Los antidepresivos pueden ser peligrosos si el diagnóstico no es exacto
Durante mucho tiempo el uso de psicofármacos
en las etapas de la infancia se vio rodeado de resistencias, tanto partiendo de
los padres, quienes mostraban un rechazo absoluto a esta posibilidad, como de
los propios especialistas, quienes ya fuera por la formación recibida, la falta
de información precisa sobre los
psicotrópicos y su mecanismo de
acción, la adhesión a tratamientos terapéuticos diferentes, o simplemente por
un temor infundado, se mostraban renuentes a incluir a la psicofarmacología dentro de su arsenal terapéutico.
Sin
embargo, el desarrollo actual de la psicofarmacología pediátrica ha venido a confrontar y cuestionar estos postulados tradicionales,
fomentándose la utilización de los medicamentos, el mejor conocimiento de ellos
y la investigación que aún así tiene que vencer serios obstáculos.
Los antidepresivos normalizan las sustancias
químicas naturales del cerebro llamadas neurotransmisores, principalmente la
serotonina y la norepinefrina. Otros antidepresivos normalizan el
neurotransmisor dopamina. Los científicos que estudian la depresión han
descubierto que estas sustancias químicas en particular participan en la
regulación de los estados de ánimo, pero no están seguros de cómo funcionan exactamente.
Los medicamentos antidepresivos más nuevos y
populares se llaman inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
(ISRS), porque inhiben la captura por la neurona receptiva de la serotonina,
quedándose ésta más tiempo en el espacio sináptico (el espacio entre las
neuronas) con el fin de estimular los receptores neuronales.
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Bombas de recaptura de la serotonina (puntos rosados) |
Entre los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina se encuentran la fluoxetina (Prozac), el citalopram (Celexa), la sertralina (Zoloft), y varios otros. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los de norepinefrina son más populares que los antidepresivos más antiguos – como los tricíclicos (llamados así por su estructura química) y los inhibidores de la monoamino oxidasa – porque tienden a tener menos efectos secundarios.
Las neuronas cerebrales utilizan un sistema de comunicación complejo, sin embargo una de las sustancias más importantes que facilitan la comunicación entre las neuronas en su punto de unión (la sinapsis) es la serotonina. A la hora de mandar un mensaje la neurona permite la salida de serotonina que actúa como un conductor bioquímico de información entre las neuronas, una vez terminado el mensaje, se recoge y guarda la serotonina.
La razón
por la que los inhibidores de la recaptación de serotonina funcionan en estos
casos, es, como su nombre lo indica, porque una vez que han salido a enviar un
mensaje no permiten que la serotonina sea recogida y guardada, de manera de que
la concentración de serotonina se mantiene alta entre las neuronas, permitiendo
una subsecuente mejoría en las comunicaciones inter-neuronales futuras. Sin
embargo no hay aún explicaciones concluyentes sobre su mecanismo de acción.
De hecho, este neurotransmisor va a quedar
más tiempo en el espacio sináptico, aumentando su probabilidad de ser
reconocido por la neurona receptora, aumentando así la estimulación de esta
neurona.
Investigaciones y controversia
Algunos estudios han demostrado que pueden
causar efectos no deseados en algunas personas, especialmente en niños,
adolescentes y adultos jóvenes. En el 2004, la FDA revisó exhaustivamente los
resultados publicados y no publicados de estudios clínicos controlados sobre
antidepresivos que abarcaron a casi 4.400 niños y adolescentes. Esta revisión
reveló que el 4% de quienes tomaban antidepresivos tuvieron
pensamientos suicidas o intentaron suicidarse en comparación al 2% de
quienes tomaron placebos.

Amir Raz, catedrático de neurología clínica
en el departamento de psiquiatría de la universidad McGill, forma parte de un
grupo de investigadores inquietos por el uso continuo de antidepresivos en
niños y adolescentes. El cerebro humano se desarrolla exponencialmente en los
muy jóvenes y la exposición a los antidepresivos puede afectar o influenciar el
cableado del cerebro, especialmente cuando se relaciona con ciertos elementos
que tengan que ver con la tensión, emoción o su regulación. Estas drogas, el
Prozac y similares – incluyendo a Celexa, Paxil, Zoloft y otras – afectan al
nivel del neurotransmisor serotonina en el cerebro.
Raz piensa que no es una buena idea de manipular
la serotonina en los niños. Además de servir como mensajero químico, la
serotonina actúa como factor del crecimiento durante los primeros años de vida.
Estimula la formación de conexiones o sinapsis entre las neuronas, y es muy
importante para la adquisición de una respuesta normal a los acontecimientos
causantes de la ansiedad en la edad adulta.
Esta sustancia también se encuentra en otras partes del cuerpo, donde realiza una variedad de funciones. Las drogas que alteran la serotonina durante estos años importantes para el desarrollo, pueden alterar la función cerebral de una manera imprevisible. El cerebro del adolescente es un trabajo en fase de creación, experimentando cambios continuos y remodelándose, por lo menos hasta mediados de los 20 años.
Esta sustancia también se encuentra en otras partes del cuerpo, donde realiza una variedad de funciones. Las drogas que alteran la serotonina durante estos años importantes para el desarrollo, pueden alterar la función cerebral de una manera imprevisible. El cerebro del adolescente es un trabajo en fase de creación, experimentando cambios continuos y remodelándose, por lo menos hasta mediados de los 20 años.
Esta información instó a la FDA a adoptar, en
el 2005, una etiqueta de advertencia de “caja negra” en todos los medicamentos
antidepresivos para alertar al público acerca del posible aumento en el riesgo
de pensamientos suicidas o intentos de suicidio en niños y adolescentes que
toman antidepresivos.
En el 2007, la FDA propuso que los fabricantes de todos los medicamentos antidepresivos extendieran la advertencia para incluir a pacientes jóvenes de hasta 24 años. Una advertencia de “caja negra” es la advertencia más seria que se aplica en las etiquetas de medicamentos recetados.
En el 2007, la FDA propuso que los fabricantes de todos los medicamentos antidepresivos extendieran la advertencia para incluir a pacientes jóvenes de hasta 24 años. Una advertencia de “caja negra” es la advertencia más seria que se aplica en las etiquetas de medicamentos recetados.
* La fluoxetina (Prozac) y el escitalopram
(Lexapro) son los únicos aprobados por la FDA para tratar la depresión mayor en
adolescentes (edades de 12 a 17 años).
* La fluoxetina también está aprobada para niños de 8 años en adelante.
* La fluoxetina también está aprobada para niños de 8 años en adelante.
* Los antidepresivos tricíclicos no están
aprobados para su uso en adolescentes.
La advertencia destaca que los pacientes de
todas las edades que toman antidepresivos deben ser observados muy de cerca, especialmente
durante las primeras semanas del tratamiento. Los posibles efectos secundarios
que se deben buscar son empeoramiento de la depresión, pensamiento o
comportamiento suicida, o cualquier cambio inusual en el comportamiento tal
como falta de sueño, inquietud, o aislamiento de situaciones sociales normales.
La advertencia agrega que las familias y los cuidadores del paciente también
deben ser informados de la necesidad de observar cuidadosamente y notificar
cualquier cambio en el paciente al médico.
Finalmente, la FDA ha advertido que combinar
los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o los inhibidores de
la recaptación de serotonina y norepinefrina, los cuales son antidepresivos más
nuevos, con uno de los medicamentos “triptán”, que son comúnmente usados para
tratar el dolor de migraña, podría causar una enfermedad con peligro de muerte
llamada “síndrome de la serotonina". Una persona con síndrome de la serotonina
puede ponerse inquieta o nerviosa, tener alucinaciones (ver u oír cosas que no
son reales), tener temperatura alta, o tener cambios inusuales de presión
arterial. El síndrome de la serotonina es generalmente asociado con los
antidepresivos más antiguos llamados monoamino oxidasa, pero también se puede
sufrir de este síndrome con los antidepresivos más nuevos si estos son
mezclados con medicamentos incorrectos.
"Nuestros resultados subrayan la
importancia de la serotonina equilibrada con niveles no muy altos o demasiado
bajos para la maduración del cerebro", dijo el investigador Rick Lin de la
Universidad de Missisippi Medical Center en un comunicado.
Se cree que los selectivos de recaptación de
serotonina actúan aumentando la cantidad de serotonina en el cerebro del
paciente. Cómo afectan a los niños que están expuestos a los antidepresivos
antes del nacimiento, sin embargo, no se comprende totalmente.
Los investigadores hallaron que en las crías
de ratas, los machos muestran el comportamiento de tipo autista, que
corresponden a las tasas de autismo en los seres humanos, que afecta a más
niños que niñas. También encontraron que la exposición a los ISRS se relacionó
con el desarrollo del cerebro atrofiado que afecta a la corteza y el hipocampo,
las áreas del cerebro responsables de la memoria y la navegación.
Más ventajas que riesgos
Frente a esta evidencia muchos siquiatras,
sin embargo, creen que los antidepresivos hacen más el bien que un daño en los
niños y adolescentes.
Harold Koplewicz, catedrático de psiquiatría en la universidad de Nueva York y uno de los mejores siquiatras del niño, ha estado utilizando los SSRI en niños y adolescentes por más de una década. Ha observado lo que sucede con los adolescentes que no son tratados. Cuando han tenido un episodio depresivo, existe un 60 por ciento de probabilidad para tener otro. Si tienen dos, un 90 por ciento más de tener un tercero. Y los episodios subsecuentes son más difíciles para tratar. Todo buen clínico dirá que el riesgo de no tomar la medicación es mayor que los riesgos posibles causados por tomar los SSRI.
Harold Koplewicz, catedrático de psiquiatría en la universidad de Nueva York y uno de los mejores siquiatras del niño, ha estado utilizando los SSRI en niños y adolescentes por más de una década. Ha observado lo que sucede con los adolescentes que no son tratados. Cuando han tenido un episodio depresivo, existe un 60 por ciento de probabilidad para tener otro. Si tienen dos, un 90 por ciento más de tener un tercero. Y los episodios subsecuentes son más difíciles para tratar. Todo buen clínico dirá que el riesgo de no tomar la medicación es mayor que los riesgos posibles causados por tomar los SSRI.
David Rosenberg, jefe de psiquiatría del niño
y del adolescente en la Wayne State University, está utilizando el explorador
del cerebro para observar a los niños y adolescentes deprimidos, viéndose cambios impresionantes en la química del cerebro. Su investigación se
centra en el mensajero químico glutamato. El glutamato es como el interruptor
de luz en el cerebro. Si la serotonina es la iluminación en el cuarto, el
glutamato sería el interruptor que prende y apaga la serotonina.
Rosenberg ha descubierto que un nivel bajo de glutamato en ciertas partes del cerebro está conectado a la depresión. Y el efecto de los antidepresivos está claro: después del tratamiento, el glutamato vuelve a ser normal y los síntomas de la depresión disminuyen. Él afirma que cuando los antidepresivos son prescritos apropiadamente, hacen más bien que mal.
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Los antidepresivos están diseñados para aliviar los síntomas de la depresión y aumentar los niveles de serotonina en el cerebro, donde se regula el estado de ánimo |
Por otra parte, las exploraciones del cerebro han demostrado que el no usar los antidepresivos en pacientes deprimidos también puede tener una influencia duradera en el cerebro. Se ha descubierto que la depresión no tratada gasta gradualmente partes importantes del cerebro. En adultos, cuanto más larga es la enfermedad, menos materia gris hay en la amígdala, el hipocampo y las áreas del lóbulo temporal. Todas esas regiones del cerebro están asociadas al pensamiento y al aprendizaje.
Resultados preliminares indican que lo mismo probablemente suceda con los niños y los adolescentes. Pero indica que las ventajas compensan el daño potencial solamente si los antidepresivos se prescriben apropiadamente. Los antidepresivos pueden ser peligrosos si el diagnóstico no es exacto.
Investigadores de la universidad de Pittsburg
revisaron 27 estudios de antidepresivos en niños y adolescentes y concluyeron
que las ventajas compensan ampliamente los riesgos. Los investigadores
invitaron a la FDA a reconsiderar su advertencia sobre el uso de antidepresivos
en niños y adolescentes.
Podrían pasar años antes de que estas
cuestiones sean resueltas. Mientras tanto, los siquiatras continuarán
prescribiendo los SSRI a los niños – porque no tienen alternativas. La depresión no tratada en los niños es un flagelo que no afecta solamente a
ellos, pero también a sus padres, hermanos y hermanas, profesores y amigos.
Los resultados de una revisión completa de
ensayos pediátricos realizados entre 1988 y 2006 sugieren que los beneficios de
los medicamentos antidepresivos pueden ser mayores que los riesgos para niños y
adolescentes con trastornos graves de depresión y ansiedad.
En la universidad de MacMaster se investigó
el impacto del consumo de antidepresivos en todo el cuerpo, la conclusión es
que estos fármacos podrían estar haciendo más mal que bien. Estudios
científicos han comprobado la co-relación existente entre el incorrecto
funcionamiento de las comunicaciones neuronales debido a irregularidades con
la serotonina y muchas enfermedades y síndromes psicológicos como la depresión,
el trastorno obsesivo-compulsivo y otros trastornos de ansiedad.
Efectividad de los antidepresivos
Paul Andrews y sus colegas, en junio del 2011, cuestionaron la efectividad de los antidepresivos incluso para aliviar la depresión. En sus estudios hallaron que los pacientes que habían tomado antidepresivos tenían el doble de probabilidad de sufrir una recaída después de dejar los medicamentos, como si a sus propios cerebros les afectara para restablecer el equilibrio.
El equipo
de investigadores estudió decenas de casos de personas que tomaban
antidepresivos en comparación con aquellos que usaron placebos. Un análisis
publicado en Frontiers of Psychology constata que la gente que no ha estado
tomando medicamentos tiene un 25%
de riesgo de recaer en una depresión, en comparación con el 42% o más de recaer
que tienen los que han estado tomando antidepresivos y dejaron de tomarlos.
Todos
estos fármacos pueden reducir síntomas hasta cierto punto a corto plazo, lo importante
es el efecto a largo plazo. Los estudios sugieren que tratar a las personas
depresivas con estos fármacos hará que la depresión vuelva a reaparecer. Esto
puede dejar a estas personas atrapadas en un círculo vicioso donde tengan que
estar tomando antidepresivos para prevenir la aparición de los síntomas. Estos
medicamentos afectan a la serotonina y otros neutrotrasmisores del cerebro y
eso es lo que se supone que hace que haya un mayor riesgo de recaída una vez
que la persona deja de tomarlos.
Al
aumentar la serotonina los antidepresivos tienen efectos negativos para la
salud en todos los procesos que normalmente se regulan por la serotonina. Esto
incluye riesgos elevados en :
* Problemas
digestivos, estreñimiento, diarrea, distensión abdominal
* Sangrados
anormales y accidentes cerebrovasculares en ancianos
* Problema
de desarrollo en los niños
* Problemas
de estimulación sexual y la función y desarrollo de los espermatozoides en
adultos.
Una terapia conductista y cognoscitiva
asociada con los antidepresivos puede limitar los riesgos de suicidio y
acelerar la curación de los jóvenes con depresión.
Solo un antidepresivo de los catorce estudiados es efectivo en niños y adolescentes que presentan depresión
Científicos de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Chongqing, en un estudio publicado en la revista The Lancet en junio 2016, concluyeron que los niños y adolescentes con depresión mayor no se benefician eficazmente de los medicamentos antidepresivos, y algunos de estos medicamentos pueden agravar aún más la condición, frente al beneficio que se esperó al inicio del tratamiento.
Para su estudio, los investigadores se propusieron a investigar si los beneficios del uso de antidepresivos son mayores que los riesgos, para los jóvenes con depresión mayor.
Revisaron 34 estudios que incluyeron a más de 5,200 niños y adolescentes de edad promedio entre 9-18 años. El equipo llevó a cabo toda una revisión sistemática y meta-análisis de doble ciego inéditos y publicados, los ensayos controlados aleatorios hasta mayo de 2015 que evaluaron el tratamiento de la depresión mayor en niños y adolescentes.
Los ensayos incluidos en el análisis evaluaron los efectos de 14 medicamentos antidepresivos, y el equipo calificó la eficacia de cada medicamento usando cuatro criterios:
Eficacia – determinado por los cambios en los síntomas depresivos y la respuesta al tratamiento.
Tolerancia – si el uso de la medicación se suspendió debido a eventos adversos.
Aceptabilidad – si el uso de la medicación se suspendió debido a cualquier causa.
Asociación a daños graves – si el medicamento aumentó pensamientos o actos suicidas u otros daños severos.
En comparación con los placebos y otros siete antidepresivos, se encontró que la nortriptilina tenía una eficacia menor.
Los antidepresivos imipramina, venlafaxina, y duloxetina, los investigadores observaron que les fue peor cuando se trataba de tolerancia; había muchas más interrupciones con estos fármacos que con placebos.
En comparación con los placebos y otros cinco medicamentos antidepresivos, la venlafaxina se ha encontrado que incrementó el riesgo de pensamientos suicidas y los intentos.
Los datos utilizados para la red meta-análisis
* Los círculos representan los medicamentos: mientras más aumenta el diámetro, más aumenta el número de participantes que tomaron esta sustancia (placebo > fluoxetina > duloxetina, etc.);
* Las líneas representan las comparaciones directas realizadas (ensayo clínico) entre 2 tratamientos: mientras más gruesas sean las líneas, más elevado es el número de ensayos (fluoxetina versus placebo, paroxetina versus placebo;
* En la ausencia de línea entre dos sustancias, una comparación indirecta se puede hacer: fluoxetina versus placebo y placebo versus clomipramina => comparación indirecta entre fluoxetina y clomipramina.
De los 14 antidepresivos estudiados, los investigadores identificaron un único antidepresivo llamado fluoxetina – Prozac el nombre comercial – para los que los beneficios superaron los riesgos a la hora de eficacia y tolerabilidad.
Estos resultados, según los autores, sugieren que la gran mayoría de los antidepresivos son ineficaces para los niños y adolescentes con depresión mayor, y muchos de ellos pueden ser inseguros.
Recomiendan que los niños y adolescentes que tomen antidepresivos deban ser vigilados de cerca, sin tener en cuenta el antidepresivo elegido, sobre todo al inicio del tratamiento.
En la atención clínica de los jóvenes con un trastorno depresivo mayor, las directrices clínicas recomiendan la psicoterapia, sobre todo la terapia cognitivo conductual o la terapia interpersonal, como tratamiento de primera línea. El Prozac se debe considerar solo para los pacientes que no tengan acceso a la psicoterapia o que no hayan respondido a las intervenciones no farmacológicas. Los niños y los adolescentes que toman antidepresivos deben ser vigilados de cerca, independientemente del tratamiento elegido, y sobre todo al inicio del tratamiento.
Solo un antidepresivo de los catorce estudiados es efectivo en niños y adolescentes que presentan depresión
Científicos de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Chongqing, en un estudio publicado en la revista The Lancet en junio 2016, concluyeron que los niños y adolescentes con depresión mayor no se benefician eficazmente de los medicamentos antidepresivos, y algunos de estos medicamentos pueden agravar aún más la condición, frente al beneficio que se esperó al inicio del tratamiento.
Para su estudio, los investigadores se propusieron a investigar si los beneficios del uso de antidepresivos son mayores que los riesgos, para los jóvenes con depresión mayor.
Revisaron 34 estudios que incluyeron a más de 5,200 niños y adolescentes de edad promedio entre 9-18 años. El equipo llevó a cabo toda una revisión sistemática y meta-análisis de doble ciego inéditos y publicados, los ensayos controlados aleatorios hasta mayo de 2015 que evaluaron el tratamiento de la depresión mayor en niños y adolescentes.
Los ensayos incluidos en el análisis evaluaron los efectos de 14 medicamentos antidepresivos, y el equipo calificó la eficacia de cada medicamento usando cuatro criterios:
Eficacia – determinado por los cambios en los síntomas depresivos y la respuesta al tratamiento.
Tolerancia – si el uso de la medicación se suspendió debido a eventos adversos.
Aceptabilidad – si el uso de la medicación se suspendió debido a cualquier causa.
Asociación a daños graves – si el medicamento aumentó pensamientos o actos suicidas u otros daños severos.
En comparación con los placebos y otros siete antidepresivos, se encontró que la nortriptilina tenía una eficacia menor.
Los antidepresivos imipramina, venlafaxina, y duloxetina, los investigadores observaron que les fue peor cuando se trataba de tolerancia; había muchas más interrupciones con estos fármacos que con placebos.
En comparación con los placebos y otros cinco medicamentos antidepresivos, la venlafaxina se ha encontrado que incrementó el riesgo de pensamientos suicidas y los intentos.
Los datos utilizados para la red meta-análisis
* Los círculos representan los medicamentos: mientras más aumenta el diámetro, más aumenta el número de participantes que tomaron esta sustancia (placebo > fluoxetina > duloxetina, etc.);
* Las líneas representan las comparaciones directas realizadas (ensayo clínico) entre 2 tratamientos: mientras más gruesas sean las líneas, más elevado es el número de ensayos (fluoxetina versus placebo, paroxetina versus placebo;
* En la ausencia de línea entre dos sustancias, una comparación indirecta se puede hacer: fluoxetina versus placebo y placebo versus clomipramina => comparación indirecta entre fluoxetina y clomipramina.
De los 14 antidepresivos estudiados, los investigadores identificaron un único antidepresivo llamado fluoxetina – Prozac el nombre comercial – para los que los beneficios superaron los riesgos a la hora de eficacia y tolerabilidad.
Estos resultados, según los autores, sugieren que la gran mayoría de los antidepresivos son ineficaces para los niños y adolescentes con depresión mayor, y muchos de ellos pueden ser inseguros.
Recomiendan que los niños y adolescentes que tomen antidepresivos deban ser vigilados de cerca, sin tener en cuenta el antidepresivo elegido, sobre todo al inicio del tratamiento.
En la atención clínica de los jóvenes con un trastorno depresivo mayor, las directrices clínicas recomiendan la psicoterapia, sobre todo la terapia cognitivo conductual o la terapia interpersonal, como tratamiento de primera línea. El Prozac se debe considerar solo para los pacientes que no tengan acceso a la psicoterapia o que no hayan respondido a las intervenciones no farmacológicas. Los niños y los adolescentes que toman antidepresivos deben ser vigilados de cerca, independientemente del tratamiento elegido, y sobre todo al inicio del tratamiento.
Importancia de una dieta equilibrada para una adecuada salud mental
La nutrición es esencial para el buen funcionamiento del cerebro pues éste necesita cierta cantidad de nutrientes para la formación de neurotransmisores, es decir, de los mensajeros químicos que acompañan a las señales eléctricas que pasan entre las neuronas. La dieta mediterránea – es decir, mucha verdura, frutas legumbres, cereales y pescado – permite reducir el riesgo de depresión entre un 40% y 50%.
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