junio 09, 2013

El Alcohol daña el Cerebro de los Adolescentes


El consumo excesivo de alcohol en la adolescencia daña el cerebro de manera irreversible

Todos somos conscientes de la constante presencia que tiene el alcohol en nuestra sociedad hoy en día, y también somos conscientes del preocupante consumo de los jóvenes, que cada vez comienzan a beber antes. El problema no radica sólo en los peligros relacionados con los accidentes de tráfico resultado de una noche de excesos y de irresponsabilidad de consumo. Hay importantes efectos que se producen cuando cerebros todavía en ‘proceso de desarrollo’ son estimulados con ese tipo de sustancias.

Los adolescentes son capaces de tomar mucho y creen que pueden controlarlo. Sin embargo, más tarde el cerebro sufrirá los efectos. Muchos de los daños asociados al exceso de alcohol ocurren durante una pérdida temporal de la conciencia. Y los adolescentes son propensos a la pérdida de conciencia por su capacidad de seguir consumiendo licor a niveles que desmayarían a un adulto.

El abuso del alcohol fue reconocido desde épocas anteriores como un problema social, es el hábito tóxico más extendido en el mundo. En el año 1849 el sueco Magnus Huss le puso el término de alcoholismo a esta toxicomanía. La primera definición hecha por Jellinek fue: Todo uso de bebidas alcohólicas que cause daño de cualquier tipo al individuo, a la sociedad, o a los dos. La Organización Mundial de la Salud en 1976 con el término "síndrome de dependencia del alcohol” plantea: el alcoholismo es un trastorno conductual crónico manifestado por ingestas repetidas de alcohol, excesivas, respecto a las normas dietéticas y sociales de la comunidad y acaban interfiriendo la salud o las funciones económicas y sociales del bebedor.


Cada vez más investigaciones indican que el alcohol provoca más daños al cerebro en desarrollo de los adolescentes y les causa unas lesiones significativamente mayores que al cerebro de los adultos, porque la adolescencia es un periodo en el que se producen importantes transformaciones neurofisiológicas.

Los nuevos descubrimientos pueden ayudar a explicar por qué las personas que empiezan a beber a una edad temprana corren un enorme riesgo de convertirse en alcohólicas. Según los resultados de un sondeo realizado en Estados Unidos entre 43.093 adultos y publicado Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, un 47% de las personas que comienzan a beber alcohol antes de los 14 años desarrollan una dependencia en algún momento de su vida, en comparación con un 9% de aquellos que esperan como mínimo hasta los 21 años. La correlación se mantiene incluso cuando se tienen en cuenta los riesgos genéticos de alcoholismo.

La mayoría de los adolescentes ha consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión. Esto puede ser normal, pues el que un adolescente tome bebidas alcohólicas son caracteres típicos de su edad, al igual que lo son los conflictos generacionales, la confrontación de ideas y actitudes, y todo lo típico de esa edad. Pero cuando el joven lo hace con frecuencia y sin medida, y su vida se ve afectada en términos de su desempeño y calidad, entonces es ya un adolescente alcohólico.

¿ Qué es el alcohol ?

El alcohol se obtiene por medio de la fermentación de cereales, frutas o vegetales. La fermentación es un proceso que utiliza levadura o bacterias para modificar el azúcar de los alimentos y transformarla en alcohol. La fermentación se utiliza para elaborar muchos productos necesarios: desde queso hasta medicamentos. El alcohol adopta distintas formas y se puede utilizar como limpiador, antiséptico o sedante.

Por lo tanto, si el alcohol es un producto natural, ¿por qué los adolescentes deben tener cuidado cuando lo beben? Cuando las personas beben alcohol, éste ingresa en el torrente sanguíneo. Desde allí, afecta el sistema nervioso central que controla todas las funciones del cuerpo.


El cerebro de las adolescentes es más vulnerable al alcohol

Hoy también sabemos que el consumo no afecta igual a los dos sexos. Las chicas metabolizan peor el alcohol y el daño en ellas es mayor. Son más vulnerables a la drogodependencia.

Un estudio de la universidad de California (San Diego) publicado en 2011 en la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research, advierte que las chicas adolescentes que beben alcohol en exceso presentan un mayor riesgo de sufrir algún daño cerebral a largo plazo, si se compara con el riesgo de los varones de la misma edad que también se emborrachan.

Los investigadores analizaron el cerebro de 95 mujeres jóvenes, de las cuales 40 ingirieron una serie de al menos cuatro copas de bebidas alcohólicas.

Los autores del trabajo observaron que los cerebros de las adolescentes expuestos al elevado consumo de alcohol registraron una disminución de actividad en las regiones que controlan la atención y la memoria con respecto a las que no participaron en la borrachera.

Estas diferencias en la actividad del cerebro se relacionaban con un peor rendimiento en medidas de atención y capacidad de memoria de trabajo. Aunque estos cambios en los niveles de actividad cerebral también se observaban en los adolescentes varones que beben en exceso, eran menos severos que los observados en las chicas.

Susan Tapert, profesora de psiquiatría de Stanford y participante del estudio sostuvo que el cerebro de las chicas es más vulnerable que el de los chicos, porque suele desarrollarse un par de años antes que el de ellos. Además, las chicas tienen un ritmo metabólico más lento, así como una mayor proporción de grasa corporal, con lo que el alcohol se procesa más lentamente. Finalmente estas diferencias también podrían deberse a diferencias hormonales.

Características de un adolescente alcohólico

Si bien los siguientes indicios pueden implicar un problema de alcoholismo u otras drogas, algunos también reflejan sufrimientos propios del crecimiento normal de un adolescente. Los expertos consideran que un problema de alcoholismo es más probable si se observan varias de estas señales simultáneamente, si ocurren repentinamente y si algunas de ellas son de naturaleza extrema.

* Cambios en el estado anímico: arrebatos de cólera, irritabilidad y actitud defensiva.

* Problemas escolares: escasa asistencia, notas bajas o una sanción disciplinaria reciente.

* Rebelarse contra las reglas de la familia o normas domésticas.

* Una actitud de que “nada me importa”: aspecto desordenado, falta de compromiso con intereses anteriores y energía general baja.

* Cambiar de amigos, junto con una resistencia a que se los conozca.

* Deseo de aislamiento.

* Actividad defensiva y una tendencia a responder agresivamente a la menor provocación.

* Encontrar alcohol en el cuarto o en su mochila, o que su aliento huela a alcohol.

* Problemas físicos o mentales: fallas de memoria, poca concentración, ojos inyectados de sangre, falta de coordinación o poca claridad al hablar.


El alcohol y el cerebro de los adolescentes

El cerebro de los adolescentes, que no está totalmente desarrollado, puede sufrir daños aún más severos que el de los adultos. Existe evidencia de que la corteza cerebral y el hipocampo de los adolescentes que consumen alcohol sufren daños significativos. El hipocampo es una de las más importantes regiones del cerebro relacionadas con la memoria. Experimentos llevados a cabo con ratas sugieren que en los cerebros jóvenes, aún no completamente desarrollados como el de los adolescentes, el daño causado por el alcohol a la corteza cerebral puede ser más del doble del sufrido por el cerebro de los adultos. La corteza cerebral es la región del cerebro donde se llevan a cabo la mayor parte de las funciones de alto nivel del cerebro, entre ellas el habla.



Agrava la situación el hecho de que una de las regiones afectadas por el alcohol es el lóbulo frontal del cerebro. Durante la adolescencia estas regiones, que tienen a cargo el control de impulsos y la planificación de nuestras acciones, pasan por grandes cambios y sus conexiones se modifican a medida que el o la adolescente aprende las diversas destrezas relacionadas con la toma de decisiones. El consumo de alcohol en la adolescencia afecta estas regiones que son esenciales para el autocontrol, de modo tal que hace más fácil que se llegue al alcoholismo. De hecho, se estima que el 40 por ciento de las personas que comienzan a beber antes de los quince años de edad se convertirán en dependientes del alcohol en algún momento de su vida. Esta es una proporción alrededor de cuatro veces mayor que la de las personas que comienzan a beber al llegar a los 21 años de edad.


Características que pueden contribuir al consumo del alcohol en los adolescentes

* Curiosidad (necesidad de experimentar)
* Presión del grupo
* Desafío a la sociedad
* Agresión a los padres
* Pérdidas afectivas.

Motivos que pueden llevar al consumo de alcohol

* Camino fácil y rápido para sentirse bien.
* Un modo de ganar aceptación entre sus iguales.
* Satisfacer la curiosidad sobre los efectos del consumo de alcohol.
* Expresar independencia y a veces hostilidad.
* Uso recreativo.

Por qué beben

Entender las razones por las que beben los adolescentes pueden ayudarnos a combatirlo.

* Superación de la timidez. El alcohol es un potente desinhibidor y muchos adolescentes combaten con él sus problemas de timidez o relación.

* Presión social. En muchas ocasiones la sociedad en la que viven los jóvenes alienta, directa e indirectamente, el consumo de alcohol mostrándolo como una prueba del éxito social. Los jóvenes imitarían esa conducta en busca también de su éxito social.

* Imitación de los adultos. Los adolescentes están viviendo la transición entre la pubertad y la edad adulta. Muchos de ellos imitan comportamientos adultos en la creencia de que eso les hace maduros y el consumo de alcohol se sitúa muchas veces en ese contexto.

* Integración en el grupo. Los adolescentes que ser relacionan con otros adolescentes que beben alcohol también lo consumen para sentirse parte del grupo.

Cómo evitar que beban

Para evitar que beban y que adopten otras conductas de riesgo es imprescindible que los padres comiencen a educar a sus hijos desde niños.

* Responsabilidad. Hay que educar a los chicos para que sean responsables. Que entiendan y asuman los riesgos de determinadas conductas.

* Autoestima. Cuando los chicos tienen suficiente autoestima, es decir, están seguros de sí mismos es mucho más improbable que necesiten estímulos externos para sentirse bien o relacionarse socialmente.

* Normas. En algunos de nuestros países de origen, la permisividad hacia el consumo de alcohol, incluso entre los jóvenes, es muy alta. Pero si queremos que nuestros hijos no corran riesgos en este sentido deberemos imponerles normas claras sobre la prohibición de su consumo.

* Salidas. En la mayoría de los casos, el consumo de alcohol entre los adolescentes se produce en los fines de semana y durante los festivos y por las noches. Se pueden evitar algunas de esas situaciones estableciendo una hora de vuelta a casa temprana.

Que consecuencias tiene el consumo de alcohol en los adolescentes

* El alcohol es adictivo para todos y cuando se inicia su consumo antes de los 18 años aumenta 5 veces la probabilidad de que se genere una adicción.

* Los adolescentes corren un riesgo mayor que los adultos a desarrollar enfermedades como la cirrosis de hígado, pancreatitis, infartos hemorrágicos y algunas formas de cáncer.

* Los adolescentes que consumen alcohol están mas expuestos a iniciar actividad sexual temprana, situación que los expone a un mayor riesgo de contagio con el virus del VIH, las enfermedades de trasmisión sexual y los embarazos no deseados. De igual modo incrementa la probabilidad de verse afectados por la impotencia y disfunción erectil.

* Los adolescentes que abusan del alcohol son 4 veces mas vulnerables a la depresión severa que aquellos que no tienen un problema de alcoholismo.

* El consumo del alcohol entre los adolescentes ha sido asociado con muertes por suicidio y accidentes de tránsito.

* Al ser un depresor del sistema nervioso central, lentifica funciones cognoscitivas (percepción y juicio), motoras (equilibrio y reflejos) y emocionales (sensatez y madurez).

* El alcohol incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes frente al consumo de otras sustancias adictivas.

* Existe una correlación importante entre el consumo de alcohol y la violencia. Como efecto secundario no se piensa en las consecuencias de los actos. El bloqueo de las funciones frontales del cerebro incrementa la agresividad. Pueden involucrarse en riñas callejeras en pandillas o actividades delictivas.

* El inicio de consumo de alcohol en la adolescencia incrementa 4 veces la probabilidad de padecer trastornos de personalidad e incrementa al doble el riesgo de ser alcohólico antes de los 24 años.

Cuales son los factores que pueden causar el consumo de bebidas alcohólicas

La realidad muestra un problema serio de consumo de bebidas alcohólicas en los jóvenes, lo cual no solo indica la ineficacia de políticas publicas si no también involucra directamente a la familia. El consumo de alcohol en adolescentes puede interpretarse como la consecuencia de la interacción de un sinnúmero de factores, entre los que se pueden presentar:

Una relación con los padres basada en excesos, carentes de limites. Padres muy consentidores, dan todo lo que sus hijos piden y lo que no también, intentando cambiar objetos por tiempo y atención para disminuir la culpa.

* Influencia de los medios de comunicación (principalmente Internet) que induce el consumo del alcohol o enaltece sus efectos personales o sociales.

* Presión social, caracterizada por amigos para beber.

* Deseo de aceptación social y pretención de madurez.

* Soledad en el hogar por falta de presencia de los padres por obligaciones laborales o vidas personales.

* Depresión, hiperactividad, timidez, conflictos con las figuras de autoridad, traumas, problemas familiares o relacionales, impulsividad, falta de autocontrol.

* Falta de madurez de estructuras cerebrales.

* Familiares alcohólicos, principalmente padres o abuelos.

* Ambientes hostiles y de riesgo de consumo tales como bares y/o fiestas.

* Motivar y/o aceptar el consumo de alcohol y otras sustancias adictivas en el núcleo familiar.

Cuándo el consumo de alcohol se convierte en un problema

Cuando afecta la salud, las relaciones sociales, el desempeño académico o laboral y en general la vida de la persona que bebe o de las que lo rodean. En conclusión cuando se pasa del uso al abuso del alcohol.

Qué puede hacer si identifica problemas de alcohol en su hijo

Principalmente lo que debe hacer es buscar una ayuda y asesoría especializada. Es indispensable recurrir a instituciones dedicadas al tratamiento de este tipo de problemas, garantizando la integridad física y emocional de los pacientes. Le ayudarán a identificar la gravedad del problema y le darán alternativas terapéuticas.



Según el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIH) la mejor manera de influir sobre sus hijos para evitar que beban es manteniendo una relación sólida y de confianza mutua. Las investigaciones llevadas a cabo demuestran que los adolescentes tienden a postergar el consumo de alcohol cuando sienten que tienen un estrecho vínculo con sus padres o tutores, y el apoyo de éstos. Más aún, si sus hijos eventualmente comenzaran a beber, una buena relación padre-hijo ayudaría a protegerlos de los problemas que pudiera traerles el consumo de alcohol.


Consejos para construir una relación sólida con sus hijos :

Establezca una comunicación abierta. Facilite las cosas para que el adolescente converse honestamente con usted.

Demuestre interés. A pesar de que los jóvenes no siempre lo demuestran, necesitan saber que son importantes para sus padres. Propóngase dedicarle regularmente tiempo a su hijo, un momento en el que le pueda brindar atención cariñosa y exclusiva. Algunas actividades para compartir: una caminata, un paseo en bicicleta, una cena tranquila fuera de casa o una sesión de cocina.

Imponga límites. Establezca, de manera clara y realista, cuáles son las expectativas respecto al comportamiento de su hijo y cuáles serían las consecuencias por quebrantar las reglas impuestas por usted. Hágaselas saber y cumplir cuando sea necesario.

Demuestre aceptación. Asegúrese de que el adolescente sepa que usted aprecia tanto sus esfuerzos como sus logros. Evite bromas o críticas que puedan herirlo.

Comprenda que su hijo está creciendo. Esto no significa aplicar una política de no intervención. Pero mientras orienta el comportamiento de su hijo, haga, también, un esfuerzo por respetar su creciente necesidad de independencia y privacidad.








Ver :
                                                                                                   El cerebro del adolescente

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