específicamente, los científicos se concentraron en una parte del estudio, observar si los factores bioactivos que se encuentran en las manzanas afectan directamente la neurogénesis en la zona del hipocampo.


De esta forma, hallaron por ejemplo que la quercetina, presente en la cáscara de la manzana, promueve la supervivencia y diferenciación de las células precursoras en esa zona del cerebro, involucrada en la regulación de diferentes estímulos y emociones, como así también en los procesos de memoria y aprendizaje.


Al mismo tiempo, descubrieron que otros compuestos hallados en la pulpa de la manzana, como el ácido 3,5-dihidroxibenzoico, también promovían la producción de neuronas y limitaban la muerte celular.


En definitiva, concluyeron que los compuestos analizados permitían activar la proliferación de células precursoras y facilitar la salida del ciclo celular, además de incrementar la supervivencia de las células y la diferenciación neuronal.


Sinergia natural. Ahora, los investigadores piensan seguir trabajando con otros compuestos naturales presentes en las frutas, para descubrir si actúan en conjunto con los fito-nutrientes, generando una sinergia que potencia aún más la neurogénesis y activa las funciones cerebrales cuando se administran en altas concentraciones. Creen que las futuras investigaciones ratificarán lo observado en los roedores.



La manzana regula los niveles de energía y favorece las funciones neuronales


Investigadores de la Universidad británica de Reading realizaron una investigación, publicada en el British Journal of Nutrition de marzo 2020, y que concluía que esta fruta tiene un impacto positivo en la memoria y cognición.

Otro de los beneficios de la manzana tiene que ver con la agilidad mental. Fuente esencial de los flavonoides, es rica en este tipo de antioxidantes, entre los que destaca la quercitina presente mayoritariamente en su piel. Estas sustancias ayudan a proteger a las neuronas más vulnerables, mejorando las funciones neuronales del cerebro y sirviendo de soporte a la función neuro-cognitiva. Es decir, que los antioxidantes de la manzana mantienen nuestro cerebro joven, facilitando la concentración y ayudando a pensar más y mejor.



Estudio revela que la ingesta regular de manzana aumenta el bienestar psicológico


El estudio realizado por la Universidad británica de Warwick en colaboración con la Universidad australiana de Queensland y publicado por el American Journal of Public Health de agosto 2016, confirma las propiedades beneficiosas de la manzana para incrementar la sensación de felicidad, mantener estable el nivel de energía y favorecer las funciones neuronales.


La manzana alimenta
 el cerebro y la sonrisa

El equipo investigó en 12.000 personas el nivel de felicidad alcanzado tras cambiar la dieta, incluyendo la ingesta de fruta y verduras hasta las ocho piezas diarias. Las mejoras en el estado de ánimo eran mucho más rápidas que en la salud, produciendo un incremento progresivo en los niveles de felicidad que los científicos llegaban a equiparar a la consecución de un empleo para una persona desempleada.


Es la confirmación de tendencias nutricionales como la ‘Mood Food’, que establece una relación entre la dieta y el bienestar anímico. Y en esa apuesta por el consumo regular de frutas, la manzana ha demostrado sus beneficios por contribuir a la agilidad mental y al equilibrio emocional.


Uno de los elementos que intervienen en los cambios de humor es la falta de energía por las alteraciones en los niveles de glucosa en sangre. Algo que puede controlarse minimizando el consumo de alimentos que contengan azúcares refinados, harinas blancas y estimulantes como la cafeína. Estos proporcionan una sensación vigorizante gracias a la rápida subida de la glucosa en sangre. Pero, inmediatamente, ésta cae en picado porque dichas sustancias no pueden absorberse correctamente y se genera la sensación de abatimiento y fatiga.


Sin embargo, si se opta por la manzana en esos momentos de desfallecimiento, su glucosa es un azúcar natural, más fácilmente asimilable por el organismo y que se libera de manera progresiva gracias a los carbohidratos complejos en esta fruta, esto hace que sea una de las pocas frutas recomendadas para los diabéticos. Además, esta liberación progresiva de azúcares hace que nuestra energía se mantenga nivelada durante más horas y favorece un estado de ánimo más estable.


Además de los compuestos presentes en las manzanas, otras frutas también poseen sustancias químicas que estimulan las funciones cerebrales. Es el caso, por ejemplo, del resveratrol presente en las uvas rojas.



El resveratrol presente en las uvas rojas protegería contra las alteraciones celulares del Alzheimer


Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública y del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, cuyo estudio se publicó en la revista Molecular Neurobiology de junio 2018, han hallado los mecanismos moleculares por los que el resveratrol, compuesto que se encuentra de forma natural en frutas como las uvas o algunas plantas, reduce la patología de tipo Alzheimer.


El trabajo demuestra que el resveratrol potencia los mecanismos protectores que degradan las proteínas anormales. En este experimento, realizado con ratones transgénicos de Alzheimer, los científicos añadieron resveratrol a la dieta de dos grupos de roedores: un grupo de control y otro con patología de Alzheimer. En ambos casos, se observó una respuesta mejorada en el aprendizaje, y en el caso de los afectados de Alzheimer se detectó un efecto de protección contra la pérdida de memoria y contra la patología.


Así, el equipo de investigadores vio que los roedores que habían tomado resveratrol en la dieta presentaban, a nivel celular, por un lado, un aumento de la enzima neprilisina, que degrada la proteína β-amiloide y, por otro lado, un aumento del proteosoma, un complejo proteico que rompe las proteínas anormales. También observaron en las células de los roedores una disminución de la enzima β-secretasa que inicia la formación de β-amiloide. Además, en el trabajo comprobaron que resveratrol activa la vía molecular de neuroprotección de sirtuina 1.


Los resultados de estos análisis son concluyentes y abren la puerta a considerar el resveratrol, o los compuestos derivados que se están sintetizando para mejorar la biodisponibilidad, como preventivos o ralentizadores de la enfermedad de Alzheimer.

Aunque el resveratrol ha revertido el Alzheimer de ratones, la enfermedad en humanos es mucho más compleja y severa, y difícilmente podría ser curativo, como muchas otras terapias experimentales que no han resultado activas al llegar a las pruebas en enfermos. No obstante, los investigadores destacan que la activación de los mecanismos de proteólisis y de sirtuina 1 en los ratones sanos es un hecho muy significativo, ya que demuestra que es posible adquirir una cierta ‘resiliencia cerebral’ contra futuras patologías neurodegenerativas.


Numerosos estudios han demostrado que los compuestos polifenólicos de la uva (GP) pueden atenuar el deterioro cognitivo y reducir las lesiones cerebrales en modelos animales experimentales con EA. Estos efectos de GP están asociados con una mejora en el estado antioxidante del cerebro y la prevención del daño neuronal inducido por radicales libres.



Efectos de un extracto de Vitis vinifera sobre la función cognitiva en adultos mayores sanos


Científicos de la Universidad de Messina, Italia, cuyo estudio fue publicado en Frontiers in Pharmacology de octubre 2017, investigaron los efectos de Vitis vinifera.


El envejecimiento gradual de la población está creando un nuevo conjunto de necesidades en la población en general. La capacidad de memoria disminuye con la edad y los déficits de memoria se consideran un síntoma temprano de la enfermedad de Alzheimer (EA), uno de los trastornos cognitivos más prevalentes en las personas mayores.


Los investigadores diseñaron un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo para investigar los posibles efectos beneficiosos de una Vitis vinifera – suplemento dietético – basado en la función cognitiva y el estado neurosicológico en adultos mayores sanos.

Los sujetos reclutados fueron aleatoriamente divididos en dos grupos: un grupo recibió la V. vinifera durante 12 semanas (250 mg / día) y el segundo grupo recibió placebo durante el mismo período de tiempo. Antes y después del final del período de suplementación, la función cognitiva y el estado neurosicológico se evaluaron utilizando el Mini Examen del Estado Mental (MMSE), el Inventario de Depresión de Beck (BDI), la Escala de Calificación de Ansiedad de Hamilton (HARS) y la Batería Repetible para la Evaluación de Evaluaciones del estado neurosicológico (RBANS).


Las puntuaciones del MMSE mejoraron significativamente después de la suplementación con Cognigrape en comparación con los niveles iniciales. La comparación con el placebo reveló mejoras en varios parámetros entre los participantes que reciben Cognigrape : atención, lenguaje, memoria inmediata y memoria retardada. No se modificaron las habilidades visuo-espaciales / constructivas. Durante el estudio, no se detectaron efectos adversos.


Los resultados muestran que 12 semanas de suplementación con Cognigrape son seguros, pueden mejorar los perfiles cognitivos fisiológicos y, al mismo tiempo, pueden mejorar el estado neurosicológico negativo en adultos mayores sanos.



Mejoras cognitivas y del estado de ánimo tras la suplementación con jugo de uva morada en adultos jóvenes sanos


Investigadores de Newcastle University, Reino Unido, en un estudio publicado en European Journal of Nutrition de octubre 2017, demostraron los efectos de los compuestos fenólicos – que se encuentran en las uvas – en la función y cognición del cerebro en los adultos jóvenes.


Este estudio aleatorizado, controlado con placebo, doble ciego y cruzado con contrapeso evaluó los efectos de 230 ml de jugo de uva morada o control con azúcar en 20 adultos jóvenes sanos. Las medidas computarizadas de memoria episódica, memoria de trabajo, atención y estado de ánimo se completaron al inicio y después de un período de absorción de 20 minutos.


El jugo de uva morada mejoró significativamente el tiempo de reacción en una medida de atención compuesta y aumentó las calificaciones de calma en comparación con el placebo. Los efectos del orden también indicaron un efecto positivo duradero en el tiempo de reacción de memoria antes de la dosis y las calificaciones de calma posteriores a la dosis cuando se consumió primero uva morada.

Estos hallazgos en una pequeña muestra de adultos jóvenes sanos sugieren que el jugo de uva morada puede mejorar de manera aguda aspectos de la cognición y el estado de ánimo. No se observaron efectos significativos del jugo en las medidas de memoria, lo que sugiere que estos pueden ser menos susceptibles a la manipulación después de la suplementación aguda en adultos jóvenes sanos.


Los posibles mecanismos que subyacen a estos efectos incluyen la modulación del flujo sanguíneo cerebral, la glucorregulación y la inhibición de la actividad de la monoaminooxidasa, todo lo cual requiere una mayor exploración.



Los arándanos ayudarían a mejorar el rendimiento escolar de los niños


Investigadores de la Universidad de Reading, en un estudio publicado en la revista European Journal of Nutrition de octubre 2015, encontraron que el jugo de arándano ayudó a mejorar la memoria y la concentración en niños en edad escolar.


Se llevó a cabo una serie de pruebas cognitivas en 21 niños y niñas, en tres condiciones diferentes : después de beber agua azucarada, después de beber un jugo poco concentrado de arándanos, y después de tomar un jugo con una alta concentración de la fruta.


Al analizar los datos observaron que los arándanos también podían proporcionar beneficios cognitivos a los jóvenes. Cuando los niños y niñas bebían las bebidas con concentración de arándanos, tuvieron un mejor desempeño en las pruebas que involucraban recordar palabras y las tareas, pudiendo ignorar distracciones. Los niños alcanzaron sus mejores resultados después de beber el jugo con más alta concentración de fruta, es decir, el equivalente a una taza y media de arándanos.


Los investigadores atribuyeron el éxito de los arándanos a la concentración de antocianinas – componentes orgánicos de los impulsos del cerebro – en los frutos.


Este estudio sugiere un fuerte vínculo entre el consumo de arándanos y la mejora de la cognición en los niños y niñas, en una variedad de tareas de memoria y atención.



Los arándanos pueden tener beneficios potenciales para quienes padecen un trastorno de estrés postraumático (TEPT)


Un estudio de investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana en los EE. UU., publicado en Science Daily de marzo 2015, mostró que la ingesta de arándanos podría proporcionar un aumento de serotonina para los síntomas de ansiedad del TEPT.


Los investigadores estudiaron un grupo de ratas con TEPT, la mitad recibió una dieta estándar y la otra mitad tenía una dieta que consistía en dos por ciento de alimentos enriquecidos con arándanos. Un tercer grupo sin TEPT recibió una dieta estándar sin arándanos para fines de comparación.

Los hallazgos mostraron que las ratas que fueron alimentadas con arándanos después de su experiencia traumática tenían niveles de serotonina marcadamente más altos que las ratas alimentadas con una dieta de control sin arándanos, lo que sugiere una mejor recuperación. Si los arándanos tienen efectos similares sobre los niveles de neurotransmisores en los seres humanos, pueden ayudar a aliviar algunos de los síntomas del trauma y, a su vez, del TEPT.



Los frutos secos fortalecen la actividad en el cerebro


Un equipo de investigadores de la Universidad de Loma Linda en Beaumont, California, en un estudio publicado en The FASEB Journal de noviembre 2017, averiguan los efectos de los frutos secos en la actividad cerebral.


Los científicos partieron de la observación de que los frutos secos tienen altas concentraciones de flavonoides, antioxidantes que tienen efectos antiinflamatorios, anticancerígenos y protectores del corazón. De la misma forma, los flavonoides también acceden a las áreas del hipocampo del cerebro que son responsables del aprendizaje y la memoria.


Los científicos opinan que estos flavonoides inducen efectos neuroprotectores, lo que lleva a la neurogénesis o al nacimiento de nuevas neuronas, además de mejorar el flujo sanguíneo al cerebro.

Pidieron a los participantes del estudio que consumieran regularmente frutos secos para permitir que un electroencefalograma (EEG) midiera su actividad cerebral. En concreto, los voluntarios tomaban almendras, cacahuetes, pecanas, pistachos, anacardos y nueces regularmente.


Las ondas cerebrales fueron medidas mientras experimentaban una secuencia de mejora de las tareas de conciencia sensorial que van desde la cognición de la experiencia pasada, visualización, olfato, gusto y finalmente el consumo de frutos secos. Estas secuencias fueron variadas para que el EEG pudiera medir la actividad cerebral en nueve regiones corticales diferentes.


Este estudio proporciona evidencia objetiva de que la fuerza de la onda cerebral para diferentes bandas de ondas cerebrales EEG se modula de forma distinta según los diferentes tipos de frutos secos. Estos datos parecen apoyar una asociación de beneficios para la salud de los frutos secos con un aumento en ondas delta y ondas gamma.


En concreto, los cacahuetes dieron como resultado una respuesta de ondas delta más fuerte – asociadas a una respuesta inmune saludable y al sueño profundo no REM –, mientras que los pistachos produjeron la respuesta más alta en las ondas gamma – asociadas con la percepción, el sueño con movimiento ocular rápido (REM) y el procesamiento y retención de la información, y en general se cree que mejoran el procesamiento cognitivo –. Las ondas delta y gamma fueron más altas con las pecanas.


Los investigadores también analizaron la concentración de antioxidantes de cada tipo de fruto seco y descubrieron que las nueces tenían los niveles más altos de esta sustancia, seguidos por las nueces de pecán y los anacardos. En general, las seis variedades de frutos secos tenían altos niveles de antioxidantes beneficiosos.



Tomar un mínimo de 10 g de frutos secos diarios puede ser la clave para evitar el deterioro del cerebro en las personas mayores


Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Australia del Sur, cuyo estudio fue publicado en The journal of Nutrition, Health & Aging de marzo 2019, ha hallado que consumir un mínimo de 10 g diarios de frutos secos mejora la función cognitiva en un 60% en comparación con las personas que no toman estos alimentos.


El estudio se realizó con 4.822 personas adultas chinas de más de 55 años de edad cuyos hábitos alimentarios y estado de salud se ha seguido durante 22 años. Los investigadores comprobaron que solo un 17% de estas personas eran consumidoras habituales de frutos secos y que estas tenían predilección por el cacahuete. El cacahuete posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden reducir el deterioro cognitivo.


La composición nutricional de los frutos secos, ricos en grasas, proteína, fibra, minerales, vitaminas y compuestos antioxidantes se relaciona con efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular y cognitiva. La mejora en la función cognitiva se traduce en un mejor estado de la memoria, rapidez de pensamiento y capacidad de razonamiento conceptual

Aunque se consideren en general beneficiosos para la salud, lo cierto es que existen diferencias significativas en la composición nutricional de los frutos secos. En general se considera que son preferibles aquellos con una proporción mayor de grasas mono-insaturadas y de la familia omega-3. Este es el caso de las nueces (por los omega-3), y de las avellanas, las almendras y los anacardos (por las mono-insaturadas).


El estudio australiano habla de un mínimo de 10 g diarios para obtener los beneficios señalados, pero la mayoría de estudios recomiendan alcanzar los 30 g y, en el caso de que se siga una dieta vegetariana o vegana, los 50 g, para beneficiarse de su alta proporción de proteínas y micro-nutrientes.



Beneficios cerebro-vasculares y cognitivos del consumo de maní en adultos sanos de mediana edad con sobrepeso


Investigadores de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Sur de Australia, en un estudio publicado en la revista Nutritional Neuroscience de julio 2016, revelaron que el maní con alto contenido de ácido oleico tiene estupendos efectos sobre la salud cerebral.

El estudio llegó a la conclusión que consumir 30 gramos de maní por día ayuda a reducir los niveles de colesterol y mejora las funciones cerebrales en adultos sanos de mediana edad con sobrepeso.


El maní posee compuestos (como la arginina) que hacen que haya un mejor flujo sanguíneo. Esta vasodilatación favorece todas las funciones cerebrales y permite que haya un mejor desempeño en las actividades cognitivas.


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La salud cerebral es multidimensional, es decir, además de adecuados nutrientes, requiere estímulos diarios con los cuales ejercitar sus procesos cognitivos y emocionales.

Un cerebro sometido a una sobre-estimulación emocional se traduce en alteraciones bioquímicas donde estructuras como el hipocampo – relacionado con la memoria – pueden verse afectadas. En este aspecto puede ser fundamental mantener una microbiota sana, pues su alteración se relaciona con el estrés.


El cerebro necesita un adecuado equilibrio entre la energía interna y la externa, es decir, no basta con una alimentación sana y adecuada, sino que debemos aportarle emociones positivas, estímulos, datos, a la vez que un adecuado descanso.


Un buen descanso, una vida activa y una alimentación correcta son los tres pilares para conseguir 

un cerebro activo y sano que haga frente de forma saludable al paso del tiempo y a las presiones diarias.


Français : Les fruits régénèrent le cerveau


Ver :

El cerebro es el órgano que más energía consume

Las emociones y el funcionamiento del cerebro

Microbiota intestinal y salud

Deterioro cognitivo leve

Prevenir el Alzheimer

Alimentación y funcionamiento cerebral

Alimentos alcalinos y ácidos

Alimentos perjudiciales para el cerebro

Actividades para ejercitar el cerebro

El ejercicio físico mejora el funcionamiento del cerebro

Las vitaminas son esenciales para el organismo

El café mejora la memoria y protege el cerebro




mayo 02, 2021

Un Año de Pandemia : ¿ Cuáles Son los Efectos en Nuestra Salud Mental ?

 



Es una realidad indiscutible que el coronavirus ha provocado cambios sin precedentes en nuestra vida diaria a escala mundial. De la noche a la mañana, los países comenzaron a lidiar con un rápido aumento en la propagación del virus e introdujeron medidas de contención que duraron semanas para algunos y meses para otros, lo que llevó a millones de personas a enfrentar una vida de aislamiento. A esto se suma un aumento constante de la incertidumbre laboral y los despidos, así como un creciente temor y ansiedad por el virus.


A medida que la pandemia de coronavirus se propaga rápidamente por todo el mundo, está causando un grado considerable de temor, preocupación y preocupación en la población en general y entre ciertos grupos en particular, como los ancianos, el personal de salud y las personas con afecciones preexistentes.

En términos de salud mental pública, el principal impacto psicológico hasta la fecha es una alta tasa de estrés o ansiedad. Pero a medida que se toman nuevas medidas y surgen nuevos impactos, especialmente la cuarentena y sus efectos en las actividades normales – hábitos o medios de vida normales de muchas personas – los niveles de soledad, depresión, consumo nocivo de alcohol, consumo de drogas y comportamiento auto-lesivo o suicida también se espera que aumenten.


El confinamiento en sí mismo genera estrés. Se explica tanto por el miedo a contagiarse y / o contagiar a los cercanos, la preocupación por la situación económica, los trastornos psicológicos ligados a la pérdida de un ser querido para algunos, pero también a la prohibición y el límite de la libertad. A este estrés común hay que agregar la falta de vínculos sociales para las personas más aisladas. Ciertos factores también promueven el estrés, como el embarazo, tener hijos, temer por la distribución de bienes de primera necesidad o no recibir información suficientemente clara. También se identificaron otros factores, como frustración por no poder hacer nada, falta de suministros básicos (alimentos, agua, medicinas) y comunicación de crisis inadecuada.

Pero es sobre todo el aislamiento lo que más pesa. Si al principio redoblamos nuestra creatividad para no perder nuestros lazos sociales, multiplicando los video-aperitivos, juegos online, llamadas telefónicas, no hay nada como ver físicamente a nuestros seres queridos, poder abrazarlos, hacer actividades con ellos. El hecho de dar vueltas, además, en su apartamento o en su casa, no poder realizar ninguna actividad cultural o viajar, acaba pesando.



Consecuencias de la pandemia en la salud mental de los niños


Un sistema educativo estancado


La educación, uno de los peldaños más importantes en la vida de un niño, se ha visto significativamente afectada por los estrictos protocolos establecidos para contener la propagación del virus. Un año después de que Covid-19 llegara al mundo, más de 800 millones de estudiantes, es decir, más de la mitad de la población estudiantil mundial, continúan enfrentando problemas importantes con respecto a su educación. Este es el resultado del cierre completo de escuelas en 31 países y el horario escolar reducido o parcial en otros 48 países (UNESCO, 2021).

El cierre de escuelas, una de las consecuencias de la pandemia, corre el riesgo de llevar a otros 72 millones de niños, en edad de asistir a la escuela primaria, a la pobreza de aprendizaje, lo que significa que no podrán leer ni comprender un texto simple a la edad de diez años (Banco Mundial, 2020). Como resultado, debido al cierre de las escuelas, las mujeres y las niñas son aún más vulnerables a muchos abusos que van desde el sexo transaccional hasta los matrimonios forzados (ONU, 2020). Debido a la falta de acceso a las ayudas tecnológicas necesarias para el aprendizaje a distancia, 463 millones de niños no pueden utilizar ni beneficiarse de los programas de aprendizaje y aprendizaje a distancia basados en Internet (UNICEF, 2020).


Clases virtuales


Bajo la sombra del Covid-19, la vida de millones de niños se ha reducido temporalmente a sus hogares y pantallas (UNICEF, 2020). Según los psicólogos infantiles entrevistados en diez países diferentes, los niños están desmotivados y presentan síntomas de hiperactividad y alteraciones sensoriales, una consecuencia directa de las lecciones virtuales. En los casos en que los niños ya se enfrentan a la ansiedad social, sacarlos a la luz durante una clase virtual solo los hace más conscientes de sí mismos. Las clases virtuales contribuyen en gran medida al aumento de la ansiedad y la depresión en los adolescentes, así como a la hiperactividad y las alteraciones sensoriales en al menos dos de cada cinco niños.


La situación ha empeorado en algunos países, como Indonesia, donde no es culturalmente común que los niños hablen con sus padres sobre sus sentimientos. La disparidad socioeconómica también puede ser un factor que contribuya a la incomodidad de un niño como se ve en la India. Los niños a menudo se sienten incómodos al mostrar su casa en las video-llamadas porque temen ser juzgados por sus compañeros de medio social más pudiente. En estos hogares, los cortes de energía son frecuentes, lo que desconecta automáticamente a los niños de su clase y los hace sentirse desincronizados con sus compañeros. Una vez que pueden volver a conectarse, temen que se les pregunte sobre algo que han perdido involuntariamente.

La educación en línea ha sometido a los alumnos a una realidad inevitable que es el aumento sin precedentes del tiempo de pantalla necesario para que los niños aprendan y se mantengan conectados con el mundo exterior. La triste realidad es que el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla a menudo puede provocar ansiedad, soledad y depresión y, por lo general, está relacionado con una reducción del bienestar psicológico.


Confinamiento


Estar en el exterior, una parte vital de la infancia, se ha eliminado de la vida de los niños de todo el mundo debido a un estricto protocolo de confinamiento. Además de ser una actividad que los niños generalmente esperan con ansias, jugar al aire libre tiene muchos beneficios que tienen un impacto significativo en el desarrollo del niño, que van desde mejorar las habilidades conductuales y sensoriales hasta aumentar la capacidad de atención. Además, pasar tiempo a la luz natural nos hace más felices y estimula la glándula pineal, responsable de fortalecer el sistema inmunológico.

Una investigación, que incluyó a 1.143 padres de niños de tres a dieciocho años de Italia y España, examinó el impacto emocional de la cuarentena debido al Covid-19. De hecho, el 87% de los padres informaron cambios emocionales y de comportamiento en sus hijos durante la cuarentena. Los cambios más comunes observados fueron dificultad para concentrarse, aburrimiento, irritabilidad, inquietud, nerviosismo, soledad, malestar y preocupación.


La salud mental y el bienestar de los niños en riesgo


Según un análisis de UNICEF, publicado en abril de 2021, al menos uno de cada siete niños, o sea 332 millones de personas en todo el mundo, ha vivido durante al menos nueve meses, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, en un hogar donde las políticas nacionales de atención domiciliaria son obligatorias o recomendadas, poniendo en peligro su salud mental y su bienestar.

Si bien casi todos los niños del mundo han experimentado bloqueos intermitentes durante el año pasado, el nuevo análisis de UNICEF, que utiliza datos del Rastreador de respuestas gubernamentales COVID-19 de Oxford, identifica algunas de las situaciones de bloqueo más permanentes del mundo.



Según el análisis, 139 millones de niños en todo el mundo han vivido en condiciones de confinamiento nacional durante al menos nueve meses desde que el COVID-19 fue declarado pandemia el 11 de marzo de 2020 – lo que significa que se les ha exigido que se queden en casa con pocas excepciones – incluidos los niños que viven en países como Paraguay, Perú y Nigeria. El resto de los 332 millones, o sea 193 millones, vivieron durante el mismo período con las medidas nacionales que recomendaban quedarse en el domicilio.


La mitad de todos los trastornos mentales se desarrollan antes de los 15 años


Con las medidas de confinamiento y las restricciones de movimiento vinculadas a la pandemia, ha sido un año largo para todos, pero especialmente para los niños. Muchos niños se sienten asustados, solos, ansiosos y preocupados por su futuro.


A medida que la pandemia entra en su segundo año, se siente el impacto en la salud mental y el bienestar psicosocial de los niños y adolescentes. En América Latina y el Caribe, una encuesta reciente de UNICEF U-Report a jóvenes generó más de 8.000 respuestas y encontró que más de una cuarta parte de ellos había experimentado ansiedad y el 15% había experimentado depresión.


Incluso antes de la pandemia, los niños y los jóvenes soportaban la carga de los riesgos de salud mental, con la mitad de todos los trastornos mentales que se desarrollaban antes de los 15 años y el 75% en la edad adulta temprana. La mayoría de las 800.000 personas que se suicidan cada año son jóvenes y la autolesión es la tercera causa principal de muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años, con tasas más altas entre las adolescentes. Se estima que uno de cada cuatro niños en todo el mundo vive con un padre con problemas de salud mental.

Para los niños que son víctimas de violencia, negligencia o abuso en el hogar, los confinamientos han dejado a muchos angustiados con los abusadores y sin el apoyo de los maestros, la familia extendida y las comunidades. Los niños de grupos de población vulnerables, como los que viven y trabajan en la calle, los niños con discapacidades y los niños que viven en situaciones de conflicto, corren el riesgo de que sus necesidades de salud mental se pasen por alto por completo.


La salud mental de los niños debe ser una prioridad


Según la OMS, la pandemia de COVID-19 ha perturbado o interrumpido los servicios esenciales de salud mental en el 93% de los países de todo el mundo, a medida que crece la demanda de apoyo para la salud mental.


En respuesta, UNICEF está ayudando a los gobiernos y las organizaciones asociadas a priorizar y adaptar los servicios para los niños.


Los países deben invertir drásticamente en ampliar los servicios de salud mental y apoyar a los jóvenes y sus cuidadores en las comunidades y escuelas. También se deben implementar programas de educación para padres a gran escala, para garantizar que los niños de familias vulnerables reciban el apoyo y la protección que necesitan en el hogar.


En el curso de este año, UNICEF dedicará su informe insignia bienal, "El estado mundial de la infancia", a la salud mental de niños y adolescentes, con el fin de crear conciencia sobre este desafío global y proponer soluciones, y alentar a los gobiernos a prestar más atención a este problema.

La salud mental desempeña un papel extremadamente importante en la construcción de la vida. La pandemia ha traído oleadas de miedo, pérdidas y sufrimiento en todo el mundo. Aunque la niñez es relativamente menos preocupante y problemática que la edad adulta, esta vez a los niños se les ha robado una vida a la que una vez estaban acostumbrados y tienen que lidiar con la pandemia, con las muchas reglas que continúan dando forma a su vida diaria, como también con los desafíos que todo esto plantea a su salud mental.




Impacto de la pandemia en la salud mental de los adolescentes




En comparación con los adultos, las consecuencias adversas de la pandemia en la salud mental de los adolescentes pueden ser más prolongadas e intensas. Su impacto depende de varios factores: edad, situación educativa, existencia de discapacidades, antecedentes de trastornos mentales, bajo nivel social, enfermedades de los padres –incluida la covid-19– y grado de estructuración familiar.


Las manifestaciones psicológicas más frecuentes en los adolescentes que están acudiendo a las urgencias son las tentativas de suicidio, los problemas de la conducta alimentaria y cuadros depresivos con predominio de irritabilidad e incapacidad para disfrutar de las cosas con las que antes disfrutaban.


Causas que subyacen a esta crisis en los adolescentes


Las principales causas de esta crisis se deben a que la familia, la escuela y los amigos han perdido el efecto tampón que facilitaba el manejo emocional de los jóvenes.


La pérdida de las costumbres y rutinas familiares, la ausencia del entorno estructurado de la escuela, el aburrimiento, las dificultades para participar en actividades deportivas y para salir con los amigos se encuentran entre las causas relacionadas con los problemas psicológicos detectados.


Los prolongados meses de pandemia han generado, en muchos de ellos, gran incertidumbre sobre su futuro académico y laboral, y se han volcado en actividades compulsivas vinculadas a internet, con el consiguiente aislamiento de relaciones sociales positivas y una mayor exposición al acoso y al abuso.

Las estrategias inadaptadas más frecuentemente utilizadas son las centradas en el uso compulsivo de internet y redes sociales, en las conductas adictivas y el aislamiento. De prolongarse estos comportamientos, como lamentablemente está ocurriendo, se favorece el desarrollo de trastornos depresivos, tentativas de suicidio, trastornos de la conducta alimentaria y adicciones.


Recomendaciones para el presente y para el futuro


Los padres son el modelo de conducta que los hijos aprenden. Por lo tanto, es en el hogar donde deben aprenderse las habilidades para afrontar las decepciones, las dificultades en el control emocional y para la resolución de problemas. La incertidumbre de los exámenes y el futuro laboral de los jóvenes deben encontrar propuestas alternativas en la familia, alejadas de la decepción.


Es conveniente que los padres incluyan a los adolescentes en la toma de decisiones y se debe hablar claramente de la pandemia, procurando evitar términos peyorativos hacia la juventud. Este puede ser un buen momento para delegar algunas responsabilidades familiares – cocina, limpieza, compras – a los jóvenes, de forma que se sientan responsables del mantenimiento de la familia.

Se debe evitar el uso excesivo de internet. En concreto, la búsqueda de noticias relacionadas con la pandemia, ya que es una fuente de ansiedad. El uso abusivo y compulsivo de las redes sociales es una conocida fuente de baja autoestima.


Las actividades creativas, como la música, la pintura, el baile y la escritura pueden servir para contrarrestar determinadas conductas de riesgo que suelen observarse cada fin de semana en nuestras ciudades.


Las relaciones con los amigos son fundamentales para los jóvenes. De ahí que se deba favorecer el mantenimiento de las relaciones de apoyo con sus amigos.


Desde las escuelas, los profesores deben incidir en las medidas de protección y de responsabilidad para evitar la transmisión del virus y estar atentos a determinadas conductas que pueden esconder problemas psicológicos. Se debe aumentar la interacción en las clases y facilitar información para manejar, también en las escuelas secundarias, la ansiedad o el estrés. Los profesores pueden detectar problemas que en ocasiones pasan inadvertidos para los padres y facilitar la consulta a los profesionales de la salud mental.


Los pediatras y los médicos de familia están acostumbrados a reconocer las manifestaciones físicas de los problemas emocionales – dolores, autolesiones –, por lo que se convierten en la puerta de entrada de diferentes malestares. Esto les capacita para poder informar y educar a los padres y para la derivación a los profesionales de la salud mental.


Los profesionales de la salud mental infanto-juvenil tienen un papel determinante en el manejo de esta crisis y deberían compaginar las intervenciones presenciales con las realizadas online. Se requiere de ellos un esfuerzo en la coordinación con familias, profesores y voluntariado que sirva de red de apoyo a los adolescentes. Los ingresos psiquiátricos deberían ser la última opción, ya que representa el fracaso del apoyo comunitario, y de ser necesario, se debe intentar disminuir el estrés y el estigma asociado a la hospitalización psiquiátrica. Los equipos de salud mental tienen una importante labor formativa de los pediatras, médicos de familia y profesores en la detección de los trastornos mentales de los jóvenes.

Los psicólogos clínicos deben diseñar y poner en práctica intervenciones conductuales de corta duración para el manejo de trastornos mentales frecuentes, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, el abuso de sustancias o los problemas de juego, centrándose en técnicas psico-educativas donde se incluyan a los padres.


Los psiquiatras deben ser más prudentes, si cabe, a la hora de elegir estrategias farmacológicas frente a las psicoterapéuticas. Es imprescindible que los profesionales de la salud mental organicen estudios longitudinales para evaluar las consecuencias de la pandemia.


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Investigación


No hay duda de que esta pandemia y las medidas de salud que la acompañan han afectado nuestra salud mental. La vigilancia llevada a cabo durante pandemias pasadas y otros estudios transversales más recientes dan fe de ello.



Consecuencias del primer confinamiento en nuestra salud mental


Investigadores del Instituto de Salud Pública, Epidemiología y Desarrollo (IPSED) afiliado a la Universidad de Burdeos y al Instituto Nacional de Investigación Científica y Médica (Inserm) realizaron un estudio prospectivo, publicado en la revista Globalization and Health en marzo de 2021, y analizaron las consecuencias del primer confinamiento en nuestra salud mental.



Los científicos utilizaron cohortes ya formadas para poder obtener datos más rápidamente. El objetivo inicial de la cohorte de Mavie es estudiar las circunstancias y causas de los accidentes cotidianos. Gracias a los resultados, el objetivo final es formular recomendaciones y programas de prevención innovadores, que reducirán el número de víctimas. Se trata de una cohorte cuyo reclutamiento se inició en noviembre de 2014 y actualmente sigue en curso.

Decidieron incluir en su análisis: sexo, edad, estado civil, nivel de estudios, tipo de trabajo y situación laboral, renta mensual del hogar, tipología de la zona residencial, tamaño del municipio y tipo de vivienda.



El cuestionario de "especial confinamiento" constaba de cuatro partes:


La primera sobre salud física y mental auto-evaluada y síntomas de ansiedad y depresión.


La segunda sobre las condiciones de vida y el entorno socio-demográfico a la cual los autores han añadido la posibilidad del teletrabajo.


La tercera sobre la percepción de la epidemia y el confinamiento y sobre su experiencia personal de los hechos.


La cuarta sobre las actividades realizadas durante el confinamiento, en particular el tiempo dedicado a informarse sobre la epidemia.


La parte de la cohorte que recibió el cuestionario de “especial confinamiento” para participar en este nuevo estudio consta de solo 1.237 personas.


Resultados


Hay una disminución – respectivamente un aumento – modesta en la salud mental – respectivamente física – percibida. En cuanto a los síntomas depresivos y de ansiedad, no se aprecian cambios importantes en la depresión pero sí un aumento del 17,3 al 20,1% en la ansiedad.



En cuanto a la salud mental percibida, los adultos (entre 23 y 49 años) y los muy mayores (más de 70 años) parecen haber sido los más vulnerables. Las personas sin espacio personal al aire libre y teniendo la costumbre de salir durante más de tres horas a la semana también tenían un mayor riesgo de deterioro de su salud mental percibida. En cuanto a los síntomas depresivos y de ansiedad, los principales factores de riesgo identificados fueron el género, siendo las mujeres más expuestas que los hombres, vivir solas y tener un espacio habitable de menos de 30 metros cuadrados aumentaron el riesgo.



Pandemia y salud mental de los empleados : efectos a largo plazo


Un nuevo estudio realizado por la firma de recursos humanos Workspace Intelligence y publicado por Oracle en octubre de 2020, manifiesta inquietud por la salud mental de los empleados. Título original: “Mental Health at Work Requires Attention, Nuance, and Swift Action” (La salud mental en el trabajo requiere atención, matices y acción rápida).


Según el estudio, el año 2020 es percibido por los empleados como el año más estresante de la historia, la pandemia ha traído estrés, ansiedad y agotamiento en los 11 países encuestados.

El estrés, pero también los desequilibrios creados entre la vida profesional y familiar, el desgaste profesional provocado por cambios relacionales y trastornos en los procesos, la depresión ligada a la falta de socialización y el sentimiento de soledad marcó profundamente a los empleados de todo el mundo.


Los encuestados dicen que los problemas de salud mental en el trabajo, como el estrés, la ansiedad o la depresión, afectan su vida privada. Son las generaciones más jóvenes (22-25 años) las que parecen sufrir más con un 94% que comparten este sentimiento. Esto se traduce en falta de sueño (40% de los encuestados), deterioro de la salud física (35%), deterioro de la sensación de felicidad en el hogar (33%), complicación de las relaciones familiares (30%) y aislamiento social.


Sin embargo, los empleados encuestados creen que el teletrabajo es más atractivo ahora que antes de la pandemia. Si bien son realistas y conscientes de los inconvenientes atribuibles a esta forma de trabajar, aprecian poder dedicar más tiempo a su familia, a dormir, pero también a su trabajo gracias al ahorro de tiempo de transporte logrado.

Según el estudio, los empleados necesitan ayuda y prefieren buscar el apoyo de la tecnología en lugar de buscar la ayuda de su gerente.


El estudio advierte que los problemas de salud mental en el lugar de trabajo persistirán y no deben ignorarse. Las empresas deben estar atentas y tomar medidas, ya que más del 40% de los empleados reconocen que el estrés, la ansiedad y la depresión reducen su productividad y pueden llevarlos a tomar malas decisiones.


En conclusión, según el estudio, la pandemia ha vuelto a poner la salud mental en el centro de atención, también es una de las principales preocupaciones en el lugar de trabajo de nuestro tiempo y lo seguirá siendo durante la próxima década.



Covid-19: un tercio de los pacientes sufren trastornos mentales


Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Oxford, publicado en noviembre de 2020 en la revista especializada The Lancet Psychiatry, una de cada tres personas que han tenido Covid-19 han sido diagnosticada con trastornos neurológicos o psiquiátricos en los seis meses posteriores a la infección.


Al analizar los registros de salud electrónicos de 236,379 pacientes con Covid, los autores señalan que al 34% se les diagnosticó una enfermedad neurológica o psiquiátrica en los seis meses posteriores a la infección. Para el 13% de estas personas, fue su primer diagnóstico neurológico o psiquiátrico.

Compararon estos grupos de pacientes con Covid con dos cohortes de control: una con un grupo de pacientes diagnosticados con influenza y la otra con pacientes diagnosticados con infecciones del tracto respiratorio, en general (pero no con Covid, para estos dos grupos de control). Y el resultado es sorprendente: el 33,62% de los pacientes de la cohorte "Covid" tuvieron un diagnóstico psicológico o neurológico dentro de los 6 meses posteriores a la enfermedad. Incidencia más frecuente que en los grupos control.


Los autores concluyen que Covid-19 se asocia a un mayor riesgo de problemas neurológicos y psiquiátricos, pero que su incidencia es mayor en pacientes que han tenido que ser hospitalizados, y especialmente cuando han estado en cuidados intensivos.


Muchos de los trastornos identificados en este estudio tienden a ser crónicos o recurrentes, por lo que podemos anticipar que el impacto de Covid-19 podría durar muchos años.



Cuatro causas de la "fatiga del zoom" y sus soluciones simples


El fenómeno de la fatiga del zoom se siente
después de varias horas en videoconferencia


Un equipo de investigadores en psicología de la Universidad de Stanford, en un estudio publicado en febrero de 2021, identificó 4 causas principales de fatiga relacionadas con las llamadas de videoconferencia y proponen formas sencillas de mitigar los efectos, sin perder efectividad.


Desde hace casi un año, el mundo profesional se ha transformado en gran parte en una vida diaria de videoconferencias, que están vinculadas y se multiplican. Hasta el punto de que algunos empleados se quejan de una creciente incomodidad al participar en estas reuniones virtuales. Los angloparlantes incluso han acuñado un término para ello, es "zoom fatigue".


1. Contacto visual cercano demasiado prolongado e intenso


Durante una llamada de videoconferencia, la cantidad de contacto visual, así como el tamaño de las caras en las pantallas, no es natural. De hecho, a diferencia de una reunión clásica, durante la cual es posible mirar al moderador, sus notas o incluso apartar la mirada por unos momentos, durante una llamada de videoconferencia, todo el mundo mira a todo el mundo todo el tiempo. Incluso en una reunión en la que uno no está obligado a hablar, sigue mirando las caras que lo miran y la cantidad de contacto visual aumenta drásticamente.

También se cuestiona el tamaño de los rostros ya que depende de los hábitos de cada usuario, pero también de la pantalla que utilicen los participantes para la llamada. El cerebro humano tiende a interpretar las llamadas prolongadas con contacto cercano como situaciones reales intensas, que conducirán al apareamiento o al conflicto. Es lo que sucede en efecto cuando se usa Zoom durante muchas horas, es que se encuentra en este estado de hiperactividad.


La solución. Evitar poner la llamada en pantalla completa y reducir la ventana para minimizar el tamaño de las caras.


2. Comentarios en video de su propia cámara


En la mayoría de las plataformas de videoconferencia, hay comentarios de video continuos que le muestran lo que su cámara web está transmitiendo a otros participantes en vivo. Conveniente para garantizar que todo se transmita correctamente, esta opción no es, sin embargo, natural, ya que equivaldría a verse en un espejo todos los días durante todos los intercambios.

Hay muchas investigaciones que muestran que hay consecuencias emocionales negativas de verse en un espejo. De hecho, vernos en un espejo suele hacernos más críticos con nosotros mismos como si no tuviéramos ningún comentario en video (feedback), y esta opción hace pasar este fenómeno de unos pocos segundos al día a varias horas al día.


La solución. Ocultar sus propios comentarios en video, que a menudo se pueden desactivar a través de una opción en la configuración de la plataforma.


3. La movilidad está reducida con las llamadas de videoconferencia


Durante una simple conversación telefónica, a menudo es posible moverse, pero en el contexto de una videoconferencia, el campo de visión de la cámara es fijo y, a menudo, restringido, ya que es suficiente estar cerca de una pared para que se reduzca. considerablemente. Esta posición fija de la cámara implica un movimiento limitado y esta limitación no es en absoluto natural.

Hay una investigación cada vez mayor que dice que cuando las personas se mueven, funcionan mejor cognitivamente.


La solución. Tratar que el campo visual de la cámara web sea más abierto, incluso si eso significa usar elementos como un teclado externo o auriculares Bluetooth para ayudar a crear distancia o flexibilidad. Apagar periódicamente su cámara web también le permite "respirar" un poco dándose un breve descanso no verbal.


4. La carga cognitiva es mayor durante una video-llamada


La comunicación no verbal es muy natural y todo el mundo la usa durante las interacciones para apoyar sus palabras o para transmitir mensajes simplemente a través de gestos o expresiones faciales. En una conversación por videoconferencia, estas señales se notan con menos facilidad y, ya sea para enviarlas o recibirlas, requieren más concentración de lo habitual.

Debe asegurarse de que su cabeza esté enmarcada correctamente, en el centro del video. Si quiere mostrarle a alguien que está de acuerdo con él, debe asentir o levantar el pulgar. Se agrega una carga cognitiva al usar calorías mentales para comunicarse.


La solución. Tomar descansos mientras apaga la cámara, para que su mente pueda descansar y dejar de ser activo no verbalmente.


La escala ZEF (Zoom Exhaustion and Fatigue)


Para comprender mejor los efectos de la fatiga de Zoom en cada individuo, varios ex estudiantes de Stanford y estudiantes post-doctorales de Virtual Human Interaction Lab (VHIL) han implementado la escala ZEF, diseñada para medir los efectos de esta fatiga.


Está disponible gratis en línea y le interroga sobre su relación con la videoconferencia. Los resultados ayudan a avanzar en la investigación sobre cómo medir la fatiga debido a la tecnología interpersonal y determinar las causas de la fatiga del zoom.


Ejemplos de preguntas que se hacen en la escala ZEF :



* ¿Qué tan exhausto se siente después de la videoconferencia?


* ¿Qué tan irritados están sus ojos después de una videoconferencia?


* ¿Qué tan agotado emocionalmente se siente después de la videoconferencia?


* ¿Cuánto tiende a evitar situaciones sociales después de una videoconferencia?


* ¿Con qué frecuencia se siente demasiado cansado para hacer otra cosa después de la videoconferencia?


Los investigadores especifican que el objetivo no es menospreciar las plataformas de videoconferencia en particular, sino subrayar lo agotadoras que pueden resultar estas herramientas a largo plazo, y sugerir cambios simples de interfaz para implementar.


El objetivo a largo plazo es lograr que las distintas plataformas de videoconferencia tomen conciencia de este fenómeno y modifiquen sus ofertas para reducir este agotamiento psicológico y emocional, que es probable que continúe mientras el teletrabajo siga siendo la norma para muchos empleados.


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Estrés por aculturación inducido por Covid-19


El estrés es una reacción fisiológica normal a una situación que se considera peligrosa. El individuo moviliza sus recursos para responder satisfactoriamente.


En tal contexto, se trata entonces de gestionar la pérdida del propio mundo habitual y de afrontar el desafío de añadir una nueva cultura a la original, un proceso que llamamos aculturación psicológica.


En psicología, la cultura se considera de dos formas: una, exteriorizada y visible, incluye costumbres, vestimenta, alimentación, estilos de vida, instituciones, etc.; la otra, interiorizada e invisible, engloba valores, normas, formas de pensar, presunciones y pautas regulatorias.


El ser humano que vive de forma consciente y se refleja en sus propias experiencias también interioriza su propia vida asimilando información teórica y práctica sobre la vida. Una intimidad se va formando a través del hábito de interiorizar experiencias, pensamientos, creencias y valores.


Todos estos elementos se integran desde muy temprano, en la primera infancia, y facilitan el manejo del estrés diario. Y, de hecho, se considera que educar a los miembros de una misma nación orienta su adaptación psicológica a los factores estresantes y los ayuda a elegir estrategias eficaces.

Al querer adaptarse a una nueva cultura, a través de estrategias de adaptación, el individuo está sujeto al estrés de la aculturación. De hecho, se ve llevado a cuestionar los valores, estándares y formas de pensar de su propia cultura. Y desde el punto de vista psicológico, este reexamen puede tener graves consecuencias, con problemas de salud mental – confusión, depresión, ansiedad… – y riesgo de alienación (en el sentido de despersonalización).


El trastorno de despersonalización / desrealización se caracteriza por un sentimiento persistente o recurrente de desapego del propio cuerpo o de los propios procesos mentales, sentirse como un observador externo de su propia vida – despersonalización – y / o un sentimiento de desapego de su entorno – desrealización –.


Por otro lado, el proceso de adaptación a una nueva cultura altera la identidad del individuo, el sentido de autoestima y de vivir en un entorno seguro. También genera conflictos internos y perturbaciones psicológicas.


Frente a esta situación sin precedentes, efectivamente se observa una disminución de las capacidades de regulación emocional: esto se refleja en particular en un aumento de la violencia familiar, fenómenos de burnout parental que tienen consecuencias sobre el maltrato infantil, un aumento del racismo y la xenofobia.


También están aumentando otros trastornos del comportamiento: adicciones (incluidos los videojuegos), trastornos del sueño, trastornos alimentarios y abandono escolar. Y cuando se trata de valores y normas, es decir de cultura invisible e interiorizada, hay que observar un fortalecimiento de las teorías de la conspiración y nuevas creencias, o incluso una pérdida de confianza en las ciencias.


A largo plazo, aún no se conocen las consecuencias psicológicas de la aculturación inducida por Covid-19.


Herramientas para anticipar


En situaciones clásicas de aculturación, la investigación en psicología intercultural ya ha sugerido algunas vías para lidiar con el estrés.


Para el psicólogo Urie Bronfenbrenner, es el ecosistema – familia, escuela, instituciones, barrio – en el que todos evolucionan a lo largo de la vida lo que asegura el bienestar psicológico, en continuidad sociocultural. En otras palabras, uno puede imaginarse intervenir restableciendo los vínculos entre los diversos componentes del ecosistema: los niños con más conocimientos sobre la pandemia parecen tener menos problemas psicológicos.


Por otro lado, habría mucho interés en inspirarse en las últimas investigaciones sobre competencias interculturales, que abarcan en particular la comprensión y la conciencia de la propia cultura en relación con los demás, pero también la apertura, la flexibilidad y la tolerancia a las diferencias.

Hay muchas formas de mejorar estas habilidades: alentando a las personas a evitar juicios apresurados, fortaleciendo la mentalidad abierta, desarrollando capacidades de autorregulación, etc. Y al hacerlo, debería ser posible adaptarnos mejor a la situación sin precedentes que vivimos, con estrategias – “coping“ – adecuadas: esto evitaría que el estrés de la aculturación genere trastornos mentales, abriendo caminos hacia la resiliencia.



Cuidar la salud mental




¿Qué es el distanciamiento social? El distanciamiento social es una forma de evitar que las personas interactúen estrechamente o frecuentemente para prevenir la propagación de una enfermedad infecciosa. Las escuelas y otros lugares de reunión, como los cines, pueden cerrar, los eventos deportivos y las ceremonias religiosas pueden cancelarse.


¿Qué es la cuarentena? La cuarentena aísla y restringe el movimiento de las personas que han estado expuestas a una enfermedad contagiosa para ver si enferman. Dura el tiempo que sea necesario para garantizar que la persona no haya contraído una enfermedad infecciosa. Para Covid-19, la cuarentena dura 14 días.


¿Qué es el aislamiento? El aislamiento evita la propagación de enfermedades infecciosas al separar a las personas enfermas de las que no lo están. Dura mientras la enfermedad sea contagiosa.


Cómo cuidarse durante el distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento


Comprender el riesgo. Darse cuenta del riesgo real para sí mismo o para quienes le rodean. Cuando sienta que le falta información, puede experimentar más estrés o nerviosismo. Mire, escuche o lea las noticias para obtener actualizaciones de las autoridades. Sea consciente del riesgo de rumores en una crisis, especialmente en las redes sociales. Siempre verifique sus fuentes y consulte fuentes confiables de información, como funcionarios de salud pública.


Cuidar su cuerpo. Trate de comer comidas balanceadas y saludables, haga ejercicio regularmente y duerma lo suficiente. Evite el alcohol y otras drogas.


Sea su propio aliado. Hablar de sus necesidades es especialmente importante si está en cuarentena, especialmente si se encuentra en un lugar donde no se satisfacen sus necesidades básicas. Asegúrese de tener lo que necesita para sentirse protegido y seguro.


Manténgase en contacto con otras personas. Mantenerse en contacto con personas en las que confía es una de las mejores formas de reducir la ansiedad, la depresión, la soledad y el aburrimiento durante el distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento. Dígale a un amigo o familiar lo que le preocupa y lo que siente. Mantenga relaciones saludables.

Pida ayuda si la necesita. Si tiene reacciones de estrés (sentimientos o comportamientos) en respuesta al brote de COVID-19 durante varios días seguidos que le impiden cumplir con sus responsabilidades diarias, comuníquese con su médico o centro local de tratamiento de adicciones y salud mental.


Contra el estrés de confinamiento, practique deportes en casa. La lucha contra el sedentarismo, especialmente durante los períodos de confinamiento, es fundamental para mantener una buena salud física y mental. Mantener una actividad física adecuada para la edad y un estado de salud es beneficioso para todos. Y para aquellos que están acostumbrados a practicar deporte con mucha asiduidad, una interrupción brusca de la actividad podría tener más consecuencias psíquicas.





Un año en total que nuestras vidas están restringidas a causa de la pandemia. Solo contentarse con ir a las casas de otros o a los parques los fines de semana. Y el impacto en nuestra salud mental se siente claramente.


"Quédese en casa !" Esta es la consigna lanzada por las autoridades para combatir la propagación

 del coronavirus responsable de la pandemia Covid-19. Y ahora somos millones de personas 

que vivimos en una situación sin precedentes, la del confinamiento. 

Para adaptarnos lo mejor posible, quizás tengamos que vivirlo como una experiencia humana más. 



Français : Un an de pandémie : Quels sont les effets sur notre santé mentale?


Ver :