Hoy, para nombrar todos estos productos que actúan sobre el cerebro, ya sea que el uso esté prohibido o regulado, se usa el término sustancias psicotrópicas o sustancias psicoactivas.
Según la OMS, las sustancias psicoactivas, conocidas más
comúnmente como drogas, son sustancias que al ser tomadas pueden modificar la
conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento de un individuo.
Dentro de estas definiciones se encuentran todas las sustancias
psicoactivas, sean legales (alcohol, tabaco, fármacos hipnosedantes) o estén
consideradas ilegales por las convenciones y tratados sobre sustancias
psicotrópicas.
Los avances en la neurociencia han permitido conocer mucho mejor
los procesos físicos mediante los que actúan estas sustancias.
Popper
El Popper es un tipo de droga de la familia de los nitritos. Su
principal componente son nitritos de amilo, butilo o isobutilo. No posee color
pero tiene un olor particularmente fuerte y penetrante.
Nitrito de amilo
Fue sintetizado por el químico francés Antoine Jerôme Balard para
tratar la angina. El producto era
envasado en ampolletas. El auge del nitrito de amilo ocurrió en la era
del disco, en los años 70 y, luego, en la escena de las fiestas
"rave" de los 80 y 90 muy influenciadas por la comunidad gay. Pronto
se convirtió en la manera tanto para desinhibirse socialmente como para facilitar
el sexo.
Antes se vendían en pequeñas
ampollas de vidrio, que al quebrarse – haciendo un ruido onomatopéyico de POP,
de donde viene la palabra Popper – liberaban sus vapores. En la actualidad
vienen en frasquitos o botellitas que se destapan. Su vaporización es tan
rápida que los consumidores deben acercar sus narices al cuello del frasquito
si no quieren perder su contenido.
Hace un tiempo era una droga
legal que podía adquirirse fácilmente en los sex-shops. El Popper ha sido
prohibido en algunos países por sus efectos nocivos para la salud.
En Gran Bretaña es ilegal a
partir de abril de 2016 tras un voto en el
Parlamento, que aprobó la llamada Acta de Sustancias Psicoactivas, como algo capaz
de producir un efecto psicoactivo en la persona que las consume.
Efecto
Su principal mecanismo de
acción es relajar los músculos lisos al entrar en
contacto con el sistema nervioso central,
incluyendo los de los vasos sanguíneos, ocasionando una baja de la presión
arterial y aumento del ritmo cardíaco, resultando en una sensación de calor y
euforia que es breve. El usuario siente un sofoco vertiginoso e inmediato, una
gran sensación de calor interno y una sensualidad exacerbada.
Al tratarse de un poderoso vaso-dilatador, realza el sentido del tacto. Además, favorece la relajación muscular de algunos esfínteres, que se dilatan así con mayor facilidad. Esto explicaría su popularidad entre la población gay. Los efectos son muy variados y duran entre 2 o 3 minutos nada más.
Al tratarse de un poderoso vaso-dilatador, realza el sentido del tacto. Además, favorece la relajación muscular de algunos esfínteres, que se dilatan así con mayor facilidad. Esto explicaría su popularidad entre la población gay. Los efectos son muy variados y duran entre 2 o 3 minutos nada más.
Lo que explica por qué en los principales almacenes de productos
sexuales, el Popper se encuentra en las estanterías empacado en pequeñas y coloridas
botellitas con nombres como Buzz (zumbido), Rush (euforia), Deep
(profundo) y Hard On (erección).
Tolerancia
Es un estado de adaptación biológica que se caracteriza porque disminuye la respuesta que provoca la administración de la misma cantidad de una droga.
Es un estado de adaptación biológica que se caracteriza porque disminuye la respuesta que provoca la administración de la misma cantidad de una droga.
No hay síntomas de abstinencia conocidos: puede desarrollarse una
dependencia psicológica, que dependerá más de la persona que la consuma más que
de la droga en sí misma. Puede llegar a provocar la muerte por su potente
efecto vasodilatador.
Efectos secundarios
El consumo frecuente de esta
droga implica riesgos neurológicos, la posibilidad de que la visión se vea
temporalmente afectada, cambio de color de piel, uñas, enrojecimiento de ojos,
cara y cuello, pérdida del apetito, hemorragias nasales, taquicardia e
hipotensión. Sus efectos secundarios pueden durar varios días.
En dosis bajas, los efectos son
similares a los de un anestésico; disminuyen el ritmo de las funciones
corporales. En dosis medias produce una leve pérdida de control y
desinhibición, y en dosis altas se puede llegar a perder el conocimiento.
A largo plazo, los efectos del
Popper incluyen la pérdida de peso, fatiga, desbalanceo químico y fatiga
muscular. También puede ocasionar daños en el sistema nervioso, en el hígado,
los riñones y la sangre. Es muy frecuente experimentar fuertes dolores de
cabeza debido a que al dilatarse los capilares y bajar la presión, el corazón
aumenta su ritmo. Luego del efecto vasodilatador, los capilares quedan inflados
por la presión sanguínea y provoca migraña.
Los daños más graves son la pérdida del conocimiento, confusión
mental, convulsiones, vértigo, sudoración, náuseas, vómitos y enrojecimiento
del rostro. Las náuseas y vómitos
combinado con el estado de inconsciencia que puede producir son particularmente
peligrosos ya que si la persona vomita boca arriba puede ahogarse. Si en
lugar de ser inhalado el Popper es tragado, podría incluso ocasionar la muerte.
Un sistema inmune ya
debilitado puede sufrir daños suplementarios por consumo de Popper, quedando
debilitada la protección natural o reforzada contra bacterias, virus y otros
agentes patógenos. De momento, poco se sabe sobre las interacciones entre el
Popper y los medicamentos antiretrovirales.
Precauciones
Se deben tener extremas precauciones pues esta droga reduce el
funcionamiento del sistema inmune. Además la combinación de Popper con
estimulantes como el alcohol y otras drogas como la cocaína aumenta los
riesgos.
Su efecto de droga recreativa
sexual puede evitar que el consumidor deje de sentir irritaciones o desgarros
durante el sexo, y por tanto, no sólo aumenta el riesgo de un posible
traumatismo corporal, sino el de transmisión del VIH y de otras enfermedades
venéreas, ya que su consumo produce que las mucosas corporales estén más
expuestas a infecciones por sífilis, clamidias o VIH.
El Popper es un ácido: si cae
en la piel y mucosas (incluido el ano) causa más heridas. Cualquier derrame de Popper
debe lavarse con agua abundante. No se recomienda inhalar la sustancia por la
boca, ni jamás beberla o inyectarla. Es un producto altamente inflamable y una
mínima chispa de cigarrillos, encendedores, etc., puede llegar a provocar un
incendio rápidamente.
Contraindicaciones
Las personas con problemas del
corazón, anemia, glaucoma (presión alta en el ojo) o alteraciones de la presión
arterial no deben ingerir este tipo de sustancias.
El consumo de Popper tiene su
lado peligroso cuando se mezcla con otras drogas que también interfieren en el
ritmo cardíaco como la cocaína o el éxtasis.
Está prohibida la inhalación de
Popper a los que sufren de problemas cardíacos y especialmente a aquéllos que
hayan tomado Viagra en las últimas 24 horas, esa combinación puede ser fatal.
El Popper posee un riesgo extra para los que cuentan con sistemas
inmunes suprimidos, problemas cardiacos, presión sanguínea alta o baja, una
historia de hemorragias cerebrales, anemia.
En las mujeres embarazadas, el consumo de Popper puede causar una enfermedad fetal llamada síndrome de bebé azul.
En las mujeres embarazadas, el consumo de Popper puede causar una enfermedad fetal llamada síndrome de bebé azul.
Captagón
Captagón es el nombre comercial de la fenetilina (INN), una droga compuesta de anfetamina y teofilina, un
alcaloide estimulante del sistema nervioso central.
La fenetilina fue sintetizada por primera vez en 1961. Este
compuesto de anfetamina se usó durante veinticinco años como una alternativa a las propias anfetaminas en
el tratamiento de diversos trastornos por ser más suave.
Se empezó a producir en 1963 para tratar la hiperactividad, la
narcolepsia y la depresión, pero se prohibió en la década de 1980 por falta de
potencial terapéutico y por su parecido a las anfetaminas.
La producción de Captagón (y otras marcas comerciales) se terminó
en 1981 debido a su inclusión por parte de la OMS dentro de la lista de
sustancias psicotrópicas ilegales.
La fenetilina al ser metabolizada por el cuerpo, genera aparte,
dos fármacos más: la anfetamina y la teofilina, cada uno de los cuales son por
sí mismos estimulantes activos. Los efectos fisiológicos de la fenetilina son
el resultado de la combinación de los tres fármacos.
Hoy en día el Captagón no está compuesto por fenetilina en estado
puro. Se utiliza un sucedáneo basado en fenetilina, y adulterada con
metanfetamina, cafeína y anfetamina. Una droga fácil y barata de fabricar.
Consumo
El Captagón de la misma forma que otras drogas sintéticas se suele
encontrar en forma de pastillas de variados colores. En muy raras ocasiones se
pueda localizar como un polvo refinado.
Se consume ingiriéndolo de forma oral en comprimidos. Teniendo en
cuenta su naturaleza siempre persiste la posibilidad de esnifarlo o ser
inyectado en vena.
Efectos del Captagón
El consumo desmesurado prolongado del Captagón produce tolerancia
y adicción. En cuanto a los efectos secundarios, pueden variar, desde una
estimulación excesiva del sistema nervioso central, hasta psicosis tóxicas o
anfetamínicas o dependencia.
La droga puede producir efectos
de euforia y desinhibición muy potentes. Causa
también fatiga intensa, estados depresivos, delirios.
A nivel molecular, la fenetilina penetra en las neuronas y actúa
sobre los neurotransmisores presentes en las vesículas sinápticas: la
serotonina, que regula el estado anímico y la dopamina, generando placer. La
fenetilina también aumenta la liberación de glucosa.
Estos agentes son de tipo adrenérgico, generan sensaciones
similares a la adrenalina, producen acciones directamente a nivel de las
membranas sinápticas: estado de euforia, pérdida del apetito, insomnio y un
aumento de la respiración.
Este estimulante aumenta el rendimiento cognitivo y mejora la
atención. Disminuye sustancialmente el cansancio, el sueño y el hambre. Genera
una ausencia de dolor y de empatía.
Elimina el miedo y permite incrementar el rendimiento sexual.
Confiere a sus consumidores arrojo y una energía sobrehumana.
La fenetilina una vez ingerida y metabolizada por el cuerpo humano
se desintegra en su mayor parte dando lugar a sus primigenios componentes:
anfetamina y teofilina. Los efectos de su consumo (sin adulterar) corresponden
al resultado de la acción de tres sustancias.
Los efectos aparecen entre los 30 a 60 minutos de ingesta vía
oral, pero si se ingresa en el organismo por vía mucosa o endovenosa, los
síntomas son prácticamente inmediatos. La duración de vida plasmática es de
doce horas, pero puede oscilar entre las cinco y las treinta horas, dependiendo
de la manipulación potenciadora que tengan.
Está estrechamente vinculado el aumento de consumo de estimulantes
con el aumento de la violencia. Los segundos de reflexión para tomar una
decisión, al estar bajo consumo, se pierden y se actúa de manera automática,
sin medir las consecuencias.
El Captagón, la droga de los yihadistas
Se conoce el Captagón en Occidente como "la droga de los
yihadistas", por el uso que hacen de ella los combatientes en Siria, para
olvidar el dolor y el miedo. La droga proporciona a los soldados una energía
sobrehumana y coraje.
El caos en Siria propulsó en el país y en el Líbano la fabricación
y el tráfico del Captagón, destinado a los combatientes.
Las drogas como el Captagón y las anfetaminas rompen el miedo y vuelven valiente a un
soldado. Además, lo concentra y lo vuelve más propenso a aceptar
órdenes. Pero no pueden ser drogas con efectos alucinógenos fuertes porque
distraerían. En vez de eso, se usan derivados de las anfetaminas por su
capacidad de reducir las necesidades fisiológicas, aumentar las capacidades
físicas y concentrar. Y, además, por lo baratas que son de sintetizar.
La droga sigue produciéndose de manera clandestina en el Líbano,
Turquía y sobre todo en Siria, llegando a ser una de las drogas más populares
en Oriente Medio.
En Líbano, los talleres en los que se produce Captagón están
concentrados a lo largo de la frontera con Siria, en el este o el norte. No se
necesita mucho sitio para fabricarlo. Es posible producir silenciosamente
millones de pastillas en una furgoneta. Para elaborar Captagón se precisan
anfetaminas a las que se añade alcohol y ácido cítrico. Luego
se secan los ingredientes y se colocan en una empacadora usada normalmente para
endurecer los caramelos.
El consumo de este producto no está vinculado imperativamente al
yihadismo. Los países del Golfo son los principales consumidores, especialmente
Arabia Saudita, a la que va destinada la mayoría de la mercancía.
El mercado real de la droga es Arabia Saudita, que la consume más
que cualquier otro país. El tráfico de drogas es un negocio de 6.100 millones
de dólares en el reino saudita.
Otro factor clave de las drogas en la guerra es el económico. Por
su bajo coste y alto precio, así como por sus propiedades, es un producto con mucho beneficio.
Por eso es empleado por organizaciones criminales, – y que en ocasiones se
relacionan con el aparato gubernamental de países en conflicto – para generar
dinero que alimente la economía de guerra.
Efectos de las sustancias
psicoactivas en el cerebro
El cerebro está compuesto por muchas partes que trabajan juntas
como un equipo. Diferentes partes del cerebro son responsables de coordinar y
llevar a cabo funciones específicas.
Cuando se toman drogas lo que se está introduciendo en el cerebro
son sustancias químicas que penetran en este órgano vital consiguiendo
interferir en la trasmisión neuronal.
Las drogas pueden alterar áreas
importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden
fomentar el abuso compulsivo de drogas que caracteriza a la adicción.
Las drogas son sustancias químicas que afectan el cerebro al
penetrar en su sistema de comunicación e interferir con la manera en que las
neuronas normalmente envían, reciben y procesan la información.
Pueden causar que las neuronas liberen cantidades inusualmente
grandes de neurotransmisores naturales o pueden prevenir el reciclaje normal de
estas sustancias químicas del cerebro. Esta alteración produce un mensaje
amplificado en gran medida, que en última instancia interrumpe los canales de
comunicación.
Las drogas alteran el
funcionamiento químico del cerebro revolucionando este circuito, dándole
mucha más dopamina de la que se produce en un proceso placentero habitual.
Esto tiene varias consecuencias :
Esto tiene varias consecuencias :
* El cerebro intenta readaptarse a este exceso de estimulación, que puede destruir la neurona,
disminuyendo el número de receptores de la dopamina en la neurona y aumentando
el número de recogedores y degradadores de la misma.
* Esto llevará a la tolerancia:
el cerebro va a necesitar cada vez más droga para llegar al mismo efecto
que la primera vez.
* Pero más importantes van a ser las consecuencias en la conducta:
las actividades que antes resultaban placenteras, progresivamente dejarán de
sentirse igual de satisfactorias e interesantes o motivantes. Ya sólo quedará la droga para llenar ese vacío.
A medida que el cerebro se va adaptando a la presencia de la droga,
otros circuitos cerebrales se irán afectando y modificando. El primero de ellos
y más estrechamente relacionado con el circuito de recompensa será el circuito
de la memoria y el aprendizaje. Este será el encargado de
crear el hábito y la adicción.
El aprendizaje de buscar el placer es instintivo, muy fuerte
y resistente al olvido. Todo lo que implique conseguir y administrarse la droga
estará fuertemente impregnado en el cerebro, convirtiéndolo en automático,
compulsivo e inconsciente.
Este condicionamiento de la conducta puede durar muchos años haciendo que algún
estímulo (o recuerdo) lleve a desear drogas a alguien después de mucho tiempo
de abstinencia.
Con el consumo prologando de este tipo de sustancias que afectan
directamente al cerebro se consigue
un
deterioro prematuro de este órgano vital que es el encargado de hacernos
funcionar en el mundo.
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