Nuestro Sistema Nervioso está compuesto por diferentes sub-sistemas que se encargan de que nuestro organismo funcione de forma correcta, si no es así se pueden producir enfermedades o diferentes problemáticas.
El sistema
nervioso se divide en dos partes, el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periférico. Dentro del sistema
nervioso periférico, está el sistema nervioso autónomo o neurovegetativo. En el
sistema nervioso autónomo están el sistema nervioso simpático y el
parasimpático.
El trabajo del sistema para-simpático se
complementa con el del sistema simpático. Ambos sistemas funcionan en oposición
natural. Recurriendo a una analogía. El
sistema simpático sería tal como la policía, que procura una respuesta rápida.
Mientras que el sistema parasimpático sería como el sistema judicial con
acciones que no requieren una respuesta inmediata.
Existen múltiples estímulos que disparan
nuestras reacciones de alarma. Estrés, amenazas potenciales nos alteran y
provocan una activación del organismo. Dicha activación supone el consumo de
gran cantidad de energía. Sin embargo, pasado
el momento en que es necesario estar alerta, es necesario cesar ese gasto
energético tranquilizándonos, relajando nuestros sistemas corporales y
volviendo a un estado normal.
Este proceso, que al igual que en el momento
de activarse es llevado a cabo a nivel fisiológico de forma inconsciente e
involuntaria, es realizado por el
sistema nervioso parasimpático.
Diferencias entre el Sistema Nervioso
Simpático y Parasimpático
El sistema nervioso simpático prepara el cuerpo para la acción. Este último orquesta la llamada respuesta de lucha o huida en respuesta al estrés, causando dilatación de los bronquios, aceleración de la actividad cardíaca y respiratoria, aumento de la presión sanguínea, dilatación de las pupilas, aumento de la transpiración, una disminución en la actividad digestiva...
El sistema nervioso simpático está asociado con la actividad de dos neurotransmisores, epinefrina y norepinefrina.
A diferencia del sistema nervioso simpático, el sistema nervioso parasimpático produce una respuesta de relajación. Este último orquesta una disminución general de las funciones del cuerpo al disminuir la frecuencia cardíaca y respiratoria y descendiendo la presión arterial. Sin embargo, conduce a un aumento en la función digestiva.
El sistema nervioso parasimpático está asociado con el neurotransmisor acetilcolina.
A diferencia del sistema nervioso simpático, el sistema nervioso parasimpático produce una respuesta de relajación. Este último orquesta una disminución general de las funciones del cuerpo al disminuir la frecuencia cardíaca y respiratoria y descendiendo la presión arterial. Sin embargo, conduce a un aumento en la función digestiva.
El sistema nervioso parasimpático está asociado con el neurotransmisor acetilcolina.
Generalmente, suelen tener funciones opuestas
en los mismos órganos, la imagen lo resume de una forma muy gráfica y
muy interesante.
El Sistema
Nervioso Parasimpático
Tiene su origen en el Tronco del Encéfalo. Es
el responsable de la regulación de los órganos internos, actividades como la
digestión y actividades en reposo y descanso.
Los nervios que lo integran nacen en el encéfalo,
formando parte de los nervios craneales, del motor ocular común, del nervio facial,
del nervio vago y de los nervios pélvicos en el plexo sacro.
Tiene dos tipos de neuronas, las neuronas
preganglionares y las neuronas postganglionares.
Partes. Las partes del sistema nervioso parasimpático
(SNP) son los nervios que nacen en el encéfalo y los nervios que nacen de la
médula espinal hacia el nivel sacro.
Neuroanatomía del sistema nervioso
parasimpático
Las fibras neuronales parten del SNC, formado
por el tronco del encéfalo y la médula espinal y viajan por nervios craneales y
los nervios espinales sacros (principalmente por el nervio vago). Tras esto
llegan a ganglios, situados en las vísceras o sus proximidades.
Las neuronas preganglionares están cerca de
un núcleo cerebro-espinal, mientras que su axón sigue a un nervio raquídeo o
craneal y llega a los ganglios periféricos, donde pueden establecer sinapsis o
bien lo hacen en el interior del órgano efector parasimpático. Las fibras
preganglionares son largas, mientras que las antiganglionares son cortas
(contrariamente al simpático). Las fibras del sistema nervioso para-simpático no
forman fascículos y no pueden ser seguidas, excepto el vago y nervios pélvicos.
El neurotransmisor de este sistema, en la
sinapsis neuronal pre y postganglionares es la acetilcolina, que actúa en los
receptores muscarínicos y nicotínicos.
Descubrimiento
sobre el origen del sistema nervioso parasimpático
En un estudio realizado por investigadores
del Instituto Karolinska (Suecia),
que aparece en línea en Science de junio 2014, los investigadores
aportan nuevas respuestas.
Al estudiar el desarrollo del ratón, los
investigadores han realizado un importante descubrimiento sobre la formación
del sistema nervioso para-simpático: sus neuronas vendrían, al contrario de lo
que se creía, de precursoras de células gliales que cambian su destino. Esta
mejor comprensión probablemente sea útil para tratar mejor las patologías
relacionadas con esta parte del sistema nervioso autónomo.
Al trabajar en el sistema para-simpático del
embrión de ratón (ganglios óticos ...), mostraron que estas neuronas se
forman a partir de células gliales inmaduras que viajarían a lo largo de los nervios
periféricos. En general, las células gliales están presentes en el tejido
nervioso, alrededor de las neuronas y desempeñan un papel nutritivo.
En
este diagrama de neuronas, se observa que las células de Schwann (en rojo) rodean
el axón.
1: dendrita.
2: axón.
3: el nudo de Ranvier.
4: terminaciones nerviosas.
5: célula de Schwann.
6: cuerpo de la célula.
7: núcleo.
1: dendrita.
2: axón.
3: el nudo de Ranvier.
4: terminaciones nerviosas.
5: célula de Schwann.
6: cuerpo de la célula.
7: núcleo.
Las futuras
células de Schwann cambian su destino
Las células gliales inmaduras en el origen de
las neuronas del sistema para-simpático son particularmente interesantes. De hecho,
poseen las propiedades de las células madre y podrían estar en el origen de
diferentes tipos de células: melanocitos – las células pigmentadas de la piel –, pero también células de Schwann, que protegen el axón de las neuronas.
Hasta ahora, se ha aceptado que las neuronas
del sistema parasimpático provienen de las células de la cresta neural, una
población de células que se sabe participan en la formación del sistema
nervioso periférico. Estas neuronas, según los autores de este estudio, se
derivarían de las células gliales inmaduras, que son en principio los
precursores de las células de Schwann. Algunos de ellos verían su destino
cambiar. Viajando largas distancias en el embrión a lo largo de los nervios
periféricos, formarían las neuronas del sistema parasimpático.
Para los investigadores, este es un gran
avance que podría allanar el camino para nuevos tratamientos para los
trastornos congénitos a través de la medicina regenerativa. Por ejemplo,
uno de estos trastornos del sistema nervioso autónomo es la disautonomía familiar,
que se caracteriza por la pérdida de la sensibilidad.
Funciones del sistema
nervioso parasimpático
La principal función del sistema nervioso
para-simpático es la de generar un
estado de reposo que permita al organismo ahorrar o recuperar energía, provocando
una relajación del cuerpo y recuperando su estado tras la presencia de
estímulos activadores. En este sentido, al margen de inducir relajación también
participa en la realización de la digestión y en la respuesta reproductiva.
De este modo podemos considerar al sistema
para-simpático el reflejo inverso del sistema simpático, debido a que ambos sistemas en general realizan acciones
que se oponen entre sí. De este modo mientras que el simpático prepara
para la acción y en general provoca una aceleración del organismo y su
metabolismo, el parasimpático provoca reacciones que preparan para el ahorro y
la recuperación de energía, relajando el sistema.
En definitiva, el sistema nervioso
para-simpático realiza una serie de funciones automáticas cuya existencia tiene
sentido a partir de la acción conjunta con el sistema nervioso simpático, con
el cual se complementa, produciendo efectos opuestos a este.
Aparato cardiovascular. En estado de reposo, se produce
una disminución de la tensión arterial y un aumento de la circulación de la
sangre. Por tanto, disminuyen los latidos por segundo y la presión que ejerce
la sangre en las arterias, fluyendo así con más lentitud.
Aparato gastrointestinal. El sistema para-simpático permite
el correcto funcionamiento de la digestión. En situaciones de tensión, toda la
energía disponible se utiliza para atender las demandas del entorno. Sin
embargo, en situaciones en las que estamos relajados, toda esta energía se
utiliza para los procesos de descomposición de alimentos en el aparato gastrointestinal.
Esta acción, permite que el cuerpo tenga reservas para hacer frente a
actividades que precisan de grandes esfuerzos. Por otra parte, aumenta la
secreción de saliva, y la de enzimas y ácidos gastrointestinales.
Aparato genitourinario. Relajación de esfínteres,
contracción del detrusor y aumento de la secreción de orina. El detrusor es la capa de músculo liso que forma parte de la vejiga urinaria.
nervio vago |
Aparato visual. Cuando estamos nerviosos o
activados, necesitamos captar toda la información posible sobre el medio o
sobre un estímulo en concreto, por lo que la pupila se dilata. Por el
contrario, cuando estamos relajados, la pupila se contrae ya que no es
necesario captar demasiada información del medio, lo que también se denomina
miosis.
Aparato sexual. Está involucrado en la excitación
sexual, es decir en la erección del pene y del clítoris.
Además, gracias a su función anabólica, el
sistema nervioso para-simpático
desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud mental y
física. Este sistema ayuda al cuerpo a calmarse y volver a un estado de reposo,
tras una reacción de estrés en el cuál se eleva la presión arterial, dilata las
pupilas y desvía la energía de otros procesos corporales para luchar o huir.
Problemas generados por un mal funcionamiento
del Sistema Nervioso Autónomo
Trastornos graves
* Afecciones en el
corazón y las arterias.
* Trastornos en el
sistema respiratorio.
* Fibromialgia,
caracterizada por dolor muscular crónico, sin origen conocido.
* Disfunción eréctil.
Enfermedades
Enfermedades
* Esclerosis
múltiple, enfermedad degenerativa del sistema nervioso. Afecta principalmente a
la mielina y se manifiesta con parálisis de las extremidades inferiores,
hormigueo y pérdida de la sensibilidad, entre otros.
* Atrofia
multisistémica, enfermedad degenerativa con características similares al
Parkinson.
* Disautonomía
familiar, enfermedad hereditaria, degenerativa, y cuyos síntomas son sudoración
excesiva e indiferencia al dolor.
* Diabetes, aunque
no es una enfermedad que incluya de forma exclusiva el Sistema Nerviso
Autonomo, ya que se trata de un déficit en la generación de insulina. Sin
embargo, la diabetes puede causar daño a los nervios, afectando los nervios
simpático, para-simpático, sensorial y motor.
Cuidar el Sistema Nervioso
El Sistema Nervioso forma parte de nuestro
cuerpo y, por tanto debemos de preocuparnos por su estado y cuidarlo. Al igual
que pasa con otras partes del cuerpo, podemos prevenir y evitar enfermedades
que derivan en problemas en nuestro cuerpo, causadas por el Sistema Nervioso. A
continuación una serie de consejos o pautas que pueden ayudarnos a vivir de una
forma más saludable.
Hábitos Saludables: deporte y alimentación. Es fundamental activar nuestro
cuerpo con ejercicio aeróbico al menos dos o tres veces por semana, aumentando
nuestro ritmo cardiaco al menos veinte minutos. Además, tiene un efecto
relajante. También debemos aportar todos los nutrientes que nuestro cuerpo
necesita, realizar cinco comidas al día, intentar reducir dulces y azúcares
procesados etc.
Dormir y descansar. Se recomiendan ocho horas
diarias, sin embargo depende de la persona (hay gente que se siente descansado
con menos horas y otras con más). Mantener una higiene del sueño adecuada, poca
luz, sin ruidos ni estresores (factores estresantes) externos. El sueño nos debe
aportar sensación de descanso y energía para desarrollar nuestras funciones
durante todo el día.
Reducir la Ansiedad y el Estrés. Éstos son factores que activan
nuestro Sistema Nervioso Simpático, lo que nos hace estar activos, nerviosos, y
nos mantiene alerta. El estrés es el gran enemigo del sistema nervioso y, por
ello, debemos intentar acabar con él tan pronto como se presente en nuestras
vidas. Hay muchas maneras en las que lo podemos hacer, pero una de las mejores
es usando la meditación o bien
haciendo deporte.
Relaciones saludables. Las personas somos seres
sociales, y las relaciones forman parte de nuestro día a día. Tener relaciones
satisfactorias, que nos hagan sentir bien, sin añadir estrés o dificultades
importantes a nuestra vida, nos ayudará a disminuir la ansiedad y a sentirnos
mejor. Es importante que tengamos tiempo para relacionarnos con los demás,
reírnos y estar bien con ellos. En casa, poder estar en familia al menos una
hora es algo que también nos ayudará a sentirnos mejor y, por ende, a tener
menos estrés. Por otro lado, las relaciones tóxicas, las que nos aportan
discusiones constantemente, deben ser evitadas en la medida de lo posible.
Autoestima. La autoestima es esencial para un buen
cuidado del sistema nervioso y es que no hay nada mejor para controlar los
nervios que ser conscientes de lo que podemos hacer. No debemos caer en el error de perder los nervios en todo lo
que hagamos y, por ello, tener una buena autoestima nos puede ayudar mucho.
Valores personales. Tener los valores personales
claros nos ayudarán a disfrutar de
una mejor salud mental lo que influenciará de forma muy positiva a la
salud de nuestro sistema nervioso.
Infusiones relajantes. Las infusiones relajantes son
también buenas para mejorar la salud de nuestro sistema nervioso. De hecho, las
infusiones como la Valeriana no
solo nos aportarán líquido para limpiar el organismo, sino que también nos
permitirán descansar mucho mejor.
La meditación. Sobre todo, una meditación de amor y amabilidad que promueve sentimientos de bondad hacia usted y hacia los demás. Se ha encontrado que el aumento de las emociones positivas conduce a un aumento en la proximidad social y una mejora en el tono vagal.
Equilibrar la microbiota intestinal. La presencia de bacterias saludables en el intestino crea un circuito de retroalimentación positiva a través del nervio vago, lo que aumenta su tono.
Las consecuencias de estas prácticas simples en su salud en general y en particular en la inflamación son considerables. Si tiene una enfermedad inflamatoria, trastornos digestivos, presión arterial alta o depresión, se recomienda expresamente tratar el tono vagal.
Equilibrar la microbiota intestinal. La presencia de bacterias saludables en el intestino crea un circuito de retroalimentación positiva a través del nervio vago, lo que aumenta su tono.
Las consecuencias de estas prácticas simples en su salud en general y en particular en la inflamación son considerables. Si tiene una enfermedad inflamatoria, trastornos digestivos, presión arterial alta o depresión, se recomienda expresamente tratar el tono vagal.
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