La escritura en letra
cursiva ayuda a entrenar el cerebro con el fin de integrar
la información
visual y táctica así como también la habilidad motora fina.
Actualmente
los nuevos avances tecnológicos, hacen que la escritura manual poco a poco
quede desterrada a un segundo plano. La escritura manual es un ejercicio
cognitivo excelente que contribuye a impulsar la inteligencia y las funciones
cognitivas de las personas.
Para poder comprender que
la escritura tiene una explicación de origen científico, se puede decir que se escribe con el
cerebro no con la mano, ya que para entender la acción de la escritura, se debe
reconocer que todo movimiento tiene un origen de una instrucción consciente o
inconsciente – incluso el lenguaje no verbal – proveniente del cerebro. Estos movimientos lejos de ser aprendidos al momento de aprender a
escribir, resultan ser conforme vamos creciendo, movimientos inconscientes que
tiene un sello personal. Para comprender esto, si pusiéramos a todos a dibujar
o escribir una lista de palabras, cada uno dibujaría o escribiría la misma
instrucción pero de diferente forma, sin contar el estilo de cada uno.
Desde el punto de vista
neurológico, la escritura es una manifestación del funcionamiento del cerebro,
y cabe resaltar que la mano 'la extremidad prensil normalmente empleada para
escribir' cuenta con una proporción mayor de representación cortical en el
cerebro que cualquier otra parte o sistema del cuerpo.
La acción de escribir en
sus diferentes modalidades, implica adicionalmente, la utilización de una serie
de atributos cognitivos que cambian dependiendo de la forma o figura
desarrollada. Estas habilidades tienen su génesis a nivel neurológico,
existiendo una red neuronal por cada habilidad cognitiva que permita la
ejecución específica del signo; razón por la cual, es posible decir que la
acción psicomotriz de la escritura es neuroescritural, rescatando el hecho de
que la acción escrituraria, es la materialización de un trabajo neuronal
implícito.
Los científicos están
descubriendo que el aprendizaje de la letra cursiva es una herramienta crucial
para el desarrollo cognitivo, particularmente para entrenar el cerebro desde el
punto de vista de la especialización por áreas del cerebro, es decir, del
rendimiento óptimo. Mediante el aprendizaje de la escritura en cursiva, el
cerebro desarrolla una especialización por áreas que integra la sensación, el
control del movimiento y el razonamiento. A diferencia de la escritura en el
teclado y la práctica visual, según estudios de tomografías del cerebro,
diversas áreas del cerebro se co-activan durante el aprendizaje de la escritura
en cursiva.
Escribir a mano para
ejercitar el cerebro
En la última década, la
investigación con imágenes cerebrales ha ayudado a los neurocientíficos a
entender que aprender habilidades tales como la escritura a mano y tocar un
instrumento musical puede cambiar realmente la estructura del cerebro.
La escritura requiere la
utilización de todas las estructuras cerebrales funcionando de manera conjunta
y coordinada, estructuras asociadas al pensamiento, al lenguaje y a la memoria.
El acto de escribir requiere un alto nivel de especialización y coordinación
hemisférica, ya que implica la integración de movimiento, tacto, e ideas,
necesario para plasmar nuestras ideas en un soporte físico. Y por lo tanto la
escritura impulsa la inteligencia.
La escritura para
impulsar la inteligencia
La escritura manual
constituye un ejercicio mental, que estimula constantemente el desarrollo de
conexiones neuronales y contribuye a la autorregulación, la autodisciplina, la
voluntad y la perseverancia. La neurociencia ha demostrado que escribir a mano
contribuye a la expansión cerebral y a impulsar la inteligencia.

* Percepción: proceso a
través del cual se capta los estímulos necesarios, como el tipo de soporte
sobre el que escribir, las herramientas para escribir y la orden sobre lo que
hay que escribir.
* Decisión: proceso
mediante el cual se decide y planifica lo que se va a escribir.
* Ejecución: proceso que
implica la coordinación para dar salida al texto escrito.
Funciones
de los diferentes lóbulos cerebrales implicados en la acción de escribir
1- Lóbulos frontales. Situados
detrás de la frente, participan en funciones mentales superiores, como el
reconocimiento de las consecuencias de las acciones y la memoria. Están
vinculados a la escritura, el habla, movimiento, razonamiento, juicio,
planeación y resolución de problemas.
2- Lóbulos parietales. Son
importantes para escribir y leer, pues interpretan las palabras y el lenguaje.
Combinan además información sensorial como orientación espacial y navegación, y
son el área principal de recepción sensorial para el sentido del tacto.
3- Lóbulos temporales. Situados a
los lados del cerebro, detrás de la sien, ayudan a procesar la información
auditiva de los oídos. El proceso de escribir algo con lápiz y papel ayuda a
activar una colección de células en estos lóbulos conocidas como sistema de
activación reticular. Las estructuras de estos lóbulos son vitales en la
consolidación de información de corto plazo a largo plazo.
4- Lóbulos occipitales. Ubicados en
la parte baja del cerebro, reciben y procesan la información visual de los
ojos, que luego es enviada a otras partes del cerebro. Eso nos ayuda a leer y
escribir al reconocer palabras, formas y colores.
La importancia de la
escritura en la educación de los niños
Los avances en
neurociencia dejan claro que escribir es un excelente ejercicio para todos. En
el caso de los niños, la escritura supone un recurso irremplazable, de
incalculable valor pedagógico. Escribir les ayuda a impulsar su inteligencia.
El aprendizaje de
escribir con una pluma es más beneficioso para los niños que las habilidades de
teclado. Aprender a escribir con la
mano, al mismo tiempo que aprender a leer facilita la lectura mediante el
desarrollo de la motricidad fina.
La escritura es una tarea
compleja para el cerebro que requiere diversas habilidades, entre ellos mover
el instrumento de escritura, en la dirección ordenada por el pensamiento. Los
niños toman varios años para dominar este ejercicio motor porque es necesario
dominar unas secuencias de comandos internos mientras la mano se mueve. La
escritura es el resultado de un movimiento singular del cuerpo, la mecanografía
no lo es.
Importancia de la
escritura tradicional. Al hacer trazos secuenciales con la mano para formar
letras, se activan regiones del cerebro asociadas al pensamiento, al lenguaje y
a la memoria.
Experiencias
desarrolladas con preescolares, demuestran que mientras éstos observaron
imágenes de letras hechas o dibujadas por sí mismos frente a otras que eran
impresas, se activaron zonas asociadas a la lectura y a la escritura sólo al
mirar las primeras.
Al aprender la escritura
manuscrita, incluso si se trata de la escritura en mayúsculas, el cerebro de un
niño deberá:
* Distinguir cada trazo
respecto a otros.
* Aprender y memorizar el
tamaño adecuado, oblicuidad de la forma global y la característica detallada de
los rasgos de cada letra.
* Desarrollar habilidades
de categorización.
Es fundamental dotar a
los niños de experiencias para escribir, donde puedan desarrollar y
perfeccionar esta habilidad. Escribir impulsa su inteligencia y es una acción
completa que requiere un funcionamiento cognitivo completo que va a contribuir
a impulsar su lenguaje, pensamiento, memoria, emociones, etc.
Activar el cerebro a
través de la escritura
Las nuevas generaciones
podrían estar bajo alerta, debido a que la era digital atrae fuertemente a
bebés y niños en etapa de desarrollo. Videos en internet muestran infantes de
escasos 3 años, que ya saben escribir en WhatsApp o llamar a papá a su celular.
Además del entretenimiento,
los Smartphone y tabletas electrónicas hacen parte del mobiliario de las
escuelas que usan la tecnología para estar en vanguardia con estas tendencias
de lo virtual, con pantallas coloridas y calidad de sonido. Aquí es donde
aparece la competencia del cuaderno: una pantalla digital o un teclado de
computadora.
El planteamiento lo hacen neurocientíficos y psicopedagogos, que comparan lo que es hacer una plana de cierto número de letras y palabras a mano, y escribir tecleando caracteres. Los expertos cuestionan que, si se tratara de facilidad y rapidez, los aparatos electrónicos son los indicados. ¿Y el cerebro?
Dar forma a los
pensamientos sobre una hoja, estimula importantes capacidades neuronales,
incluso, las más complejas. Tal cual es la naturaleza de este órgano, el cerebro
procesa desde los sentidos. Cuando se escribe a mano, se abre la memoria hacia
una mejor ortografía, se conectan las ideas con rapidez; y también se agiliza
la lectura. Es un grupo de beneficios que se obtienen por medio de las manos en
contacto con el lápiz y el papel.
De esta manera, se
confirma la evidencia de activación del cerebro cuando es puesto a prueba en la
escritura, y no al hacer uso de pantallas táctiles o teclados físicos, porque
por medio de la acción de escribir, se involucra las áreas visuales y motoras
de las conexiones neuronales y los niños crecerán con un cerebro más activo que
logrará un impresionante esfuerzo mental para el resto de su vida.
Renunciar al teclado
beneficia la cognición
Los teclados y pantallas
táctiles nos han conquistado. En la universidad, cuando el profesor habla, se
escuchan cientos de dedos teclear en sus portátiles. El sonido del teclado
parece que se ha convertido en la banda sonora de nuestras vidas. Tecleamos en
el trabajo, en nuestros dispositivos móviles. Hemos dejado de escribir cartas y
diarios. Muchos de nosotros hacemos uso de este recurso tan útil que es la
escritura informatizada. Nos permite ser más veloces y facilita el trabajo.
Pero parece que no somos conscientes de los beneficios de la escritura manual.
Tomar notas a mano nos
permite interpretar la información, entenderla y reformularla con nuestras
propias palabras, lo que refuerza enormemente el aprendizaje.
Las tecnologías nos
ayudan a ser más eficientes en la mayoría de los casos. Sin embargo, aunque
escribamos más rápido tecleando en nuestro ordenador, cognitivamente no nos
beneficia.
La investigación en neurociencia
indica que escribir utilizando sólo una
pantalla táctil o el teclado puede afectar el desarrollo del cerebro, sobre
todo el de los niños que están aprendiendo a leer.
Beneficios de escribir a
mano
Existe
un beneficio externo para la habilidad de razonamiento que se emplea en la
lectura y escritura. Para escribir con una letra cursiva legible se necesita un
cierto nivel de control de motricidad fina sobre los dedos. Los alumnos deben
prestar atención y pensar qué están haciendo y cómo lo están haciendo. Tienen
que practicar. Estudios con tomografías cerebrales revelan que la cursiva
activa áreas del cerebro que no están involucradas cuando se escribe en el
teclado.
La
escritura en letra cursiva trae consigo aún más beneficios que la escritura en
mayúsculas, ya que los movimientos son más difíciles, las letras menos
estereotipadas y la necesidad del reconocimiento visual crea una mayor variedad
de formas de representar las letras. Además, la letra cursiva es más rápida y
más atractiva para los estudiantes ya que les da un mayor sentido de estilo
personal y pertenencia.
Potencia nuestro pensamiento
crítico y nuestro desarrollo conceptual. Al “obligarnos” a resumir y
reinterpretar la información, tomar notas a mano nos permite establecer
conexiones entre diversos conceptos del material escrito, impulsando nuestro
pensamiento crítico.
* La
escritura manual estimula el cerebro. Se activan muchas más áreas cerebrales
cuando escribimos a mano que cuando tecleamos.
* Expresamos más ideas
cuando escribimos a mano, por ejemplo, en un ensayo o redacción.
* Nos ayuda a retener más
información.
* Mejora nuestra compresión
del material escrito.
* La escritura manual
mejora el reconocimiento de las letras en niños.
* Estimula las
habilidades motoras finas. Es decir, mejora nuestra capacidad de precisión
manual.
Cuando escribimos a mano,
nuestro cerebro recibe feedback o
retroalimentación de nuestras acciones motoras, junto con las sensaciones del
tacto del lápiz y el papel. Este feedback
es significativamente diferente al que recibimos cuando tecleamos. Cuando
pulsamos las teclas no obtenemos ninguna representación mental del trazo de la
letra. Se desconecta la información que recibimos del proceso de escritura, ya
que cuando tecleamos, pocas veces miramos lo que estamos escribiendo.
Los movimientos que
realizamos cuando escribimos a mano dejan un recuerdo del movimiento en la
parte encargada de procesar la información sensorio-motora. Creamos una huella
de recuerdo motor en el cerebro, que mejora nuestra memoria, ayudándonos a
recordar mejor esa información.
Por tanto, aunque a
primera vista parezca menos eficiente tomar apuntes a mano, realmente estamos
escribiendo la información más significativa y relevante, además de ayudarnos a
aprender y retener el material. Escribir en la computadora, aunque es cierto
que nos ayuda a apuntar más información, suele haber más datos irrelevantes, y
casi siempre, la olvidamos más rápidamente.
*
* *
En las últimas dos
décadas son variadas las investigaciones que, a través de imágenes cerebrales,
demuestran que la ejecución de la escritura promueve la activación de mayores
zonas cerebrales en trabajo simultáneo, que el sólo hecho de mirar imágenes,
tocarlas o imaginarlas.
Hay un volumen cada vez
mayor de estudios sobre lo que un cerebro que se está desarrollando con
normalidad aprende mientras forma letras en la página, tanto en letra de molde
o manuscrita como en cursiva.
La escritura en cursiva
hace a los niños más inteligentes
Durante un estudio
realizado en la Universidad de Indiana, publicado en Trends in Neuroscience and Education en octubre 2012, investigadores
analizaron, mediante imágenes de resonancia magnética, a niños
pre-alfabetizados de 5 años de edad antes y después de que fueran instruidos en
el aprendizaje de la cursiva.
En aquellos niños que
habían practicado a mano la escritura, la actividad neuronal fue mucho más
destacada y similar a la de los adultos que en aquellos niños que simplemente
observaron las letras. El circuito de lectura en el cerebro – circuito de áreas
asociadas que se activan durante la lectura – se activó al trazar la escritura
manuscrita, no así al escribir sobre el teclado.
De la misma manera, esta
investigación demostró que escribir letras en un contexto significativo,
contrapuesto al de sólo dibujarlas, activa de forma más sólida diversas áreas
en los dos hemisferios.
El cerebro separa el
habla de la escritura
Investigadores
de la Universidad Johns Hopkins de EEUU, en un estudio publicado en la revista Psychological
Science de mayo 2015, señalan que aunque la capacidad humana de escribir
evolucionó a partir de nuestra capacidad de hablar, ambas acciones se
relacionan hoy día con sistemas independientes del cerebro. Por eso, alguien
incapaz de escribir una frase de manera gramaticalmente correcta, puede que sea
capaz de decirla bien en voz alta, y viceversa.
Los
científicos han descubierto que es posible presentar daños en la parte del
cerebro relacionada con el habla sin afectar la parte vinculada a la escritura,
y viceversa; incluso en los morfemas, que son los componentes más pequeños de
la lengua con significación. Por ejemplo, en la palabra “niñas”, niñ
sería el lexema o raíz; la vocal a un morfema que indica género femenino
y la letra s, un morfema que indica plural.
El
presente estudio partió del interés por comprender cómo organiza el cerebro el
conocimiento de la lengua escrita – lectura y ortografía –. Más específicamente,
los científicos querían saber si el lenguaje escrito depende de la lengua oral
en adultos alfabetizados.
De
ser así, cabría esperar encontrar errores similares en el habla y en la
escritura. De lo contrario, la gente no necesariamente escribiría como habla.
Para
tratar de desvelar esta cuestión, el equipo estudió a cinco personas que habían
sufrido un accidente cerebrovascular y padecían afasia, un trastorno que
conlleva la pérdida de capacidad de producir o comprender el lenguaje.
En
concreto, cuatro de los pacientes tenían dificultades para usar los morfemas
adecuados al escribir frases pero, cuando hablaban, no tenían tantas
dificultades en este aspecto. El último individuo tenía el problema opuesto:
presentaba problemas al hablar, que no afectaban a su escritura.
Estos
resultados revelan que la escritura y expresión oral son impulsadas por
diferentes partes del cerebro, y no sólo en términos de control motor de mano y
boca, sino también en los aspectos de construcción de las palabras.
Los
autores del estudio explican que el cerebro conoce las partes de las palabras y
cómo estas encajan entre sí y que, cuando hay daños en el cerebro, estos pueden
afectar al uso de ciertos morfemas en la escritura y no en el habla; y
viceversa.
La
comprensión de cómo el cerebro distingue partes de las palabras podría ayudar a
los educadores que enseñan a niños a leer y escribir; e impulsar el desarrollo
de mejores tratamientos para las personas que sufren afasia.
Los efectos de escribir en cursiva sobre el cerebro
Un equipo de científicos
de Psicología Educativa de la Universidad de Washington, en un estudio
publicado en el Journal of Learning Disabilities en junio 2016, encontró que el ejercicio de escribir con
puño y letra ayuda a los niños a desarrollar más su función cerebral, lo que se
ve reflejado en un mejor desempeño escolar.
Virginia Berninger, autora
principal del estudio, explica que las pruebas indican que la escritura manual – formar letras – hace que la mente intervenga y puede ayudar a los niños a
prestar atención al lenguaje escrito.
Los investigadores
reclutaron a más de 200 niños en primer, segundo, cuarto y sexto grado, de
desarrollo normal. Analizaron la manera en que el lenguaje oral y el escrito se
relacionan con la atención y con las denominadas aptitudes de la función
ejecutiva (como la planificación). Para
los investigadores escribir a mano es una tarea compleja que requiere coordinar
capacidades cognitivas, motoras y procesos neuromusculares, lo que activa áreas
específicas del cerebro. Los niños escribían más palabras, más
rápidamente y expresaban mejor las ideas cuando escribían ensayos a mano que
cuando lo hacían sobre un teclado.
En la escritura manual se
utilizan partes motrices de nuestro cerebro, y también planificación y control
motrices, pero hay una región cerebral crucial en la que coinciden la visión y
el lenguaje. Es el giro fusiforme. En él, los estímulos visuales se convierten
efectivamente en letras y palabras escritas.
La investigadora asegura
que hay que ver las letras con el “ojo de la mente” para trazarlas en la
página. Las imágenes cerebrales muestran que la activación de esta región es
diferente en niños con dificultades para escribir a mano.
Los escáneres funcionales
de cerebros de adultos han revelado una red cerebral característica que se
activa cuando leen y que incluye áreas relacionadas con los procesos motrices.
Eso ha hecho pensar a los científicos que el proceso cognitivo de la lectura
puede estar conectado con el proceso motor de formación de las letras.
La investigación indica
que los niños necesitan una formación introductoria en letra de molde, a
continuación dos años de aprendizaje y práctica con la letra cursiva que
empezarían en tercero de primaria, y luego algo de atención sistemática a la
mecanografía a ciegas.
Es muy probable que
utilizar un teclado, y especialmente aprenderse las posiciones de las letras
sin mirar las teclas, se beneficie de las fibras que se inter comunican en el
cerebro, ya que, a diferencia de lo que ocurre con la escritura manual, los
niños utilizan las dos manos para teclear.
Lo que defienden es que
se enseñe a los niños a ser escritores híbridos. Primero a escribir a mano, por
la lectura, ya que la escritura manual facilita un mejor reconocimiento de las
letras; luego, la letra cursiva para el deletreo y la redacción; a
continuación, empezando en los últimos cursos de primaria, la mecanografía a
ciegas.
* *
*
Los beneficios para el
desarrollo cerebral son similares a lo que se obtiene cuando se
aprende a tocar
un instrumento musical. No todos pueden pagar clases de música pero
todos
tienen acceso al lápiz y al papel. No todos pueden comprar una computadora a
sus hijos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario