Apenas se están conociendo los mecanismos por medio de los cuales el cerebro puede cambiar y cómo ciertas zonas de este órgano pueden asumir nuevas funciones.
Muchos años debieron pasar
en las Ciencias Biológicas antes de que se conociera que la regeneración de
neuronas era posible. De hecho, no fue hasta en 1998 que se demostró la
existencia de la neurogénesis en un cerebro adulto.
Las células gliales son muy numerosas y regulan la transmisión de información entre las neuronas |
La producción de neuronas es conocida como neurogénesis.
Con este hallazgo se derriba un dogma médico y hoy se sabe que es importante un
equilibrio entre la producción y la muerte de neuronas para obtener su nivel
óptimo de funcionamiento cerebral.
Existen cientos de categorías diferentes de neuronas, las cuales según, su posición, arquitectura, las señales químicas que emiten, desempeñan funciones muy diferentes.
Existen cientos de categorías diferentes de neuronas, las cuales según, su posición, arquitectura, las señales químicas que emiten, desempeñan funciones muy diferentes.
Hace unos 25 años, la
mayoría de los médicos consideraba que esto era imposible. Suponían que el
cerebro de un adulto era como una máquina: no podía cambiar ni crecer, sólo
fallar. Pero en el curso de las últimas décadas, técnicas como la tomografía
por emisión de positrones y la resonancia magnética funcional han permitido a
los científicos observar el cerebro en acción. Hoy se dan cuenta de que la
concepción que tenían de este órgano era incorrecta.
El cerebro es capaz de producir nuevas neuronas
Bryan Kolb,
neurocientífico de la Universidad de Lethbridge (Canadá) demostró, en 2006, esta
capacidad en ratas de laboratorio tras provocarles apoplejías y daño cerebral
consecutivo. Él y sus colegas suministraron el factor de crecimiento a las
ratas, y observaron que sus cerebros no sólo producían nuevas neuronas, sino
que las usaban para reparar los daños físicos y funcionales causados por las
apoplejías. E hicieron otro hallazgo asombroso: durante las dos semanas
posteriores a la lesión, las nuevas neuronas “migran” a la zona dañada y
esperan órdenes. Si se las estimula adecuadamente, empiezan a funcionar y
ayudan al cerebro a recuperar funciones; por ejemplo, hacer que el animal
levante una pata.
Si una parte del cerebro
se lesiona, en especial la corteza (la capa que procesa las señales para la
percepción y el movimiento), a menudo es posible adiestrar otra para que supla
la dañada. Esto exige una práctica constante que llega a durar varios años. Aun
así, los científicos afirman que el pensamiento y la actividad pueden alterar
físicamente el cerebro, efecto al que llaman neuroplasticidad. Ahora se sabe que, al pensar, se forman nuevas conexiones sinápticas en la red neuronal.
Las neuronas no sólo
mueren sino que también existen depósitos de células del cuerpo donde podemos
encontrar la regeneración neuronal.
Uno de los “criaderos de
neuronas” del cerebro se encuentra en el hipocampo, el cual desempeña un papel
clave en la memoria. Esta reconstrucción se ha logrado con estimulaciones en
esta zona cerebral.
Dicha capacidad de
recuperación se le atribuye a la plasticidad sináptica cerebral, que produce
una estimulación en las neuronas para que éstas logren regenerarse.
En un estudio, científicos
de la Universidad de Toronto usaron marcadores químicos para rastrear las
neuronas nuevas que se generaban en forma natural en ratones sanos, y luego
enseñaron a los animales a nadar hasta una plataforma. Después de mucha
práctica, los roedores “recordaban” dónde estaba la plataforma. Más adelante,
cuando los investigadores examinaron el cerebro de los ratones, descubrieron
que las neuronas nuevas se habían ocupado de la tarea de la memoria; es decir,
las células marcadas químicamente estaban concentradas en los “criaderos” del
hipocampo.
Dendrita |
Los investigadores también
descubrieron que, apenas un mes después de generarse, esas neuronas habían
comenzado a mejorar la memoria. Según Paul Frankland, el neurocientífico que
dirigió el estudio, Los factores ambientales influyen en el número de neuronas que
se generan. La cocaína y el estrés, por ejemplo, reducen la tasa de producción
de neuronas, mientras que correr y las actividades educativas la aumentan.
En las enfermedades
neuro-degenerativas como Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o Alzheimer, predomina la pérdida de
neuronas y la falta de comunicación dendrítica. Las consecuencias de un
trastorno a nivel cerebral se traducen en problemas cognitivos y motores.
Científicos crean sinapsis in vitro gracias a sustratos artificiales
En un estudio realizado por investigadores del Instituto Neurológico y el Hospital de Montreal (El Neuro) y la Universidad McGill, publicado en la revista Journal of Neuroscience en octubre 2009, se utiliza de un componente artificial en forma de cuentas de plástico recubiertas con una sustancia que facilita la adhesión y atrae a las neuronas.
El estudio es el primero en demostrar que las neuronas pueden crecer y crear contactos significativos, funcionales, o sinapsis – uniones especializadas que aseguran la transmisión de información entre neuronas.
El enfoque consiste en favorecer la conexión funcional de las células nerviosas intactas con sustratos artificiales y crear un paradigma que se pueda aplicar más tarde en sistemas modelo, incluyendo las neuronas dañadas. El enfoque se combina con estrategias para la extensión de las terminaciones nerviosas en la que se forman las conexiones, o sinapsis.
El objetivo final es crear una plataforma doble no sólo para mejorar la regeneración de las células dañadas, sino también la recuperación de sus conexiones funcionales.
Imagen: regeneración-in-vitro
La estimulación artificial de neuronas y la aplicación de un tinte permitió ver que la transmisión había tenido lugar, debido a que el colorante fue absorbido por las sinapsis.
Estos resultados no son solamente un modelo para la comprensión de la formación de neuronas, que se pueden utilizar en otros estudios, pero generan también optimismo entre los que tienen trastornos neurológicos y constituyen una esperanza en cuanto al uso de sustratos artificiales en la regeneración de nervios dañados.
El carbono-14 confirma que las neuronas se renuevan periódicamente
En un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo, publicado en la revista Cell en junio 2013, investigadores midieron en el cerebro humano la concentración de carbono-14, derivado de décadas de explosiones atómicas en la atmósfera y han demostrado que parte de las neuronas de nuestro cerebro se renueva.
En comparación con peces, ranas, reptiles y aves, algunas de las cuales pueden regenerar estructuras enteras del cerebro, el ser humano no tiene capacidad para reconstituir la totalidad de sus neuronas. Incluso durante mucho tiempo se creyó que la reserva constituida al nacer disminuía conforme se iba envejeciendo. Fue antes de descubrir que, en ratones y monos, algunas de estas células podían constituirse durante toda la vida. Los experimentos demostraron luego que era también el caso en los seres humanos, pero sólo en ciertas regiones del cerebro.
Los dos tipos de carbono, el carbono-12 (normal) y el carbono-14 (isótopo de carbono), presentes en el ambiente natural y sus ciclos, se integran naturalmente en el ADN durante la división celular, es decir, durante la formación de nuevas células. La velocidad de desintegración del isótopo se conoce, así que los científicos pueden calcular exactamente cuándo nacieron las células.
En el ecosistema terrestre, este cociente fluctuó considerablemente entre 1945 y 1963, debido a las explosiones de bombas atómicas, probadas en la atmósfera y en el mar (posteriormente, estas pruebas tienen lugar bajo tierra). Cada período tiene su 'firma de carbono' – identificable en el ambiente, por tanto en nuestras neuronas.
Dado que las células incorporan carbono de la atmósfera en su ADN cuando se dividen, la proporción de carbono-14 para el isótopo de carbono es más y actúa como un sello de tiempo cuando nace una célula.
Al medir la concentración de carbono-14 en el ADN de las neuronas del hipocampo – parte del cerebro responsable de la memoria y las emociones – de personas fallecidas y, sabiendo la edad de las células, los investigadores determinaron que parte de las neuronas de estas personas nació cuando eran adultas. Más de un tercio de las neuronas del hipocampo fueron reemplazadas con regularidad, alrededor de 1,400 nuevas neuronas se agregaron cada día durante la edad adulta.
El cerebro produce hasta 700 nuevas neuronas al día; esta velocidad asegura que las neuronas que mueren son reemplazadas por las nuevas. Es la primera evidencia de que las neuronas nacen continuamente durante toda la vida humana. Desafortunadamente, la degeneración avanza más rápido que esta neurogénesis.
Científicos crean sinapsis in vitro gracias a sustratos artificiales
En un estudio realizado por investigadores del Instituto Neurológico y el Hospital de Montreal (El Neuro) y la Universidad McGill, publicado en la revista Journal of Neuroscience en octubre 2009, se utiliza de un componente artificial en forma de cuentas de plástico recubiertas con una sustancia que facilita la adhesión y atrae a las neuronas.
El estudio es el primero en demostrar que las neuronas pueden crecer y crear contactos significativos, funcionales, o sinapsis – uniones especializadas que aseguran la transmisión de información entre neuronas.
El enfoque consiste en favorecer la conexión funcional de las células nerviosas intactas con sustratos artificiales y crear un paradigma que se pueda aplicar más tarde en sistemas modelo, incluyendo las neuronas dañadas. El enfoque se combina con estrategias para la extensión de las terminaciones nerviosas en la que se forman las conexiones, o sinapsis.
El objetivo final es crear una plataforma doble no sólo para mejorar la regeneración de las células dañadas, sino también la recuperación de sus conexiones funcionales.
Imagen: regeneración-in-vitro
La estimulación artificial de neuronas y la aplicación de un tinte permitió ver que la transmisión había tenido lugar, debido a que el colorante fue absorbido por las sinapsis.
Estos resultados no son solamente un modelo para la comprensión de la formación de neuronas, que se pueden utilizar en otros estudios, pero generan también optimismo entre los que tienen trastornos neurológicos y constituyen una esperanza en cuanto al uso de sustratos artificiales en la regeneración de nervios dañados.
El carbono-14 confirma que las neuronas se renuevan periódicamente
En un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo, publicado en la revista Cell en junio 2013, investigadores midieron en el cerebro humano la concentración de carbono-14, derivado de décadas de explosiones atómicas en la atmósfera y han demostrado que parte de las neuronas de nuestro cerebro se renueva.
En comparación con peces, ranas, reptiles y aves, algunas de las cuales pueden regenerar estructuras enteras del cerebro, el ser humano no tiene capacidad para reconstituir la totalidad de sus neuronas. Incluso durante mucho tiempo se creyó que la reserva constituida al nacer disminuía conforme se iba envejeciendo. Fue antes de descubrir que, en ratones y monos, algunas de estas células podían constituirse durante toda la vida. Los experimentos demostraron luego que era también el caso en los seres humanos, pero sólo en ciertas regiones del cerebro.
Los dos tipos de carbono, el carbono-12 (normal) y el carbono-14 (isótopo de carbono), presentes en el ambiente natural y sus ciclos, se integran naturalmente en el ADN durante la división celular, es decir, durante la formación de nuevas células. La velocidad de desintegración del isótopo se conoce, así que los científicos pueden calcular exactamente cuándo nacieron las células.
Carbono 14 |
Dado que las células incorporan carbono de la atmósfera en su ADN cuando se dividen, la proporción de carbono-14 para el isótopo de carbono es más y actúa como un sello de tiempo cuando nace una célula.
Al medir la concentración de carbono-14 en el ADN de las neuronas del hipocampo – parte del cerebro responsable de la memoria y las emociones – de personas fallecidas y, sabiendo la edad de las células, los investigadores determinaron que parte de las neuronas de estas personas nació cuando eran adultas. Más de un tercio de las neuronas del hipocampo fueron reemplazadas con regularidad, alrededor de 1,400 nuevas neuronas se agregaron cada día durante la edad adulta.
El cerebro produce hasta 700 nuevas neuronas al día; esta velocidad asegura que las neuronas que mueren son reemplazadas por las nuevas. Es la primera evidencia de que las neuronas nacen continuamente durante toda la vida humana. Desafortunadamente, la degeneración avanza más rápido que esta neurogénesis.
¿ Cómo regenerar las neuronas sin
perder la memoria ?
En un estudio, Eve Marder, profesora de neurociencia de la Universidad Brandeis (Massachusetts), publicado en la revista científica Neuron en mayo de 2014, construyó un nuevo
modelo teórico de la regulación de los canales iónicos basados en el concepto
de un sistema de control interno para entender cómo controlan y auto-regulan
sus propiedades las células, en un marco de continua interacción entre sus
componentes.
El equipo, compuesto por el
becario postdoctoral, Timothy O'Leary, el técnico de laboratorio Alex Williams,
Alessio Franci, de la Universidad de Lieja en Bélgica, y Marder, descubrió que
las células no necesitan medir cada detalle de la actividad para mantener el
funcionamiento del sistema. De hecho, el exceso de detalle puede hacer
descarrilar el proceso.
El equipo también aprendió que
las células pueden tener propiedades similares, pero diferentes tipos de
expresión de los canales iónicos – como homófonos celulares, que suenan igual
pero se ven muy diferentes.
El misterio de cómo se regenera
el cerebro, al tiempo que mantiene la memoria y todas sus capacidades intactas,
podría explicarse mediante el modelo teórico, según el cual tenemos un sistema
de control interno que monitoriza el comportamiento de las neuronas, y que
permite mantener el equilibrio general.
Las neuronas viven muchos años,
pero sus componentes, las proteínas y las moléculas que componen la célula,
están continuamente siendo reemplazados.
El cómo se lleva a cabo esta
reconstrucción sin afectar a nuestra capacidad de pensar, recordar, aprender o
experimentar es una de las mayores preguntas de la neurociencia.
El estudio representa un avance
importante en la comprensión de la más compleja maquinaria jamás construida, el
cerebro humano. Y puede llevar a estrategias terapéuticas completamente
diferentes para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas que afectan a
las neuronas del cerebro.
Los canales iónicos son las puertas moleculares en la superficie de las células |
Los receptores y los canales
iónicos están cambiando constantemente, por lo que las células necesitan
regular la velocidad a la que son sustituidas de una manera que evite la
interrupción de la función normal del sistema nervioso.
Las neuronas necesitan un
medidor interno para monitorizar la actividad eléctrica y ajustar la expresión
de los canales iónicos en consecuencia. Debido a que una sola neurona es
siempre parte de un circuito más amplio, también tiene que hacer esto mientras
se mantiene la homeostasis (estabilidad) de todo el sistema nervioso.
Para entender y curar algunas
enfermedades, se tiene que desmenuzar y comprender cómo controlan sus
propiedades internas los sistemas biológicos cuando están en un estado de salud
normal.
El MIT investiga la regeneración
neuronal – Utiliza una nueva técnica de microprocesador
Investigadores del Massachusetts
Institute of Technology realizaron un nuevo descubrimiento, publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en abril 2010, sobre mecanismos
de compuestos moleculares y químicos, el cual demuestra que se puede mejorar la
regeneración neuronal, y por
medio de ésta, desarrollar nuevas terapias y combatir lesiones del sistema
nervioso, así como a enfermedades neurodegenerativas.
Esta tecnología ayuda a los
investigadores a identificar rápidamente químicos prometedores que podrían ser
probados en mamíferos y tal vez, en humanos. Ingenieros del MIT ahora usan tecnología de microchip para
probar más rápido el potencial de ciertos fármacos en pequeños gusanos llamados
C. elegans, comúnmente utilizados en estudios del sistema nervioso.
Gusano C. elegans |
La edad no es un obstáculo para
la regeneración de neuronas
Un nuevo estudio realizado en
enero 2014, por el equipo de Marc Hammarlund y Alexandra Byrne, de la
Universidad Yale, ha descubierto que lo que limita de
manera determinante la regeneración neuronal no es la edad sino la insulina. El
hallazgo se ha hecho en gusanos envejecidos, pero es posible que la misma
situación descubierta ocurra en otros animales, incluyendo al ser humano.
En los gusanos estudiados, la
insulina es lo que inhibe la capacidad de las neuronas motoras para repararse,
un descubrimiento que sugiere que el deterioro de la salud del sistema nervioso
podría no ser inevitable.
A medida que envejecen, todos
los organismos sufren una reducción de su capacidad para regenerar porciones
dañadas del sistema nervioso.
El sistema nervioso regula su
propia respuesta ante la edad, independientemente de cómo lo haga el resto del
cuerpo. Mediante manipulación de la vía en la que participa la insulina, es
factible obtener animales que vivan más tiempo de lo normal pero cuyo sistema
nervioso envejezca al ritmo normal, o, a la inversa, obtener animales que
mueran a edades normales pero cuyo sistema nervioso se mantenga joven hasta el
final.
En la investigación se
identificaron dos vías genéticas que regulan la actividad de la insulina y que
son responsables de la reducción, asociada con la edad, de la habilidad de
regenerar axones (ramificaciones) en neuronas de gusanos. El equipo también
identificó otras dos vías que regulan la capacidad de las neuronas para
regenerarse, pero que no tienen conexión con la edad de los gusanos.
El gusano C. elegans es un
excelente modelo de estudio para el análisis genético del envejecimiento.
Mediante la manipulación de familias de genes que regulan la actividad de la
insulina, ya se observó en estudios anteriores que se incrementa drásticamente
la expectativa de vida de este organismo. Este nuevo estudio revela que la señalización
mediada por insulina también afecta directamente al sistema nervioso.
El objetivo de esta fascinante
línea de investigación es averiguar más detalladamente cómo vías diferentes de
señalización regulan de manera coordinada el envejecimiento neuronal, y más
específicamente, cómo conseguir regenerar neuronas sin que la edad de la
persona sea un impedimento.
Investigan la adaptación en humanos de la regeneración nerviosa de la
lamprea
Investigadores de la Universidad
de Missouri, en un estudio publicado en Neuroscience en agosto 2013, han
descubierto cómo la lamprea marina (pez serpentiforme de esqueleto
cartilaginoso) regenera las neuronas que componen las largas vías nerviosas que
unen el cerebro con la médula espinal. Los resultados del estudio abren una
posible línea de investigación sobre si la regeneración nerviosa de la lamprea podría adaptarse algún día para estimular la recuperación en personas con una
lesión medular.
Lamprea marina |
Se aislaron neuronas
reticuloespinales dañadas de lamprea marina y se establecieron cultivos
externos de ellas, bajo diversas condiciones, para ver los efectos de tales
condiciones sobre el crecimiento de esas neuronas. Los investigadores
descubrieron que el adenosín monofosfato cíclico parece aumentar la
regeneración neuronal en el sistema nervioso central en un ambiente que
normalmente inhibe la regeneración, es decir, parece poder vencer a algunos de
estos factores inhibidores y promover al menos cierto grado de regeneración.
P45 – la proteína capaz de regenerar las conexiones nerviosas
En un estudio publicado en PLoS
ONE en agosto 2014, Lee y
sus colegas del Instituto Salk encontraron que la proteína p45 promueve la
regeneración del nervio al prevenir la inhibición de nuevo crecimiento de la
vaina del axón, conocida como mielina.
Ranas, perros, ballenas,
caracoles: todos estos animales tienen la molécula, pero los seres humanos y los
primates no. Desde hace años se investiga sobre la causa, y ahora parece
haberse encontrado un posible responsable: p45, una pequeña molécula que parece
ser capaz de 'convencer' a los nervios dañados para que vuelvan a crecer y que
se conecten de manera efectiva los circuitos.
Para que un nervio dañado pueda reanudar su función, sus axones – las largas fibras nerviosas que conducen las señales eléctricas – necesitan crecer y crear nuevos vínculos con otras células.
Para que un nervio dañado pueda reanudar su función, sus axones – las largas fibras nerviosas que conducen las señales eléctricas – necesitan crecer y crear nuevos vínculos con otras células.
La investigación sugiere que
dicha pequeña molécula podría conducir al desarrollo de terapias para los miles
de personas que viven con graves lesiones en la médula espinal y sufren
parálisis. Se podría imitar los procesos de reparación neuronales que se
producen de forma natural en los animales inferiores.
Este hallazgo es el fruto de un
proceso investigador que viene de años. Sin embargo, los seres humanos, los
primates y algunos otros vertebrados más avanzados carecen de p45. No se sabe
por qué no se produce en los seres humanos esta regeneración de los nervios.
En lugar de ello, los
investigadores descubrieron una proteína diferente, p75, que se une a la
mielina del axón cuando se ha producido el daño en el nervio en estos animales.
En lugar de promover la regeneración del nervio, p75 detiene el crecimiento en
los nervios dañados.
Los científicos observaron cómo
dos proteínas p75 se unen entre sí y forman una pareja que se adhiere en los
inhibidores liberados de la mielina dañada. Y mediante el estudio de las
configuraciones de las proteínas gracias a la tecnología de resonancia
magnética nuclear (RMN), encontraron que la proteína p45 promotora del
crecimiento podría de hecho interrumpir la formación de parejas de p75. Por
razones que se desconocen, cuando p45 aparece, se rompe la pareja en pedazos.
Además, los investigadores
comprobaron que la proteína p45 era capaz de unirse a la región específica de
la proteína p75 que es crítica para la formación de la pareja de p75,
disminuyendo así la cantidad de pares de p75 que se unen a inhibidores de la
liberación de la mielina. Con menos parejas de p75 disponibles para unirse al
inhibidor de señales, los axones fueron capaces de volver a crecer.
Los resultados sugieren que un agente, ya sea p45 u otra molécula modificadora que pueda romper efectivamente las parejas de p75 podría ofrecer una posible terapia para daño de la médula espinal.
Los investigadores especulan que
una de las vías para desarrollar una terapia podría ser la introducción de más
proteína p45 en las neuronas lesionadas, pero una táctica más inteligente sería
la introducción de una molécula pequeña que bloqueara la unión entre las dos
proteínas p75. Dicho agente posiblemente podría atravesar a través de la
barrera hematoencefálica y alcanzar la zona dónde se han producido las lesiones
de la médula espinal. El siguiente paso será ver si la introducción de p45
ayuda a regenerar los nervios humanos dañados.
Estimulación Cerebral Periférica (PbS)
A través de la Estimulación Cerebral Periférica (PbS) se pretende estimular el proceso natural de generación neuronal. Con el objetivo de mejorar en los pacientes no sólo el funcionamiento cognitivo sino también el motor.
La plasticidad cerebral es la capacidad de reorganización del sistema nervioso después de la pérdida o destrucción de algunos de sus elementos de funcionamiento. Esta capacidad se refiere no sólo términos de aprendizaje, sino también hace referencia a la sustitución de unas estructuras por otras.
Los procesos básicos son :
* Aumento de la efectividad de las sinapsis : conexiones entre las neuronas.
* Regeneración de sinapsis.
* Regeneración de neuronas.
La Estimulación Cerebral Periférica tiene como objetivo la regeneración natural de las estructuras dañadas o afectadas en el cerebro. Tras la estimulación permanente de la PbS, se incita de forma natural el correcto funcionamiento de las estructuras que no han sido dañadas manteniendo su buena actividad y tomando así las tareas de otros circuitos neuronales dañados.
Memorización de un recuerdo
Es el
resultado de modificaciones de las conexiones en las redes de neuronas, que son
inducidas por una señal eléctrica.
Cuando
se trata de una información, se activan genes y proteínas en las neuronas
postsinápticas, que sirven de refuerzo de las sinapsis.
2. Transmisor.
El impulso nervioso se traduce en una proteína que ayuda a liberar el neurotransmisor.
3. Impulso
nervioso. La información llevada por el neurotransmisor es transformada de
nuevo en un mensaje eléctrico.
4. Sinapsis.
El punto de comunicación entre dos neuronas.
5. Neurona presináptica. Encargada de transmitir el mensaje nervioso antes de la sinapsis.
6. Axón.
Filamento que recibe información de la neurona postsináptica.
Los recientes hallazgos sobre el cerebro ofrecen
enormes esperanzas a :
* Los niños y adolescentes que
presentan dificultades de aprendizaje.
* En las enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, ELA o Alzheimer.
* En las enfermedades neurodegenerativas como Parkinson, ELA o Alzheimer.
* Las víctimas de apoplejía que
tienen que afrontar la pérdida de funciones cerebrales.
Ver :
Reproducen digitalmente por primera vez un fragmento de la neocorteza cerebral
Descubrimiento de una nueva célula nerviosa – Regeneración de neuronas con células artificiales híbridas
Descubrimiento de una nueva célula nerviosa – Regeneración de neuronas con células artificiales híbridas
Las redes neuronales
Mapa del cerebro y reproducción tecnológica de las características del cerebro humano
Investigación sobre las mutaciones genéticas causantes de trastornos cerebrales
Nuevas técnicas de detección del daño cerebral en recién nacidos
Últimos descubrimientos del cerebro humano
Optogenética – la gran revolución del estudio del cerebro
Relación entre trastornos del desarrollo neurológico infantil y exposición prenatal a tóxicos y pesticidas
Plasticidad neuronal en el niño
El cerebro envejece? Las neuronas continúan generándose
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Las isoflavonas restauran la neurogénésis del hipocampo dañada por la obesidad
Auto-reparación del cerebro
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