noviembre 20, 2015

Importancia del Desayuno para el Buen Funcionamiento del Cerebro



Un buen desayuno es una de las bases de una alimentación y una salud adecuadas



La palabra "desayuno" viene del latín "dis-iunare" que significa "romper el ayuno". El desayuno es el primer alimento que recibe el cuerpo después de un ayuno de alrededor de 8 horas.

El desayuno es una de las cuatro comidas del día en la rutina de cualquier ser humano y a diferencia de lo que sucede con cualquiera de las otras tres comidas (almuerzo, merienda y cena), el desayuno es altamente recomendado por todos los profesionales, nutricionistas y médicos por considerárselo la comida más importante del día en la cual la persona obtiene energías y vitaminas que le servirán para todo el resto del día.

La importancia del desayuno es central ya que es el primer contacto que el organismo tiene con diferentes fuentes de energía. Si bien también las demás comidas son relevantes para ayudar a la persona a mantenerse en buen estado a lo largo del día, el empezar sin desayunar o con un mal desayuno (incompleto) influirá directamente en cómo una persona se manejará durante el día.

Hoy en día es común dejar de lado el desayuno por cuestiones de rutina, de falta de tiempo, de estrés, pero esto no hace más que empeorar los rendimientos y facilitar a que el organismo funcione de manera incorrecta e incompleta. La importancia de una buena alimentación no solo radica en obtener todas las energías y calorías necesarias para poder afrontar de la mejor manera posible las actividades cotidianas, sino también alcanzar los nutrientes que el cuerpo necesita para contribuir al sistema inmunológico y evitar enfermedades comunes.

La importancia de desayunar ayuda a evitar el mal humor de la mañana, ayuda a la concentración durante las primeras actividades diurnas y genera un alto rendimiento en lo que respecta a las actividades físicas e intelectuales, debido a que contribuye a elevar los niveles de glucosa en la sangre, necesaria para brindar la energía que el cuerpo necesita.

Este rendimiento es muy importante a edades tempranas, habiéndose comprobado que quienes tienen un mejor rendimiento en el colegio tienen un desayuno equilibrado, suficiente y nutritivo para poder afrontar las exigencias de la vida escolar, además de que ayuda a acelerar el metabolismo previniendo la obesidad.

El desayuno, una práctica reciente

El desayuno tal como lo conocemos no existió durante grandes etapas de la historia. En la Edad Media no se podía comer nada antes de la misa de la mañana, y sólo se podía comer carne la mitad de los días del año. Se cree que la palabra desayuno se introdujo en esta época para "romper el ayuno de la noche".

La Revolución Industrial de mediados del siglo XIX regularizó los horarios laborales y los trabajadores necesitaron adoptar una comida temprana para mantener la energía durante el trabajo. Todas las clases sociales empezaron a comer una comida antes de ir a trabajar, incluso los jefes.

Al llegar el siglo XX, el desayuno vivió una nueva revolución de la mano del estadounidense John Harvey Kellogg. En el sanatorio de Battle Creek, John H. Kellogg, un joven estomatólogo, busca mejorar la nutrición de sus pacientes e imagina la trituración de granos de trigo y maíz para cocinarlos al vapor antes de pasarlos por unos rodillos y dorarlos en el horno. Ha inventado los primeros pétalos de maíz (Corn Flakes).

En la década de los 50, de liberación económica, objetos como las tostadoras estadounidenses, o alimentos como el pan en rebanadas, el café instantáneo y los cereales invadieron los hogares. Es decir, el desayuno tal como lo conocemos.


Así funciona el cerebro cuando no se desayuna

Científicos del Imperial College de Londres, en una investigación presentada en el congreso Neurociencia 2012 en Estados Unidos, han demostrado que si nos saltamos el desayuno, horas más tarde el cerebro suele tener "antojos" de alimentos grasos y ricos en calorías.

La investigación fue realizada a partir de imágenes del cerebro de 21 hombres y mujeres de peso normal y 25 años de edad. Durante dos días consecutivos, se les mostraron fotografías de alimentos ricos en calorías mientras se les colocaba en un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (MRIf). Se les pidió que calificaran en qué medida les apetecían una serie de alimentos, que incluían chocolate, pizza, verdura y pescado. El primer día se pidió a los voluntarios que no desayunaran antes del escáner, pero al día siguiente se les dio, una hora antes del escáner, un desayuno de 750 calorías basado en cereales, pan y mermelada.

Cuando en el almuerzo se les instó a consumir todo lo que desearan, aquellos que habían pasado la mañana en ayunas mostraron una predisposición clara hacia alimentos ricos en calorías. Los individuos que no habían desayunado ingirieron un 20 por ciento más calorías. Los escáneres mostraron que la región del cerebro que podría estar involucrada en la atracción a los alimentos, la corteza orbito-frontal, se volvía más activa cuando el estómago estaba vacío.

En definitiva, dejar de comer a primera hora de la mañana vuelve a los alimentos grasos y a los dulces más atractivos para el cerebro y favorece una dieta desequilibrada, además de potenciar la voracidad.


Desayunar genera un mejor rendimiento

Un estudio de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pensilvania efectuado en febrero 2013, revela que los niños que no desayunan de forma habitual obtienen puntuaciones más bajas en los test que miden el cociente intelectual (CI) que aquellos que siempre empiezan el día con un desayuno equilibrado.

En niños de seis años de edad, saltarse la primera comida del día reduce en 5,58 puntos la habilidad verbal, en 2,50 puntos el rendimiento y en 4.6 puntos la puntuación total. Según los autores del trabajo, lo preocupante es que las habilidades cognitivas a esa edad se desarrollan rápidamente. Y todo apunta a que, después de toda una noche sin probar bocado, el desayuno es imprescindible como "combustible" para el funcionamiento y el desarrollo normal del cerebro.

Los investigadores aseguran que una nutrición adecuada en la infancia no solo está relacionada con mejores puntuaciones en los test de inteligencia en edad escolar, sino que también se asocia a una carrera profesional más satisfactoria y un mayor éxito económico al alcanzar la vida adulta. A largo plazo, asegurarse de tomar el desayuno podría aportar beneficios para la salud física y mental, así como una adecuada calidad de vida. Con el hábito del desayuno diario también se reducen los trastornos del comportamiento.


Saltarse el desayuno en la adolescencia fomenta el riesgo de desarrollar el síndrome metabólico

Según un estudio del Departamento de Medicina Clínica y Salud Pública de la Universidad de Umea, en Suecia, publicado en Public Health Nutrition en enero 2014, los jóvenes que descuidan el desayuno  en su totalidad o limitándolo a poco alimento y/o bebida  tienen un alto riesgo de sufrir obesidad o diabetes.

Asimismo, los expertos han comprobado que aquellos jóvenes que no desayunan o que sólo comen dulces por la mañana son dos tercios más propensos a tener factores de riesgo vinculados a enfermedad cardiaca y diabetes a los 40 años.

Para llevar a cabo esta investigación se estudió a 889 personas de Lulea (Suecia), a las cuales en el año 1981, cuando tenían 16 años, se les pidió que respondieran a un cuestionario sobre lo que habían comido en el desayuno.

Una vez obtenidos los resultados, se les volvió a examinar en el año 2008, cuando tenían 43 años, con el fin de descubrir si tenían factores de riesgo asociados a enfermedades del corazón, diabetes o accidentes cerebro-vasculares.

De esta forma, los expertos mostraron que el 27 por ciento habían desarrollado signos de este síndrome y que, además, aquellos que habían asegurado no desayunar eran un 68 por ciento más propensos a padecer síndrome metabólico en la edad adulta.

Respecto a los componentes individuales del síndrome, los investigadores encontraron que aquellos que padecían obesidad y que tenían altos niveles de azúcar en sangre a los 43 años habían tenido malos hábitos a la hora del desayuno cuando tenían 16 años.

El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo cardiovasculares: grasa abdominal, niveles altos de azúcar en la sangre, presión arterial alta y niveles bajos de colesterol bueno (HDL).


Importancia del desayuno en la alimentación infantil


Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, una ración de seguridad de muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de gran crecimiento y desarrollo. Los niños que desayunan tienen menos riesgo de obesidad.

Según diversos estudios, se ha demostrado que la primera comida del día ayuda a los niños a pensar con rapidez, prestar atención y comunicarse en forma apropiada con el entorno.

Es especialmente importante en el caso de niños y adolescentes ya que el desayuno facilita el aprendizaje y mejora el rendimiento escolar, en particular en niños con un estado nutricional deficiente.

La mayoría de los niños y jóvenes pasan rápidamente de estar dormidos, estado en el que el cuerpo ha ayunado durante varias horas, a un estado de gran actividad. Esto hace que aumente la demanda de glucosa de los músculos y el cerebro, por lo que necesitan “combustible”.

Un niño en edad escolar que concurre a su colegio sin desayunar correctamente tiene dificultades de concentración y memoria, o también puede sentirse cansado y nervioso. En edades escolares, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de locución o expresión, de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas.

Todas las funciones cerebrales se vinculan con el buen desayuno. Es importante tener en cuenta que el cerebro se alimenta de glucosa y funciona a través de ella. El desayuno debe aportar 140 gramos de esa sustancia, que de no ser incorporada el organismo estará obligado a reemplazar dependiendo de las grasas, fuente de combustible de reserva, aunque bastante menos eficaz.


Recomendaciones para incentivar el desayuno en los niños

* Evitar las cenas copiosas. Si un niño come mucho de noche, no querrá tomar su desayuno normalmente. Si tienen una cena ligera necesitarán el desayuno en las primeras horas de la  mañana.


* Muchos niños pueden sentir náuseas o falta de apetito por desayunar en las primeras horas de la mañana. Explicarles lo importante que es el desayuno para ellos y así se acostumbrarán a tomar su desayuno antes de ir al colegio.


* Preparar recetas divertidas. Platos con formas o colores llamativos para los niños harán del desayuno un momento especial.

* Evitar el exceso de grasas y dulces al momento de preparar el desayuno, pues esto contribuye a la ganancia de peso corporal y a enfermedades de importancia en el futuro.

* Compartir con los niños este importante momento del día, pues no solo contribuirá a su salud y su bienestar, sino a la unión de toda la familia.


Que hacer si no se tiene tiempo para desayunar

En muchas ocasiones la gente se queja de que no puede desayunar por la mañana por falta de tiempo. En ese caso, hay muchas maneras de poder comer algo de bueno en la mañana, como por ejemplo de camino al trabajo, o mientras se está en el auto esperando, o al llegar al trabajo, o al llegar a la escuela.


Una buena opción es llevar frutos secos, yogures líquidos, una pieza de fruta, y zumos de frutas, por que son rápidos de comer.


Si al levantarse de la cama no se tiene apetito, beber un vaso de agua o un zumo de frutas ayudará a estimular el apetito.

Desayunos rápidos


En caso de tener prisa, sencillos desayunos que se pueden preparar la noche anterior y comer de camino al trabajo.


Fruta deshidratada o frutos secos
Barrita de muesli sin azúcar con leche de avena/arroz
Una pieza de fruta fresca
Barritas de cereales integrales sin azúcar
Muffin integral
Yogur de soja
Un trozo de pan integral con mantequilla de cacahuete


Beneficios de un buen desayuno

Un desayuno equilibrado tiene un aporte de aproximadamente una tercera parte de las calorías que el cuerpo necesita durante todas las actividades que se realicen en el día.

Acostumbrados a un ritmo de vida acelerado, para muchos, desayunar es una pérdida de tiempo. Sin embargo, el desayuno no tiene que ser complicado ni algo difícil de incluir en la rutina diaria. Prepararlo a base de lácteos, cereales y frutas tan sólo lleva tres minutos. Además, establecerlo desde la infancia y mantenerlo a lo largo de la vida es indispensable para conservar una salud óptima.

Energía para el cerebro. El cerebro se alimenta de glucosa, pero no tiene la capacidad de almacenarla. Se tiene mayor y mejor concentración cuando se ha desayunado. Contribuye a tener un buen desempeño físico y mental. El hambre puede causar distracción. La evidencia científica demuestra que desayunar está relacionado favorablemente con aspectos de la función de la memoria en personas de distintas edades: memoria de corto plazo y capacidad para recordar.

Mantiene un estado nutricional correcto. Si no se desayuna o no se hace adecuadamente, es difícil completar los requerimientos de energía, calcio y otros elementos nutritivos en las demás comidas. Un buen desayuno contribuye significativamente al consumo diario de vitaminas y minerales. Si se incluye pan o cereales integrales en el desayuno, el consumo de grasa durante el día suele ser menor. La glucosa también alimenta los músculos, por lo que se siente menos cansado y con más energía en general, cuando se desayuna.

Previene enfermedades. Disminuye el riesgo de padecer ciertas enfermedades como diabetes tipo 2, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares. Quienes desayunan tienen mejor concentración en sangre de triglicéridos y colesterol LDL, factores que protegen contra enfermedades del corazón. Además, evitar ayunos prolongados mantiene las concentraciones normales de glucosa e insulina en sangre, y favorece a no desencadenar diabetes tipo 2.

Favorece un peso saludable. Existe una asociación positiva entre las personas que desayunan y el peso sano. Estudios realizados en la Universidad de Massachusetts afirman que el riesgo de presentar obesidad se incrementa 4.5 veces entre quienes no desayunan comparado con los que sí lo hacen. La asociación de un peso más sano y el desayuno se podría deber a una mejor calidad en la dieta menos alimentos altos en grasas saturadas y colesterol, y más cereales con fibra, lácteos y frutas  que ayuda a mantenerse satisfechos hasta la próxima comida, y a controlar las calorías que se consumen a lo largo del día. Las personas que no desayunan suelen tener más sobrepeso que las personas que comen un desayuno nutritivo. Además, el ayuno prolongado  que se produce cuando se salta el desayuno  puede aumentar la respuesta del cuerpo a la insulina, provocando el almacenamiento de grasa y por ende el aumento de peso y el riesgo de obesidad.

Ayuda al tránsito intestinal y mejora los niveles de colesterol. Eso se debe al contenido de fibra de los cereales integrales y las frutas. La llegada de la fibra hidrata al estómago, activa los movimientos del intestino grueso y favorece la evacuación.


¿ En qué consiste un buen desayuno ?

Un buen desayuno se define como una equilibrada combinación de lácteos, pan, cereales y frutas variadas que combinadas representan el 30% de los nutrientes que necesita diariamente el organismo para funcionar correctamente durante el día. Así mismo, un desayuno completo está ligado a un mejor rendimiento físico y psíquico.

El desayuno debe representar entre el 20% y el 25% de las calorías que se ingieren durante el día, y es importante que esté bien balanceado para recibir los nutrientes esenciales.

Después de un buen descanso nocturno, los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre, son muy bajos.  El cuerpo básicamente está vacío en la mañana. Comer el desayuno, rompe el ayuno y repone los niveles de glucosa. La glucosa es la fuente de energía del cuerpo.

Un buen desayuno debe incluir:

* Pan o cereales, de preferencia integrales. Además de la fibra que contienen, le proporcionan al cuerpo carbohidratos, que aportan energía, vitaminas y minerales. 

* Lácteos. Como leche o yogur  de preferencia bajos en grasa o desgrasados , que contienen proteínas, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B (principalmente B2).

* Frutas o jugo de frutas. Le aportan al cuerpo carbohidratos, agua, vitaminas y minerales. La fruta en sí y el jugo con pulpa también aportan fibra.

* Otros alimentos. Se puede incluir una bebida estimulante, como café o té; productos derivados de la carne, como el jamón en pequeñas cantidades, o huevos (se puede elegir comer las claras únicamente si se desea) que contienen las proteínas que construyen los tejidos y las células.

Super alimentos para el desayuno

Son alimentos 100% naturales, con nutrientes esenciales, vitaminas, minerales, oligo elementos, ácidos grasos esenciales, aminoácidos y antioxidantes, niveles altos de proteína.

* Semillas de chía son naturalmente ricas en fibra dietética y grasas saludables, excelente fuente de proteína, rica fuente vegetal de omega-3. Contienen vitaminas, minerales y antioxidantes en proporciones muy superiores a otros cereales (frutos secos, cereales). Las semillas de chía disminuyen la velocidad en que el cuerpo transforma los hidratos de carbono en azúcares simples, tienen virtudes excelentes para los diabéticos. Se las puede comer al natural o agregarlas enteras en ensaladas, yogures, cereales, arroz, bebidas.

* Semillas de cáñamo son muy nutritivas y son una excelente fuente de proteína completa. Contienen una gran cantidad de fibra beneficiosa para la salud cardiaca y gastrointestinal. Se pueden comer en ensaladas o batidos. También son ideales con alimentos cocinados en el horno, yogur y cereales. Y son libres de gluten.

* Bayas de Goji son originarias de Asia y conocidas por sus diferentes propiedades medicinales. Es un antioxidante muy potente y extremadamente rico en vitamina C. Goji fortalece el sistema inmunológico, subsana algunas carencias y disminuye los períodos de fatiga. Consumir 2-3 g de bayas al día sería lo ideal. Pueden comerse secas, frescas o en jugo. La forma más sencilla es añadirlas al yogur, batidos y otros.

* Almendras crudas forman parte de los frutos secos que contienen menos calorías. Además de ser ricas en calcio, magnesio y fibra, las almendras tienen un alto contenido de proteína y son una buena alternativa a los productos de origen animal como parte de una dieta vegetariana. Ricas en nutrientes las almendras tienen gran capacidad antioxidante.

* Maca es un tubérculo rico en vitaminas, minerales y aminoácidos que crece en los Andes peruanos a altitudes muy elevadas. Utilizada en pequeñas cantidades tiene un efecto de resistencia a la fatiga. No más de una cucharadita, el sabor es bastante fuerte.

* Semillas de lino. Incorporarlas en el desayuno ayudará a bajar la tensión, mejorar la piel y las hormonas.

* Quinua. Aporta grandes cantidades de proteínas y fibra, por ello da sensación de saciedad y energía para el día.

Recordar que consumir un desayuno balanceado desde edad temprana asegura al organismo un adecuado aporte de nutrientes que ayudarán a mejorar la atención, concentración y estado de alerta. Además de generar un hábito saludable de alimentación.



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