La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria, su contagio se da a través del consumo de los ooquistes del Toxoplasma Gondii, los cuales se pueden encontrar en la tierra, en las carnes contaminadas y en las heces de gato.
La toxoplasmosis es una infección ocasionada por un
parásito microscópico denominado toxoplasma gondii. Si bien la infección es
generalmente una enfermedad leve en personas con sistemas inmunológicos
saludables, es peligrosa durante el embarazo ya que, en ocasiones, el parásito
puede infectar la placenta y al bebé.
La infección puede ser leve o grave y provocar el
nacimiento de un bebé sin vida, problemas estructurales y neurológicos así como
otros efectos devastadores.
Toxoplasmosis congénita
La toxoplasmosis congénita puede afectar el cerebro
de la criatura, causando problemas como por ejemplo retrasos mentales o
trastornos motrices, parálisis cerebral y epilepsia. También es posible que
afecte otros órganos, generalmente los ojos, provocando alteraciones visuales
y, en algunos casos, ceguera.
La posibilidad de que el bebé contraiga la infección
aumenta a medida que el embarazo avanza. Si la primo-infección ocurre durante
el primer trimestre del embarazo, puede ocurrir muerte fetal. Si la infección
se da en el segundo trimestre puede causar malformaciones. Si ésta ocurre
durante el tercer trimestre, el bebé puede sufrir alteraciones del sistema
nervioso central (encefalitis, hidrocefalia, retraso mental) uveítis
(inflamación de la úvea, en el ojo), corio-retinitis (inflamación de la
coroides y la retina). Es importante resaltar que estas consecuencias sólo
pueden ocurrir si la madre se infecta por primera vez durante el curso del
embarazo.
También existe un pequeño riesgo de infectar al bebé
si se contrae la infección unos pocos meses antes de quedar embarazada. Si se
sabe que se ha contraído la infección recientemente, es conveniente, según
algunos expertos, esperar 6 meses antes de intentar quedar embarazada.
Transmisión
de la toxoplasmosis
* Los gatos desempeñan un papel importante en la
propagación de la toxoplasmosis. Estos animales se infectan al comer roedores,
aves u otros animales pequeños infectados. Después el parásito pasa a las heces
de los gatos. Los gatos y sus gatitos prefieren defecar en las cajas sanitarias
para gatos, la tierra del jardín y las cajas de arena, y la exposición puede ocurrir
al tocarse la boca después de haber cambiado la arena de la caja sanitaria para
gatos.
Contrariamente a lo que se cree, el hecho de tener un gato en casa no implica que necesariamente sea infectado con toxoplasmosis, si se toman las medidas de higiene necesarias. Si un gato no está infectado con el parásito y éste no sale de casa, no come carne cruda y no tiene contacto con otros animales que puedan ser portadores, no va a infectarse y por tanto seguirá siendo seguro.
* La forma más común de infección con el toxoplasma
es por el consumo de carnes crudas o poco cocidas, frutas y vegetales mal
lavados; los cuales se han expuesto al toxoplasma por medio de la tierra.
* Al contaminar los alimentos con cuchillos,
utensilios, tablas de cortar y otros alimentos que han estado en contacto con
carne cruda.
* Al beber
agua contaminada.
* Al recibir una transfusión con sangre contaminada
o un trasplante de un órgano infectado, aunque esto sucede con muy poca
frecuencia.
La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a
persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo
o a través de una transfusión de sangre infectada, o de un trasplante de órgano
de una persona infectada.
Las personas que manejan habitualmente tierra como jardineros
y agricultores tienen que tener especial atención con su higiene y lavarse las
manos a conciencia. Puede quedarse tierra con ooquistes bajo las uñas y es
fácil llevarse las manos a la boca provocando que el parásito pueda entrar en
el cuerpo. Las embarazadas deberían evitar trabajar con tierra y sin guantes, y
aún así lavarse bien las manos después.
El ciclo de vida del parásito
Los felinos son un refugio natural para este
parásito, que se reproduce en sus intestinos. Un gato puede infectarse con
toxoplasmosis al comer presas infectadas o carne que no se ha cocinado lo
suficiente, o al beber leche no pasteurizada o agua contaminada.
Los parásitos forman ooquistes en la tripa del gato
y el gato excreta millones diariamente durante un periodo de hasta 3 semanas
después de haberse infectado. Los ooquistes se vuelven infecciosos alrededor de
24 horas después de haber sido excretados. Bajo las condiciones idóneas, pueden
vivir en la tierra, la arena o la caja de arena del gato y seguir siendo
infecciosos hasta 18 meses. Durante este tiempo se esparcen, contaminando el
agua, la fruta y los vegetales e infectando a las especies de sangre caliente
que los comen, incluidos los seres humanos.
Uno de cada cinco casos de esquizofrenia podría
deberse al parásito toxoplasma Gondii
Según un estudio de la escuela de medicina
veterinaria de la Universidad de
Pensilvania, publicado en la revista Preventive Veterinary Medicine en noviembre 2014, esta infección se asocia
a alteraciones de la conducta en humanos, como por ejemplo aumento de las
conductas de riesgo (lentitud al reaccionar) y ciertas alteraciones emocionales
que parecen aumentar el riesgo de suicidio. El parásito puede encontrarse en el
cerebro y en los músculos.
El estudio utilizó métodos de modelado
epidemiológico para determinar cuántos casos de esquizofrenia podrían ser
atribuidos a este parásito. Se basó en
la medida del PAF (fracción atribuible a la población). Esta medida sirve para
determinar que tan importante es un factor de riesgo.
Para este caso concreto
esta medida determinaría la fracción de casos de diagnóstico de esquizofrenia
que no se producirían si no existiera el parásito. Es decir, cuántos casos
prevendría el tratamiento de este parásito. Los resultados mostraron que se
podrían prevenir hasta una quinta parte de los casos.
Lo importante de este estudio es que al considerar
que puede haber una importante incidencia y proponerlo como un factor de riesgo,
ello puede impulsar para llevar a cabo más estudios y destinar más fondos a la
investigación sobre el tema.
Síntomas
La mayoría de las personas que se infectan no
presentan síntomas. Algunas personas con toxoplasmosis pueden tener síntomas
similares a los de la influenza, acompañados de ganglios linfáticos inflamados
o dolores musculares que duran por un mes o más.
La toxoplasmosis grave que causa daños al cerebro,
los ojos u otros órganos puede producirse por una infección aguda o una que
ocurrió anteriormente y se ha reactivado. Los casos graves ocurren con más
frecuencia en personas con sistemas inmunitarios débiles, aunque
ocasionalmente, hasta personas con sistemas inmunitarios saludables pueden
sufrir daños en los ojos debido a la toxoplasmosis.
La mayoría de los bebés infectados cuando están en
gestación no presentan síntomas al nacer, pero pueden manifestar síntomas
posteriormente, como ceguera o retraso mental. Un pequeño porcentaje de recién
nacidos infectados presentan daños graves en los ojos, el sistema nervioso, la
piel y los oídos al nacer.
Hasta la mitad de los fetos que resultan infectados
con toxoplasmosis durante el embarazo nacen prematuramente.
Algunos bebés tienen síntomas de toxoplasmosis al
nacer, incluyendo hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) e ictericia,
esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo), bajo recuento de plaquetas,
sarpullido, infección cardiaca o pulmonar y adenopatía (aumento del tamaño de
los ganglios linfáticos).
Sin embargo, es posible que los bebés con
infecciones más leves no tengan síntomas ni problemas durante meses o años
después del nacimiento. Si no reciben tratamiento, la mayoría de los niños con
esta infección desarrollan problemas en la adolescencia. Los problemas oculares
son comunes.
El daño al cerebro y al sistema nervioso puede
fluctuar de muy leve a grave y puede abarcar convulsiones y discapacidad
intelectual.
Pruebas y exámenes
En caso de tener síntomas, los más frecuentes son: inflamación de los
ganglios linfáticos del cuello sin dolor y otros síntomas por lo general leves
como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y posiblemente dolor
de garganta o sarpullido.
A veces es posible sospechar la presencia de
toxoplasmosis cuando, en una ecografía prenatal, se observan ciertas anomalías
fetales. No obstante, la mayoría de los bebés infectados no muestran ninguna
anormalidad.
Si hubiese indicios de infección, se hará un
análisis de sangre para medir los niveles de dos anticuerpos. En base a los
resultados, puede que sea necesario hacer un nuevo análisis en dos o tres
semanas y enviarlo a un laboratorio de referencia de toxoplasmosis.
Esto se hace para confirmar los resultados iniciales y para que sea más fácil
precisar la fecha de infección.
Las investigaciones muestran que, si bien el
tratamiento después del nacimiento no puede revertir todo el daño producido con
anterioridad al mismo, se logrará disminuir mucho el riesgo que corre el bebé de
desarrollar nuevos problemas durante la infancia y al crecer.
Prevención
La mejor forma de proteger a los bebés en gestación
contra la toxoplasmosis es proteger a las madres.
* Pedir a alguien que esté sano, y que no esté embarazada,
que cambie todos los días la arena de la caja sanitaria del gato. Si esto no es
posible, ponerse guantes y limpiar la caja de arena todos los días, ya que el
parásito que se encuentra en los excrementos del gato para que sea infeccioso
requiere de uno o más días después de que ha sido expulsado. Después, lávese
las manos bien con agua y jabón.
* Cocinar las carnes bien; es decir, hasta que
alcancen una temperatura interna de 160°, hasta que no se vea roja en el
centro o hasta que los jugos salgan claros. No probar la carne si no está
cocinada totalmente.
* Congelar la carne por varios días antes de
cocinarla para reducir en gran medida la posibilidad de infecciones.
* Evitar la carne curada en sal o ahumada, como el
salami y el prosciutto, a menos que primero se calienten hasta que humeen. Por
ejemplo, no hay riesgo si se cocinan en una pizza. Tampoco comer carnes secas
como el charqui (o Jerky), ya que pueden no haber recibido suficiente calor
durante el proceso de secado.
* No beber leche que no esté pasteurizada o comer
alimentos hechos con leche no pasteurizada y evitar comer huevos crudos.
* Lavar cuidadosamente todas las tablas de cortar
alimentos y los cuchillos con agua caliente jabonosa después de usarlos.
* Lavar o pelar todas las frutas y verduras antes de
consumirlas.
* Evitar consumir agua que no haya sido tratada, en
especial cuando se viaje a países menos desarrollados.
* No tocarse la boca, la nariz ni los ojos mientras se
esté preparando la comida y lavarse siempre las manos antes de comer. Utilizar
guantes desechables si se tiene heridas en las manos, para que no estén en
contacto con posibles fuentes de exposición al parásito.
* Utilizar guantes cuando se trabaja en el jardín y
no tocarse la boca, la nariz ni los ojos con las manos hasta que se las haya
lavado bien, ya que en el jardín puede haber restos de heces de un gato
infectado.
Ver :
Parálisis cerebral infantil
Esquizofrenia de inicio en la infancia
Efectos del consumo de drogas durante el embarazo
El estrés prenatal materno afecta al bebé
Efectos del alcohol en el desarrollo cerebral del feto – Síndrome de alcoholismo fetal
Malaria en el embarazo
Parálisis cerebral infantil – 2
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Efectos del consumo de drogas durante el embarazo
El estrés prenatal materno afecta al bebé
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