Son un reflejo de la actividad cerebral mayor o menor y más o
menos sincronizada
que puede estar involucrando a cualquier región cerebral
El cerebro humano es capaz de procesar 64.000 pensamientos por minuto. El ser humano, cuando percibe y
está consciente, emite un patrón de
ondas cerebrales que pueden identificar su estado.
Existe una conciencia
plena y unitaria a pesar de que hayan diferentes partes del cerebro que
trabajan de forma diferente. Es decir, que cada región donde se alberga, por
ejemplo un sentido, emite una frecuencia de onda diferente y el cerebro
recopila los datos de todo y lo simplifica como una única conciencia o
información individual.
La respuesta está en la sincronía
neuronal. Las descargas neuronales de un proceso cognitivo o intelectual
se sincronizan entre sí formando redes transitorias que se integran en los procesos neurológicos. Estos procesos
forman un patrón de actividad capaces de modificar el estado sináptico o
producir cambios físicos de forma duradera en el tiempo.
Por eso, todo acto cognitivo va a implicar la coordinación de
muchísimas regiones neuronales y
está coordinación se pone de manifiesto cuando se sincronizan las neuronas, o
sea, cuando sus ondas “suben y bajan” al mismo tiempo y en la misma frecuencia.
Esta sincronía se da en distintos lugares del cerebro humano y
explica la coherencia y la unidad de
los procesos mentales, siendo la conciencia humana un hecho que se da
entre fases. Es por ello que en la actualidad, la neurociencia está estudiando
aquellos procesos mentales que tengan que ver o estén relacionados con el entrenamiento mental y las ondas
cerebrales.
Ondas cerebrales
Las ondas cerebrales son producidas por la
sincronización de los pulsos eléctricos de diferentes grupos de neuronas
comunicándose y definen nuestros pensamientos, emociones y conductas. Asimismo
se alimentan de lo que hacemos y de cómo nos sentimos. Cuando la mayoría de nuestras ondas cerebrales son lentas podemos sentirnos cansados, lentos o
adormilados; por otro lado, las ondas de frecuencias altas hacen que nos
sintamos despiertos y alerta. Las ondas cerebrales se miden en hertz o ciclos
por segundo y todos los humanos mostramos cinco tipos diferentes de estos patrones
eléctricos: gamma, beta, alfa, theta y delta.
Nuestro cerebro emite estos diferentes tipos de ondas cerebrales, fruto de una actividad eléctrica cuya frecuencia se mide en hertzios. Éstas son producidas en estado de conciencia o no, o también en un estado de vigilia como durante el sueño.
Cada una de las ondas cerebrales tiene un propósito y nos ayuda a manejar varias situaciones, ya sea para procesar o aprender información nueva o para contribuir a recuperar la calma después de un día agitado. Es importante mencionar que cuando hablamos de experimentar cierta onda mental es porque ser resulta la onda dominante. A través de nuestro día podemos experimentar estos cinco tipos de ondas al mismo tiempo; sin embargo, dependiendo del estado mental en que nos encontremos habrá un tipo de onda que domine.
Las magnitudes a tener en cuenta
de las ondas son la frecuencia y su amplitud. Una frecuencia alta es reflejo de una alta velocidad de disparo de
potenciales de acción neuronal o impulsos eléctricos, mientras que una alta amplitud es reflejo de una actividad de disparo sincronizada. Significa
que a mayor frecuencia, mayor velocidad de disparo neuronal, y a mayor
amplitud, mayor número de neuronas activadas en ese preciso instante. Cambios
en la amplitud de onda indican cambios en la sincronización neuronal.
La frecuencia responde a cuándo disparan las neuronas mientras que
la amplitud responde a cuántas neuronas disparan en ese cuándo.
El cerebro tiene una actividad eléctrica que en diferentes áreas del cerebro constituidas de neuronas, el impulso nervioso funciona en relativa coherencia y rítmicamente. Las células neuronales se activan juntas (más o menos), como un impulso, luego se calman y luego se activan nuevamente.
Estos ritmos cerebrales no son estables, pero cambian a medida que crecemos, maduramos y envejecemos.
No hay ningún tipo de onda cerebral que sea mejor que otra o más especiales en comparación con otras. Todas son importantes porque son el resultado de la actividad eléctrica de nuestras neuronas y de cada uno de nuestros estados mentales.
Tipos de ondas cerebrales
Hay 5 tipos de ondas cerebrales que funcionan casi como notas musicales. Algunas actúan a baja frecuencia, otras a una frecuencia más alta. Sin embargo, juntas son capaces de formar una armonía donde nuestros pensamientos, emociones y sensaciones pueden alcanzar un equilibrio perfecto, de modo que nos sentimos más atentos y receptivos a todo lo que nos rodea.
El cerebro tiene una actividad eléctrica que en diferentes áreas del cerebro constituidas de neuronas, el impulso nervioso funciona en relativa coherencia y rítmicamente. Las células neuronales se activan juntas (más o menos), como un impulso, luego se calman y luego se activan nuevamente.
Estos ritmos cerebrales no son estables, pero cambian a medida que crecemos, maduramos y envejecemos.
No hay ningún tipo de onda cerebral que sea mejor que otra o más especiales en comparación con otras. Todas son importantes porque son el resultado de la actividad eléctrica de nuestras neuronas y de cada uno de nuestros estados mentales.
Tipos de ondas cerebrales
Hay 5 tipos de ondas cerebrales que funcionan casi como notas musicales. Algunas actúan a baja frecuencia, otras a una frecuencia más alta. Sin embargo, juntas son capaces de formar una armonía donde nuestros pensamientos, emociones y sensaciones pueden alcanzar un equilibrio perfecto, de modo que nos sentimos más atentos y receptivos a todo lo que nos rodea.
Ondas Beta
Se sitúan entre los 13-40 Hz. Son las ondas más rápidas y reflejan nuestra actividad mental cuando
tenemos los ojos abiertos y observamos el exterior.
Se manifiestan cuando pensamos y trabajamos con normalidad. Si
estamos agitados o nerviosos por
pensamientos, se dice que estamos en estado de “hiperactividad”. Este
estado corresponde a lo que comúnmente se llama un beta estado negativo.
Por el contrario, cuando nuestro
cerebro opera a gran velocidad pero con lucidez, nos encontramos
entonces en un beta estado positivo,
donde la lucidez mental y los estados de intuición son característicos. En fase
beta, la mente permanece despierta, en estado
de alerta y enfocada hacia objetivos determinados.
Es un estado requerido
para aquellas actividades que exigen niveles altos de concentración
(analizar, organizar información, presentar un examen, jugar, deportes, etc.)
Si los niveles de ondas beta suben, la persona puede padecer estrés y ansiedad.
Ondas Alfa
Se sitúan entre los 8-13 Hz. Se producen cuando cerramos los ojos y relajamos nuestra actividad mental.
Se trata de ondas más lentas que
reflejan un estado de calma y de paz
interior.
La imaginación
puede ejercitarse de forma muy favorable cuando entramos en ondas alfa. Es un
estado de intersección con nuestra psiquis, ya que a partir de aquí nos podemos
poner en contacto con zonas de nuestro
ser interior de las que no teníamos verdadera conciencia y también con
informaciones en estado latente.
El cerebro produce este tipo de ondas cuando se está verdaderamente relajado. En el estado alfa desaparecen los miedos, los temores y las
preocupaciones y se experimenta una sensación de paz y bienestar general
del organismo.
Se activa el subconsciente
y surge la creatividad, que ayuda a lanzar y encontrar nuevas ideas para resolver problemas que se
planteen y llevar a término cualquier proyecto o meta en la vida.
Ondas Theta
Se sitúan entre 4-8 Hz. Son ondas lentas asociadas a estados de extrema creatividad. Es una
estado de relajación profunda.
Las soluciones surgen sin esfuerzo aparente, como una iluminación.
Son propias del subconsciente humano y puede transcender más allá del plano
físico. La actividad cerebral desciende casi al punto del sueño. Este estado es
ideal para la programación de la mente, para la auto-hipnosis y para la
reducción del estrés.
Las ondas theta
destapan el pasado y nos ponen en
contacto con recuerdos que habíamos rechazado, o bien, estaban en el
fondo de nosotros mismos, recuerdos de emociones fuertes, estados de shock que
habían bloqueado ciertas situaciones, etc.
Actúan como “sistema de
seguridad”, permitiendo o no encontrar la memoria
consciente de emociones y de traumas ya olvidados o que fueron rechazados. En
los programas de hipnosis se pretende llegar a este estado y ofrecer la
posibilidad de unificar y limpiar estos pequeños fragmentos de memoria propios
pero olvidados. En metafísica pasan a denominarse estados de conciencia
creativa.
Este tipo de ondas se usa en programas de modificación de la
conducta, así como en tratamientos de adicciones de ciertas sustancias como el
alcohol u otras drogas.
Ondas Delta
Se sitúan en un rango de 0,1-4 Hz. Son las ondas más largas, lentas y ondulantes de todas. Normalmente,
se producen durante el sueño profundo, mientras se duerme y también en la
meditación avanzada.
Si las Theta representan un sistema de seguridad, las ondas delta abren el camino hacia el
subconsciente, a toda la información acumulada durante nuestra vida,
almacenada de forma consciente como inconsciente. Si nuestro cerebro se
sincroniza con ondas de tipo delta, podemos ser capaces de acceder a esta
información y “llevarla” a la mente conscientemente para visualizarla y pensar
sobre ello, sobre nuestras posibilidades reales.
Ondas gamma
Las ondas gamma son un conjunto de señales eléctricas que emiten
nuestras neuronas y tienen una frecuencia aproximada de 40 Hz o pulsos. También
pueden realizarse mediciones bajo las mismas condiciones y encontrar a personas
situadas en los rangos de 26 Hz a 70 Hz.
Las ondas cerebrales gamma son las ondas de mayor frecuencia y menor amplitud que se registran como
reflejo de nuestra actividad cerebral. Son las más rápidas y las que
mayor actividad mental representan – momentos repentinos de lucidez, intuición,
brillantez y concentración extrema –.
Las actividades que más requieren el uso del intelecto, aquellas a las que denominamos cognitivas de
alto nivel, se dan cuando se supera el límite de los 24 Hz ya que es en este
punto cuando se detectan las ondas gamma. Las ondas gamma también pueden estar
presentes en la fase REM del sueño, aunque son propias de la reflexión
cognitiva.
La presencia de ondas gamma
cerebrales en el electroencefalograma significa que nuestras neuronas están
“trabajando deprisa”. Muchas funciones necesitan la
actividad de varios grupos neuronales de forma coordinada. Aunque esto ocurre
en muchos procesos cotidianos, la realidad es que parece que la mayor activación de diferentes áreas cerebrales tiene mucho
que ver con procesos cognitivos de alto nivel como la consciencia, la atención,
la concentración o el razonamiento.
Esta activación rápida de varios grupos neuronales está
considerada por una parte de neurocientíficos como la solución al problema de la
integración, esto es, cómo
diferentes tipos de información – visual, sonora, interoceptiva,
memoria, emociones, etc. – procesados
en diferentes partes del encéfalo y que no confluyen en ningún punto concreto
pueden dar lugar a una percepción integrada de la realidad. Las ondas
gamma son el reflejo del “uso coordinado” de diferentes regiones cerebrales.
Las ondas gamma también parecen vinculadas a estados que poco
tienen que ver con la concentración y el racionamiento sino más bien con respuestas explosivas como las situaciones de
ansiedad o terror extremas.
Hay que destacar también que las ondas gamma, así como cualquier otra onda cerebral, no son producto
de la activación de ningún área o áreas concretas. Simplemente son un
reflejo de la actividad cerebral mayor o menor y más o menos sincronizada que
puede estar involucrando a cualquier área, no alguna en especial, aunque su
aparición sí correlaciona con procesos como los anteriormente descritos. Es
decir, pueden aparecer ondas gamma durante la ejecución de tareas que impliquen
una concentración en un cálculo, en tareas como la meditación o en un
sentimiento extremo de pánico, etc.
Son el reflejo de una actividad
eléctrica alta del cerebro que se relaciona con una alta activación emocional o
con procesos cognitivos superiores propios del ser
humano como la consciencia y que aparecen cuando “se ponen en marcha” varias
regiones cerebrales a la vez (que no tienen por qué ser unas áreas
determinadas) y que suponen un
comportamiento eléctrico normal y esperado.
Investigación
Sincronía de ondas cerebrales, la clave para la memoria de trabajo
visual
Científicos de la Universidad Estatal de Montana en Bozeman y de
la Universidad Atlántica de Florida en Boca Ratón, en un estudio hecho sobre
animales y publicado en línea, en la revista Science Express en noviembre 2012, llegaron a la conclusión de que
el mecanismo que permite al cerebro retener en la mente lo que el sujeto acaba
de ver se basa en la sincronización de ondas cerebrales en un "circuito"
de memoria de trabajo.
Núcleos cerebrales – Circuito de la memoria de trabajo |
Los científicos registraron señales eléctricas generadas por
grupos de neuronas de ambos centros de interconexión en dos monos que
realizaban una tarea que exigía usar la memoria de trabajo visual. Para escoger
la respuesta correcta y ganar así una recompensa, los monos tenían que recordar
un objeto, o su ubicación, que veían momentáneamente en la pantalla de una computadora.
Las ondas cerebrales de muchas neuronas de estos dos centros de
interconexión, concretamente la corteza prefrontal y la corteza parietal
posterior, tenían diversos grados de sincronización, dependiendo de la
identidad del objeto. Ésta y otras evidencias indican que hay neuronas en estos
centros de interconexión que están especializadas en rasgos particulares del
campo visual, centrándose en estos e ignorando otros.
Los investigadores también determinaron que la corteza parietal
influía más que la corteza prefrontal en regulación de ciertos procesos.
Anteriormente, muchos investigadores pensaban que la tasa de
"disparo" – emisión de señales – de neuronas individuales de la
corteza prefrontal era el mecanismo principal de la memoria de trabajo.
Cuanto más sincronizadas estaban esas señales eléctricas
neuronales en dos centros de interconexión fundamentales del circuito, más
retenían esas células el recuerdo a corto plazo de un objeto acabado de ver.
La memoria de trabajo es la memoria a corto plazo que usamos para
por ejemplo recordar un número telefónico o una dirección de correo electrónico
durante el breve tiempo que necesitamos para teclearlo. Se trata de la
habilidad de manipular y usar la información almacenada por corto espacio de
tiempo en la mente, lidiando también con factores de distracción. Utilizamos la
memoria de trabajo cientos de miles de veces cada día sin notarlo.
Las ondas de dos regiones del cerebro se sincronizan al aprender
categorías
Según un estudio de neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicado en Neuron en mayo 2014, la mente humana puede
absorber rápidamente y analizar nueva información a medida que salta de un
pensamiento a otro. Estos estados cerebrales rápidamente cambiantes pueden ser
codificados por la sincronización de las ondas cerebrales en las diferentes
regiones del cerebro.
Los científicos han observado
que las ondas producidas en dos regiones del cerebro, la corteza prefrontal y
el cuerpo estriado, se sincronizan entre sí cuando el individuo aprende
categorías, es decir, a clasificar objetos. Esta podría ser la base de la
flexibilidad del aprendizaje, porque el proceso se produce de forma
instantánea, más rápidamente que las sinapsis o conexiones neuronales.
Las ondas que se originan en el cuerpo estríado (rojo) se sincronizan con las de la corteza prefrontal (azul) cuando se aprenden categorías |
Hay millones de neuronas en el cerebro, y cada una produce sus
propias señales eléctricas. Estas señales combinadas generan oscilaciones
conocidas como ondas cerebrales, que pueden ser medidas por
electroencefalografía (EEG). El equipo de investigación se centró en los
patrones de EEG de la corteza prefrontal – la sede del sistema de control
ejecutivo del cerebro – y el cuerpo estriado, que controla la formación de
hábitos.
El fenómeno de la sincronización de las ondas cerebrales
probablemente precede a los cambios en las sinapsis, o conexiones entre las
neuronas, que están considerados la base del aprendizaje y de la formación de
la memoria a largo plazo. Este proceso, conocido como plasticidad sináptica,
consume demasiado tiempo para ser el origen de la flexibilidad de la mente
humana. Creen que las ondas cerebrales sincronizadas pueden ser la manera en
que lo hace el cerebro.
En el estudio, los investigadores querían investigar si este
patrón de actividad refleja en realidad una comunicación entre la corteza
prefrontal y el cuerpo estriado, o si cada región trabaja de forma
independiente. Para ello, midieron las señales de EEG de monos que aprendían a
asignar patrones de puntos a dos categorías distintas.
Al principio, a los animales se les mostraban dos ejemplos
diferentes, o "ejemplares", de cada categoría. Después de cada ronda,
se duplicaba el número de ejemplares. En las primeras etapas, los animales
podrían simplemente memorizar qué ejemplares pertenecían a qué categoría. Sin
embargo, con el tiempo el número de ejemplares se volvía demasiado grande para
que los animales los memorizaran todos, y comenzaron a aprender los rasgos
generales que caracterizaban cada categoría.
Al final del experimento, cuando los investigadores mostraban ya
256 nuevos ejemplares, los monos fueron capaces de clasificar todos ellos
correctamente.
A medida que los monos pasaban de la memorización ritual al
aprendizaje de las categorías, los investigadores vieron un cambio
correspondiente en los patrones de EEG. Las ondas cerebrales conocidas como
"bandas" beta, producidas de forma independiente por la corteza
prefrontal y el cuerpo estriado, comenzaron a sincronizarse entre sí. Esto
indica que se estaba formando un circuito de comunicación entre las dos
regiones.
Un poco más tarde, cuando el animal determinaba ya con precisión
las dos categorías, se formaban dos circuitos separados entre el cuerpo
estriado y la corteza prefrontal, cada uno correspondiente a una de las
categorías.
Este es el primer trabajo que proporciona datos que sugieren que
el acoplamiento en la banda beta entre la corteza prefrontal y el estriado
pueden desempeñar un papel clave en la enseñanza de categorías. Además de
revelar un nuevo mecanismo implicado en el aprendizaje de categorías, los
resultados también contribuyen a una mejor comprensión de la importancia de las
oscilaciones en la banda beta dentro del cerebro.
Durante el sueño, las ondas cerebrales llamadas "Princesa Leia" ayudan al cerebro a recordar
Un equipo de seis investigadores en neurología y radiología del Instituto Salk, en un estudio publicado en Neuroscience de noviembre 2016, acaba de perfeccionar la comprensión de las ondas cerebrales responsables de este fenómeno y revelar una característica curiosa: cuando dormimos, debajo de la caja craneal, giran alrededor de nuestros oídos como el famoso pan doble en pan con uvas de la “Princesa Leia” (Stars Wars 7).
Gracias a los implantes de electro-corticografía – los mismos utilizados en epilépticos durante la evaluación pre-operatoria – capaces de medir la actividad del cerebro en varios lugares a la vez. Por el contrario, los científicos pudieron observar que los spindles (o los husos del sueño, que intervienen entre las fases del sueño REM y el sueño profundo) no se activan simultáneamente con la misma intensidad. Los picos siguen un patrón circular alrededor de la neocorteza, en un punto, luego en otro, unos pocos milisegundos después.
El equipo cree que esta organización de la actividad cerebral permite que las neuronas hablen con otras neuronas, ubicadas en otras áreas, y basa sus conclusiones en el intervalo de tiempo entre dos picos, de acuerdo con la velocidad de las señales neuronales. En total, las ondas tardan 70 milisegundos en completar un giro completo. Un patrón que se repite cientos y cientos de veces durante la noche.
Un descubrimiento que podría ayudar a comprender y tratar mejor la esquizofrenia, que se caracteriza por husos anormales del sueño, o para borrar recuerdos obsesivos en personas que sufren de estrés postraumático.
Funciones cerebrales fortalecidas gracias a los frutos secos
Un estudio realizado por investigadores del Centro de Salud de la Universidad de Loma Linda (California), publicado en el FASEB Journal de octubre 2017, ha revelado que comer nueces regularmente refuerza las frecuencias de ondas cerebrales asociadas con el conocimiento, la curación, el aprendizaje, la memoria y otras funciones clave del cerebro.
En este estudio, titulado "Nuez y cerebro: efectos del consumo de nueces sobre los cambios de ondas cerebrales electro-encefalográficas", los investigadores descubrieron que algunas nueces estimulaban algunas frecuencias cerebrales más que otras. Los pistachos, por ejemplo, han causado la reacción más fuerte de las ondas gamma, que son esenciales para mejorar el proceso cognitivo, la memorización de la información, el aprendizaje, la percepción y el movimiento rápido de los ojos durante el sueño. Los cacahuetes, que en realidad son leguminosas, pero formaban parte del estudio, produjeron la mayor respuesta para las ondas delta, que se asocian con la inmunidad saludable, la curación natural y el sueño profundo.
Los investigadores encontraron diferencias entre las seis variedades de nueces probadas, todas las cuales son ricas en antioxidantes muy beneficiosos, siendo las nueces las que contienen las mayores concentraciones de antioxidantes.
Los investigadores han probado los efectos del consumo de frutos secos en las modulaciones de frecuencia dentro del cerebro. El cerebro humano produce cinco tipos diferentes de ondas y cada onda produce su propia frecuencia y ocupa su propio ancho de banda. Algo así como las estaciones de radio en un dial.
El equipo realizó un estudio piloto con sujetos que aceptaron y consumieron almendras, castañas de cajú (nuez de la India), cacahuetes, pecanas, pistachos y nueces. Los electroencefalogramas (EEG) se hicieron para medir la fuerza de las señales de ondas cerebrales. La actividad de la banda de ondas EEG se registró luego en nueve áreas del cuero cabelludo asociadas con la función cortical cerebral.
Durante el sueño, las ondas cerebrales llamadas "Princesa Leia" ayudan al cerebro a recordar
Un equipo de seis investigadores en neurología y radiología del Instituto Salk, en un estudio publicado en Neuroscience de noviembre 2016, acaba de perfeccionar la comprensión de las ondas cerebrales responsables de este fenómeno y revelar una característica curiosa: cuando dormimos, debajo de la caja craneal, giran alrededor de nuestros oídos como el famoso pan doble en pan con uvas de la “Princesa Leia” (Stars Wars 7).
Hacen un giro completo que dura 70 milisegundos y se repite miles de veces durante la noche |
El equipo cree que esta organización de la actividad cerebral permite que las neuronas hablen con otras neuronas, ubicadas en otras áreas, y basa sus conclusiones en el intervalo de tiempo entre dos picos, de acuerdo con la velocidad de las señales neuronales. En total, las ondas tardan 70 milisegundos en completar un giro completo. Un patrón que se repite cientos y cientos de veces durante la noche.
Un descubrimiento que podría ayudar a comprender y tratar mejor la esquizofrenia, que se caracteriza por husos anormales del sueño, o para borrar recuerdos obsesivos en personas que sufren de estrés postraumático.
Funciones cerebrales fortalecidas gracias a los frutos secos
Un estudio realizado por investigadores del Centro de Salud de la Universidad de Loma Linda (California), publicado en el FASEB Journal de octubre 2017, ha revelado que comer nueces regularmente refuerza las frecuencias de ondas cerebrales asociadas con el conocimiento, la curación, el aprendizaje, la memoria y otras funciones clave del cerebro.
En este estudio, titulado "Nuez y cerebro: efectos del consumo de nueces sobre los cambios de ondas cerebrales electro-encefalográficas", los investigadores descubrieron que algunas nueces estimulaban algunas frecuencias cerebrales más que otras. Los pistachos, por ejemplo, han causado la reacción más fuerte de las ondas gamma, que son esenciales para mejorar el proceso cognitivo, la memorización de la información, el aprendizaje, la percepción y el movimiento rápido de los ojos durante el sueño. Los cacahuetes, que en realidad son leguminosas, pero formaban parte del estudio, produjeron la mayor respuesta para las ondas delta, que se asocian con la inmunidad saludable, la curación natural y el sueño profundo.
Los investigadores encontraron diferencias entre las seis variedades de nueces probadas, todas las cuales son ricas en antioxidantes muy beneficiosos, siendo las nueces las que contienen las mayores concentraciones de antioxidantes.
Los investigadores han probado los efectos del consumo de frutos secos en las modulaciones de frecuencia dentro del cerebro. El cerebro humano produce cinco tipos diferentes de ondas y cada onda produce su propia frecuencia y ocupa su propio ancho de banda. Algo así como las estaciones de radio en un dial.
El equipo realizó un estudio piloto con sujetos que aceptaron y consumieron almendras, castañas de cajú (nuez de la India), cacahuetes, pecanas, pistachos y nueces. Los electroencefalogramas (EEG) se hicieron para medir la fuerza de las señales de ondas cerebrales. La actividad de la banda de ondas EEG se registró luego en nueve áreas del cuero cabelludo asociadas con la función cortical cerebral.
Ondas cerebrales reflejan diferentes tipos de aprendizaje : explícito
e implícito
Neurocientíficos del Instituto Picower para el Aprendizaje y la
Memoria y del Departamento de Brain and Cognitive Sciences, Massachusetts
Institute of Technology, en un estudio publicado en la revista Neuron de octubre 2017, han podido
distinguir dos tipos de aprendizaje distintos entre ellos por los patrones de
ondas cerebrales que producen.
Los científicos solían pensar que todos los procesos de
aprendizaje eran iguales, hasta que se enteraron de pacientes como el famoso
Henry Molaison o “HM”, quien desarrolló una severa amnesia en 1953 después de
haber eliminado parte de su cerebro en una operación para controlar sus
convulsiones epilépticas.
Molaison no pudo recordar el desayuno minutos después de la comida, pero pudo aprender y retener las habilidades motoras que aprendió, por ejemplo dibujando objetos como una estrella de cinco puntas en un espejo. HM y otros amnésicos mejoraron con el tiempo, a pesar de que no tenían memoria de cosas del pasado. Esto reveló que el cerebro humano se involucra en dos tipos de aprendizaje y memoria: explícita e implícita.
Molaison no pudo recordar el desayuno minutos después de la comida, pero pudo aprender y retener las habilidades motoras que aprendió, por ejemplo dibujando objetos como una estrella de cinco puntas en un espejo. HM y otros amnésicos mejoraron con el tiempo, a pesar de que no tenían memoria de cosas del pasado. Esto reveló que el cerebro humano se involucra en dos tipos de aprendizaje y memoria: explícita e implícita.
Cuando los investigadores del MIT estudiaron el comportamiento de
los animales que aprenden diferentes tareas, encontraron signos de que
diferentes tareas pueden requerir aprendizaje explícito o implícito. En las
tareas que requerían comparar y combinar dos cosas, por ejemplo, los animales
parecían usar respuestas correctas e incorrectas para mejorar sus próximos
partidos, lo que indica una forma explícita de aprendizaje. Pero en una tarea
en la que los animales aprendieron a mover su mirada en una dirección u otra en
respuesta a diferentes patrones visuales, solo mejoraron su desempeño en
respuesta a las respuestas correctas, lo que sugiere un aprendizaje implícito.
Además, según los investigadores, estos diferentes tipos de
comportamiento van acompañados de diferentes patrones de ondas cerebrales.
Durante las tareas de aprendizaje explícito, hubo un aumento en
las ondas cerebrales alpha2-beta (oscilando a 10-30 hercios) después de una
elección correcta, y un aumento de las ondas delta-theta (3-7 hercios) después
de una elección incorrecta. Las ondas alfa2-beta aumentaron con el aprendizaje
durante tareas explícitas, luego disminuyeron a medida que progresaba el
aprendizaje.
El aumento de ondas cerebrales alfa-2-beta durante el aprendizaje
explícito podría reflejar la construcción de un modelo de la tarea y luego, una
vez que el animal aprende la tarea, los ritmos alfa-beta caen, porque el modelo
ya está construido.
Por el contrario, los ritmos delta-theta solo aumentaron con las
respuestas correctas durante una tarea de aprendizaje implícita, y disminuyeron
durante el aprendizaje. Este patrón podría reflejar el "recableado"
neural que codifica la habilidad motriz durante el aprendizaje.
* *
*
Aprendizaje explícito e implícito
Todo esto revela que el cerebro se involucra en dos tipos de
aprendizaje y memoria: explícito e implícito.
El aprendizaje explícito significa aprender de lo que se tiene conciencia, cuando se piensa en lo que se
está aprendiendo y se puede articular lo aprendido, como memorizar un largo
pasaje en un libro o aprender los pasos de un juego complejo como el ajedrez.
El aprendizaje implícito es lo contrario, ya que consiste en
habilidades motoras o memoria muscular inconsciente, como lo es aprender a
andar en bicicleta.
Los investigadores opinan que, si se puede detectar el tipo de
aprendizaje que está teniendo una persona, entonces es posible mejorar o
proporcionar mejores herramientas a ese individuo para sacar provecho al tipo
de aprendizaje que está empleando.
Futuro impulso para el aprendizaje
Las firmas de ondas cerebrales pueden ser especialmente útiles
para dar forma a cómo enseñar o entrenar a una persona a medida que aprenden
una tarea específica, según el tipo de aprendizaje que se está llevando a cabo.
Por ejemplo, si está usando más aprendizaje implícito, eso significa que es más
probable que confíe en los comentarios positivos, y se podría modificar su
aprendizaje para aprovechar eso.
Las firmas neuronales podrían ayudar a identificar los cambios en
las estrategias de aprendizaje que ocurren en enfermedades como el Alzheimer,
con el objetivo de diagnosticar estas enfermedades más temprano o mejorar
ciertos tipos de aprendizaje para ayudar a los pacientes a enfrentar el
trastorno. En la enfermedad de Alzheimer, una clase de aprendizaje factual
explícito desaparece con la demencia y puede haber una reversión a un tipo
diferente de aprendizaje implícito. Debido a que el único sistema de
aprendizaje está deprimido, se debe confiar en otro.
Estudios anteriores han demostrado que ciertas partes del cerebro, como el hipocampo, son más estrechamente relacionadas con el aprendizaje explícito, mientras que áreas como los ganglios basales están más involucradas en el aprendizaje implícito. Pero el estudio de ondas cerebrales indica mucha superposición en estos dos sistemas. Comparten muchas de las mismas redes neuronales.
Estudios anteriores han demostrado que ciertas partes del cerebro, como el hipocampo, son más estrechamente relacionadas con el aprendizaje explícito, mientras que áreas como los ganglios basales están más involucradas en el aprendizaje implícito. Pero el estudio de ondas cerebrales indica mucha superposición en estos dos sistemas. Comparten muchas de las mismas redes neuronales.
Variación de ondas cerebrales en el ser humano
Ejemplo de diagrama de los patrones de ondas cerebrales en el ser humano |
Lo peores casos se dan cuando existe una mala combinación de ondas
cerebrales que provocan la confusión,
la ansiedad, el nerviosismo, estrés y conductas negativas que pueden
llevar a la persona a un teórico fracaso.
En nuestra sociedad actual, el problema reside cuando comienza a
dominar la mayor parte del tiempo una sola onda. En este caso, se comenta
que estamos casi todo el tiempo bajo el patrón de ondas beta.
Nuestra misión es comprender que podemos alcanzar otros estados a través de la sincronía
con otro tipo de
ondas, y esto nos conducirá a una nueva forma de “ver” la vida, así como a adoptar
una serie de hábitos capaces de superar las adversidades que
encontramos. De momento,
sólo la
meditación constante ha demostrado ser la única solución, ya que la
farmacología actual
logra actuar a nivel de neurotransmisores pero no permite
modificar los tipos de ondas cerebrales.
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