Aunque sus hijos prefieran las papas fritas y las hamburguesas ketchup del restaurante de comida rápida a las de casa, es inútil amenazarlos de interdicción para corregir su "mal" gusto. En cambio, es importante fijarles un marco tanto en materia de frecuencia como de composición de los menús. Y sobre todo, de variar los lugares de restauración y de diversión.
Algunos
de los alimentos propuestos en los fast food tienen «todo para que gusten»:
grasos, blandos, azucarados, salados. La alimentación grasa, azucarada y salada
halaga las papilas gustativas.
Conscientes
de su responsabilidad, algunas compañías de comida rápida – pero no todas – con
la intención de atraer y captar clientes, redujeron el tamaño de las porciones,
diversificaron su oferta y proponen en adelante ensaladas, frutas, jugos de
frutas, productos lácteos simples, coexistiendo, es cierto, con otros productos
más "ricos en grasas o lípidos".
También modificaron la calidad y cantidad de los
lípidos en las papas fritas. Prepararon menús para niños, añadiendo en la carta
alimentos sanos: ensaladas, frutas, verduras frescas, compotas, yogures, agua,
jugos de frutas naturales, gaseosas sin azúcar. Pero todavía falta enseñar a
los niños a aceptar estas ofertas.
Por lo
tanto, en el restaurante de comida rápida, no hay problema para a la vez comer
comida chatarra o alimentarse "bien". Pero hay un inconveniente, no
siempre los niños y adolescentes van a tratar de alimentarse “bien”.
Es importante tomar en cuenta que en un menú para niños, cuyas porciones son adaptadas a priori, la combinación de una hamburguesa, de una ración de 80 gr de papas fritas, de una bebida azucarada de 25 cl y de un producto lácteo azucarado o de un helado alcanza sólo el 50% de la necesidad energética de un niño activo de 5 años.
La
mayoría de los niños y adolescentes disfrutan en el restaurante de comida
rápida. Y el placer es más grande ya que allí se hace lo que no se puede hacer
en la casa. Si es un niño, puede comer con los dedos, jugar y hasta celebrar su
aniversario. Adolescente, se reúne con sus amigos, puede utilizar su celular o
su computadora.
Para
incitar a los niños a comer un alimento más equilibrado y menos repetitivo, hay
que iniciarlos lo antes posible a toda clase de sabores.
Desde
el embarazo, cuanto más la mamá coma variado, más el feto estará sensibilizado
a los olores que atraviesan el líquido amniótico. Entre 6 meses y 3 años, hay
que hacer probar al bebé un máximo de alimentos. Más tarde, se podrá estimular
la curiosidad alimenticia del niño haciéndolo participar en las compras y en la
cocina. Aunque el restaurante de comida rápida sea a menudo más económico, es
deseable hacerle descubrir otros tipos de restaurante. Y no llevarlo antes de
la edad de 3 años.
Recomendaciones para los padres
* Llevar a sus niños al restaurante de comida rápida. Si ya no está prohibido, perderá su importancia.
* Enseñarles a equilibrar su bandeja. Aplique una regla muy simple: escoger por menú, no más de dos
productos ricos en grasas y lípidos. Por ejemplo, una hamburguesa o pollo frito
con papas fritas, pero con agua en vez de gaseosa y fruta para el postre. Y
cada vez, variar la combinación. Es una regla que se aplica a los niños, pero
también a los padres.
* Llevarlos a verdaderos restaurantes para iniciarlos a la gastronomía. Y cocine con ellos: así
aprenderán cómo están hechos los alimentos.
* Inculcarles algunas nociones de nutrición. A
partir de la edad de 10 años, Por ejemplo, pasar el mensaje
relativo al aporte excesivo en calorías de todo lo que se bebe sin calmar el
hambre: gaseosas, jugo de frutas o yogures líquidos…
* Hablarles de nutrición durante las comidas en la casa. Así el alimento reencontrará su verdadero sitio.
Todo
esto será más eficaz que un boicoteo: la prohibición nunca da resultados en
materia de comportamiento.
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