enero 19, 2015

Acrilamida – Principal Peligro de los Alimentos Procesados



La acrilamida representa un peligro neurotóxico para el sistema nervioso


Actualización : agosto 6, 2015


Descubrimiento de la acrilamida en los alimentos

Al principio, la acrilamida sólo se conocía por su uso en procesos industriales como la fabricación de plásticos, colas, papel y cosméticos. La exposición fortuita de los trabajadores de estas industrias a niveles elevados de acrilamida llevó a la identificación de esta sustancia como una neurotoxina. Esto significa que, en dosis elevadas, la acrilamida puede dañar el tejido nervioso. En animales, se sabe que la exposición a dosis altas de acrilamida produce cáncer y afecta a la reproducción.

En el 2002, científicos suecos descubrieron que la sustancia química potencialmente neurotóxica y causante de cáncer llamada acrilamida se crea cuando los alimentos ricos en carbohidratos son cocinados a altas temperaturas, ya sea fritos, cocidos, rostizados o asados a la parrilla. Dada su toxicidad y posible efecto cancerígeno, este hallazgo despertó mucho interés entre la comunidad científica iniciándose una investigación para entender mejor la formación, y posteriormente la posible reducción, de esta sustancia en los alimentos.

Estudios posteriores en otros países han confirmado este hallazgo y hoy en día es un tema que tiene bastante preocupados a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA) y la European Food Safety Authority (EFSA), entre otros organismos.


¿ Cómo se forma la acrilamida en los alimentos ?

Es un compuesto que se forma durante el calentamiento a temperaturas superiores a 100 grados centígrados, es decir durante la fritura y el horneado, de alimentos vegetales ricos en su composición en azúcares y pobres en proteínas. La sustancia química se crea de una reacción entre los azúcares y un aminoácido llamado asparagina durante la cocción a altas temperaturas. Siendo el momento crítico de máxima formación la fase final de la fritura, o sea cuando el agua de la superficie de los alimentos ya ha desaparecido prácticamente.

La acrilamida se forma como resultado de lo que se conoce como la reacción de Maillard, que es una reacción química entre un aminoácido (componente básico de las proteínas) y un azúcar simple como la glucosa, la fructosa o la lactosa.

El calor es necesario para iniciar dicha reacción, que produce toda una serie de cambios químicos cuyo resultado es la “caramelización” del alimento y la formación de una serie de compuestos de aroma y sabor. Estos compuestos combinados son los que proporcionan la apariencia y el sabor característicos de los alimentos cocinados. Uno de los ejemplos más típicos de la reacción de Maillard es el aspecto dorado que adquiere el pan blanco al tostarlo.

Su formación ocurre cuando los alimentos se cocinan en el hogar y en restaurantes, así como cuando se producen comercialmente.

Factores en la  formación de la acrilamida en los alimentos

La formación de este compuesto depende directamente de tres factores. Estos serían, primero las características propias del alimento, la temperatura de horneado o fritura y también el tiempo en que se produce ese calentamiento.

Características del alimento. Los alimentos ricos en hidratos de carbono, así como los que cuenten con la presencia del aminoácido asparagina en su composición, son los más susceptibles, al someterlos a altas temperaturas, de que se provoque la reacción de Maillard y la consiguiente formación de acrilamida en ellos.

Temperatura. Cuanto más elevada es la temperatura de fritura u horneado en estos productos, más elevados serán los niveles de acrilamida en el alimento. Así a temperaturas de 175 grados ya se detecta su formación, pero es muy evidente cuando se supera temperaturas de 200 grados en los asados o frituras.

Tiempo. No sólo los grados aislados influyen en la formación de estos compuestos tóxicos, sino que repetidos calentamientos de estos alimentos incrementan la concentración en ellos, un ejemplo claro sería el recalentamiento en microondas después de una fritura intensa. Aquí los niveles de acrilamida se van a incrementar sensiblemente.

Alimentos con mayores probabilidades de formar acrilamida


* Patatas: chips, patatas a la francesa y otros alimentos hechos con patatas fritas o rostizadas.

* Granos: corteza del pan, pan tostado, pan crujiente, cereales para desayuno y varios bocadillos procesados.

* Café: granos de café tostados y café molido en polvo. Los sustitutos de café a base de achicoria contienen de 2-3 veces más acrilamida que el café real.




La acrilamida afecta al peso del feto

Según un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y la Universidad de Estocolmo, se ha observado que una elevada ingesta de este tipo de alimentos con alto contenido de acrilamida durante el embarazo causa un menor peso del bebé al nacer y una menor circunferencia de la cabeza de los recién nacidos.

La investigación se efectuó entre los años 2006 y 2010 sobre 1.100 mujeres embarazadas en Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España, y luego sobre sus hijos recién nacidos. Los resultados de este trabajo fueron publicados bajo el título ‘El peso al nacer, circunferencia de la cabeza y exposición prenatal a la acrilamida de la dieta materna’ (‘Birth Weight, Head Circumference, and Prenatal Exposure to Acrylamide from Maternal Diet’).

Los médicos concluyeron que un alto consumo de acrilamida procedente de la dieta materna tuvo en los fetos un efecto similar al del tabaquismo en cuanto al menor peso y desarrollo neurológico. Calcularon que redujo el peso del bebé en 132 gramos y el tamaño de la cabeza en 0,33 centímetros, en promedio. Un bajo peso al nacer afecta a la salud temprana de los niños y puede desembocar en enfermedades cardiovasculares y diabetes. La reducción del tamaño de la cabeza se asocia con un retraso en el desarrollo neurológico.

Respecto a los países, los mayores niveles de esta sustancia se observaron en los bebés nacidos en Inglaterra y los más bajos en los de Dinamarca.

El estudio confirma una creciente preocupación mundial acerca de los efectos potenciales para la salud de la exposición alimentaria a la acrilamida, ya que certifica que esta sustancia atraviesa la placenta.

La exposición a la acrilamida aumenta el riesgo de cáncer

Los estudios en animales han demostrado que la exposición a la acrilamida aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer y la Agencia Internacional de la Investigación del Cáncer, considera la acrilamida un probable carcinógeno humano. De acuerdo con un estudio realizado en 1988, la acrilamida es capaz de inducir efectos genotóxicos, cancerígenos, de desarrollo y reproductivos en los organismos analizados.

La acrilamida es una molécula orgánica pequeña con una muy alta solubilidad en agua. Estas propiedades probablemente sean las que faciliten su rápida absorción y distribución por todo el cuerpo. Después de la absorción, la acrilamida se metaboliza rápidamente, principalmente por conjugación de glutatión y la mayoría del material aplicado se excreta en 24 horas. La acrilamida puede unirse al ADN, lo que tiene implicaciones por su potencial genotóxico y cancerígeno.

Un estudio publicado en el 2007 relacionó el alto consumo de acrilamida de los alimentos con un aumento en el riesgo de cáncer endometrial y ovárico en las mujeres posmenopáusicas, particularmente entre las no fumadoras. También ha sido relacionado con el daño nervioso y otros efectos neurotóxicos, incluyendo problemas neurológicos en trabajadores que manipulan esta sustancia.

Efectos de la acrilamida sobre la salud

Efectos sobre el sistema nervioso. En algunos trabajadores expuestos a la acrilamida se han observado efectos sobre el sistema nervioso tales como debilidad muscular, adormecimiento de las manos y los pies, sudor e inestabilidad y falta de coordinación.

Efectos sobre la reproducción. La acrilamida reduce la capacidad de animales machos de producir crías y puede que cause efectos similares en seres humanos.

Cáncer. La acrilamida ha producido varios tipos de cáncer.

Efectos de la acrilamida en la salud de los niños

Es probable que la acrilamida afecte a los niños de la misma manera que afecta a adultos. En niños y embarazadas, seguramente, al estar en un periodo de crecimiento y/o gestación, pueden ser más sensibles a los efectos genotóxicos de la acrilamida.

Debido a la genotoxicidad de la acrilamida, los niños y las embarazadas deben cuidar aún más su consumo de productos ricos en carbohidratos cocinados.

Chips, uno de los alimentos en los que
se forma mayor cantidad de acrilamida
La acrilamida puede atravesar la placenta y exponer al feto. También se ha detectado en la leche materna.

Las patatas chips matan el hambre, no alimentan. Y, además, destruyen la mucosidad de las células, destinada a absorber los nutrientes de los alimentos. Un niño acostumbrado a comer patatas chips de forma habitual debilita o anula la capacidad absorbente de las mucosas celulares, de manera que cuando ingiera espinacas, zanahorias o tomates, no sacará su provecho nutritivo.

Diferencias en la metabolización de la acrilamida. Los niños consumen una cantidad mayor de alimentos en relación con su masa corporal que los adultos. Se aplica particularmente a alimentos del agrado de los niños   y ricos en acrilamida  tales como las papas fritas y las papas a la francesa.

Prevención de la formación de acrilamida

Dados los riesgos que presenta la acrilamida, los organismos internacionales responsables de temas de salud han recomendado que se reduzca el contenido de esta substancia en los alimentos procesados.

A nivel industrial a partir del año 2010 se ha establecido un control sobre los niveles de acrilamida en estos alimentos cuando se procesan en la fábrica, para saber ante qué valores nos encontramos y así poder reducirlos, puesto que eliminarla totalmente de momento es imposible. Para ello instan a la industria alimentaria a que trabaje para mejorar sus tecnologías de procesado de los alimentos susceptibles de sufrir estas reacciones, utilizando en la medida de lo posible harinas con poco contenido de asparagina en su composición o controlando con más precisión los tiempos y temperaturas en los procesos de fritura o asado.

La selección de la materia prima condiciona los contenidos de azúcares reductores y de asparagina. En teoría, es posible reducir mucho la formación de acrilamida tratando las materias primas con asparagina antes del procesado térmico. En la práctica, su uso presenta problemas técnicos según el alimento, e implica además una elevación de los costos. Otros compuestos amínicos que compitan con la asparagina en la reacción también pueden reducir la formación de acrilamida. La aproximación con más posibilidades de éxito es la modificación  temperatura y tiempo  de las condiciones de procesado, dadas las grandes diferencias que se observan en un mismo alimento dependiendo de la procedencia.


Resultados sobre las concentraciones de acrilamida en los alimentos de los años 2007-2009 y el seguimiento de la evaluación de la exposición  proyecto HEATOX

Con el objetivo de conocer mejor el riesgo derivado de cocinar de los alimentos a temperaturas altas, la Comisión Europea financió el proyecto HEATOX (Sustancias tóxicas generadas al calentar los alimentos: identificación, caracterización y minimización del riesgo). Su objetivo era identificar, caracterizar y minimizar el riesgo que suponen los compuestos adversos producidos durante el proceso de cocinado de los alimentos. En particular, se concentró en la acrilamida y, en 2007, se publicaron los cuatro principales descubrimientos, basados en experimentos realizados en laboratorio:

1) la presencia de acrilamida en los alimentos puede ser un factor de riesgo para el cáncer;
2) se puede reducir el nivel de acrilamida presente en los alimentos, pero no erradicarlo totalmente;
3) se cuenta con métodos analíticos para detectar la presencia de acrilamida en los alimentos;
4) cocinar los alimentos puede producir otros compuestos importantes para la salud.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó un informe sobre las concentraciones de acrilamida en los alimentos, con una evaluación de la exposición para estimar la ingesta de acrilamida por grupos de edad, así como los principales contribuyentes a la exposición de acrilamida en la dieta de los consumidores en Europa.

Este informe describe los resultados de la vigilancia europea de acrilamida en el período comprendido entre 2007 y 2009. Veinte estados miembros y Noruega presentaron un total de 10.366 resultados de acrilamida para el período de tres años que fueron utilizados por la Comisión Europea y los estados miembros de la UE para ayudar a evaluar la eficacia de las medidas voluntarias adoptadas por la industria alimentaria para reducir las concentraciones de acrilamida.

También incluyó una evaluación de la estimación de exposición a la acrilamida en los distintos grupos de edad en Europa. Los resultados del seguimiento agrupados, presentados por los estados miembros, se combinaron con la base de datos de la EFSA sobre la información individual de la dieta europea global para establecer la exposición a la acrilamida a través de los alimentos.

Las patatas fritas, el café tostado y el pan de molde son considerados los principales contribuyentes a la exposición de acrilamida en adultos; las patatas fritas, galletas y pan de molde se consideran los principales contribuyentes a la exposición en adolescentes y niños.

Se revisaron todos los niveles de los alimentos dirigidos a los consumidores infantiles, desde los distintos elaborados a base de cereales que en los casos en que no confinen ciruelas pasas se baja a 50 microgramos por kilo, las galletas para lactantes y niños de corta edad que se reducen a 200 microgramos por kilo y los alimentos elaborados a base de cereales que no son ni galletas ni bizcochos que pasan de 100 microgramos por kilo a 50.

La Comisión también recomendó que los Estados miembros tendrán que seguir investigando sobre el tema, con especial interés en aquellas industrias y empresas que superen los valores indicativos. El objetivo es que los valores se puedan seguir reduciendo con las propuestas que, por ejemplo, incluye el Código de Prácticas para la acrilamida de la Comisión del Codex Alimentarius y la «caja de herramientas» de FoodDrinkEurope.

EFSA ha publicado una opinión científica en junio de 2015 tras una rigurosa evaluación del riesgo de la presencia de acrilamida en alimentos para la salud pública y ha concluido lo siguiente:

* Basándose en estudios con animales, la EFSA confirma, tras realizar evaluaciones previas, que la acrilamida en alimentos aumenta de forma potencial el riesgo de desarrollar cáncer de los consumidores de todas las edades.

* Como la acrilamida está presente en una gran variedad de alimentos de consumo diario, afecta a todos los consumidores, pero los más expuestos son los niños debido al peso corporal.

* Los posibles efectos nocivos de la acrilamida en el sistema nervioso, el desarrollo pre y postnatal y en la reproducción masculina no se han considerado peligrosos, basándose en los niveles actuales de exposición a través de la dieta.

* Los grupos de alimentos más importantes que contribuyen a la exposición a la acrilamida son las patatas fritas, el café, las galletas, las galletas saladas, el pan crujiente y el blando.

* Los ingredientes y las condiciones de almacenamiento y procesado (sobre todo la temperatura) influyen considerablemente en la formación de acrilamida en alimentos.

* La forma de cocinar los alimentos puede tener un impacto sustancial en el nivel de acrilamida al que se exponen los humanos mediante la dieta.


¿ Qué medidas se están adoptando para reducir el nivel de acrilamida presente en los alimentos ?

Los fabricantes de productos alimentarios han tomado medidas para reducir la formación de acrilamida en alimentos, reorientando el enfoque del control de calidad y cambiando las recetas y los procesos de cocinado. Sin embargo, es importante resaltar que tales procesos no pueden modificar un elemento importante, cuyo impacto en el contenido de los precursores de la acrilamida en la materia prima agrícola es significativo: el de los productos estacionales o de temporada.

La Asociación Europea de la Industria y Comercio de Alimentos y Bebidas (en inglés, CIAA) ha publicado una “Herramienta contra la acrilamida” que recoge los pasos a seguir tanto por los fabricantes de alimentos como por los consumidores para reducir el nivel de acrilamida en los alimentos.

La patata 'Innate' no se ennegrece
al ser despojada de la piel.
Cuando se cocina frita
genera menores dosis de acrilamida
Actualmente, las investigaciones se centran en la posibilidad de reducir el nivel de acrilamida presente en los alimentos bloqueando la reacción que se produce durante el cocinado, mediante la biotecnología y la adaptación de las técnicas de cultivo actuales. Así, por ejemplo, al aumentar el nivel de sulfato en la tierra y reducir el de nitrógeno, se ha observado una reducción del nivel de acrilamida en algunas cosechas. Mediante la modificación genética se ha conseguido una variedad de patata totalmente nueva que contiene un nivel de azúcar inferior al de la patata convencional. Por otro lado, disminuyendo el nivel de azúcares reductores (como la glucosa) presentes en las patatas, es posible reducir, al mismo tiempo, la concentración de acrilamida, ya que este tipo de azúcares son un componente clave de la reacción de Maillard, durante la cual se forman estos compuestos negativos. De forma similar, se trabaja con los genes de la planta responsables del control de la formación de asparagina. Puesto que la asparagina es el otro componente clave de la formación de acrilamida, si se reduce su nivel es muy probable que disminuya la formación de acrilamida durante la reacción de Maillard.

Consejos para disminuir la formación de acrilamida en los alimentos

Los niveles de acrilamida varían mucho entre los alimentos procesados, incluso entre las diferentes marcas de un mismo alimento. Hasta ahora la sustancia química ha sido encontrada únicamente en los alimentos calentados a temperaturas superiores a 250°F/120°C, que incluye a la mayoría de los alimentos procesados. Basar la alimentación en alimentos enteros, con la mayor parte o al menos una porción significativa de ellos en su forma cruda o ligeramente cocida es una de las mejores formas de evitarla.

* Reducir al máximo los tiempos de cocción.

* Dorar los alimentos, no dejar que se tuesten demasiado. Mientras más oscura sea la comida, más acrilamida contiene, por ejemplo el tostado oscuro comparado con el tostado claro.

* Los alimentos asados o fritos en trozos grandes y gruesos contienen menos acrilamida.

* En las galletas y pastas, al barnizarlas con huevo o yema de huevo se evita en cierta medida la formación de acrilamida.

* Si se hace patatas fritas en el horno, repartir por la placa homogéneamente y sin apilar. Hornear en tandas de por lo menos medio kilo por cada placa para que no se sequen las patatas. Remojar las patatas crudas en agua durante 15-30 minutos antes de asarlas podría ayudar a reducir la formación de acrilamida durante la cocción.

* Consumir café natural en vez de torrefacto.

* Emplear siempre que sea posible el hervido en vez de la cocción a altas temperaturas.

* Evitar recalentar en el microondas alimentos ya fritos anteriormente.

* Si se usa freidora controlar siempre la temperatura de su termostato, evitando las posiciones máximas.

Es cierto que va a ser imposible erradicar totalmente la acrilamida en los alimentos, pero sí se puede limitarla. Unos buenos hábitos en la cocina pueden ayudar en gran medida a conseguir unos alimentos hidrocarbonados más sanos y seguros.


La respuesta, por supuesto es limitar o eliminar el consumo de alimentos procesados
y aumentar la cantidad de alimentos enteros y crudos en la alimentación.


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