marzo 29, 2020

Burnout o Síndrome de Desgaste Profesional



El síndrome de desgaste profesional (occupational burnout), es un padecimiento que consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.

El síndrome Burnout (quemado, fundido) es un tipo de estrés laboral, un estado de agotamiento físico, emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima, y está caracterizado por un proceso paulatino, por el cual las personas pierden interés en sus tareas, el sentido de responsabilidad y pueden hasta llegar a profundas depresiones.

Este síndrome fue descrito por primera vez en 1969 al comprobar el extraño comportamiento que presentaban algunos oficiales de policía de aquella época: agentes de la autoridad que mostraban un cuadro concreto de síntomas.

En 1974 Freudenberger hizo más popular al síndrome, y posteriormente, en 1986, las psicólogas norteamericanas C. Maslach y S. Jackson lo definieron como “un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios”.

Sin embargo, cuando el psicólogo germano-estadounidense Herbert Freudenberger reconoció por primera vez el problema del burnout  quemado, fundido  en la ciudad de Nueva York en 1974, en una clínica para adictos y personas sin hogar, Freudenberger no estaba pensando en los consumidores de drogas. Los voluntarios de la clínica también estaban sufriendo: su trabajo era intenso y muchos empezaban a sentirse desmotivados y emocionalmente agotados.

Freudenberger definió esta nueva condición alarmante como un estado de agotamiento causado por un exceso de trabajo prolongado, y tomó prestado el término burnout para describirlo. Su popularidad fue en aumento, y hoy el burnout es un fenómeno global.

El síndrome sería la respuesta extrema al estrés crónico originado en el contexto laboral y tendría repercusiones de índole individual, pero también afectaría a aspectos organizacionales y sociales. Desde los años ochenta, los investigadores no han dejado de interesarse por este fenómeno, pero no es hasta finales de los noventa, cuando existe cierto consenso sobre sus causas y consecuencias.

Personas en riesgo de sufrirlo

Una persona puede ser más propensa a experimentar Burnout si cumple varias de las siguientes características  en forma de señales o síntomas –:

* Se identifica tan fuertemente con el trabajo que le falta un equilibrio razonable entre su vida laboral y su vida personal.

* Intenta ser todo para todos, asumir tareas y funciones que no corresponden a su cargo.

* Trabaja en empleos relacionados con actividades laborales que vinculan al trabajador y sus servicios directamente con clientes. Esto no significa que no pueda presentarse en otro tipo de labores, pero en general doctores, enfermeras, consultores, trabajadores sociales, maestros, vendedores puerta a puerta, encuestadores, oficiales de cobro y otros muchos oficios y profesiones tienen mayor riesgo de desarrollar la condición.

* Siente que tiene poco o ningún control sobre su trabajo.

* Su trabajo es especialmente monótono y no tiene sobresaltos.


Síntomas

Los síntomas del síndrome de desgaste profesional se han categorizado en cuatro grupos, donde se desarrollan de forma progresiva.

1) Síntomas psicosomáticos: cefaleas, molestias gastrointestinales, insomnio, entre otros.
2) Síntomas conductuales: problemas relacionales, absentismo laboral, entre otros.
3) Síntomas emocionales: distanciamiento afectivo, ansiedad y disminución del rendimiento laboral.
4) Síntomas defensivos: negación de los síntomas anteriores y desplazamiento de los sentimientos hacia otros ámbitos.

Lo principal es un fuerte sentimiento de impotencia, ya que desde el momento de levantarse ya se siente cansado. El trabajo no tiene fin y, a pesar de que se hace todo para cumplir con los compromisos, el trabajo nunca se termina. La persona que lo padece se vuelve anhedónica, es decir, que lo que anteriormente era motivo de alegría ahora no lo es, en otras palabras, pierde la capacidad de disfrutar. Aun cuando tiene tiempo, se siente siempre estresada. A diferencia de lo que ocurría al principio, el trabajo ya no produce incentivos para la persona afectada con desgaste profesional. Visto por otras personas, aparenta sensibilidad, depresión e insatisfacción.

Síntomas principales

Agotamiento emocional. Un desgaste profesional que lleva a la persona a un agotamiento psíquico y fisiológico. Aparece una pérdida de energía, fatiga a nivel físico y psíquico. El agotamiento emocional se produce al tener que realizar unas funciones laborales diariamente y permanentemente con personas que hay que atender como objetos de trabajo.

Despersonalización. Se manifiesta en actitudes negativas en relación con los usuarios/clientes, se da un incremento de la irritabilidad, y pérdida de motivación. Por el endurecimiento de las relaciones puede llegar a la deshumanización en el trato.

Falta de realización personal. Disminución de la autoestima personal, frustración de expectativas y manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y comportamiento.

Incapacidad para concentrarse en el trabajo y para relajarse o desconectar al finalizar la jornada laboral.

Sensación de desbordamiento ante las demandas emocionales de los demás, careciendo de fuerzas para seguir involucrándose en las relaciones con ellos.

Frecuentes dolores físicos, además del desarrollo de enfermedades psicosomáticas, como, por ejemplo, fatiga visual, dolores de cabeza y musculares, mareos, dificultades con el sueño, pérdida de peso, úlceras y otros desórdenes gastrointestinales, afecciones de la piel o infecciones, entre otros.


Causas

El síndrome de desgaste profesional suele deberse a múltiples causas, y se origina principalmente en las profesiones de alto contacto con personas, con horarios de trabajo excesivos. Se ha encontrado en múltiples investigaciones que el síndrome ataca especialmente cuando el trabajo supera las ocho horas diarias, cuando no se ha cambiado de ambiente laboral en largos periodos de tiempo y cuando la remuneración económica es inadecuada. El desgaste ocupacional también sucede por las inconformidades con los compañeros y superiores cuando lo tratan de manera incorrecta, esto depende de tener un pésimo clima laboral en áreas de trabajo, en donde las condiciones de trabajo son inhumanas.

Existen dos factores de riesgo para la aparición del síndrome de desgaste profesional

1) El estrés como resultado de una responsabilidad, que con frecuencia supera las capacidades del individuo para resolverlas, y si a esto le agregamos la incertidumbre del futuro, los problemas económicos y las relaciones familiares con poca tolerancia, son fuertes detonantes.

2) La deprivación del sueño y el efecto que causa en el desempeño laboral y académico ha sido estudiado y recientemente sujeto a regulaciones, está comprobado que la deprivación crónica del sueño modifica la concentración y altera la capacidad de decisiones que como resultado se incrementan los errores con consecuencias fatales.

Las causas más comunes son las siguientes

* La falta de control. Una incapacidad de influir en las decisiones que afectan a su trabajo: como su horario, misiones, o la carga de trabajo que podrían conducir a agotamiento del trabajo.

* Expectativas laborales poco claras. Si no se está seguro sobre el grado de autoridad que tenga, o de lo que espera su supervisor o los demás, no es probable que se sienta cómodo en el trabajo.

* La dinámica de trabajo disfuncional. Tal vez usted trabaja con una persona conflictiva en la oficina, se siente menospreciado por los compañeros o su jefe no le presta suficiente atención a su trabajo.

* Las diferencias en los valores. Si los valores difieren de la forma en que su empleador hace negocios o atiende las quejas, la falta de correspondencia puede llegar a pasar factura.

* Mal ajuste de empleo. Si su trabajo no se ajusta a sus intereses y habilidades, puede llegar a ser cada vez más estresante en el tiempo.

* Los extremos de la actividad. Cuando un trabajo es siempre monótono o caótico, necesita energía constante para permanecer centrado, lo que puede contribuir a niveles más altos de fatiga y agotamiento del trabajo.

* La falta de apoyo social. Si usted se siente aislado en el trabajo y en su vida personal, usted puede sentirse más estresado.

* Desequilibrio entre la vida laboral, familiar y social. Si su trabajo ocupa gran parte de su tiempo y esfuerzo y no tiene suficiente tiempo para estar con su familia y amigos, se puede quemar rápidamente.

Efectos psicológicos y en la salud

Ignorar o no tratar el Burnout, puede tener consecuencias significativas, incluyendo:

El estrés excesivo
Fatiga
Insomnio
Un desbordamiento negativo en las relaciones personales o vida en el hogar
Depresión
Ansiedad
El alcohol o abuso de sustancias
Deterioro cardiovascular
El colesterol alto
Diabetes, sobre todo en las mujeres
Infarto cerebral
Obesidad
Vulnerabilidad a las enfermedades
Úlceras
Pérdida de peso
Dolores musculares
Migrañas
Desórdenes gastrointestinales
Alergias
Asma
Problemas con los ciclos menstruales


Cómo actuar ante el síndrome de burnout


Una persona afectada por el síndrome de Burnout ante todo debe tomar conciencia de su situación y reconocer que no se encuentra en las condiciones necesarias para seguir llevando a cabo adecuadamente las tareas asignadas a su puesto de trabajo. Por ello, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

* Administre los factores estresantes que contribuyen al agotamiento del trabajo. Una vez que haya identificado lo que está alimentando sus síntomas de Burnout, puede hacer un plan para resolver los problemas.

* Evalúe sus opciones. Discuta las preocupaciones específicas con su supervisor. Tal vez puedan trabajar juntos para cambiar las expectativas o llegar a compromisos o soluciones.

* Ajuste su actitud. Si se ha vuelto cínico en el trabajo, tenga en cuenta las formas de mejorar su perspectiva. Vuelva a descubrir los aspectos agradables de su puesto. Establezca relaciones positivas con los compañeros para lograr mejores resultados. Tome descansos cortos durante todo el día. Pase tiempo fuera de la oficina y haga las cosas que le gustan.

* Busque apoyo. Ya sea que llegue de los compañeros de trabajo, amigos, seres queridos u otras personas, el apoyo y la colaboración pueden ayudar a lidiar con el estrés laboral y la sensación de agotamiento. Si usted tiene acceso a un programa de asistencia al empleado, aproveche los servicios disponibles.

* Evalúe sus intereses, habilidades y pasiones. Una evaluación honesta puede ayudarle a decidir si debe considerar un trabajo alternativo, como por ejemplo uno que es menos exigente o que mejor se ajusta a sus intereses o valores fundamentales.

* Cuidar de uno mismo es imprescindible, lo que incluye aprender a atender e interpretar las señales del cuerpo y las emociones que aparecen. Así, por ejemplo, ante la señal de tensión puede ser beneficioso permitirse un momento de descanso para relajarse y respirar profundamente antes de retomar la tarea que se estaba realizando.

* Separar el ámbito laboral del personal, aprendiendo a desconectar al finalizar la jornada laboral realizando actividades que lo faciliten, como, por ejemplo, deporte, relajación, o cultivo de determinadas aficiones o hobbies.

* Buscar apoyo familiar y social, fomentando encuentros y actividades en grupo.

En resumen, lo recomendable es mantener una mente abierta mientras considera las opciones, y si piensa que está sufriendo este síndrome, intente solucionarlo lo antes posible.

Si se percibe que no es suficiente con estas medidas para mejorar o superar la situación, puede ser imprescindible buscar la ayuda profesional de un psicólogo.


Diferencia entre el estrés y el burnout

Además de la depresión, el estrés también se asemeja mucho al burnout. Es difícil saber en qué momento el estrés deja de ser normal y en qué momento aparece un burnout.


Esquema de estos dos problemas


Estrés => más estrés => mucho estrés => demasiado estrés => burnout

Se puede observar que en definitiva el estrés es el precursor del burnout. Si el estrés se acumula, al cabo de cierto tiempo esto da lugar a un burnout. Por lo tanto, un burnout no puede activarse sin haber experimentado primero cierto grado de estrés, pero por el contrario, el estrés puede manifestarse perfectamente sin derivar forzosamente en burnout.


Por lo que el estrés no es un trastorno por sí solo, mientras que el burnout sí. Incluso se podría afirmar que es prácticamente imposible tener una vida sin estrés. Por lo contrario, el burnout es sin duda un trastorno.

Estrés y burnout: un círculo vicioso


Por lo tanto, existe una diferencia significativa entre el estrés y el burnout. Pero sobre todo, estos dos problemas van a terminar sumiendo a la persona en un círculo vicioso. El estrés se va acumulando, las cosas ya no son todo lo fácil que eran antes. Al cabo de cierto tiempo, se empieza a experimentar ciertos problemas de concentración, y/o trastornos de la memoria, y esto a su vez va a dar lugar a que se sufra aún más estrés. Sin embargo el sufrir todos estos problemas tampoco es algo normal. Los síntomas del burnout empiezan a manifestarse. Debido a querer reaccionar contra estos síntomas, se está aún más estresado. De ahí como bola de nieve esto hace que se sufra aún más estrés y en consecuencia más síntomas de burnout.

¿ Es el estrés la única causa del burnout ?

El estrés no es la única causa del burnout. Debido a que el burnout es fundamentalmente un trastorno en sí, existen diferentes factores que pueden contribuir a que aparezca el burnout. Por consiguiente, el burnout se sitúa como una variante más amplia y más grave de estrés, la cual si no se trata correctamente y pronto puede dar lugar a graves daños.

Comparación de los síntomas

Es por lo tanto imprescindible tener presente que, a diferencia del burnout, el estrés no es un trastorno. Es por ello que el burnout tendrá unas consecuencias y unos síntomas más graves que el estrés. A continuación las principales características de qué es lo que experimentamos en caso de estrés y en caso de burnout:



Estrés
Burnout
Nos implicamos demasiado
Ninguna o menos implicación

Sufrimos las emociones con más intensidad
Experimentamos una disminución de las emociones

Provoca hiperactividad
Provoca un sentimiento de abandono

Tenemos menos energía
Tenemos menos motivación y menos esperanza

Puede conducir à la ansiedad
Puede conducir a la depresión

Consecuencias físicas
Consecuencias emocionales

Mayor riesgo de muerte prematura
Mayor riesgo de pérdida de perspectivas


¿ Cómo superar el Síndrome de Burnout ?

Es importante partir del hecho de que las causas del síndrome se originan desde el interior y según los pensamientos y decisiones que adoptemos, podemos acrecentarlo o disminuirlo.

En estos casos es muy conveniente que el trabajador tenga las herramientas para ser resiliente y superar con éxito este síndrome. El trabajador en este caso debería mejorar la capacidad de manejar las situaciones que pueden derivar en el Síndrome de Burnout.

Maneras de combatir el síndrome del burnout

Ver caricaturas. Permite regresar a la niñez y olvidarse del estrés para tener una mejor perspectiva de la vida. La esencia del consejo es buscar algo que de niño emocionaba.

Preguntarse “¿cómo?”. Otra manera maravillosa de superar el burnout es dejar de decir “No puedo” y empezar a preguntar “¿Cómo?”. No decir “No puedo manejar esto”, mejor decir “¿Cómo puedo manejar esto?”. Este pequeño cambio pone en un mejor lugar mental para desarrollar la creatividad, resolver problemas y a seguir adelante, sin importar que tan estancado se sienta.

Usar hábitos. Los hábitos son una gran herramienta para combatir el hartazgo porque ayudan a reducir el proceso consciente de tomar decisiones. Cosas como comer sanamente y hacer ejercicio suelen ser las primeras que desaparecen cuando se siente muy estresado, a menos que sean hábitos tan incrustados en la vida diaria que ya se hacen sin pensar.

Dividir las metas grandes en pequeños objetivos. A veces, el burnout surge cuando la meta a la que queremos llegar es demasiado grande. En lugar de dejar que esto estrese, tomarse el tiempo para fragmentar los grandes planes en objetivos más manejables. De esta manera, es mucho más fácil empezar a trabajar porque el tamaño de los pendientes es menos atemorizante.

Tip extra. Celebrar estas pequeñas victorias al terminarlas. Darse un pequeño premio, como una visita al cine o una cerveza con los amigos.

Modificar el ambiente de trabajo. En lugar de perder el tiempo esperando a que llegue la inspiración en un lugar que claramente no está ayudando, salir y buscar algo nuevo. Si se puede, tratar de trabajar desde otra parte. Si el clima lo permite, laborar al aire libre o en una cafetería. A veces, el simple cambio de escenario puede ser refrescante y suficiente para combatir el cansancio.

Redefinir el éxito. Por ejemplo empezar a ver el proceso de completar el trabajo como algo tan disfrutable como llegar a la meta. Tal vez es momento de bajar un poco el ritmo de trabajo para disfrutar los frutos del esfuerzo, sin el desgaste que conlleva.

Solo hacer tres cosas. Una de las mayores causas del hartazgo laboral es tener una lista de pendientes que esté permanentemente llena. Para combatir esto, primero es forzarse a planear hacer solo tres cosas importantes cada día de trabajo. Esto ayuda a priorizar mejor los pendientes y empuja a decir “no” cuando sea necesario. También ayudará a no sentirte tan presionado, asumiendo que los puntos en la lista de pendientes no sean cosas como “escribir un libro” o “abrir una nueva empresa”.

Buscar una opinión externa. Muchas veces estamos tan adentro de nuestros problemas que no podemos encontrar una salida. Una perspectiva nueva  ya sea la de un amigo, consejero o familiar  puede ser definitoria al momento de desarrollar un plan saludable para salir de una situación agobiante.

Encontrar desfogues creativos. Otra gran herramienta que ayuda a vencer el cansancio laboral es desarrollar nuevas aficiones y dedicarles tiempo. Si no se tiene un pasatiempo, este es el momento perfecto para tratar de hacer algo que siempre se había querido probar.

Considerar cambiar de empleo. Muchas veces, la misma compañía para la que se trabaja puede ser el origen del burnout. Tal vez es momento de cambiar de empleo si la labor diaria se ha convertido en algo desagradable o que el jefe o compañeros de área generan un ambiente tóxico.

Tomar un periodo para trabajar “menos”. Reducir las horas de trabajo o simplemente tomar unas vacaciones. Estas pausas ayudan a reagruparse y enfocarse en lo verdaderamente importante.

Conocer cuándo es momento de presionarse. Conocer sus propias debilidades es fundamental cuando se combate el cansancio. De hecho, no hay nada mejor para acabar con el burnout que presionarse para vencer una debilidad. Esto ayudará a dejar de postergar.

No rendirse. El problema con el síndrome del burnout es que es diferente para todos. Lo que funcionó para algunos puede no ser la clave para otros, pero el secreto es nunca darse por vencido. Hay una versión sana, manejable y productiva en la vida de cada uno, solo toma algo de tiempo encontrarla. Así que seguir buscando e intentar nuevos cambios hasta que encontrar lo que funcione. Nunca se sabe dónde o cuándo se podría encontrar la solución a nuestros problemas de productividad.


La OMS reconoce como enfermedad el burnout o “síndrome de estar quemado”

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha procedido al reconocimiento oficial del burnout o “síndrome de estar quemado” o de desgaste profesional como enfermedad tras la ratificación de la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), aprobada en mayo 2019 y cuya entrada en vigor se ha fijado para el próximo 1 de enero de 2022, en la que se contempla también el abuso de videojuegos como trastorno adictivo.

La CIE define el universo de enfermedades, trastornos, lesiones y otros problemas de salud conexos, es el estándar internacional de clasificación diagnóstica que sirve para notificar enfermedades y afecciones con cualquier fin clínico o de investigación y constituye la base para seguir la evolución de la salud y obtener estadísticas mundiales.

Según la OMS, el síndrome burnout o del trabajador quemado tiene tres elementos: sensación de agotamiento, desapego mental del trabajo y peor desempeño en el trabajo.

Por lo general, el trastorno es consecuencia de un estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, una actitud cínica o distante frente al trabajo (despersonalización), y una sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas. A ello se suma la pérdida de habilidades para la comunicación.

El Síndrome de Burnout se incluye así entre los principales problemas de salud mental y en la antesala de muchas de las patologías psíquicas derivadas de un escaso control y de la carencia de una prevención primaria de este síndrome.


Burnout parental o síndrome de padres quemados

El burnout o síndrome de padres quemados se refiere a un estado psicológico de malestar que inhibe las capacidades para una saludable paternidad de manera que ésta acaba siendo vivida como algo tedioso, difícil y estresante.

Se empezó hablar del burnout en el ámbito laboral, pero actualmente el paradigma de la pos-modernidad en Occidente ha supuesto una serie de cambios en la forma en la que se organizan las relaciones familiares y aparece el concepto de burnout parental. Desde finales del siglo pasado se puede observar cómo se introducen nuevas organizaciones familiares que se adaptan a una sociedad cambiante cuyos cimientos se reestructuran fruto de los avances tecnológicos, económicos, políticos y sociales que organizan la vida de los individuos.

Cambios en las funciones parentales que pueden causar el burnout parental

* Cambio en los roles que cada cual adopta respecto a la familia: ejemplos arquetipos serían la madre ejecutiva y el padre amo de casa.

* Auge de métodos de aprendizaje y aparición de la creencia de que los niños tienen que aprender mejor cuando más pequeños un máximo de cosas.

* Aparición de objetos tecnológicos que median la comunicación interfamiliar y la forma en la que los padres interactúan con los hijos (tabletas, móviles, etc.).

* Introducción de agentes externos para suplir las funciones parentales dada la poca disponibilidad de los padres (canguro, abuelos, guardería, etc.).

Estos cambios y otros hacen que con frecuencia las relaciones padres-hijos mermen su calidad y su potencial estructurante y proveedor de buena salud mental y emocional a favor de la adaptación a una sociedad, que por un lado vende cientos de miles de productos y métodos educativos, y por el otro pone obstáculos para el establecimiento de una sana, estable y cálida relación padres-hijos que sea gratificante y estructurante para todos los miembros del conjunto, y así evitar un desbordamiento que hoy en día se conoce como síndrome del burnout parental.

¿ Cuáles son las funciones básicas de la buena parentalidad ?

Acompañar y potenciar el desarrollo de las capacidades del hijo

En su libro “El Arte de Amar” el psicoanalista, sociólogo y filósofo humanista Erich Fromm dedica un capítulo al amor entre padres e hijos. Es muy ilustrativa la distinción que hace entre los conceptos de “conducción” y “educación”. Según Fromm la función de los padres es la de educar cuyo eje central radica en el potenciar el desarrollo del individuo para que pueda sacar a flote sus capacidades y poder así moverse por el mundo seguro y feliz. Este punto implica desarrollar un verdadero interés por los intereses genuinos del niño y para ello se debe establecer una relación de genuina confianza.

En contraposición, conducir hace solo referencia a inculcar normas morales para que el niño evite hacer lo que se considera que está mal y haga lo que se considera que está bien sin tener que mostrar ningún interés en su mundo interno ni en el propio potencial.

Proveer de un contexto de seguridad afectiva estable y continuado durante el desarrollo del niño

Según el pediatra y psicoanalista inglés Donald Winnicot las principales funciones de la madre, en primera instancia, y del padre en segunda son: el “holding” o sostenimiento  conectar con los estados internos del niño, contener y dar respuesta a sus angustias , el “handling” o manipulación  interactuar con él, estimularlo, acariciarlo, jugar, etc.  y finalmente el “object presenting” ou la presentación de objetos  acompañarlo en su encuentro con la realidad externa y al desarrollo de su propia creatividad .

Causas del burnout parental

Factores internos. Hacen referencia a trastornos de la parentalidad o dificultades psicológicas que afecten a la organización de la relación. Si se da el caso, conviene asistir a un psicoterapeuta especializado.

Factores externos. Tendrían que ver con la disposición de la vida familiar. Toda aquella disposición que no atienda las necesidades emocionales de los hijos y de los padres en una conjunción armoniosa es susceptible de generar burnout.

¿ Cómo prevenir el burnout parental ?

Para el buen funcionamiento familiar es indispensable que se produzcan momentos de juego estables entre padres e hijos que permitan la creación y desarrollo de un vínculo de confianza y seguridad afectivas, que ambos necesitan para vivir, desde el disfrute la relación haciendo así que esta se fortalezca y pueda tolerar los problemas del día a día ajetreado.

No se trata de un vínculo en un solo sentido donde uno depende del otro. La salud emocional y relacional de la madre y del padre dependen también de que puedan sentir que están siendo buenos padres. El padre y la madre también necesitan ser retro-alimentados por el bebé o el niño, quien respondiendo con balbuceos o con sonrisas a sus atenciones les hacen sentir que lo hacen bien.

Este hecho, cuando se da de manera continuada provee de experiencias satisfactorias de paternidad y maternidad que son interiorizadas progresivamente, asentando así el establecimiento de un sentimiento de padre o madre feliz que permite tolerar mejor las eventuales dificultades organizacionales que puedan ir surgiendo, y de todos los beneficios que tiene para el niño y su desarrollo.



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